Solar se encontraba celebrando su cumpleaños número 24 en casa, sin la compañía de nadie al igual que todos los años anteriores, sus padres la habían abandonado en un orfanato cuando era prácticamente una bebé creciendo rodeada de monjas e instrucción religiosa lo cual había hecho que su corazón lograse perdonar a sus padres y a la vida por haberla dejado sola desde que había tenido uso de razón. 

 

A pesar de ser sumamente amistosa y amable con cualquier persona que interactuaba Solar no había podía conservar ninguna amistad o persona cercana a ella, de alguna u otra forma siempre acababa sin compañía, ese patrón y su falta de interés por los hombres la llevaron a tomar los hábitos pareciéndole lo más conveniente ya que era la única vida que conocía. 

 

Estar apegada a Dios y cerca de la iglesia le provocaba un sentimiento de tranquilidad que casi siempre desaparecía cuando se encontraba sola en cualquier otro lugar, desde que era una niña creía ver cosas extrañas a su alrededor, personas que no siempre parecían personas, energías extrañas siguiéndola, nunca estaba segura de sí todo era producto de su imaginación  o si los seres extraños que creía ver verdaderamente existían, muchos de ellos también aparecían en sus sueños y cuando era así siempre amanecía con el corazón acelerado y empapada en sudor, casi como si todo hubiese sido real.

 

Cuando no era su propia percepción o imaginación lo que la asustaba eran  las historias que la madre más anciana del orfanato les contaba, las demás monjas la ignoraban por respeto a su edad pero muchos de los niños incluyéndola escuchaban sus historias sobre seres que podían cambiar de forma, humanos que controlaban espíritus e hijos de los mismos dioses que habitan entre ellos. Todos esos cuentos quedaron muy marcados en ella, en especial porque la madre siempre la miraba fijamente cuando hablaba de las personas que eran un estorbo para algunos de ellos. Solar dejó de escuchar esas historias cuando la madre murió, trató de olvidarlas con el tiempo pero siempre permanecieron en el fondo de sus pensamientos.

 

A diferencia de muchos de los niños del orfanato Solar logró concluir con honores todos sus grados de estudio. Gracias a las becas que se le otorgaron pudo vivir fuera del orfanato y convertirse en química, después de trabajar un par de años dando clases en pequeñas escuelas recibió la oferta de uno de los internados más exclusivos del país, cumplía con las dos cualidades que eran necesarias para ese trabajo, ser monja y una excelente maestra. Encontraba un poco desconcertante el tener que mudarse al internado, hubiese preferido viajar diario pero este quedaba bastante retirado de la cuidad más cercana y el tiempo y dinero que viajar implicaría era innecesario y exagerado. A pesar de estar siempre sola se había acostumbrado a salir al centro de la cuidad y divertirse sin la necesidad de alguien. No sabía que le esperaba en el internado y eso le asustaba un poco.

 

El tener que mudarse a un lugar retirado de la "sociedad" inminentemente le traía recuerdos  de sus días en el orfanato, ella sabía que era una de las mejores oportunidades que tendría como docente y servidora del señor, la paga era ridículamente buena, iba a poder estar cerca de más monjas y probablemente finalmente poder tener amigas. Continuamente se repetía esas razones en voz alta pero internamente Solar sabía la verdadera razón por la que aceptar ese trabajo le causaba tanto temor y conflicto, eran las palabras que la madre le había dicho en su lecho de muerte: 

 

 

Sabía que era ridículo seguir recordando esas palabras y más aún construir su vida evitando todas las cosas peligrosas que alguna vez mencionó la anciana pero no podía evitarlo. Sus conocimientos en ciencia no lo explicaban todo, Solar creía en la posibilidad de que otro mundo completamente diferente al que todos veían o quería ver existía, solo esperaba no ser ella quien lo descubriese.

 

Trató de borrar todos esos miedos de su mente y se dispuso a empacar. Después de todo nunca en su vida había visto a ninguna de esas criaturas frente a frente por lo tanto era imposible asegurar su existencia, como una mujer de ciencia necesitaba presenciar y conocer antes de asumir. Tratando de mejorar su actitud Solar empezó a guardar sus mejores ropas y recuerdos que habían en su departamento. Cuando solo quedan las cosas que estaban ahí desde que lo alquilo, entregó  las llaves a su casero y tomó el taxi que la llevaría a su destino.

 

Al llegar al internado todo sus miedos desaparecieron, era un lugar hermoso. El bosque estaba lleno de árboles hermosos, el lago era extremadamente extenso y el internado como tal era prácticamente un castillo. Todo parecía sacado de un cuento de hadas, había plantas, fuentes y jovencitas corriendo por todos lados, le pareció tan estupido haber tenido tantas dudas en un principio. Las fotos que le mandaron tras su entrevista por skype no le hacían la más mínima justicia al lugar, con solo mirar y oler su alrededor Solar sabía que había tomado la mejor decisión de su vida.

 

Tomó sus maletas rápidamente y se dirigió hasta la dirección de la escuela donde tenía junta con la madre superiora. La madre que la recibió la hizo esperar fuera de la oficina, Solar no pudo mantenerse sentaba por la emoción que sentía y decidió asomarse al balcón para observar un poco más el hermoso paisaje. A lo lejos vio un grupo de 3 chicas jugando, una de ella  la volteo a ver y cuando sus miradas se cruzaron a Solar le pareció  que los ojos de la joven tenía un brillo azulado, justo cuando iba a observarla más detenidamente la madre superiora la llamó desde la puerta. "Buenos días madre Solar, pase a la oficina por favor". Solar dejó de pensar en lo que había visto y entró rápidamente a la oficina.

 

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Aquí tienen otro capítulo, espero que les esté gustando díganme que opinan.

Me está gustando mucho escribir esta historia además de que últimamente amo más a Moonbyul de lo normal jajajaja pero que se le va a hacer me agrada esa energía masculina pero femenina a la ves que tiene.

 

Este mes es el comeback de MAMAMOO así que ando más inspirada de lo normal, esperen más capítulos.