Ajustó el volumen del estéreo, podía reconocer los acordes de aquella guitarra en cualquier lugar. Podía reconocer la melodía aunque estuviese a cien metros de distancia, esa era su canción. La que le había cantado una vez sobre una tarima en un bar, la canción que había escogido para ellas y ahora sonaba lentamente en la radio ¿Casualidad?

Cuando era más joven, había pensado que el amor era algo esporádico, una aventura de lo ilógico; pero cuando la conoció a ella supo que el amor era la amargura de lo efímero. Antes de ella no sabía realmente lo que era el amor y el querer, no sabía la pequeña gran diferencia que podía haber entre ambos.

No había durado mucho, la locura de lo mágico, y apenas terminó ella fue a hacer vida en otro lugar. ¿Cuántas noches había llorado por ella? Todas y cada una de ellas.

Era su amor esporádico, que se había quedado tan dentro de ella. Su amor problemático, el amor de su vida.

¿Por qué las parejas que se aman encuentran siempre un millón de pretextos para estar lejos?

Amor es el motivo más fuerte para estar juntos y no viceversa ¿Qué impedimentos podía haber para separar un amor tan grande? ¿Por qué las parejas lo hacen todo tan complicado?  ¿Por qué no seguir los instintos de los latidos del corazón? ¿Por qué aferrarse a lo cómodo y no arriesgarse para cambiar una vida para mejor?

No hay impedimentos para amarse, sólo pretextos porque el camino para encontrar la felicidad es inmenso, es interminable y siempre lleno de obstáculos; por eso siempre las parejas se rinden, por eso parece más sencillo regresar a lo que ya han vivido que intentar ver más allá de los miedos.

Taeyeon tarareaba lentamente la canción que su estéreo reproducía, la había cantado tantas veces que no era difícil seguir el ritmo de la música. Era su canción de amor.

¿Cómo se había dejado vencer por sus miedos tantas veces? Jamás tendría la respuesta.

Estacionó su automóvil dentro del garaje y sacó su maleta de la cajuela.

Su nueva vida era esa, viajar de ciudad en ciudad al menos tres veces al mes. Una sesión de fotos en Boston, otra en New York para volver a su estudio de San Diego y planear los encuadres que utilizaría para la nueva película en la que estaba trabajando, la tercera película en la que estaba trabajando.

Después del gran éxito indie que había tenido la película de Sebastian filmada en Canadá, le habían llovido varias propuestas cinematográficas y tras su regreso al mundo de la fotografía artística, el estudio tenía más trabajo que nunca. Todo iba bien en su vida laboral.

Nana ahora era una de las más conocidas actrices del país, se regocijaba en su éxito y con el tiempo se había enamorado de alguien más; Taeyeon estaba feliz por ella, sabía que jamás iba a poder darle algo más que una amistad y, por suerte, aún se veían cada tres semanas para una nueva sesión de fotos porque Nana podría ser la actriz mejor pagada del mundo, pero su lealtad a su fotógrafa favorita jamás se acabaría.

Taeyeon ahora visitaba el lugar donde sus padres habían fallecido siempre que viajaba a New York, dejaba dos rosas blancas sobre sus nombres y se dedicaba a platicar con ellos en ese lugar por horas. Era lo único que podía tener de ellos.

La antigua casa de sus padres siempre estaba tranquila, no había más ruido que el del mar golpeando las rocas de la costa o la energética Ginger ladrándole a los pájaros que visitaban los hermosos jardines de su madre; pero esa tarde no todo estaba tan tranquilo como acostumbraba. Pudo distinguir en su sofá a alguien que no debería de estar ahí, pero estaba.

"¿Qué demonios haces aquí?" Preguntó Taeyeon dejando caer su maleta sobre la loseta de su casa.

Un par de ojos que la observaron irritados.

"Estoy cargando un bebé de siete meses en mi vientre y lo que menos necesito es otra persona loca que me esté gritando." Contesto con la voz de fastidio que Taeyeon conocía perfectamente "Jonathan me estaba colmando la paciencia ¿Te ayudo con algo? Ve a descansar o ¿Crees que se parezca a ti?... así que perdóname por venir a buscar un poco de tranquilidad a tu casa."

"¿Dónde dejaste a Johnny?" Taeyeon se dejó caer en el sofá frente a ella.

"En casa con su padre, no deja de tocarme el vientre y preguntarme si ya puedo sacar a su hermanito. Los hombres creen que es tan sencillo." Sunny rodó los ojos "Y las lesbianas que le deja