Capítulo XII

Pathcode

Luego de haberle encontrado unos días atrás, su primer instinto había sido: acercarse a él, pero al darse cuenta que Jongdae no parecía reconocerlo prefirió mantener su distancia. No iba a negarlo, dolía mucho saber que el menor no lo recordaba, que no era más que un extraño, pero a la vez no podía evitar sentirse aliviado de haberle encontrado.

Cuando había compartido sobre su encuentro con los demás, Sehun y Chanyeol parecían entusiasmados y felices, pero Kyungsoo se había mantenido estoico porque parecía haberse percatado de los detalles que Minseok decidió omitir. Cuando le cuestionó sus acciones el mayor no supo qué contestar. Había entrado en pánico y no había sabido qué hacer, así que planeó acercarse el día siguiente. Optaron por no acercarse en grupo, por mucho que Sehun había insistido, ya que podían aturdir a Jongdae pero cuando el momento llegó nuevamente se quedó congelado en el lugar, sus piernas no parecían responder. Era como si su subconsciente lo saboteara constantemente evitando un encuentro apropiado, había terminado por seguirle desde lejos y observar e incluso evitando cualquier tipo de contacto cercano, pero...sabía que tenía un límite.  

Llevaba unos días siguiéndole el rastro de tal manera que podía decirse que se estaba familiarizando con la rutina del otro. Sabía que se levantaba temprano, que al menos 2 días a la semana solía correr por las calles por unos buenos 20 minutos. Se preguntaba si al no recordar su pasado, algunos aspectos en su personalidad habían cambiado, es decir, el Kim Jongdae que recordaba odiaba ejercitarse y siempre intentaba encontrar nuevas excusas para evitar las jornadas de entrenamiento, en especial las matutinas, después de todo no era un amante de las mañanas contrario a Minseok, quien solía ser de los primeros en levantarse y despertar al resto de los miembros. Incluso si sus excusas en el pasado habían sido ignoradas por sus instructores no quitaba el hecho que el mayor extrañaba las quejas y pucheros diarios a mitad de sus rutinas. Sin embargo, este nuevo Jongdae parecía ser diferente, regresaba a su casa a desayunar y alistarse para el trabajo. Llegaba a la biblioteca exactamente a las 9 de la mañana y se pasaba el resto del día en el mostrador leyendo algunos libros, de vez en cuando se levantaba y recorría los estantes de la biblioteca mientras buscaba nuevo material para leer o para ayudar algún cliente rondando entre los pasillos. 

Ansiaba este momento por días, semanas, pero… ahora que lo veía, pensaba en cómo Jongdae parecía vivir una vida normal, cómoda y tranquila. No parecía tener preocupación alguna, ni temor acerca de lo que lo rodeaba o peligros que podían acechar en cualquier momento y no quería ser él quien rompiera la aparente burbuja de paz para el menor. Sin embargo, sabía que tarde o temprano tenía que hacerlo.  

Sus pensamientos fueron interrumpidos un día por la tarde, luego de su turno de trabajo cuando Jongdae parecía tomar una ruta diferente en lugar de regresar a su apartamento. 

Pasando el centro de la ciudad, en uno de los caminos que parecía llevar a las afueras había un pequeño lago, era algo desértico para el gusto de Minseok pero no podía negar que ciertamente tenía un aura relajante. Jongdae parecía familiarizado con el lugar significando que solía visitarlo seguido. El mayor mantuvo su distancia optando quedarse cerca de las sombras proyectadas por los árboles que se encontraban al borde del área verde. Al adentrarse en dirección al lago, el suelo a sus pies era más húmedo, el sol estaba a punto de esconderse al horizonte por lo que los rodeaba una agradable brisa que estaba seguro disminuiría su temperatura con el pasar de los minutos.  

Observó como el muchacho caminaba por un rato, deteniéndose unas cuantas ocasiones para recoger lo que parecían ser pequeñas rocas antes de lanzar algunas al lago que se encontraba frente a él.  Pasados unos minutos se acercó a lo que parecía ser unas rocas más grandes al lado de unos troncos que seguramente habían sido cortados recientemente, y se sentó sobre una de ellos. Debido a la distancia, Minseok no podía diferenciar con exactitud lo que el menor estaba haciendo, pero pasó unos minutos examinando las pequeñas rocas en sus manos antes de levantar la mirada al cielo. Podía ver parte de su perfil y su espalda, pero eso bastó para percatarse de la expresión que adornaba el rostro de Jongdae, su corazón se sintió un poco aliviado de ser capaz de reconocer las emociones en su rastro. Al haber sido tan … “cercanos” por así decirlo, consideraba que el menor podía ser como un libro abierto, reflejando sus emociones y sentimientos en su mirada o con alguna expresión facial y por la mayor parte de tiempo que pasaron juntos había sido capaz de diferenciar hasta el más mínimo cambio, y si estaba en lo correcto en esta ocasión podía diferenciar ...incertidumbre.  

Tal vez se había equivocado, no había tenido ningún contacto directo con él desde que le había encontrado, por lo que no tenía idea si la ausencia de recuerdos había generado algún cambio en su personalidad o sobre sus actuales inquietudes. Era injusto para los demás que no los dejara acercarse, pero insistía en ser él quien hablara con Jongdae, y aunque no se acercara mucho a él tampoco quería dejarlo solo, ¿qué tal si tenía que protegerlo? si algún peligro se avecinaba, uno del que el muchacho no tuviera conocimiento alguno. Lo había decidido, debía dar el primer paso, mañana sería el día en que hablaría con él. Estaba cansado de su propia cobardía en especial en momentos como estos en los que daría lo que fuera por saber qué es lo que el menor pensaba, qué es que lo mantenía en ese estado, tenía que dejar de huir y armarse de valor ...pero por ahora lo único que podía hacer esperar, esperar a que el momento llegara y pudiera ser de nuevo el confidente del menor.  

Pensaba en regresar cuando sintió el cambio repentino a su alrededor. El clima había estado caluroso, con un radiante sol desde hace unos días, tanto que Sehun se la había pasado rogándole para mantener fresca la habitación por las noches, y a pesar que Kyungsoo pensara que era innecesario y arriesgado no parecía quejarse cuando Minseok bajaba un poco la temperatura. Sabía lo que se avecinaba antes de escuchar el retumbar de los truenos a su alrededor. 

 


 

 

Los días eran iguales lo cual no hacía más que aumentar su frustración, incluso si esa palabra no era lo suficiente para expresar lo que sentía.

Había sido un iluso al creer que las cosas mejorarían de un segundo al otro, que al descubrir que tenía habilidades su vida cambiaría y tal vez recordaría su pasado y quién era realmente, pero...nada. No había cambiado nada. Tal vez el leer muchos libros últimamente le había convertido en un soñador, pensando que este sería el momento en que su vida cambiaría de tal manera que podría encontrar su destino o algo similar. Pero claro, la vida y el mundo real no son como en los libros. 

Se había dado por vencido en tratar de dar respuesta a sus sueños por las noches, a veces creía que podía ver pequeños fragmentos o facciones de diferentes personas, despertarse con el sonido de una risa que creía sonaba a su lado, pero en realidad se encontraba solo.  Pero no podía ignorar por completo ese sentimiento de incertidumbre, pensando frecuentemente, ¿Qué tipo de vida solía tener? 

Seguramente no había estado solo, tenía la sensación que la manera en la que había estado viviendo sus días era algo nuevo y diferente a lo que estaba acostumbrado.  

Sentía la necesidad de salir a correr por las mañanas o ejercitarse de vez en cuando por que su cuerpo se lo exigía, cómo una sensación de energía recorriendo por sus venas como si hubiera algo especial para él ahí afuera, y ahora al ser consciente que era diferente...no podía evitar la expectativa.

Seguramente había alguien más como él ahí fuera ¿cierto? No podía ser la única persona en todo el mundo que fuera diferente, con habilidades excepcionales. Si, había logrado confirmar que lo que había sucedido la primera vez no era casualidad, así como las demás que le siguieron, no quería dejarse guiar por casualidades, por lo que intentaba usar sus habilidades cuando el pronóstico anunciaba un clima totalmente diferente, con temperaturas altas y ninguna probabilidad de nubes o lluvias repentinas. Después de todo los rayos eran la consecuencia de una ruptura brusca de descarga electrostática en la atmósfera, había tratado de abarcar cualquier información posible de dicho fenómeno en libros para ver si encontraba una explicación o al menos un poco de coherencia en lo que estaba sucediendo.   

También había intentado usar sus habilidades en su apartamento, imaginando las cosas que podía hacer. Pensó en que existía la posibilidad de ser capaz de manipular cualquier tipo de electricidad, por lo que intentó su suerte con algunos electrodomésticos, comenzó frotando sus dedos para crear un poco de estática y se había llevado la sorpresa de visualizar pequeñas cargas si se concentraba, pero sabía que no podía hacer mucho más en espacios cerrados ya que terminó incendiado una cortina y un sofá ...afortunadamente pudo apagar el fuego antes que alguien en su edificio llamara a los bomberos.

Después de ese incidente decidió limitarse a lugares apartados, en los que no tuviera la posibilidad de lastimar a alguien en caso de un descuido...a lo mejor no había sido buena idea tratar de experimentar con cosas que aún eran desconocidas para él tan a la ligera. 

Últimamente se la pasaba la mayor parte del tiempo pensando en las cosas que podía hacer, seguramente tenía limitantes y todo, además de la vida que se supone que ha dejado atrás, ¿Había cambiado? ¿Qué tal si en realidad se encontraba sólo en el mundo?, si él olvidó a su familia… ¿ellos también lo olvidaron? ¿Había alguien ahí afuera que se preocupara por él, que le buscara?  

Falló en percatarse de cómo ese tipo de pensamientos comenzaron a desestabilizar su control y el cielo comenzaba a cambiar, volvió en sí cuando escuchó el sonido de los truenos a lo lejos, no era muy consciente de cómo su estado de ánimo parecía influir en las cosas que podía hacer, y en algunas ocasiones eso le asustaba, tal vez nunca sería capaz de controlarlo. Tal vez habían existido ocasiones similares en el pasado, tal vez había lastimado personas al no ser capaz de controlarlo. 

Una gran cantidad de pensamientos intrusivos flaquearon su mente, mezclados con la ansiedad que comenzaba a adueñarse de él.  Una punzada dolorosa atravesó su corazón, el cual latía rápidamente contra su pecho, sentía que le faltaba el aliento y que sin importar cuánto lo intentara el aire no alcanzaba a llegar a sus pulmones, tal vez eso podría explicar lo mareado que se sentía en el momento, su visión se llenó de parches blancos, no siendo capaz de ver nada a su alrededor. No sabía si estaba alucinando o recordado lo que parecía ser una habitación blanca cada vez que parpadeaba, por alguna razón esto solo le asustó más incrementando el dolor en su pecho ahora combinado con náuseas. 

Le parecía increíble ser capaz de distinguir los truenos a su alrededor cuando se sentía tan desorientado. Trataba de enfocarse, pero le parecía una tarea imposible, sus manos no dejaban de temblar, le pareció escuchar como si alguien estuvieses gritando en la distancia, sintió unos brazos a su alrededor intentando sostenerlo antes que todo se volviera oscuridad.  

 


 

 

Minseok no había sentido un miedo como ése en muchísimo tiempo. Era una mezcla de angustia y desesperación mientras corría apresuradamente hacia Jongdae. El súbito cambio de clima debió haber sido su anuncio, pero no esperaba que fuera a terminar de esta manera.  

Desde la primera vez que había conocido a Jongdae el joven era capaz de controlar sus habilidades, de hecho era uno de los que no había presentado muchas dificultades para completar las pruebas que sus mentores les asignaban, es por ello que ser capaz de presenciar los rayos iluminando el cielo y los truenos estrepitosos resonando constantemente era una sorpresa y no una agradable. En especial porque todo sucedió demasiado rápido. 

Logró llegar al lado del joven en cuestión de segundos y no pudo evitar tomarlo en sus brazos. Había llegado justo a tiempo antes que sus piernas flaquearan y colapsara en el suelo, escuchaba su respiración agitada y sentía el temblor de su cuerpo. ¿Qué es lo que acaba de suceder?  

No pudo detenerse a buscar una respuesta ya que los rayos a su alrededor no cesaban, incluso después que el joven perdiera el conocimiento. Si sus recuerdos no le fallaban, Jongdae había sido capaz de perfeccionar sus habilidades en el pasado, a tal manera que había desarrollado una técnica para protegerse a sí mismo de los rayos, pero dudaba que en ésta ocasión el joven lo recordara, peor aún estand inconsciente y Minseok no tendría mucha suerte si su presencia lograba atraer dichos niveles de energía. Tal vez fue descuidado y no se percató de sus alrededores, pero no dudó en crear una cristalina y sólida barrera alrededor de ellos, la humedad en el aire era suficiente para solidificarse en una especie de burbuja

Podía imaginar los titulares de las noticias para el día de mañana, hablando de la probable inestabilidad atmosférica y si tenían suerte, justificarían semejante fenómeno como efecto del cambio climático. Por fortuna se encontraban en un lugar desolado y esperaba que nadie fuera lo suficientemente estúpido para acercarse a ellos en estos momentos. Si Jongdae no había logrado llamar la atención de sus enemigos antes de este momento, ahora si lo había logrado.  

Se enfocó unos segundos en el muchacho y no pudo evitar la punzada en su corazón por lo frágil que se veía, un poco de sudor corriendo por su frente, su respiración se había calmado pero su expresión aún mostraba signos de dolor. Sentía las vibraciones de los truenos cada vez que un rayo impactaba con el hielo sobre ellos. Esperó unos segundos más antes de levantarlo en sus brazos y se volvió a preocupar al sentir que su peso era como el de una pluma, le había parecido que había perdido peso desde la última vez que le había visto pero no esperaba tal diferencia.

Los rayos a su alrededor se detuvieron en unos minutos y cuando los truenos comenzaron a zona cada vez más lejos, deshizo la barrera alrededor de ellos. Su primer pensamiento fue dirigirse al apartamento que compartía con los demás, pero sus pies lo llevaron automáticamente al hogar del menor. Gracias al súbito cambio de clima las personas parecían haberse asustado y despejaron las calles, lo cual le permitía moverse con mayor agilidad y comodidad. Se dio el lujo de respirar hondo luego de forzar la cerradura y depositar al muchacho en su cama. 

Pensaba en que debería buscar en los gabinetes del baño por alguna toalla para limpiar su sudor, en bajar un poco la temperatura para aliviar un poco el ambiente o ignorar la ansiedad que aumentaba al ver su apartamento sucio, pero no hizo ninguna de esas acciones. Se encontraba tan enfocado en observar el sube y baja del pecho de Jongdae cada vez que respiraba, en cómo su semblante no se relajaba y cómo sus manos seguían temblando ligeramente. Quería despertarlo, hablar con él, tomarlo nuevamente en sus brazos y acariciar su cabeza mientras susurraba que todo estaría bien ...pero tampoco podía hacerlo, su cuerpo no le obedecía y además no era correcto. Lo que antes habían sido acciones tan normales y cotidianas ahora se sentían muy íntimas para… dos completos desconocidos, después de todo el muchacho no sabía quién era y existía la posibilidad que el Jongdae que antes había conocido ya no existiera. Es por ello que con el pesar de su corazón se puso de pie y se dirigió hacia la puerta sin mirar atrás por temor a arrepentirse.

Los truenos no retumbaban más en el cielo, pero las nubes que traían consigo perduraron dejando en su lugar una tenue lluvia por lo que no se esmeró en contener las lágrimas que caían de sus ojos mientras se aventuraba por las calles de la ciudad. Detestaba la idea de mostrar debilidad ante cualquier persona, y tal vez el embotellar sus emociones no era bueno, pero era algo a lo que se había acostumbrado desde pequeño y sin importar cuánto había compartido con los miembros ellos mismos sabían que no solía llorar con frecuencia, de hecho, era el que menos lágrimas derramaba junto con Kyungsoo pero en esta ocasión no pudo evitarlo. 

Cuando menos lo esperó había logrado regresar, pero no se encontraba listo para enfrentar a los demás, estaba seguro que le recriminarían por lo que acababa de suceder y no tenía la menor idea de cómo excusarse, ni siquiera él estaba seguro de por qué había actuado así, ¿cómo era capaz de dejar a Jongdae solo en tal situación? …. Se sentía como un cobarde, pero ...solo podía esperar que el muchacho pensara que no había sido más que un sueño.  

 

*          *          *

 

 

A la mañana siguiente, había tenido que soportar las reprimendas por parte de Kyungsoo acerca de cómo estaban desperdiciando el tiempo, ignorar las miradas deseosas de Chanyeol de acompañarle pues sabía que él también moría de ganas de hablar con Jongdae y el desdén de Sehun, quien cada vez que tenía la oportunidad le recordaba que estaba siendo egoísta por “quedarse con Jongdae-hyung para el sólo”. No había compartido todos los detalles del día anterior y se sentía culpable. 

Tuvo problemas para conciliar el sueño ya que no había dejado de pensar en Jongdae y en cómo había sido suficiente, no podía seguir evitándolo tenía que armarse de valor y seguir adelante. Había disfrutado los días en los que iba a la biblioteca solamente para estar en el mismo lugar que el muchacho, pero eso ya no era suficiente para él.  

Consideraba que la biblioteca era hermosa y rica en su contenido y podía entender el por qué el menor pasaba la mayor parte del tiempo en ese lugar Incluso en sus días libres. Se encontraba actualmente en una de las mesas más alejadas de la entrada detrás de unos libreros con un libro en sus manos contando lo minutos para que comenzara el turno de Jongdae, en las ocasiones anteriores se limitaba a observar a través de los libreros, creyó que si leía un poco podría distraerse, pero terminó realmente sumergido en la lectura. 

Solía prestar atención a los libros que el menor parecía leer y cuando terminaba y los regresaba a su lugar, Minseok solía tomarlos. Al inicio lo hacía sólo para camuflarse dentro del entorno, pero ahora no podía evitar sentirse curioso, era consciente que nuevamente estaba haciendo lo posible para evitar acercarse. 

Estaba tan absorto en el libro que no se percató del momento en que alguien parecía estar observando desde la distancia. Ese alguien había atravesado la biblioteca y se encontraba actualmente sentado en la misma mesa justo al frente de él. 

El libro que actualmente leía narraba la historia de una joven que luchaba constantemente por alcanzar su felicidad afrontando diferentes obstáculos. Enfrentaba dificultades y justamente cuando creía que había encontrado el amor de su vida su mala suerte la persigue arrebatándole la felicidad que tan difícilmente había logrado alcanzar. Tal vez aún se encontraba sensible, o era la falta de sueño de la noche anterior, pero por alguna razón la historia le conmovió demasiado y comenzó a llorar, probablemente debido a que se sentía un poco identificado. Después de tanto tiempo había vuelto a encontrar a la persona que albergaba su corazón, pero éste no podía recordarlo. Se sobresaltó en el momento en que sintió una mano en su rostro. 

Levantó la mirada rápidamente encontrándose con el causante de sus lágrimas, la misma persona que hacía que su corazón latiera con más intensidad y actualmente se encontraba limpiando su rostro con un pañuelo 

No podía creer que después de todo este tiempo no había sido capaz de dar el primer paso, de ser él quien se acercara a Jongdae. Había estado tan concentrado en su lectura que no había sentido su presencia, se había movido silenciosamente cómo un gato.  

Se preguntaba qué clase de expresión mostraba su rostro en esos segundos, pero esperaba que el muchacho no pudiera notar sus nervios y melancolía. ¿Este nuevo Kim Jongdae cargaba pañuelos? Probablemente era una pregunta estúpida en el momento, pero parecía ser el único pensamiento que ocupaba su mente.

*       *   *

 

Ambos se miraron fijamente y fue cuando el Chen se percató en la mirada del otro... le era demasiado familiar, su nariz, la forma de sus ojos... Tenía la sensación de haberlos visto antes.

— Lo siento yo... Actúe sin pensar. — Estaba seguro que debía de parecer un tonto al haber reaccionado de esa manera, se disculpó rápidamente pero no recibió ninguna respuesta. 

— ¿Es un buen libro, no crees? Aunque yo también me sentí muy triste por la protagonista. La autora debería advertir sobre leer con un pañuelo cerca por si acaso...— comenzaba a preocuparse al ver que el otro no parecía salir de su admiración.

— Sé que mi atractiva apariencia suele dejar a las personas sin habla, pero, me gustaría poder entablar una conversación. — Ante ese comentario obtuvo una reacción, pero no sabía si era del todo buena o mala. Más lágrimas comenzaron a rodar por su rostro al escuchar ese último comentario y peor aun cuando veía cómo sus labios mostraban una pequeña sonrisa. 

—Mi nombre es Chen. — Aclaraba mientras volvía a ofrecerle el pañuelo. —Creo que este es el momento en el que me dices tu nombre. — 

—... Kim Minseok. — murmuró mientras tomaba el pañuelo para limpiar su rostro.  

—Minseok. No quería asustarte, en verdad lo lamento, pero llevaba días preguntándome tu nombre. — al ver cómo el joven enfrente de él parecía sorprendido, se apresuró a aclarar — Te he visto los últimos días en biblioteca, y déjame decirte que no fuiste muy sutil mientras me seguías por todas partes. — 

—¿Quién dijo que te estaba siguiendo? — 

—Pues era eso o un ser supremo del destino tenía planeado nuestro encuentro. Cada uno de los lugares a los que voy últimamente, pareces estar ahí. — 

—No le veo problema alguno a visitar una biblioteca, cualquiera puede disfrutar de un buen libro. Todos necesitan ir a un supermercado de vez en cuando... Cualquiera puede correr por las mañanas. — 

La sonrisa que había portado segundos atrás se disolvió lentamente, miró a su alrededor asegurándose que nadie estuviera prestándoles atención antes de dirigir una mirada seria al muchacho que acababa de conocer. 

— ¿Eras tú junto al lago el día de ayer cierto? —  

— ¿Perdón? —  

— No tienes por qué fingir, sé que eras tú. —  

Había considerado pedir un día libre y quedarse en su apartamento descansando, se había despertado con una desagradable migraña usando las mismas ropas que el día anterior pero no tenía ningún recuerdo de haber regresado a su hogar. Lo último que recordaba era haber tenido una especie de ataque de pánico antes de perder el control. Estaba seguro que eso había sido real, por nada del mundo podría haber sido un sueño, pero no recordaba detalles. ¿Era posible que su pérdida de memoria sea una condición progresiva? ¿era cuestión de tiempo para que siguiera olvidando más aspectos de su vida? Bueno, en este caso de su segunda vida. 

Muchas preguntas se comenzaron a formar por su mente aumentando su migraña, razón por la cual se armó de valor a salir de su cama y a descartar la idea de quedarse en su apartamento. Estar solo en esos momentos le harían volver a cuestionar cada aspecto de su vida.

— Tú me llevaste a mi apartamento después de…—  En cuestión de segundos su estado de ánimo había decaído y comenzaba a sentirse ansioso. Sensación que aumentaba al no obtener respuestas del muchacho frente a él. 

. — ...Por favor...— Ante su tono suplicante el joven suspiró y Chen pudo ser capaz de ver el cansancio que se reflejaba en su rostro.

— No se suponía que fuera así. —  

— ¿Qué cosa? ¿De qué estás hablando? Por favor, necesito respuestas. Viste lo que sucedió ayer, has estado siguiéndome por días… ¿Tú sabes quién soy?...no, ¿quién era yo? —  

Antes de que pudiera levantar su tono de voz Minseok cerró el libro que aún se encontraba en sus manos y se puso de pie. Dirigió una mirada a su alrededor. 

 — Será mejor que hablemos en otro lugar. — No tuvo que decir ni una sola palabra más para que Chen le imitara, y le siguió hacia la salida. Su compañero de turno se encontraba en el mostrador, estaba seguro que esto era más importante. Por lo que no se detuvo a notificarle sobre su salida temprana, se apresuró a seguir el paso de Minseok.  

Tenía un poco de miedo, sabía que era un desconocido …bueno, tal vez no, pero, se encontraba sólo, confundido y lo único que quería eran respuestas. No creía que el muchacho podía tener malas intenciones, no parecía ser el tipo de persona que lastimara a otros.

Estaba tan enfocado en seguirle de cerca que no se percató que el muchacho los estaba guiando al mismo lugar del día anterior. Le gustaba creer que ese lago era su lugar secreto, pero podía ignorarlo por unos segundos. Se detuvo súbitamente que estuvo a punto de chocar con su espalda. Vio como Minseok sacaba un celular de su bolsillo antes de volver a guardarlo. 

— ¿Qué estamos haciendo aquí? —  

— Es mejor si nos encontrábamos en un lugar lejos de los ojos de cualquier persona. —  

— ¿Por qué? ¿Eres uno de los tipos malos? —  

— ¿Tipos malos? —  

— Si ya sabes, como en las películas y los libros. Siempre que hay héroes atractivos con súper poderes suelen haber villanos detrás de ellos. —  

— … ¿Héroes atractivos? — No se consideraba un experto en leer las expresiones de los demás, pero estaba seguro que Minseok estaba confundido.

— Ese no es el punto. Si sabias de este lugar, estas confirmando que eres la persona de ayer y si eso no era sorpresa para ti significa que sabes quién soy y lo que puedo hacer, así que ...será mejor que comiences a hablar y quiero con la verdad. — 

— Espera un momento, ¿Acabas de amenazarme? — 

— … ¿Tal vez? —  

— No tienes de qué preocuparte, contestaré todas tus preguntas y no tienes por qué tener miedo. Yo jamás te lastimaría. —  

— No tengo miedo. —  

— Claro que sí, tu tono te delata, además retrocediste unos pasos desde que comenzaste a hablar. —  

— ...Podría estar poniendo un poco de distancia entre nosotros porque… en cualquier momento un rayo podría caer sobre ti y … está bien tal vez tengo un poco de miedo, pero por favor, ponte en mi lugar. No recuerdo nada antes de mi vida en este lugar y no tengo la más mínima idea de lo que está sucediendo. — 

— Lo sé, lo lamento. Está bien, dispara. —  

— ¿Quieres que te lance un rayo? — 

— ¡¿Qué?! ¡No! Hazme tus preguntas. O por dios, realmente no has cambiado. —  Por alguna razón...le gustó el sonido de esas palabras. Todo este tiempo había pensado que era nadie, una persona sin conexiones con ninguna otra persona que se encontraba solo, que nadie nunca podría entenderle. Pero tal vez alguien ahí afuera le conocía, sabía quién era. Había esperado este momento, por obtener respuestas, pero… no sabía por dónde comenzar. 

— De acuerdo, uhhm ... ¿Soy un alien? —  

— ¿Alien? ¿Qué demonios? Se supone— 

— Contesta la pregunta. — su tono era serio, iba a tomarse este momento con la mayor seriedad del mundo y en realidad quería saber si en algún momento de su vida su piel cambiaría de color o algo por el estilo. Le vio rodar sus ojos y suspirar antes de contestar.

 — No. No somos aliens pero...tampoco somos humanos. No del todo. Nuestro mundo es diferente a este, pero, a la vez muy similar, podría decirse que son como paralelos. — 

— ¿Existe más de un mundo? wow...—Podría ser una broma, sonaba muy extraño pensar en cosas así, pero había dejado de creer en lo normal desde que podía crear rayos con las palmas de sus manos. —Digamos que te creo y que lo que dices tiene coherencia, en este “otro” mundo… ¿todos tienen poderes? —   

— No. Cada cierto tiempo nacen personas que heredan la voluntad de las fuerzas que han protegido nuestro mundo por generaciones. Tu eres uno de ellos, heredaste los poderes del trueno. — 

— ¿Cómo Thor? — Lo había pensado antes, pero descartó la idea rápidamente por lo tonto que sonaba en su cabeza. Al ver que Minseok no parecía entender de lo que estaba hablando agregó. —Ya sabes...uno de los dioses nórdicos...Thor, el dios del trueno, rayos. ¿no? Necesitas referencias más populares,… pero ¿Qué hay de ti? ¿También tienes poderes? — En lugar de responder, Chen observó cómo extendía su mano delante de él y pequeños copos de nieve comenzaron a formarse sobre la palma de su mano.  

— Eso es increíble. — cerró la distancia entre ellos para poder apreciarlo con más claridad. Le parecía asombroso, realmente hermoso que pudiera crearse de la nada. Intentó tocar los copos de nieve, pero se derretían al contacto con su piel. Cuando se percató de la distancia entre ellos, volvió a dar un paso atrás. 

—Lo siento, es la segunda vez que invado tu espacio personal. — nuevamente el muchacho prefirió no contestar verbalmente, solo asintió. — Bien, esto elimina mi teoría de ser el único elegido de profecías antiguas. ¿Cuantos más heredaron la voluntad de estas fuerzas? —

—10 más...de hecho, 3 viajan conmigo. Les dije en dónde estamos, deberían ser capaces de llegar aquí en cuestión de minutos. —

—Oh, um y ellos… ¿ellos también me conocen, digo que me conocían antes? — 

—...Si, éramos muy unidos. — 

—Unidos como, ¿amigos? — Ni siquiera intentó detener la emoción que sintió con esa simple palabra de manera que sabía que estaba sonriendo como un tonto incluso si el joven frente a él no se veía tan feliz. 

—...Si, como amigos. En realidad, esa palabra no es suficiente. Somos como familia. — 

¿Podía ser esto lo que hacía falta en su vida, ese vacío que sentía por las noches, esa soledad? — ¿Sí éramos como familia...por qué solo tu estas aquí? —  

Después de un prolongado silencio Minseok le respondió en un tono muy bajo, si no hubiera está prestando mucha atención tal vez no le hubiera escuchado —Es mi culpa. Les dije que quería ser yo quien hablara contigo primero. — 

—¿En serio? ¿Por qué? — El muchacho volvió a esquivar su mirada. 

—Pensé que podía ser un poco abrumador para ti, eso es todo. —

— Gracias. Aunque seguirme por toda la ciudad fue algo muy extraño. — Lo que en realidad era aún más extraño es que las palabras de Minseok le hacían sentir feliz, satisfecho por primera vez desde que podía recordar. No se encontraba solo, había más personas como él, eran sus amigos, su familia como había dicho el otro. No tenía todos los detalles, no les recordaba lo cual le hacía sentir un poco culpable, pero podía volver a conocerlos. Alguien que apreciara su compañía. Sin embargo, había dos cosas que aún le inquietaban.

— Oye...esto de tener poderes es riesgoso ¿cierto? —  

—...Lo es. — 

—Ahora todo tiene sentido. Escucha...Supongo que muchas cosas sucedieron en el pasado y lo lamento, por tu mirada sé que estás triste que no te recuerde. Digo si éramos amigos muy cercanos… y ahora soy como un completo extraño. Realmente me gustaría saber qué tipo de persona era antes o al menos qué es lo que solíamos hacer, como no lo sé ¿teníamos peleas con monstruos o villanos algo por el estilo? — 

—Creo que deberíamos reunirnos con los demás para poder discutir eso. Pero solamente diré que solías ser una persona muy impulsiva desafiando a nuestros instructores por demostrar el control que tenías con tus habilidades. — 

— Mmm puedo imaginarlo. Entiendo, bueno supongo que eso explicaría muchas cosas. Digo las cicatrices y todo lo demás. — 

—… ¿Cicatrices? —  

— Si, cuando llegué aquí al parecer estaba un poco lastimado y por fortuna unas personas muy amables cuidaron de mí, pero no quería ser una carga para ellos. — mientras hablaba había comenzado a enrollar las mangas de su chaqueta, dejando al descubierto una cantidad de cicatrices a lo largo de su brazo. Habían cerrado y cicatrizado hace un tiempo, así que no dolían en lo absoluto. Ambos brazos estaban en la misma condición, aunque no era mucho en comparación a su abdomen y su espalda. Todo este tiempo había pensado que eran el resultado de algún tipo de accidente y también podría explicar su pérdida de memoria. 

Minseok tiró de su brazo fuertemente examinando detenidamente su brazo izquierdo revelando el resto de su antebrazo antes de repetir la misma acción con el lado derecho. Sintió como la presión que ejercía en ellos incrementaba un poco pero no lo suficiente para lastimarle. 

—¿Minseok? — Al escuchar su nombre aflojó su agarre, pero sin soltarle del todo, su mirada se veía triste dándole la impresión que tal vez el joven no tenía conocimiento de las heridas que decoraban su cuerpo. 

—Lo lamento. — 

—No tienes porqué disculparte, estoy bien. Además, son heridas viejas, no siento dolor. — Tal vez prefería mantener el secreto que por las noches no sabía si alucinaba el ardor en su cuerpo y la sensación de constantes inyecciones, no quería preocuparle de más por el momento. Sintió la necesidad de cambiar de tema nuevamente, el aire entre ellos se sentía tenso con una fragilidad extraña y eso le incomodaba, tenía poco tiempo de conocer a Minseok pero no quería que ese tipo de ambiente entre ellos fuera recurrente, simplemente no se sentía bien.  

—¿Puedo hacerte una última pregunta? —

—¿Sólo un más? ¿Eso es todo? Creí que serías más curioso. — 

—Oh no, créeme tengo muchas preguntas más, pero … hay algo que necesito saber. — Minseok le vio expectante y ...se sentía nervioso. No quería sonar como un tonto por no recordar algo tan básico como eso, el resto de inquietudes podían esperar. 

— Verás, yo quería saber...Aún digo quiero saber, cuál… jaja de hecho, si lo pienso bien es muy tonto que no te preguntara esto antes supongo que es porque estaba nervioso y una parte de mí se siente mal por no recordar esto ¿sabes?  pero… ¿Cuál es… cuál es mi verdadero nombre? — Tal vez se sentía un poco ansioso y por ello no se percató del momento en que sus manos comenzaron a temblar hasta que sintió como Minseok apretaba suavemente su muñeca en señal de apoyo. Sintió como una lágrima rodaba por su mejilla al ver la mirada cálida del otro. Hace unos momentos esos ojos parecían vacíos, pero ahora podía sentir cómo transmitían una calidez familiar, lo cual le parecía un poco irónico sabiendo que poseía habilidades de hielo.

 — Kim Jongdae. — En esta ocasión fue Minseok quien limpió sus lágrimas usando el mismo pañuelo que él le había dado hace unos minutos ¿o habían sido horas? No lo sabía ni le importaba. El tiempo era la menor de sus preocupaciones por el momento, lo único que podía pensar es que su corazón dio un vuelco cuando escuchó su nombre proveniente de los labios de Minseok, seguramente era las emociones tomando control del momento, pero se sentía extrañamente feliz. Pensó que su nombre podría sonar extraño cuando lo escuchara, pero se llevó la agradable sorpresa de sentir lo contrario. Por primera vez en mucho tiempo se sentía...completo.  —Tu nombre es Kim Jongdae. —

Quería perderse en la sensación de pertenencia, de comodidad que sentía con el joven, aunque fuera por unos segundos más, ¿se sentía así porque era alguien de su pasado? ¿se sentiría así con el resto? Lo añoraba, pero… a la vez esperaba que fuera algo único.  Vio como algo parecía moverse detrás de Minseok, cerca del borde de los árboles.  

—… ¿Esos son tus amigos? — Minseok siguió su mirada y antes que este pudiera reaccionar se posicionó delante de Jongdae a manera de escudarle. Eran siete hombres con vestimentas de color blanco, pantalones, camisetas y chaquetas blancas, un poco extraño si le tenía que admitirlo. Cuatro de ellos portaban armas de fuego y parecían estar apuntando hacia ellos.

—No se muevan. Tenemos órdenes de llevarlos con nosotros y no lastimarlos, pero no dudaremos en usar la fuerza si es necesario. — No entendía lo que estaba sucediendo, pero percibía que no eran buenas noticias para ellos. Podía sentir como Minseok lo empujaba a retroceder con tal de mantener distancia.  

—¿Recuerdas que preguntaste acerca de los villanos de los héroes? — 

—¿Si? — 

— Pues si nos consideramos los héroes, estas personas frente nosotros son los villanos. — La hostilidad en el tono de Minseok le erizó la piel por un segundo. No pensaba encontrarse con este tipo de situaciones tan rápido.  —Jongdae, ¿confías en mí? — Sintió como su corazón se aceleraba al escuchar su nombre, estaba seguro que no tendría problemas para acostumbrarse. 

—Por supuesto. — Tenía minutos de conocerlo y tenía la sensación que podía confiarle su vida. Creyó que Minseok provocaría una distracción para que pudieran escapar, pero no fue así. Apareció casi de la nada, le pareció escuchar el sonido de un disparo, pero no llegó a ellos debido a la barrera de hielo que se edificó rápidamente frente a ellos. Podía sentir como el clima a su alrededor había comenzado a cambiar, la temperatura había disminuido pero la mano de Minseok que sostenía la suya seguía cálida. 

 

*       *      *

 

La última vez había tratado de detener a Sehun pero ahora le comprendía, después de ver las cicatrices de Jongdae y recordar la última vez que le había visto antes que se separaran fueron los detonantes perfectos para no contenerse esta vez. Pensó que la mejor opción era escapar, alertar a los demás y evitar más conflictos, pero...la verdad no quería dejar pasar la oportunidad. 

Tal vez ahora podía comprender más los sentimientos de Luhan, cómo se molestaba por tener que aparentar ser más débil de lo que realmente, era primero con sus instructores y después con los humanos, pero ya estaba cansado. No iba a permitir que los eventos se repitieran.  

Aprovechó la humedad del aire y la que obtenía del lago que se encontraba a su lado, y creó una pared de hielo para escudarse de los ataques a distancia, podría pedirle ayuda a Jongdae para manipular el clima más rápido, pero no quería arriesgarse, sabía que el menor aún no tenía total control de sus habilidades. Tenía que aprovechar el tiempo en que tardaron en cambiar de estrategia por lo que soltó la mano del menor para moldear pequeñas balas de hielo, si hacía buen uso de la velocidad al lanzarlas podían ser letales pero lo que necesitaba era detenerlos por el momento así que apuntó a sus piernas. 

Algunas lograron su objetivo, pero otras fueron esquivadas con un poco de dificultad, necesitaba saber si habían más escondiéndose o si conocían con exactitud en dónde se encontraba los demás así que empujó su barrera hasta arrinconar al enemigo y ampliarla sobre ellos con la finalidad de capturarlos. Su hielo podía ser inquebrantable si lo reforzaba con más y más capaz de hielo, parecieron percatarse que sería inútil intentar salir cuando intentaron disparar a las frías paredes solo para que las balas impactaran contra el hielo.  

Tenía que comunicarse con los demás para advertirles. Miraba a su alrededor buscando algún otro escondido entre los árboles mientras sacaba su celular cuando escuchó unos gritos acercarse hasta que algo parecía chocar con la prisión de hielo. Tres personas vestidas con los mismos trajes blancos habían sido empujadas por el viento, eso sólo podía significar una cosa. 

— ¡Minseok-hyung! — Un agitado Sehun aparecía entre los árboles corriendo hacia él deteniéndose solamente cuando vio a Jongdae detrás de él. Minseok se apresuró a crear otra barrera capturando a las personas que el menor había atacado quienes debido al impacto habían quedado inconscientes. 

— Sehun, ¿Qué está pasando? — Podía ver como el menor se estaba esforzando por no correr a los brazos de Jongdae al tenerlo nuevamente tan cerca, pero las reuniones deberán esperar, lo primero era aclarar la situación.

— ¡Sehun! — El menor se sobresaltó y podía ver los indicios de lágrimas asomándose por sus ojos. 

— Recibimos tu mensaje y nos apresuramos a venir, pero, estaban a las afueras de la ciudad. Eran tres camionetas repletas de ellos. — dijo indicando a los prisioneros, los que se encontraban aún consiente intentaban romper la barrera a toda costa. — Kyungsoo-hyung se encargó de unos de ellos, pero se habían dividido, perseguí a unos cuantos y cuando vi el lago detrás de los árboles ataqué por detrás. — 

— Cuando dices que se “encargó de ellos…”—  Se percató que Jongdae no sonaba extrañado ni asustado a pesar de lo que acababa de presenciar. Sabía que Kyungsoo tampoco se contendría si encontraba alguno de los doctores o los guardias de ese lugar. Todos habían tenido suficiente. En esta ocasión el mayor no pudo detener a Sehun cuando se acercó hasta envolver a Jongdae en sus brazos.  

Sabía que el menor se sentía feliz de verlo de nuevo y aunque pensó que Jongdae no se movería, el joven le devolvió el abrazo un poco tentativo pero el mayor podía ver como se relajaba ante el contacto con Sehun.

— ¡Te extrañé mucho Hyung! Sé que no me recuerdas, pero soy tu hermano favorito sin importar lo que digan los demás. No vuelvas a dejar que Minseok-hyung sea egoísta y te guarde sólo para él. — efectivamente Jongdae se sentía confundido y la mirada que le dirigía sobre el hombro de Sehun era evidencia de ello y aún sin saberlo le aseguraba al menor que lo tendría en mente. Era una imagen adorable para Minseok, Sehun era el menor de todos, pero era de los más altos y verle cómo se aferraba a Jongdae quien era como 3 cabezas y media más pequeño que él le enternecía.

— ¡Hyung! — Chanyeol y Kyugsoo salieron de las sombras de los árboles, por el camino que Sehun había abierto previamente y también pudo ver cómo ambos querían imitar al menor y acercarse a Jongdae pero tenían trabajo que hacer.  

Los sonidos provenientes de las personas dentro de la prisión de hielo de Minseok comenzaban a desistir debido a que se había asegurado que el poco aire que quedara dentro de las paredes de hielo era frío y ya que no dejaban de moverse y a respirar agitadamente por la adrenalina. Era cuestión de tiempo para que el oxígeno escaseara. 

Kyungsoo le puso al tanto de la situación y era básicamente lo mismo que Sehun había comentado, quien actualmente se negaba a soltar la mano de Jongdae o más bien su brazo ya que el menor estaba aferrándose al joven, no quería siquiera alejarse de él. Lo cual en realidad no parecía molestarle.  

Podían dejar a los prisioneros y esperar que se asfixiaran, pero a la vez los ponía en riesgo de ser encontrados nuevamente. Kyungsoo se sentía ansioso porque parecían haberlos rastreado muy rápido así que tenían que tomar una decisión rápido y regresar por sus cosas para moverse nuevamente. 

— No podemos dejarlos ir. — Murmuraba Sehun. Sabía que se molestaría si Minseok lo mencionaba, pero sonaba como un niño berrinchudo, porque en verdad lo era. Lo que le preocupaba esta vez es que apoyaba el comentario del menor. Tal vez no fueron ellos los que lastimaron a Jongdae en el pasado, pero le molestaba muchísimo saber que trabajaban para las mismas personas.

— Si uso mi fuego, probablemente la barrera se derrita. — Odiaba admitirlo, pero tenía razón, sin importar el grosor de su hielo Chanyeol era el único que podía desafiarlo, después de todo sus fuerzas eran contrarias. La opción más fácil era …matarlos para que no pudieran alertar a los demás de su posición, pero a la vez levantaría sospecha el no obtener noticias de ellos. Consideró pedirle a Jongdae si podía dirigir algo de energía a través del hielo para no tener que ensuciarse las manos, pero la idea de ver al muchacho cometiendo tal acto...no le parecía buena idea. 

Aunque tomó unos segundos de discusión, pero una mirada de Kyungsoo agilizó el proceso y Sehun obedeció sin decir una palabra más. Iban a dividirse, Chanyeol, Sehun y Jongae regresaría por a su apartamento a empacar las cosas para moverse nuevamente, Almaty tampoco era un lugar seguro. Ninguno de los dos sabía qué hacer, cómo afrontar ese tipo de situaciones, ninguno de ellos estaba ofreciendo alternativas coherentes, por lo que el menor se desesperó y movió el suelo debajo de ellos para asustarlos antes de abrir un agujero, provocando que se lastimaran más antes de sepultarlos completamente.  

Minseok temía que todos se habían corrompido cruelmente en este mundo siendo afectados por los sentimientos que predominan sobre los humanos, como la ira, ambición y competencia. Sin embargo, no se sentía del todo culpable, por lo que luego de asegurarse que no quedaba rastro visible de ellos sobre la superficie, se deshizo de las paredes de hielo, después de todo estaban formadas a base de humedad y agua.

Debían que huir de nuevo, pero no tenía idea de a dónde ir.

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Comments

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spreadloveyeah
#1
♥️ Remember you are loved, please always be happy♥️