Le tomó más tiempo de lo necesario el regresar a su apartamento debido a lo cansado que se encontraba…además que el bar en el que había pasado las últimas dos horas tenía que cerrar por los “súbitos cambios climáticos”, El encargado del bar le había sugerido que regresara a casa para que no corriera riesgos de resfriarse, Como si el clima me afectara.

Luego de tomar el tren de regreso aún le quedaba un largo camino que recorrer, es por eso que siempre llevaba consigo una patineta, le resultaba más cómodo que una bicicleta o un auto…aunque prefería no gastar demasiado en un auto, no podía darse el lujo de gastar demasiado dinero.

Debía admitir que Berlín era sin duda alguna una ciudad hermosa y realmente desearía tener el tiempo para poder visitarla como se debe, poder pasar por la Isla de Museos o el Boulevard Unter de Linden, según lo que decían los ciudadanos eran lugares que cualquier turista debería visitar…de no ser porque todo el tiempo se sentía como un fugitivo, teniendo que cuidarse la espalda todos los días sin poder bajar la guardia. Además, trataba de mantener un perfil bajo y no llamar la atención, una buena razón del por qué su apartamento se encontraba en las afueras de la ciudad.

Eran las 5 de la madrugada cuando por fin iba acercándose a su apartamento, pero no podía evitar sentirse derrotado de nuevo, había pasado días buscando alguna pista, algún tipo de rastro que pudiera servirle de ayuda para encontrar a los demás pero nada parecía funcionar. No tenían tiempo que perder, eran buscados y perseguidos de nuevo y a pesar del riesgo Minseok creía que lo mejor era hacer lo posible por regresar, obviamente con una estrategia en mente, esta vez la meta no era ser capturados sino infiltrarse, es lo menos que podía hacer por los que se quedaron atrás.

Puede que los demás no estuvieran de acuerdo una vez les contara de su plan pero…tenía que hacerlo, sentía cierta responsabilidad y sentimiento de culpa cada vez que pensaba en ello, además de hacerlo sentir solo. Si, Suho era su líder pero Minseok era el mayor de todos y probablemente era ese el por qué también sentía que su deber era mantener a los demás a salvo, eran una familia después de todo y nadie aprecia ver sufrir a su familia mucho menos a sus hermanos, es un lazo inexplicable que solo ellos eran capaces de comprender, y estaba seguro que esos que dejaron atrás también lo sentían…fue esa la razón por lo que todo sucedió.

Kris, Luhan y Minseok estaban cansados de ver como todos sufrían y algunos eran incluso torturados a manos de esas personas y al ser mayores lo único que querían era proteger a los demás, era obvio que Suho también lo sentía pero…era el que se encontraba la mayor parte del tiempo con las manos atadas…todos tenían un punto débil y ellos encontraron rápidamente el de su líder. Es por ello que aún con dificultades planearon la forma de escapar. Todos eran conscientes que Minseok era una persona reservada pero aun así se preocupaba por todos, e incluso a pesar que su poder no hacía nada más que congelar todo lo que estuviera a su alrededor había una sola persona que lograba mantener cálido su corazón. Sacudió su cabeza tratando de alejar todo ese tipo de pensamientos que abarcaban su mente, no podía darse el lujo de pensar en eso ahora.

Había intentado de todo estos últimos días, pero su paciencia se agotaba y se sentía desesperado, razón por la cual había pasado toda la noche recorriendo frenéticamente cada rincón de la capital yendo cada vez más lejos, pero no hizo nada más que agotar sus energías sin quitar el pesar en su corazón.

Lo único que lo mantenía distraído por el momento era la música. Sabía que no estaba ni por cerca de la voz que realmente ansiaba escuchar en una melodía pero no podía hacer nada más que resignarse. Ya había tenido suficiente por el día, estaba cansado y con cada paso que daba no hacía nada más que perder la esperanza.

Es cuando por fin logró entrar a su apartamento ubicado en la tercera planta del edificio que sintió que no podía más. Éste era muy amplio, o al menos así parecía porque carecía de muebles. No consideraba necesario tratar de hacerlo ver como un hogar cuando sabía que estaba lejos de serlo, le bastaba con una cocina, un lugar para dormir y solo porque era parte de la habitación, contaba con un televisor y un sofá al centro de la sala. A pesar que siempre lo habían considerado como el miembro más ordenado y aseado –tendía a ordenar todo a su alcance para combatir el estrés o ansiedad- ahora ni siquiera eso podía calmarlo. Es por ello que su apartamento se encontraba con basura por el suelo sin mencionar la cantidad de directorios telefónicos de diferentes países que había adquirido, no hacía mal buscar en ellos también por cualquier pista… aunque no le sorprendió cuando no encontró nada, una parte de él se encontraba aliviado que al menos ninguno de ellos había sido tan tonto para registrarse y darse a conocer muy rápido, pero por otra parte se sentía desilusionado de terminar con las manos vacías.

A pesar de lo cansado que se encontraba se le hacía difícil poder conciliar el sueño, por lo que fue a la cocina por un vaso con agua y luego de tachar más lugares en un mapa que mantenía sobre la mesa, se derrumbó en el sofá. Era demasiado temprano así que dejo de pasar por los canales sin siquiera ser enteramente consciente de lo que veía hasta que empezó a sentir como sus ojos se cerraban por si solos. Justo cuando comenzaba a relajarse y cerrar sus ojos por completo, el sonido del televisor hizo que se sobresaltara rápidamente, enfocando la poca atención que tenía en el aparato frente a él. El sonido era por una estática en el televisor, ¿Qué sucede con esta cosa? Lo que apareció segundos después hizo que su sueño y cansancio se esfumaran por completo.

Podía identificar diferentes imágenes distorsionadas por la estática, paisajes y objetos al azar, no comprendía lo que sucedía y consideraba apagar el televisor hasta que una imagen clara apareció frente a él.

Podía reconocerlo donde fuera, a pesar que su cabello oscuro se encontraba más largo desde la última vez que lo vio, justamente cayendo sobre sus ojos, los cuales parecían estar un poco distantes pero con un toque de inocencia y bondad en ellos, incluso ahí podía verlo. Sus pómulos pronunciados solo hacían que se viera más perfecto ante los ojos de Minseok. Se incorporó mientras sentía como su corazón se aceleraba y sentía las lágrimas queriendo escapar de sus ojos. Jongdae.

 El sentimiento no duró mucho ya que una gran cantidad de pensamientos atacaron su mente. ¿Quién está mandando estas imágenes? ¿Está en peligro? No puedo diferenciar el lugar en que se encuentra lo único que veo es… ¿una iglesia?... ¿En dónde estás Jongdae? ¿Puedes….puedes recordarme? Lo siguiente que vino a él era el enojo, la desesperación de no ser capaz de encontrarlo, el temor de que lo encontraran antes que él.

Si alguno de ellos se atreve a tocar un solo cabello de Jongdae de nuevo…. El sentimiento era demasiado predominante que no se percató del momento en que el vaso que aún se encontraba en su mano comenzó a congelarse. La estática regresó, distorsionando nuevamente la imagen, con lo que parecían ser lugares al azar, entre ellas pudo diferenciar lo que parecía una palabra, se acercó más para poder diferenciarlo apoyando su mano sobre la pantalla del televisor y sabía que tenía un nuevo rumbo al que dirigirse: Edimburgo.