― Kyungsoooooo… ¿estás seguro que no estamos perdidos? ― Chanyeol se encontraba actualmente recostado en uno de los costados del auto, no estaba seguro de cómo el menor lograba tener acceso a tanto dinero pero cada vez que preguntaba, el otro solo le respondía que no debería preocuparse por ese tipo de cosas.

 

― Estoy seguro, solo deja de quejarte por un momento no puedo concentrarme. ― El menor se había instalado en el asiento trasero del vehículo con su laptop en sus piernas, los auriculares en sus orejas y el teléfono en sus manos. Tenía que mantenerse al tanto de las cosas que estaban sucediendo, pues cualquier evento podría ser un indicio o alguna pista sobre los demás.

 

Cuando salieron de Arizona, Chanyeol se encontraba destrozado, si es que la palabra bastaba para describirlo. Kyungsoo podía verlo, pero tal vez fue el consuelo de ahora tenerse el uno al otro que hizo que el mayor se calmara un poco, es decir en realidad la reacción de Chanyeol es comprensible, pues sabía que los últimos recuerdos del mayor habían sido dolorosos, los de todos lo eran. Es por ello que Kyungsoo sentía simpatía por él, ya que él mismo había logrado ver a Baekhyun una última vez, pero optó por no comentarle al mayor de las condiciones exactas en las que el otro se había encontrado, temía por la reacción de Chanyeol.

 

Desde el momento en que se encontraron, Chanyeol se la había pasado observando su símbolo, el cual ahora se encontraba en su forma original, la de un collar con el pequeño pendiente de un fénix. Habían sido varios los momentos en los que Kyungsoo lo encontraba observando el collar en sus manos con una mirada perdida, como si añorara algo. Es por ello que optaba por no interrumpir sus pensamientos, aunque sentía extraño estar en la presencia del mayor y que ambos se vieran envueltos en un gran silencio –eso nunca antes había sido posible- pero prefería esperar hasta que el mayor estuviera listo para hablar.

 

El camino había sido tranquilo y en silencio además de largo y un poco tedioso, pero Kyungsoo sabía que no podían quedarse por mucho tiempo en un solo lugar, debían seguir en movimiento encontrando a los demás.

 

El menor había considerado que ambos habían tenido la mala suerte de ser de los miembros que se encontraban más lejos del resto –claro, siempre y cuando éstos se encontraran en las diez ciudades que antes había descubierto- . Esperaba que al menos el resto pudiera relacionar los eventos y las ciudades así como lo había hecho él, o que al menos se hayan percatado de las noticias acerca del cometa. Lo único que esperaba era que la tonta organización no haya atado los cabos tan rápido. Aunque no sabía exactamente cuáles eran las fuentes de información que ellos utilizaban o si sus datos estaban en lo correcto pero ese no era el caso, pues había revisado la base de datos a través de su computadora y se mantenía con la misma información.

 

Habían logrado llegar a Europa, Liverpool para ser más exactos. Luego del viaje en avión –que Chanyeol aún se preguntaba cómo es que habían podido abordar- el menor había rentado rápidamente un auto para cuando llegaran a su destino. Actualmente llevaban unas horas conduciendo pero decidieron hacer una parada a petición del menor.

 

No estaba muy seguro porqué pero, tenía la impresión que algunos de los miembros habían comenzado a moverse. Estaba esperando escuchar de nuevo, sabía que no había alucinado la última vez y que la voz que había escuchado antes era de Luhan. Intentó hacer todo lo posible por elegir su destino, pero al llegar a Inglaterra y pasar ahí unos días no sabía exactamente cómo buscar a una persona dentro de un gran país, sin mencionar que tenía que elegir entre el resto de países por lo que esperaba que al tener a Chanyeol a su lado esto no fuera tan complicado.

 

Tal vez fue un golpe de suerte pero lo escuchó. Comenzó a escuchar ese sonido insistente como el de un telégrafo, seguido del sonido des configurado de la estática por lo que le prestó especial atención y lo escuchó: “Edimburgo”... No necesitó nada más, confiaba en esa corazonada.  Comenzó a empacar sus cosas y abordó el puesto de conductor.

 

― ¡Chanyeol! Es hora de irnos.

 

― ¿Qué? ¿Cómo lo sabes?

 

― Tengo un buen presentimiento.

 

Al ver los movimientos apresurados del menor, Chanyeol se colocó su collar alrededor de su cuello sintiendo esa familiaridad y confort que había olvidado tiempo atrás y se posicionó de nuevo en el asiento de copiloto.

 

― No es que no confíe en ti, porque…no, la verdad no confío en ti pero ¿A dónde vamos?

 

― Edimburgo.

 

 

---

 

Minseok y Sehun establecieron una rutina, el mayor se empeñaba en escuchar todo lo que el menor le había comentado. Quería comprender lo que estaba sucediendo, por lo que se habían propuesto volver a visitar los lugares que las coordenadas habían guiado previamente a Sehun, sin embargo éste le había dicho que no lo consideraba necesario, es más creía que alguna de las localizaciones habían estado mal en un principio. Estaba seguro que había podido descifrarlas con exactitud pero simplemente algunos de los lugares no parecían tener nada fuera de lo normal, aunque Minseok pensaba de manera diferente, por lo que habían llegado al acuerdo de visitar al menos los últimos lugares que señalaban las coordenada, tal vez entre ambos podrían diferenciar cosas que antes el menor había dado por sentado.

 

Llevaban dos días enteros en los que habían caminado de un lugar a otro pero hasta ahora –como Sehun había predicho- no había nada extraño. Lo único que habían logrado observar es que en efecto, algunas de las localizaciones resultaron ser dos parques llenos de familias y personas caminando por todas partes, lugares que parecían el centro de turistas pues se encontraban todo el tiempo concurridos, visitaron de último los suburbios a los que días antes Sehun había investigado. No estaban muy seguros si era por la misma situación en cómo viven las personas en ese tipo de comunidades pero… parecía como si nada extraño hubiera pasado en los últimos días.

 

Trataron de preguntar en los alrededores, ya que ciertamente las noticias debieron haberse esparcido pero la policía no había encontrado nada extraño, es más las personas negaban que esa casa había estado habitada en un buen tiempo… lo cual solo los hacía sospechar que algo muy extraño estaba sucediendo, cabía la posibilidad que si Sehun estaba en lo cierto y la organización que los había aprisionado en el pasado estaba ahora tratando de duplicar sus poderes, ellos mismos se estaban manteniendo en las sombras.

Minseok se sentía particularmente inquieto ante la situación, lo único que pensaba es que no era buena idea quedarse en Edimburgo por más tiempo era muy riesgosos, pero a la vez existía la posibilidad que estuvieran cerca de encontrar algo que les sirviera de ayuda, además… no es como si supiera a donde dirigirse. La única pista que había tenido con anterioridad lo había llevado a encontrar a Sehun pero… eso era todo.

 

Esa misma ansiedad y preocupación hacía que el mayor se levantara temprano todos los días, se arreglaba, limpiaba el apartamento y comenzaba a preparar el desayuno. Cada día cuando estaba terminando de prepararlo el menor se levantaba con su cabello desordenado luchando por mantener sus ojos abiertos mientras llegaba a la mesa y se recostaba sobre ella.

 

― Por dios Hyung, ¿Cómo puedes levantarte tan temprano?

 

― Buenos días Sehunnie. ― El  mayor comenzó a poner la mesa, dejando un plato lleno de comida frente el otro y cada uno con una respectiva taza de café. ― No lo sé, solo pasa.

 

― ¿Sabes qué es eso? Es una enfermedad.

 

― No puede ser una enfermedad el levantarse temprano, simplemente es para aprovechar el día.

 

― Despertar temprano es una cosa, pero levantarse a las tres de la madrugada a hacer limpieza por todo el apartamento… eso es una enfermedad Hyung. Deberías de conseguir ayuda.

 

―. . . Sólo come tu desayuno. ― El menor acomodó su cabeza sobre la mesa, ahora apoyando su quijada sobre ella viendo el plato que tenía frente a él dejando su mirada fijamente directa. Minseok trató de ignorarlo en un inicio, prestándole atención a su propio plato mientras ingería sus alimentos hasta que no pudo evitarlo más, dejó escapar un suspiro y se levantó de la mesa mientras buscaba algo en la refrigeradora. Regresó momentos después dejando el cartón de leche y azúcar en frente del menor. ― ¿Feliz? ― Sehun se incorporó en su silla y tomaba el tenedor para comenzar a devorar su desayuno, aún con la boca llena de comida dirigía su mirada al mayor.

 

― Sabes que no puedo tomar café negro Hyung, ni siquiera sé por qué lo intentas.

 

― ¡Sehun-ah! ¡No hables con la boca llena! Es desagradable.

 

Probablemente era el remordimiento por haber sido despertado a las tres de la madrugada por el sonido de la aspiradora que no lo dejó volver a conciliar el sueño hasta pasados unos buenos treinta minutos que el menor no pudo contenerlo y volvió a abrir su boca llena de comida solamente para molestar al mayor, al ver la expresión de disgusto del otro solamente se limitó a reírse.

 

Luego de ese incidente en la mañana decidieron revisar uno de los lugares que Sehun había visitado con anterioridad, en aquel entonces el menor no se atrevió a acercarse demasiado porque se encontraba solo y no tenía la menor idea de qué podía suceder y no era tonto, podía ser que cayera en algún tipo de trampa, después de todo el lugar del que hablaba era lo que una vez había sido una fábrica y había estado deshabitada por unos cuantos meses.

 

Minseok se encontraba casi en la puerta esperando a que el menor terminara de arreglarse cuando vio que éste salía de la habitación y se quedaba en el centro de la sala observando fijamente su celular.

 

― ¿Sucede algo Sehun?

 

― Quiero comprobar algo.

 

El mayor creía tener una idea de lo que el otro pensaba pero se acercó hacia el con cierta expectativa. Vio el reloj que se encontraba en la pared observando como las agujas del reloj avanzaban, sus dudas resultaron ser correctas cuando el reloj marcó las 3:25 en punto y escucho el sonido proveniente  del celular de Sehun, ambos sabían que tenían un nuevo lugar al que ir.

 

Minseok dejaba que el menor lo guiara, pues era él quien conocía un poco más la ciudad y sabía leer las coordenadas por lo que se limitó a seguirlo. No estaba seguro el por qué pero tenía un mal presentimiento por lo que sabía que no podía bajar la guardia, es especial cuando las coordenadas los guiaron a un lugar que ni siquiera Sehun tenía conocimiento previo. Comenzó a preguntarse qué es lo que estaba sucediendo cuando por fin llegaron a su destino.

 

― Espera Sehun, eso es… ¿es un orfanato?

 

― Creo que sí. ― Revisó de nuevo su celular comprobando que en efecto estaban en el lugar adecuado. Se encontraban actualmente ocultándose detrás de una de las casas que se ubicaba en frente del orfanato, cuando Minseok propuso la idea de acercarse a ver si había algo extraño el menor vio como un auto aparecía del otro lado de la calle indicándole al mayor que esperaran. Era una camioneta negra con las ventanas polarizadas por lo que no podían ver bien quien iba dentro hasta que éstos salieron. Un hombre vestido de traje negro con lentes oscuros salió del asiento del conductor para poder abrir la puerta trasera por donde salieron una pareja, los cuales escoltó hacia la puerta del local y los dejó entrar, regresando al lado del auto a esperar. Esperaron en silencio solamente viendo lo que sucedía del otro lado de la calle, ninguno de los dos atreviéndose a hablar pero ambos compartiendo el mismo tipo de pensamiento.

 

Pasaron unos minutos más que Minseok sintió eternos cuando vio como la pareja salía del orfanato con tres niños, la mujer llevando en sus brazos a un bebé y el hombre que asumía era su esposo tomaba por las manos a otros dos niños que asumía tenían unos nueve o diez años y que por sus rostros idénticos podía adivinar que eran un par de gemelos. Observaron como la pareja intercambiaba unas últimas palabras con los que creía eran los encargados del orfanato con sonrisas en sus rostros, el hombre que aún se encontraba del lado del auto abrió la puerta trasera hasta que la nueva familia estuviera dentro cerrándola con tranquilidad antes de retomar su asiento de conductor e irse.

 

Sehun estaba a punto de hablar cuando recibió un nuevo mensaje en su celular, eran otras coordenadas… le parecía extraño, jamás había recibido mensajes en una hora diferente pero decidió no cuestionarlo. Ésta vez le indicaba un lugar cerca de donde se encontraban, a un par de cuadras para ser más exacto. Sin pensarlo más de una vez salió corriendo seguido por Minseok.

 

Llegaron a lo que parecía ser un estacionamiento subterráneo para presenciar cómo la pareja se encontraba en lo que parecía una discusión con otras personas. Minseok tuvo que detener al menor pues no sabía que era lo que éste podía estar pensando, lo tomó del brazo en un fuerte agarre y se ocultaron detrás de unos autos lo suficientemente cerca para poder escuchar pero teniendo mucho cuidado para ocultarse.

 

―…Teníamos un acuerdo.

 

―Sé muy bien qué era lo que habíamos establecido pero… me gustaría quedarme con el bebé.

 

― Lo lamento Señorita pero el asunto ya no es parte de discusión. Teníamos un acuerdo, ustedes lograban realizar todo el procedimiento de la adopción, nos entregarían a los niños y a cambio de ello nosotros les pagaríamos la cantidad establecida.

 

― Pero… ya tienen a dos de ellos, no veo cómo les sería de utilidad un bebé…además. ― Minseok creyó ver lágrimas correr por los ojos de la mujer mientras sostenía al bebé en uno de sus brazos, mientras con el otro arreglaba la frazada que lo cubría. ―  Es tan pequeño e indefenso.

 

― Mika, solo entrégales el bebé.

 

―…- Al ver como la mujer dudaba, dos hombres vestidos con trajes negros y lentes oscuros salieron de otro vehículo en dirección a la camioneta, abrieron las puertas y sacaron a los gemelos de ella. Los dos jóvenes veían como los niños forcejeaban para salir del agarre sin tener éxito y cómo éstos eran obligados a entrar a otro vehículo e incluso cómo a pesar de sus gritos nadie hacía nada más que observar. El hombre que se encontraba en frente de la pareja mantenía su mirada fija y tranquila en la pareja como si nada estuviera pasando a su alrededor. Al cabo de un tiempo uno de los hombres que había forzado a los niños se posicionaba al frente de la familia como esperando indicaciones.

 

― Le sugiero que por favor me entregue el bebé, y no volverá a escuchar de nosotros. Como podrán observar después de esta pequeña reunión en sus cuentas bancarias habremos depositado el dinero acordado. ― El esposo tomó al bebé de los brazos de su pareja y se lo entregó al hombre vestido de blanco, quien se limitó a examinar la cara del bebé unos segundos y se lo entregó al guardia que se encontraba a su lado quien prosiguió a entrar al auto y en cuanto cerró la puerta el vehículo se puso en marcha en dirección a la salida.

 

― Muchas gracias por todo, fue un placer hacer negocios con ustedes. No se preocupen créanme que lo que ustedes acaban de hacer es para una buena causa, ahora por favor regresen a sus casas y sigan con sus vidas como si esto no hubiera sucedido.

 

El esposo pasó un brazo sobre los hombros de su pareja quien se encontraba llorando y la guio hacia un auto el cual Minseok asumió que era el de ellos en un principio y sin más… se fueron. El mayor no sabía que pensar ahora, era más que seguro que las sospechas de Sehun eran correctas, era obvio que estas personas eran de las que se encontraban huyendo y por lo que acababan de presenciar esos niños probablemente serían los siguientes en quienes experimentarían. Antes que pudiera decir algo más la puerta del conductor del auto que quedaba se abrió y un hombre vestido como los otros, con un traje negro y lentes oscuros se acercó al que vestía de blanco.

 

― Señor, acabo de recibir órdenes de desplazarnos a la unidad Central. Sus sospechas eran ciertas y han visto a los sujetos en las ciudades de Londres, Lyon y Yunnan.

 

― Sabía que no podían mantenerse ocultos tanto tiempo. Teníamos un total de veinte posibles localizaciones, al menos podemos decir que tres de ellas si eran correctas solo es de verificar el resto.

 

No hacía falta ser un genio para comprender de lo que hablaban, haciendo que Minseok se estremeciera. Sus dudas estaban más que correctas y lo peor de todo es que ellos parecían llevar la delantera. El mayor pensaba que lo mejor sería salir de ese lugar antes que cualquier cosa sucediera pero fue en ese momento en que sintió como el aire a su alrededor comenzaba a cambiar. Estaban en el subterráneo y no se encontraban tan cerca de la entrada y mucho menos de la salida del lugar pero estaba seguro que una gran ventisca acababa de pasar, quiso detener a Sehun antes que algo más sucediera pero el mayor fue demasiado lento.

 

Sehun había salido de su escondite y había generado una ventisca tan grande que había hecho que el tipo de traje blanco levitara unos segundos en el aire antes de ser lanzado contra el parabrisas del auto. El guardaespaldas que se encontraba a su lado actuó rápidamente sacando un arma que había mantenido oculta apuntándola hacia el menor, pero justamente en el momento en que éste se disponía a disparar el arma que sostenía en sus manos pareció zafarse de su agarre y volar hacia el otro lado del estacionamiento.

 

Minseok se apresuró y congelo rápidamente las piernas del guardia, dejándolo inmovilizado contra el suelo y le propició un puñetazo dejándolo inconsciente, mientras Sehun se acercaba a lo que él conocía muy bien como uno de los científicos.

 

― ¡Sehun-ah! ¡¿Qué crees que estás haciendo?! ― El mayor corrió rápidamente al lado de Sehun tomándolo por los hombros con el afán de detenerlo pero se detuvo en seco cuando vio la mirada de éste llena de ira y enojo. El mayor se dio la vuelta cuando escuchó una leve risa a sus espaldas.

 

―Sabía que estaba en lo cierto… había alguien más en esta ciudad. ― El hombre comenzaba a reincorporarse sobre el parabrisas desquebrajado del auto lentamente, Minseok podía ver como comenzaban a aparecer parches rojos en su pulcro atuendo blanco además del pequeño hilo de sangre que caía por la cabeza de éste.

 

― Parece que pescamos un pez gordo, no solo uno sino dos. Pero que tenemos aquí, hielo y… ¿tú qué haces? ¿Viento? ¿Manipulas cosas con tu mente también? ―  Ninguno de los jóvenes se atrevía a moverse, Sehun porque estaba seguro que si lo hacía mataría al tipo que tenía delante de él y Minseok por que trataba de pensar en una forma de cómo salir de ahí lo más rápido posible.

 

El mayor se acercó más para tratar de susurrar. ― Debemos irnos de aquí, esto solo nos generará problemas cualquier persona podría aparecer en cualquier momento.- El menor hizo caso omiso a las palabras del otro y se limitó a observar a su enemigo.

 

― Necesito respuestas.

 

―Ja, ¿esa es tu táctica? ¿Atacar primero y luego el cuestionamiento?-

 

― Es mejor que la tortura luego del engaño.

 

―… Eres un mocoso atrevido ¿no?- Decía mientras limpiaba los rastros de sangre provenientes de su labio.

 

― No creo que estés en posición para insultarme.- Solo con escuchar el tono de voz de Sehun bastaba para que Minseok supiera con certeza que quien se estaba pasando de la raya era el hombre vestido de blanco.

 

― Sehun, debemos irnos de aquí.

 

― ¡No Hyung! Necesito respuestas acerca de Luhan.

 

― ¿Luhan? Ahhhh te refieres el pequeño con habilidades mentales ¿no?

 

― ¡No digas su nombre!

 

― Mmmmm veamos…Si recuerdo bien ustedes son Sehun y… Minseok ¿cierto? Es un placer, pueden llamarme Dr. Yang- el hombre soltó una carcajada en cuanto vio las expresiones de ambos. ―Claro que sé sus nombres. No tiene idea de cuan parlanchines pueden ser sus compañeros. Estoy seguro que Luhan mencionó el nombre “Sehun” muchas veces.

 

―…Malditos bastardos.

 

― Aunque debo admitir, Luhan fue muy difícil de quebrar. Nos llevó mucho tiempo para que comenzara a cooperar con nosotros.

 

― ¿Qué han hecho con Luhan? … ¿Están utilizando a los niños cierto?

 

― Vaya, vaya. No eres tan tonto como pareces.

 

― ¡Respóndeme de una vez! ― Yang definitivamente disfrutaba como el rostro se Sehun trataba de mantenerse estoico pero le resultaba casi imposible el contener sus emociones. Cuando menos lo esperó su cuerpo comenzó a separarse de la superficie del auto y parecía ser encerrado en una especie de burbuja de aire, no iba a negarlo se sentía algo asustado pero a la vez entusiasmado por lo que estaba sucediendo. Tenía frente al a dos jóvenes de las profecías, y tenía la dicha de presenciar sus poderes desarrollarse. Este tenía que ser uno de los mejores días de su vida.

 

― ¡Sehun! ¿Qué rayos estás haciendo? Déjalo ir, no vale la pena.

 

― ¿Qué no vale la pena? ¿Qué harías si supieras que este tipo fue una de las personas que torturó a Jongdae-hyung? ― Ante esto Minseok desvió la mirada, no es que no lo había pensado. Él también quería acabar con la vida de todo aquel que se había atrevido a lastimar a su familia pero su lado racional le decía que éste no era el momento.

 

― ¿Jongdae? ¿Te refieres al pequeño que lloraba todas las noches como un cachorrito? Jajajajaja era demasiado adorable. Oh no, espera él era Baekhyun. Mmm  no. Lo lamento Jongdae nunca fue parte de mi agenda. ― El mayor podía sentir como sus manos comenzaban a temblar por la ira que ese simple comentario le ocasionó.

 ―Responde, Doctor Yang. ¿Qué han hecho con Luhan? ― Sehun sabía que probablemente contaban con poco tiempo al haber revelado sus identidades y su presencia en el lugar por lo que quería respuestas lo más rápido posible.

 

― Luhan fue tan amable de darnos acceso a su ADN para que pudiéramos trabajar con él.

 

― ¿Te refieres….?

 

― Aunque como ya mencioné no fue fácil. Además, no sé qué les dan de comer a los niños de ahora son tan débiles y frágiles que no soportan una simple inyección.

 

― ¿Por qué hacen esto?

 

―Es por el bien de la humanidad. Tratamos de evitar horribles catástrofes. Ustedes deberían dejar de resistirse y huir, nosotros solo velamos por el bienestar de la sociedad, podemos darles respuestas y trabajar juntos.

 

― ¿Trabajar juntos? ¡Lo único que hicieron fue torturarnos!

 

― ¿Torturarlos? Jamás, es por el bien de la ciencia. Por favor, si Yixing y Baekhuyn pudieron resistirlo una vez estoy seguro que podrán hacerlo de nuevo además…los superiores se están cansando un poco de Luhan.

 

Eso fue lo que bastó para que Sehun no pudiera controlarlo más y se dejó actuar bajo sus impulsos. Minseok podía ver como la sonrisa del Doctor Yang desaparecía de su rostro y comenzaba a tener dificultades para respirar.

 

― ¿Siente eso Doctor Yang? ¿Siente como el aire comienza a desaparecer? Es el mismo precio que usted debe pagar por su tan preciada “Ciencia”.

 

El menor mantenía su concentración en el doctor suspendido dentro de la burbuja, extrayendo todo el oxígeno de ella viendo con cierta satisfacción cuando el rostro de éste se contorsionaba por el dolor y la desesperación.

 

― ¡Sehun! ¡Sehun ya basta! ― Minseok logró romper la concentración del menor pero…ya era demasiado tarde. El cuerpo del Doctor Yang cayó al suelo y el mayor se acercó despacio, trató de sentir su pulso en el cuello del doctor pero no pudo sentir nada.

 

― Sehun-ah… ¿Qué hiciste? ―Sintió algo de alivio cuando vio como la expresión del menor parecía relajarse y darse cuenta de qué es lo que había hecho, sin embargo no tuvo tiempo de hacer algo más pues en la entrada del estacionamiento apareció un auto a toda velocidad deteniéndose enfrente de ellos. Su corazón comenzó a latir apresuradamente hasta que la puerta trasera se abrió y la ventana del conductor reveló a un Kyungsoo desesperado.

 

― ¡Entren al auto! ―El mayor tenía muchas preguntas pero escuchó sonidos del lado de la entrada fue ahí cuando vio que tres camionetas negras entraban en el estacionamiento, muy parecidas a las que habían visto antes en las que los guardias se habían llevado a los niños, iban una detrás de la otra avanzando hacia ellos.

 

― ¡Ahora! ― Minseok no lo pensó dos veces y tomó del brazo a Sehun apresurándolo a entrar al auto, cuando cerró la puerta Kyungsoo pisó el acelerador a todo lo que daba, sin embargo las camionetas se acercaban hacia ellos de manera rápida.

 

― ¡Chanyeol! ― En el momento en que Kyungsoo gritó su nombre, el joven bajó la ventanilla extendió su brazo esperó hasta que salieron del estacionamiento para dejar que las llamas se esparcieran por el suelo obstaculizando la salida del local esperando que eso les diera el tiempo suficiente para escapar.