A veces se sentía frustrado por lo distraído que era en ocasiones importantes, era capaz de mantenerse concentrado y realizar sus labores con facilidad pero había otras en las que esa misma concentración le hacían ignorar las cosas a su alrededor.

 

En un inicio no le dio importancia pues creía que estaba pensando demasiado las cosas y que simplemente era el estrés sobre él, pero con el paso de los días se dio cuenta que estaba equivocado.

 

Por alguna razón comenzó a sentirse ansioso, creyó que se debía a que no había podido dormir bien las últimas noches, su sueño siempre se veía interrumpido por lo que creía eran pesadillas aunque no estaba muy seguro de ello pues nunca recordaba que es lo que había soñado, solamente despertaba con la sensación de ansiedad mientras su corazón latía aceleradamente y su cuerpo temblaba incluso si se encontraba sudando. Además de ello, tanto la panadería como el restaurante se encontraban cada vez más abarrotadas de clientes, lo cual por una parte era bueno pues significaba que sus productos eran bien recibidos generando mayores ganancias pero a la vez resultaba muy agotador trabajar todo el día sin descansar.

 

Sin embargo a pesar de ello pudo darse cuenta de diferentes cosas, el clima parecía estar cambiando indicando que el verano estaba a la vuelta de la esquina. Había vuelto a tener diferentes episodios con respecto a la lluvia pero con el paso del tiempo se dio cuenta que no era tan malo. En un inicio las lluvias le hacían mantenerse despierto por las noches pero ahora parecían ser una canción de cuna que le ayudaba a dormir, claro en las ocasiones en las que podía conciliar el sueño.

 

Por otro lado había notado algo extraño con respecto a Zhou, las primeras veces no le dio importancia pues creía que se encontraba muy cansado al igual que él, sin embargo una de las noches en las que una de sus pesadillas lo despertó y parecía que no podía conciliar el sueño había optado por tomarse un té de manzanilla, pero cuando regresaba de la cocina algo le hizo detenerse a mitad de la sala.

 

Zhou contaba con un pequeño estudio al lado de su habitación el cual nunca le había llamado tanto la atención, en realidad si lo pensaba bien nunca la había visitado. Pero había notado que cada vez que el anciano se sentía abatido, angustiado y en algunas ocasiones triste es cuando se encerraba en esa habitación por horas, lo único que el joven sabía es el anciano guardaba las cosas que más apreciaba dentro de ella. Como la vez que lo sorprendió mientras revisaba una caja llena de fotos que luego el anciano le aclaró eran de su difunto hijo, pero en aquel momento el muchacho solamente había tratado de consolarlo.

 

Tal vez era la ausencia de sueño, o que últimamente el comportamiento del mayor había sido algo inestable pero la curiosidad era tanta que no pudo evitar que sus pies se movieran solos hacia la habitación. Zhou debería de haber regresado a su cuarto por unos segundos pues la puerta del estudio se encontraba abierta, una lámpara al costado del escritorio emitía su luz por la sala, le parecía raro que la puerta se encontrará entreabierta pero tal vez el mayor no contaba con que Lay estuviera despierto.

 

Parte de él se sentía mal por la curiosidad pues no quería interrumpir la privacidad del mayor, le respetaba mucho y lo que menos quería era disgustarlo.

 

Estuvo a punto de asomarse solamente para cerrar la puerta y regresar a su habitación cuando algo llamó su atención. El estudio no era muy amplio, con las paredes de un color crema así como el resto del apartamento, contaba con una amplia librera que ocupaba uno de los costados.

 

Sabía que el anciano amaba la ciencia, las matemáticas y los estudios así como también la literatura, después de todo Lay había sido su único confidente por mucho tiempo como para saber lo inteligente que era el anciano, no solamente el tipo de inteligencia que solía caracterizar a las personas mayores al tener más experiencia en muchos aspectos de su vida sino como un intelectual.

 

Habían ocasiones en las que pasaban las noches viendo viejos documentales en la televisión, o las tardes en las que el anciano se la pasaba educando al menor en cualquier tema, desde datos curiosos de los animales hasta análisis políticos y científicos que en ocasiones lo dejaban más confuso que satisfecho con sus respuestas.

 

Sabía que Zhou tenía sus secretos, cosas de su pasado que no compartía con él pero sabía que no era su lugar insistir y que si era algo muy importante en algún momento se lo haría saber. Sin embargo esta vez se sentía un poco agitado por la falta de sueño y la ansiedad que le ocasionaba pensar que sería otra noche plagada de pesadillas que no podría recordar que le hacían sentir un poco temerario.

 

Al adentrarse en la habitación esos sentimientos no disminuían, en realidad solo aumentaban más, se acercó al escritorio el cuál se encontraba repleto de papeles, artículos de periódicos y libros a medio leer. Zhou era una persona muy ordenada y meticulosa con respecto a la higiene pero su estudio se encontraba desordenado y algunos de los libros en los estantes estaban cubiertos de polvo… tal vez eran libros que no leía desde hace un tiempo.

 

Algunos de los que se encontraban sobre el escritorio estaban escritos en idiomas que Lay no comprendía exceptuando algunas ilustraciones que le hacían recordar las historias que el mayor le narraba. Su mirada se desvió hacia los periódicos, algunos de los artículos hablaban del incremento y las pérdidas de algunas empresas debido a las fluctuaciones de la bolsa de valores. Otros eran sobre casos de personas desaparecidas y acontecimientos extraños en algunas ciudades. No lograba comprender si existía algún tipo de conexión entre todos los documentos pero en definitiva cada uno de ellos trataba de temas que solían interesarle al mayor.

 

Comenzaba a sentirse culpable por haber husmeado en la privacidad de Zhou y cuando se disponía a dar media vuelta y regresar a su habitación se percató de un pequeño cofre sobre el escritorio. No lo había notado en un principio pero era de madera, con un pequeño candado manteniéndolo cerrado, sabía que no era en donde guardaba las fotos de su difunto hijo y otros recuerdos pues esa caja se encontraba en unos estantes de la librera. El cofre por otro lado, era algo que Zhou nunca le había mostrado, había un artículo debajo de él, uno que tenía varias anotaciones por los bordes. La noticia hablaba sobre la aparición de un cometa, el cual podría ser visible dentro de unas semanas, Yixing jamás había visto uno, o al menos no recordaba haberlo hecho.

 

— ¿Lay? ¿Qué haces despierto?

 

El menor se sobresaltó al escuchar la voz detrás de él, rápidamente se dio la vuelta aún con el cofre en sus manos. Estaba a punto de disculparse cuando vio como la expresión el rostro del mayor cambiaba radicalmente, de una mirada de cansancio a una llena de temor.

 

—Lo siento mucho, no era mi intención husmear.

 

Se apresuró a decir. En lugar de responderle Zhou avanzó hasta encontrarse frente al menor, tomando el cofre en sus manos para devolverlo a su lugar. El menor observó como el otro movía rápidamente los documentos sobre el escritorio.

 

—Es tarde Lay, deberías ir a descansar.

 

—Lo sé, es solo que no podía dormir.

 

Al mencionar esto Zhou se dio la vuelta con la preocupación reflejada en su rostro.

 

— ¿Tuviste pesadillas de nuevo?

 

—Eso creo, pero no puedo recordar lo que soñé.

 

—No debes forzarte, sabes que puede ser cuestión de tiempo. Ahora, ¿Por qué no regresas a descansar?

 

Zhou tomó la taza que el menor había dejado sobre la mesa y lo acompañó hacía la sala.

 

—Buenas noches, Lay.

 

El menor solo podía observar mientras Zhou se encerraba nuevamente en el estudio dejándolo solo en la oscuridad de la habitación. Esperó unos segundos en los que sus ojos se adaptaban a la oscuridad antes de regresar a la cama, sin embargo esta vez conciliar el sueño no fue tan difícil incluso si no dejaba de pensar en las anotaciones sobre las noticias y cómo algunas de ellas eran similares a las ilustraciones que había visto en uno de los libros. Por primera vez desde que conocía a Zhou, se sentía inquieto por los secretos que el anciano escondía.

 

 

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Lo primero que sintió era como su cabeza le daba vueltas, aún luchando por estabilizar su respiración lo cual se le dificultaba debido a una opresión que sentía sobre su pecho. Había olvidado la sensación de viajar con Jongin y el hecho que Suho no le había permitido salir del apartamento con el estómago vacío no le era muy favorable por el momento.

 

Abrió los ojos cuando escuchó la voz de Suho como un sonido apagado llamando a Tao, sus oídos seguramente afectados por la presión de haber cruzado los bordes del tiempo y el espacio. Se percató que el peso que sentía sobre él era en realidad Jongin quien parecía estar temblando y con su respiración agitada.

 

— ¿Jongin?

 

Baekhyun se estremeció un poco debido a lo afónico que sonaba su voz además del dolor en su garganta, no le agradaba recordar de esta manera la fuerza que Kris poseía.

 

El menor comenzó a incorporarse y dándole espacio a Baekhyun para hacer lo mismo, sintió como su cabeza pulsaba cuando se sentó al lado Jongin. Su visión completamente esclarecida y sus oídos de vuelta a la normalidad le permitieron escuchar que Suho intentaba mantener a Tao consciente y tratar de calmarlo. Ahora que se encontraban a salvo, su corazón se sentía ligero ante el pensamiento de encontrarse con los menores.

 

—Hyung, ¿estás herido?

 

—No, yo…

 

Sentía que su cerebro no cooperaba con él, sus sentidos un poco letárgicos. Había olvidado que justo antes de transportarse había escuchado el sonido de un arma, su cuerpo estaba libre de heridas graves salvo por unos moretones, Suho se veía cansado y preocupado mientras limpiaba la sangre del rostro pálido de Tao. Se giró rápidamente al escuchar un sollozo proveniente de Jongin, la bala había alcanzado su brazo derecho.

 

— ¡Jongin!

 

Exclamó preocupado moviéndose hasta el muchacho viendo cómo un enorme parche rojo oscurecía su camiseta.

 

—No es nada Hyung.

 

— ¿Cómo que no es nada? Hay una bala en tu brazo. ¿Duele mucho?

 

Antes que el menor pudiera responder, Suho se encontraba frente a ellos. Sacó un pañuelo de su bolsillo y lo amarró fuertemente alrededor del brazo ensangrentado de Jongin, al escuchar como éste dejaba escapar un gemido así como una mueca de dolor en su rostro trató de consolarlo con sus palabras pero sabía que era inútil por el momento. Tenían que resguardarse y recuperar energías.

 

—Jongin, necesito que apliques un poco de presión sobre la herida ¿sí? No debes perder mucha sangre. Iré por Tao y buscaremos refugio.

 

— ¿En dónde estamos?

 

Baekhyun ayudaba a Jongin a ponerse de pie mientras miraba a su alrededor por primera vez. Estaban rodeados de árboles, lejos de la ciudad o al menos eso es lo que parecía.

 

—Jongin... ¿En dónde estamos?

 

— No lo sé — al ver el rostro sorprendido del mayor añadió. —Mis poderes no funcionan.

 

— ¿A qué te refieres?

 

— Últimamente no puedo controlar mis habilidades. Creo que aún seguimos en Lyon.

 

—Estamos en Marsella. Conozco este bosque. 

 

Suho mantenía su mano sobre la espalda de Tao en caso que necesitara ayuda. Comenzó a guiarlos en medio de los árboles recordándoles tener precaución en donde pisaban, lo que menos necesitaban era que la herida de Jongin se infectara. El ambiente era contrario a lo que habían presenciado en Lyon, Marsella era húmedo. Baekhyun asumió que acababa de dejar de llover puesto que el aire se sentía un poco pesado debido a la neblina que comenzaba a formarse, la tierra debajo de sus pies era inestable y la mayor parte de ella convertida en lodo.

 

Comenzaba a creer que el bosque era interminable hasta que veía a lo lejos lo que parecía ser un almacén. El líder los guio rápidamente hacia él y procedió a abrirlo con facilidad y aventurarse dentro de él con naturaleza. Prosiguió a dar órdenes que ninguno de los menores cuestionaba, incluso si todos tenían muchas preguntas sobre lo que acababa de suceder.

 

Suho agradeció su decisión de no deshacerse de nada antes de partir a Lyon pero sabía que esta vez sí debería de hacerlo. Pensaba mantener el plan que había ideado desde un inicio, Marsella podría ser su escondite por unos días al menos en lo que Jongin se recuperara para poder viajar de nuevo y luego deberían partir a otro lugar diferente, no tenía la menor idea de hacia dónde deberían ir puesto que ningún lugar parecía ser seguro. Sus enemigos podrían estar en cualquier parte del mundo al igual que el resto de los miembros, lo único que podía esperar era que el resto no tuviera que encontrarse en una situación como la de ellos.

 

Se movió por todo el apartamento en cuestión de segundos, depositando a Tao en uno de los sillones para que pudiera descansar mientras buscaba el botiquín que había comprado desde el inicio. Nunca se había sentido cómodo de depender de Yixing cuando se trataba de heridas y lesiones, así que se había esmerado en aprender lo básico en primeros auxilios y también de cerciorarse que el resto aprendiera con él en caso que fuera necesario. En un inicio Yixing se había disgustado con él ya que consideraba que no confiaba lo suficiente en él como para poder cuidar y atender al resto, después de todo sentía que era su responsabilidad al poseer habilidades curativas pero con el tiempo comprendió que las intenciones de Suho eran por su bienestar, tuvieron muchas discusiones, malentendidos y diferencias pero el joven se dio cuenta que al final del día él también tenía sus límites y sabía que si él resultaba lastimado o se encontraba demasiado débil no les sería de utilidad al resto.

 

Cuando encontró lo que necesitaba se dispuso a atender a Jongin con la asistencia de Baekhyun. Mientras el menor se encontraba consiguiendo agua y algunas toallas, Suho había comenzado a retirar el pañuelo que había atado previamente sobre la herida, la cual por fortuna no había sido tan profunda pero eso no significaba que no era peligrosa. El sangrado había disminuido un poco pero sabía que al momento de retirar la bala el proceso de cerrar la herida y vendarla tenía que ser preciso y eficiente para evitar más pérdida de sangre. Observó cómo Jongin se veía cansado, el sudor corría por su frente y parpadeaba pesadamente. Baekhyun sabía que es lo que iba a suceder así que había dejado todo lo que Suho podría necesitar a su alcance y se posicionó del lado izquierdo del menor tomando su mano y cubriéndola con las suyas, le dio un pequeño apretón a manera de apoyo y Jongin entendía que es lo que el mayor intentaba decir. Estoy aquí.

 

El menor sentía el toque ligero del líder sobre su brazo, confiaba en él pero sabía que sería doloroso.

 

—Jongin, necesito que hagas lo posible por mantenerte despierto. Esto dolerá, pero te prometo hacer lo posible para aliviar el dolor rápidamente.

 

Sintió que el tiempo avanzaba agonizantemente lento, trataba de mantener su mente ocupada pero en realidad el dolor no le permitía pensar en nada. Durante todo el proceso Suho se había limitado a trabajar con movimientos seguros y ágiles pero el menor comenzaba a sentirse cansado, probablemente se debía a que la adrenalina había bajado demasiado rápido, el tener que controlar sus emociones al haberse encontrado con uno de los doctores, con sus hermanos y el haber tenido que enfrentar a Kris, o tal vez lo que le hacía sentir más adormilado era una de las manos de Baekhyun jugando con su cabello a manera de consolarle y distraerle mientras la otra seguía sosteniendo la suya dándole el apoyo y seguridad que necesitaba. Además de ello, el transportarse había consumido mucho sus energías, tal vez se debía a que llevaba tiempo sin llevar a alguien consigo y asumió que los pensamientos de Suho habían sido más claros que los suyos al momento de escapar.

 

Por fortuna Suho había logrado extraer la bala, luego de limpiar la herida había proseguido a cerrarla y vendarla. Dejo salir un suspiro finalmente aliviado de que todo había salido bien, revolvió el cabello del menor sonriendo cansadamente antes comenzar a guardar las cosas en el botiquín no sin antes tomar algodón y alcohol para poder desinfectar la pequeña herida en el rostro de Jongin. Por la expresión del menor se percató que él no había sido consciente de la pequeña herida sobre su mejilla derecha, seguramente la había recibido cuando intentaba ayudar a Baekhyun.

 

Fue cuestión de tiempo en el que pudieron darse el lujo de calmarse. Jongin, a pesar de encontrarse cansado tenía muchas preguntas y se negaba a descansar hasta obtener respuestas en especial por lo confundido que se encontraba por lo que el líder consideró que lo mejor era ponerse al día, sin embargo notó cómo el menor luchaba cada momento por mantenerse despierto. Al encontrarse en Marsella Suho era quién conocía mejor el lugar, así que incluso si no quería hacerlo se dispuso a ir a los bordes de la ciudad con la finalidad de encontrar algo para la cena ya que sabía que los menores necesitaban reponer energías después de lo que había sucedido.

 

Baekhyun se había quedado al lado de Jongin en caso que necesitara algo puesto que Tao se había quedado dormido, y sabía que el menor terminaría de la misma manera si seguía acariciando su cabello después de todo era algo que solía hacer a menudo luego de una jornada pesada de entrenamientos.

 

En un inicio Jongin había sido frío con el resto de los miembros, pero cuando logró entrar en confianza con el resto y se relajó en su presencia todos pudieron darse cuenta que a veces se comportaba como un bebé esperando a ser consentido, incluso más que Sehun. El recordar las ocasiones en las que había llegado a su habitación con un puchero en su rostro y haciendo berrinche por cómo los instructores le reprendían por su falta de disciplina le hacía sonreír un poco, en especial porque solía calmarse cuando las delicadas manos de Baekhyun jugaban con su cabello, cuando Kyungsoo le cocinaba su platillo favorito, o incluso cuando Minseok le hacía entrar en razón y que debería escuchar lo que los mayores le aconsejaban, después de todo sólo querían ayudarle.

 

—Hyung…—creía que el menor se había quedado dormido por lo que le sorprendió escuchar su voz repentinamente. Levantó una ceja indicando que le escuchaba. — ¿Te encuentras bien?

 

—Claro que sí, tal vez un poco cansado ¿Por qué lo preguntas?

 

Trataba de sonreír para no preocupar al menor pero Jongin podía ver como esa sonrisa no llegaba a sus ojos.

 

—Te veías muy nervioso cuando Suho-hyung nos contaba lo que había sucedido.

 

—… Supongo que aún trato de asimilar todo lo que ha sucedido.

 

—Lo lamento.

 

— ¿Por qué lo lamentas?

 

—Por no haber estado ahí cuando ese doctor apareció la primera vez. Sé que te lastimaron antes Hyung, y no pude estar ahí para ayudarte. Incluso ahora cuando Kris-hyung intentaba...

 

—Pero llegaste a tiempo, incluso resultaste herido.

 

—Si tan sólo no hubiera sido un cobarde… Yo podría habernos sacado de ese lugar desde un inicio, desaparecer desde la primera vez que nos reunimos con esos doctores, nunca me dieron buena espina… si no hubiera escuchado a Suho-hyung nadie hubiera salido lastimado.

 

—No tienes porqué disculparte Jongin, son cosas que no podemos controlar y mucho menos cambiar. Además hubiera sido muy peligroso.

 

— ¡Pero nada de esto hubiera sucedido!

 

El mayor se estremeció levemente ante el tono de Jongin y comenzaba a entender que lo que el menor sentía no era tristeza ni arrepentimiento sino frustración, algo que él mismo había pensado semanas atrás.

 

—No sabemos en dónde están los demás o si se encuentran bien. Suho-hyung se ve muy cansado, Tao no recuerda nada y tú...Hyung, tu aspecto me dice que tampoco te has estado cuidado como se debe.

 

—Tampoco tú.

 

Jongin sabía que era cierto así que no se esmeró en negarlo.

 

Suho había regresado con unas bolsas llenas de comida y algunas cosas que les podrían servir antes de moverse de nuevo. Una sensación de nostalgia le llenaba el corazón cuando Tao se había despertado con el olor de la comida a su alrededor y le insistía a Jongin no mover su brazo herido mientras él se esmeraba en poner más comida sobre el plato de Baekhyun cerciorándose en llenar su estómago. Había pasado mucho tiempo en que no pasaban momentos como esos y no hacía más que animarle a reunir a toda su familia y asegurar el bienestar de todos.

 

Cuando terminaron de comer y los menores se habían quedado dormidos Suho había desaparecido en la cocina y había regresado con dos tazas, una para él y otra para Baekhyun.

 

—Es agua caliente, debería de ayudar un poco tu garganta.

 

No sabía cómo es que líder tenía conocimiento de esas cosas pero en efecto, luego de unos sorbos podía sentir cierto alivio en su garganta con la sensación de calor. Sintió un leve toque en su quijada haciéndole girar su rostro viendo como la mirada de Suho se volvió suave. No se había percatado de lo que el mayor contenía en su otra mano hasta que tuvo contacto con su cuello.

 

—No tenía ningún medicamento para los moretones así que traté de buscarlo.

 

Baekhyun no había tenido la oportunidad de verse en un espejo debido a todo lo que había sucedido así que no había reparado en que así como el encuentro anterior con Kris le había dejado moretones en su brazo de cuando había forcejeado con él, había sucedido de nuevo.

 

Una vez Suho había terminado de aplicar el ungüento sobre su cuello y vio como finalmente se relajaba, Baekhyun se acercó más recostando su cabeza sobre su hombro simplemente por la necesidad de sentir la comodidad y calidez que el líder siempre proporcionaba. No hacía falta que el menor lo expresara en voz alta para que Suho adivinara qué es lo que estaba pensando.

 

—Esperaremos unos días para irnos de aquí, estoy seguro que estamos cerca de encontrar a los demás.

 

—Oye Suho… ¿Qué tal si lo demás no nos recuerdan? Tao atacó instantáneamente a Kris… no recuerda cuánto le apreciaba, ni siquiera nos recuerda a nosotros.

 

—Debemos darle tiempo, sus recuerdos regresaran progresivamente. Al menos eso es lo que quiero creer y si en el peor escenario eso sucede, tendremos que crear nuevos momentos juntos.

 

Sabía que sus palabras no eran de mucho consuelo pero aun así Baekhyun apreciaba la intención, y además confiaba plenamente en su líder. Comenzaba a perder su temor por las noches y la soledad, así como la necesidad de crear su pequeña bola de luz hasta quedarse dormido por el cansancio pues sabía que no era necesario, no cuando podía escuchar la suave respiración de los menores y cómo Suho recostaba su cabeza sobre la suya recordándole que no se encontraba solo.