Yunnan 22:12

Pathcode

Había sido como otro día cualquiera, y de alguna manera eso lo hacía sentir tranquilo. Aunque aún le costaba un poco adaptarse a las modalidades de su nuevo empleo sabía que de alguna manera podía hacerlo… a pesar de ser un poco distraído.

 Tener dos empleos al mismo tiempo ciertamente era agotador pero era lo que quería después de todo, además, sus jefes era comprensivos, por lo que trabajar en un restaurante y en la pastelería no era muy complicado, y en ambos debía seguir la misma dinámica o al menos algo parecido a eso agregándole el hecho que le encantaba cocinar en especial postres.

 Comenzaba sus días ayudando a su abuelo en el restaurante hasta la hora del almuerzo que era el momento más crucial del restaurante, bueno no era verdaderamente su abuelo pero se sentía como uno, después de todo había sido él quien lo había acogido y ayudado a pesar de no recordar nada de su pasado, al viejo Zhou no parecía importarle, y no creía que fuera una mala persona. Por algún motivo una de las cosas que lo hacen muy feliz acerca de Zhou es que le dio un nombre, Lay.

 Estaba eternamente agradecido por ello, además de haberlo acogido y cuidado de él mientras se recuperaba del todo, había una gran cantidad de cosas que Lay estaba agradecido y sabía que sin importar lo que hiciera nada sería suficiente para retribuirlo, y aunque se encontraba dispuesto a pagarle de aluna manera Zhou no se lo permitía, así que llegaron a un acuerdo. Ya que él manejaba un restaurante Lay le ayudaría durante la mañana, es lo menos que podía hacer. Con el paso del tiempo decidió  buscar otro empleo para ayudar al abuelo y aunque él se opusiera no podía detener la determinación del joven.

 Tuvo la suerte de haber visto el anuncio en una cafetería cerca del centro de la ciudad mientras regresaba del supermercado con ingredientes frescos para el restaurante. Así que sin pensarlo dos veces tomó la oportunidad. A pesar de haber comenzado a trabajar como camarero terminó en el puesto de ayudante de panadero.

 El cocinar se la hacía muy fácil y al menos las recetas parecían sencillas y fáciles de recordar y si en dado caso olvidaba algún ingrediente, terminaba cambiándolo por otro y el resultado era el mismo o incluso mejor, tanto que había contribuido en la creación de nuevas recetas en la pastelería.

 No sentía como que ambos trabajos le cansaran demasiado, a pesar de no ser la persona más saludable que podía existir podía manejarlo y eso era más que suficiente.

 A pesar que Lay no recordaba su pasado se sentía tranquilo, tal vez el hecho de haber perdido sus recuerdos era una oportunidad nueva, claro eso era lo el viejo Zhou le repetía constantemente. En realidad Lay se sentía agradecido, es decir China era un país muy grande con una gran cantidad de personas, cualquiera de ellas pudo haberlo ignorado y dejarlo morir sin embargo encontró a una persona que pudo cuidar de él e incluso tratarlo como familia. A pesar de no aparentarlo, Lay podía ser muy observador y notaba muy bien las diferentes miradas de Zhou, unas de ellas siempre estaban llenas de melancolía las cuales, sí Lay recordaba bien suelen aparecer cada vez que el mayor recordaba a su difunto hijo. El joven pensaba que tal vez esa era una razón del por qué el mayor lo llenaba con atención y cariño ya que aparentemente no pudo hacerlo con su propio hijo.

 Una de las cosas que Lay ansiaba cada día eran las largas pláticas con el mayor. Luego de salir de la pastelería regresaba al restaurante para ayudar a limpiar y cerrar el lugar, ahí era cuando agradecía que el negocio y su casa fueran un solo local, el restaurante ocupando toda la primera planta y la segunda como un cómodo apartamento para ambos. Consideraba que una de las razones del por qué el viejo Zhou se la pasaba contando relatos era porque al inicio era lo que usaba para romper el hielo cuando recién había lo había acogido pero con el paso de las semanas se convirtió en más en una costumbre los relatos nocturnos. Desde viejas anécdotas o historias que escuchaba por la radio hasta los relatos que Lay consideraban que deberían ser puestos en papel y crear buenos libros en base a ellos.

 Una de las que más recordaba era la historia de un grupo de personas con poderes extraordinarios y una importante misión por cumplir, podía resultar una historia llena de muchos clichés y llena de ficción pero por alguna razón Lay la consideró entretenida, a pesar que Zhou jamás pudo darle un buen final a la historia y cada vez que el menor preguntaba el porqué de ello, el otro solo le respondía que no era su lugar darle un final tan apresuradamente, tal vez creía que si terminaba esa historia se quedaría sin relatos por contar.

 Había una de las cosas que Zhou no podía dejar de pensar, Lay estaba seguro. No sabía mucho de términos médicos pero desde sus primeros recuerdos, las cosas no estaban muy bien para él. Su cuerpo con unos cuantos golpes, débil y con suerte en una camilla de hospital. Cuando se encontró un poco más estable los doctores le explicaron cómo había llegado ahí y quien lo había ayudado y a pesar que todos eran demasiado amables Lay no podía evitar sentirse muy confundido, no recordaba quien era ni de dónde venía. Fue con el paso del tiempo y la ayuda de Zhou quien siempre se encontraba a su lado para auxiliarlo cuando lo necesitaba, que pudo salir del hospital, sin embargo hubo algo de lo que no pudo curar, Hemofilia.

Aparentemente era una enfermedad genética que impide la correcta coagulación de la sangre, al inicio el joven no comprendía exactamente las consecuencias o el peligro de su enfermedad pero sabía que debía tener cuidado. Lastimosamente el ser algo distraído era a la vez peligroso, especialmente después del otro gran accidente.

 La distancia que existía entre la pastelería y el restaurante no era mucho así que no había necesidad de usar el tren, por lo que Lay optaba por una bicicleta como medio de transporte, las calles de la ciudad siempre se encontraban en constante movimiento a toda hora, empleados apresurados a sus trabajos, niños que corrían por llegar a las escuelas antes que fuera demasiado tarde, sin mencionar los temerarios que eran algunos conductores. He ahí el por qué en una ocasión Lay se vio obligado a regresar al hospital.

 Fue en un día luego de su turno en el restaurante, había sido un día muy ocupado por lo que no podía dar por terminado su turno a la hora habitual y a pesar que había notificado a la pastelería sobre el retraso, sentía que era su responsabilidad tratar de hacer lo posible para llegar a tiempo. Por lo que una vez la cantidad de clientes disminuyó se apresuró a llegar a la pastelería, y fue en una de las intersecciones en las que sucedió. Iba demasiado rápido que no se percató del auto que venía en su encuentro.

A pesar que el conductor no iba a gran velocidad fue un fuerte impacto para Lay. Rápidamente las personas que se encontraban en las calles en esos momentos y presenciaron el accidente llamaron a una ambulancia. Cuando las noticias llegaron a Zhou fue de inmediato al hospital, afortunadamente Lay no tenía heridas muy profundas, ninguna fractura. Lo único que les preocupaba era el golpe que Lay recibió en la cadera cuando el frente del auto chocó con él, además de un golpe en la cabeza con una posible contusión.

  Los doctores se habían preocupado en un inicio por la cantidad de sangre que Lay había perdido en el accidente, después de todo es algo que no podían evitar pero sí controlar, luego de muchos medicamentos y el cuidado necesario. Esto provocó que el joven se encontrara inconsciente por dos días enteros, Zhou siempre manteniéndose a su lado. El mayor no podía explicar el por qué tenía ese instinto tan sobreprotector sobre Lay, y el hecho de verlo postrado en la cama del hospital hacía que algo en su corazón se contrajera, sabía que nadie podía reemplazar a su hijo ni borrar los errores que cometió en el pasado pero…sentía que el haber encontrado al joven y ayudarle era una posible forma de redimirse por las atrocidades que había hecho antes de llegar a China, como una nueva oportunidad, y estaba dispuesto a tomarla.

 Fueron unos días después del accidente que Lay se encontraba de nuevo en casa, el viejo Zhou siendo algo persistente sobre su descanso no le permitía al joven trabajar por muchas horas seguidas, es más no se podría decir que estaba de nuevo trabajando a tiempo completo aún, ya que solo estaba ayudando en el restaurante. Su otro jefe, el dueño de la pastelería le había dado un mes para que se recuperara del todo y además darle un pequeño descanso por lo duro que había trabajado los días previos al accidente.

He ahí el por qué el joven se encontraba actualmente con mucho tiempo libre, no es que no lo apreciara al contrario. Aprovechaba el tiempo para pensar mucho, en un inicio creyó que podía seguir viviendo sin ningún recuerdo de su pasado pero… últimamente se había estado sintiendo extraño, no podía explicar cómo simplemente…extraño.

 El clima había comenzado a cambiar y las tardes se veían ocupadas por tenues lluvias, haciendo que las calles se vieran menos concurridas por las personas quienes ahora avanzan más rápido buscando refugio. Mientras el menor limpiaba unas de las mesas que se encontraban al fondo al lado de las ventanas escuchaba el débil sonido de la lluvia, no sabía por qué pero el sonido de ésta le llamaba la atención, relajándose.

 Zhou había notado que Lay se encontraba un poco más distraído de lo normal, si es que eso era posible, pero de una manera diferente. Podía ver como cada vez que comenzaba a llover, Lay dejaba de hacer lo que fuese que estuviera haciendo y su mirada se volvía lejana con una expresión serena en su rostro. Incluso había notado las marcadas bolsas debajo de los ojos del menor, señalando que no estaba durmiendo muy bien aunque el mayor tenía una idea del por qué.

 Las primeras lluvias comenzaron por la noche y el viejo Zhou había estado leyendo sus antiguos libros que mantenía escondidos fuera del alcance de Lay, quien se suponía que llevaba horas descansando, pero cuando Zhou se dirigía a su cama para dar como terminado su día vio como el menor salía de su habitación hacia la sala, deteniéndose enfrente de una de las paredes la cual estaba hecha en base a cristal templado, siendo ésta no sólo como una ventana sino más bien como un pequeño mirador. Vio como Lay descansaba su mano sobre la ventana viendo la lluvia caer delicadamente.

 - … ¿Lay? ¿Sucede algo?- Cuando no obtuvo ninguna respuesta por parte del menor, se acercó a él poniendo una mano sobre el hombro de éste, quien aparentemente no lo había escuchado con anterioridad y se sobresaltó con el contacto.

 -¿Estas bien? Creí que estabas dormido-

 -…Si. No lo sé, la lluvia…la lluvia me despertó.-

 -Bueno, ¿quieres que te prepare un té para poder dormir de nuevo? Aun necesitas descansar todo lo que puedas, me diste un buen susto la última vez.-

 -No no, estoy bien. Yo…regresaré a dormir más tarde solo quiero… - Debió de haberle prestado más atención a Lay esa noche, su ceño fruncido y sus ojos tristes mientras su mano seguía descansando en la ventana. Dio un último apretón en el hombro del menor y se fue a descansar, sin embargo en la mañana siguiente encontró a Lay sentado frente a la ventana con la mirada perdida… había dejado de llover.

 Ahí es cuando había comenzado, Zhou no estaba muy seguro de que sucedía pero parecía como que la lluvia volvía a Lay un poco melancólico. No hacía falta levantarse todas las noches para corroborar que cada vez que llovía Lay no dormía ni un segundo por las noches.

  Habían ocasiones en las que el joven salía a la azotea y dejaba que la tenue lluvia cayera sobre él hasta dejarlo empapado, no sabía porque pero se sentía vacío. Considero que probablemente era el sentimiento que unas personas relacionaban con la lluvia pero a la vez una parte de él le repetía que no era la verdadera razón. Zhou se sentía preocupado porque no sabía cómo ayudarlo, en especial cuando se dio cuenta que en algunas ocasiones cuando llovía, los ojos del muchacho se llenaban de lágrimas.

 Pensó que una de las cosas que podría distraer un poco al menor era si se mantenía ocupado, por lo que le pedía su ayuda más seguido en el restaurante pero no demasiado después de todo, aún no había pasado mucho tiempo después del accidente. Había sido un día un poco agotador en el restaurante y habían quedado escasos en la cocina por lo que Lay tuvo que salir a comprar ingredientes frescos para el día siguiente, mientras Zhou terminaba de atender a los últimos clientes.

 Para cuando Lay regresó encontró el restaurante vacío, ordenó todas las compras en los estantes que correspondían y se dirigió al salón principal, en el mostrador había un florero, sabía que había olvidado algo. Contenía lo que hace unos días habían sido unas hermosas flores pero lamentablemente ahora ya se habían marchitado. Unas de ellas habían perdido su color y otras habían desprendido algunos de sus pétalos, los cuales se encontraban esparcidos en el mostrador. Pero ya era demasiado tarde, las cambiaría al día siguiente, solo tenía que cortarlas del jardín trasero después de todo tenía su gran variedad de flores ahí.

 En la mesa de al lado encontró al mayor adormitado en una silla, se acercó a él y trató de despertarlo sugiriendo que debería de descansar, ambos lo merecían después de todo, pero el mayor decidió que sería bueno tomar un poco de té antes de ir a dormir, ya que según él, le ayudaba a descansar más.

  -Lay... ¿Estás seguro que te sientes bien? Has estado actuando muy diferente.- preguntaba el mayor mientras deponsitaba ambas tazas sobre la mesa y tomaba asiento frente al muchacho.

 - No lo sé. –

 -¿Tiene que ver con la lluvia?-

 -...- El joven no sabía qué responder, no tenía idea de que es lo que le sucedía, simplemente se sentía decaído.

 -Creo que esto es algo bueno. Claro depende de cómo lo veas. Me refiero a que posiblemente tu subconsciente está recordando cosas.-

 -… ¿Eso crees?...Pero, no recuerdo nada. Ninguna imagen de alguien, algo o cualquier cosa de mi vida antes de conocerte.-

 -Tal vez tu cerebro no recuerda nada, pero seguramente tu cuerpo si, por lo que inconscientemente reaccionas de esta manera y sientes lo que sea que estás sintiendo ahora. –

 -Pero.... Si es así... ¿No debería haber reaccionado antes solo con el agua? Digo la lluvia solo es eso... Agua.-

 -Puede que antes haya significado algo diferente para ti. ¿No crees?-

 -Es probable…. Solo…no sé si quiero recordar algo. Yo…quiero saber qué clase de persona era antes pero, soy feliz ¿qué tal si antes no lo era? Es decir, solo recuerda mi situación cuando me encontraste…Creo que sufrí mucho pero ¿por qué? ¿Hice algo malo? ¿Algo tan malo que merecía esa clase de trato? Yo…- Al ver que Lay comenzaba a asustarse, el mayor extendió su brazo hasta encontrar la mano del otro y tratar de consolarlo.

 -Oye, oye. Tranquilo. No te apresures a sacar conclusiones de algo que aún no sabes. Ahora, ¿qué me dices, estás dispuesto a escuchar otra de las historias de este viejo?-

 -… Siempre.- El ver la sonrisa sincera de Lay con su característico hoyuelo lo hacía sentir un poco más tranquilo.

 Tal vez eso era lo que necesitaba por un tiempo, había olvidado lo mucho que encantaba simplemente sentarse y hablar con Zhou, escuchar sus relatos era como ver una película desarrollarse frente a sus ojos imaginando cada detalle. Cuando vio que el mayor luchaba cada vez más con el sueño insistió en que subiera a descansar, Lay podía apagar todo y terminar de ordenar, ante la insistencia y el cansancio el otro no hizo más que obedecer. Sin embargo cuando el menor se quedó solo el sentimiento venía a él de nuevo, por lo que tomó su celular y luego de buscar mucho seleccionó una canción para distraerse.

 Si lo que decía Zhou era cierto, e inconscientemente estaba recordando cosas debería ser capaz de descifrarlas, es por ello que comenzó a escribir lo primero que se le venía a la mente al recordar los días anteriores, mientras seguía escuchando música. Cuando menos lo esperó tenía tres frases escritas:

You are my sunshine

I need you

You are the one

 

No estaba muy seguro el por qué eran esas las palabras que había escrito, ni siquiera fue consciente de haberlas escrito…tal vez Zhou tenía razón y su subconsciente estaba recordando cosas. Estaba pensando cuál podría ser la razón de esas palabras cuando las luces comenzaron a parpadear y seguidamente su teléfono comenzó a hacer ruidos extraños, como el sonido de la interferencia y la pantalla se distorsionaba y veía cómo en segundos se formaban escenas extrañas y pudo diferenciar una de ellas, pero hubo algo que lo aterró, un rostro. Soltó el teléfono y se levantó apresuradamente, podía sentir como su corazón latía rápidamente, no tuvo mucho tiempo para pensar en lo que acababa de ver cuándo comenzó a escuchar algo en el auricular que aún tenía en su oreja: Yixing….No queda mucho tiempo….Suho…encontrar.

 ¿Suho?... ¿Quién era Suho? – La mención de ese nombre hacía que Lay sintiera un peso en su corazón y las lágrimas comenzaran a salir de sus ojos sin explicación alguna… ¿Es alguien de mi pasado? Y esa voz…no…yo… La palabra confundido se quedaba corta para expresar lo que el joven sentía en esos momentos, debía de estar muy cansado para estar alucinando cosas, o al menos es lo que se repetía el joven para explicar lo que acababa de suceder. Decidió que eso era todo por el día, ya no estaba seguro de que sucedía, contempló el dejar su celular ahí en donde estaba pero…seguramente fue solo un mal funcionamiento.

Apagó las luces que quedaban y se aseguraba que las puertas estaban bien aseguradas, le sorprendía que pudiera seguir caminando cuando sus piernas temblaban descontroladamente, su corazón latía demasiado rápido y su mente no dejaba de pensar en lo que había sucedido. Se apoyó un momento en el mostrador tratando de calmar su corazón, enfocando bien su respiración. ¿Será que había algo malo con él y ahora estaba alucinando?

Tomó una de las flores marchitas del mostrador y veía como una desprendía uno de sus últimos pétalos sin prestarle mucha atención, solo pensando en ese nombre de nuevo…se le hacía conocido...Suho…Suho… incluso la pronunciación le sonaba familiar. Cuando se calmó un poco respiró hondo y decidió que no era bueno que siguiera pensando ese tipo de cosas por el momento, al día siguiente hablaría con Zhou y seguramente él le diría que todo estaba bien y no tenía que preocuparse. Dejó el tallo seco en el mostrador pensando que cambiar las flores será una de las primeras cosas que haría por la mañana mientras se dirigía a la segunda planta para poder descansar, sin embargo no se dio cuenta que la flor que había estado sosteniendo hace unos segundos estaba ahora en su máximo esplendor, con todo su color, nuevos pétalos, como si acabara de florecer nuevamente… al igual que el resto de las flores del mostrador.

Like this story? Give it an Upvote!
Thank you!

Comments

You must be logged in to comment
spreadloveyeah
#1
♥️ Remember you are loved, please always be happy♥️