Las tardes en la biblioteca no eran muy abarrotadas, algunos estudiantes de la universidad más cercana solían visitarla a menudo pero siempre eran grupos pequeños, por lo que Chen no tenía razón alguna para quejarse. Su trabajo en el mostrador le daba mucho tiempo libre que no podía quejarse incluso cuando le correspondía ordenar los libros en los estantes, es más era lo que más le agradaba de su empleo, además tenía acceso a una gran cantidad de libros y aprovechaba cada momento libre sumergiéndose en una nueva historia.

 

Aunque sí debía ser honesto llevaba varios días enfrascado en el mismo libro, uno que había llamado mucho su atención. Un día mientras recolectaba los libros que habían sido devueltos a la librería se dio cuenta cómo uno de ellos resaltaba, su pasta se veía vieja y gastada y al abrirlo sus páginas se encontraban de un color amarillento pero aún con sus letras muy bien visibles y fáciles de leer, sin embargo lo que le pareció más extraño es que el libro no mostraba ningún nombre en su portada y mucho menos en el lomo de este.

 

El joven pensó que seguramente algunas de las personas que devolvieron libros esa mañana debieron de haberse confundido, en un inicio pensó en dejarlo justo en donde lo encontró, en una de las mesas del área de lectura de manera que si alguien lo había olvidado podría regresar por él en cualquier momento. Por lo que se decidió en organizar el resto de libros, ya que éstos no habían sido muchos su tarea terminó siendo más sencilla y llevándole menos tiempo de lo normal.

 

La curiosidad siendo uno de sus más grandes pecados hizo que se encontrara unas horas después en el mostrador, en lo que esperaba a los posibles visitantes, con el libro frente a él. No sabía por qué pero le resultaba extrañamente familiar.

 

En él se narraba la historia de un mundo muy parecido en el que vivían, sin embargo éste estaba regido por fuerzas celestiales superiores, las cuales podían otorgar vida eterna y habilidades especiales, razón por la cual con el paso del tiempo, los habitantes se volvieron codiciosos y ansiosos por conseguir. Es por ello que las distintas fuerzas se combinaron para poder mantener un equilibrio y balance en el mundo, tomando la forma de un árbol llamándole el “árbol de la vida”, sin embargo nadie sabía la forma y ubicación de éste o qué lo diferenciaba del resto.

 

Según las leyendas y relatos de los ancestros aseguraban que el mismo árbol de la vida temía por el futuro de la humanidad, por lo que cada cierto tiempo éste concedía algunos de sus dones a personas específicas con la finalidad de que si ocurría algún tipo de catástrofe pudieran ser ellos los que protegieran a la humanidad.

 

Hubo una de esas entidades que no estuvo de acuerdo puesto que creía que sus habilidades no podían ser compartidas con alguien más y aseguraba que nadie podía ser digno de ellas, por lo que se separó del resto y del mismo árbol creando así una ruptura y desequilibrio así como a su vez una apertura en un mundo paralelo.

 

Aunque éste último se mantenía como una teoría hipotética, ya que no existían ningún tipo de pruebas sobre la existencia de mundo diferentes, cuando por otro lado, si se encontraban con indicios de los documentos de personas con habilidades especiales y cómo ellos serían los que trajeran de nuevo un equilibrio al mundo.

 

Chen sabía que era simplemente una historia plasmada en un libro pero por alguna razón su corazón latía demasiado rápido mientras leía y lo hacía sentir nervioso. Había una gran cantidad de pensamientos recorriendo su mente pero “Solo era la historia de un libro… ¿cierto?  Volvió a concentrarse en su entorno cuando escuchó sonidos del otro lado de la biblioteca. Miró al reloj que se encontraba en la pared de al lado percatándose que eran las 10:30 de la noche, llevaba media hora de haber cerrado, por lo que no debería de haber nadie más en el lugar.  “¿Se la había pasado tanto tiempo inmerso en el libro?  Estaba seguro que si su jefe se enteraba de ello probablemente lo reprendería así que decidió apresurarse.

 

El joven tomó el libro en sus brazos y se aventuró en los pasillos, caminando despacio y cautelosamente pues sentía que algo no iba bien  y sentía que debía de estar alerta. Siguió el sonido que había escuchado anteriormente solo para encontrarse con un pequeño gato sobre una de las mesas que asumió había entrado por uno de los ventanales. Era un gatito bebé de eso estaba seguro puesto que era pequeño con su pelaje parchado entre los colores negro, café y blanco. Era tan pequeño que no tuvo el corazón de dejar que se fuera por sí sólo, optando por llevarlo a casa con él, después de todo no le haría mal un poco de compañía. Iba pensando que tendría que comprar algo de comida para el pequeño. Se dispuso a tomarlo en brazos llevando a la vez consigo el libro, dio un último vistazo por la biblioteca apagando las luces del local mientras se dirigía a la salida sin darse cuenta que en realidad… no había sido la única persona dentro de la biblioteca.

 

 

 

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Incuso a pesar de los recuerdos de su infancia antes de poder encontrar a los sabios que le darían respuestas que necesitaba sobre quién era y que le harían ver que sus habilidades no eran algo malo, como sus padres le habían hecho creer desde un inicio, lo hacían sentir más tranquilo y que un peso había sido levantado de su pecho.

 

En ocasiones se le hacía difícil creer que había pasado la mayor parte de su vida aislado de una vida “normal”. Aunque no haya sido enteramente su decisión, había sido el primero en manifestarse y ser encontrado por los sabios, por lo que todos centraron su atención en él.

 

En un inicio se le hacía difícil sobrevivir cada día con la exhaustiva rutina de entrenamiento, pues era consciente que en un futuro debía poder controlar sus habilidades sin problema alguno y que sería eso lo que le permitiría ayudar a los demás. Tal vez sintió su soledad prolongada por el hecho que había llegado cuando tenía solamente 8 años, y no encontraba la forma de poder distraerse en un lugar tan enorme por el solo, sin embargo a pesar de su corta edad las personas solían decirle que tenía una mente muy madura por lo que la mayor parte del tiempo que no se encontraba entrenando se la pasaba rodeado de libros.

 

La presión y ansiedad que desarrolló después se debía a que sus superiores le habían informado que él sería el líder del grupo. En un inicio podría no sonar la gran cosa pues era él solo en la gran mansión, sin embargo con el paso de los meses e incluso años después el resto de sus compañeros comenzaron a ser reclutados, o en algunos de sus casos tales como el de él mismo habían llegado por voluntad propia. Esto solo le hacía sentir que todo lo que las leyendas narraban si era cierto, ya no podía albergar la esperanza que tal vez ellos no serían la generación esperada que los libros y los sabios esperaban.

 

Recordaba claramente cómo cada uno de ellos se había convertido en su familia. Como Kris había pasado de ser un torpe incómodo a desarrollar una personalidad más segura de sí mismo y que además le ayudaría a cuidar de los demás. Tao quien había llegado con Kris parecía haber formado una amistad muy fuerte con él, incluso a pesar de la diferencia de edad.

 

Sehun fue quien hizo que Junmyeon se volviera sobreprotector con el resto. Es probable que se debía a que el menor era prácticamente un bebé cuando llegó, bueno tal vez no exactamente un bebé en edad pero el líder lo consideraba de tal forma, y que debía protegerlo así como al resto.

 

Jongdae fue difícil, Junmyeon pensaba que se debía a que el menor había llegado justo en la etapa de la rebeldía y sus habilidades no hacían las cosas más sencillas, en realidad era todo lo contrario... Incluso si el menor solía pasar la mayor parte del tiempo aislado de los demás y del mal humor Junmyeon sabía que todo lo que necesitaba era una plática honesta en la que pudiera desahogar su corazón. A pesar de muchos intentos fallidos finalmente lo logró, Jongdae pudo abrirse un poco con él, sin embargo no fue un cambio muy grande puesto que seguía poniendo resistencia con el resto.

 

Esto cambió con la llegada de Minseok. El líder lo atribuía a que la personalidad del mayor era algo que traía calma a los demás, incluso si éste no hablaba mucho. Aun así había sido el único que había podido acercarse demasiado a Jongdae como para poder confiar en él y comenzar a cambiar su actitud con el resto, a un extremo que poco a poco la personalidad del menor cambió y se volvió más juguetón, aunque en un inicio trataba de contenerlo fue solo cuestión de tiempo para que pudiera expresarse libremente y sin ninguna clase de filtro.

 

Baekhyun había sido un caso especial, desde que Junmyeon puso sus ojos en él volvió a tener la misma sensación que cuando conoció a Sehun, pues Baekhyun era un pequeño indefenso que solía esconderse de los demás la mayor parte del tiempo, pero fueron Jongdae y Minseok quienes solían cuidar de él cuando las cosas se volvían difíciles, la razón de esto…el líder aún no lo comprendía pero esos tres mantenían una relación muy fuerte. Otro quien ayudó mucho a Bakhyun fue Chanyeol.

 

Aunque más bien ambos habían sido de ayuda para el otro, incluso si no lo notaban. Chanyeol era muy reservado pero el líder sabía la verdadera razón detrás de ello, era el miedo. Nadie lo juzgaba por ello, todos en algún momento, unos más que otros, temían de sus propias habilidades, era algo nuevo, inexplicable y difícil de dominar.

 

Kyungsoo y Jongin habían llegado juntos y con el paso del tiempo Junmyeon se dio cuenta que era simplemente correcto. Esos dos se la pasaban todo el tiempo juntos. Cuando llegaron por primera vez, no fue algo nuevo que ambos se conocieron desde tiempo atrás pues parecían llevarse muy bien, sin embargo fue algo que por muy extraño que suene, ayudó a que ambos se acoplaran rápidamente e incluso si solían pasar el rato con los demás o si compartían cosas en común con el resto, siempre terminaban juntos. Era como si el mismo Kyungsoo fuera un imán de Jongin, puesto que el menor siempre se encontraba siguiendo al otro con la mirada y siempre pendiente del otro incluso en las cosas más sencillas. Y aunque Kyungsoo no lo demostraba muy seguido, él se comportaba de la misma forma con Jongin.

 

En cuanto a Luhan…Junmyeon siempre sintió que había algo que le ocultaba al resto, no estaba muy seguro de qué era pero a pesar que todos podían trabajar en equipo y mostraban buena sincronización ayudándose mutuamente sin importar quién era existía una pequeña barrera que Luhan construía con el resto, bueno con todos menos Sehun. No estaba muy seguro de cómo es que todo había sucedido pero recordaba cómo al menor solía molestarle le mera presencia de Luhan, sin embargo algo cambió entre ellos, y eso era lo que mantenía a Junmyeon en paz, pensar que al menos si Luhan compartía sus pensamientos e inseguridades al menos con uno de ellos, el mayor no tendría por qué cargar con todas sus penas él solo y que en algún momento él se sentiría lo suficientemente preparado para compartirlo con los demás y estaba seguro que éstos sin duda alguna, lo escucharían.

 

Todos y cada uno de ellos conformaban la familia de Junmyeon, una que él había jurado proteger y cuidar con todo su ser, a quienes no abandonaría por nada del mundo como sus padres lo habían hecho con él. Sin embargo ese trabajo era complicado, tenía que mostrarse fuerte todo el tiempo, seguro de sí mismo para poder transmitir ese tipo de sentimientos hacía el resto, sin embargo había una sola persona con la que podía al menos por unos momentos bajar la guardia, dejar que sus inseguridades salieran de vez en cuando y que siempre estaría para poder regresarle la fuerza y confianza que a veces perdía.

 

Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando sintió un par de brazos rodeándolo por detrás. No hacía falta que se girara para saber quién era esa persona, el simple hecho de encontrarse en sus brazos era suficiente para hacer que una sonrisa se esparciera por su rostro. En el momento en que sintió como esa persona apoyaba su quijada sobre su hombro bastó para que su cuerpo también se relajara, descansando su cuerpo contra el otro.

 

― Baekhyun dice que si sueles fruncir el ceño, te saldrán arrugas más pronto. ― El escuchar su dulce voz tan cerca de su oído hacía que se sintiera cómodo y se permitiera reír un poco. ― Estoy seguro que no quieres otra razón para que sigan llamándote abuelo.

 

― No puedo evitarlo Yixing, sabes que a veces no puedo controlar las expresiones en mi rostro. ― reposó sus manos sobre las del otro tratando de prolongar  ese abrazo por más tiempo  mientras sentía como Yixing asentía aún apoyado sobre su hombro.

 

―Mmmm es cierto, no puedes ocultar tu asombro, tampoco tu disgusto…y mucho menos tu preocupación. ¿Sucede algo?

 

― Nada de lo que debas preocuparte. ― Al decir estas palabras pudo sentir como los brazos del menor reforzaban su abrazo y sabía que ello sólo llevaría a más preguntas.

 

―… ¿Estás consciente que esas palabras solo hacen que me preocupe más, cierto?

 

― Solamente pensaba en nosotros…en todos, como equipo.

 

―Si hablas de todos nosotros, creo que te refieres más al término de familia, sabes que Sehun detesta que te dirijas al resto sólo como un equipo, como alguien a quien puedes reemplazar fácilmente.

 

― Tú sabes a lo que me refiero.

 

― Eso es porque presto mucha atención cuando se trata de ti y… puedo sentir algo― Yixing dejó que su mano derecha encontrara el camino por el pecho de Junmyeon hasta posicionarse exactamente en el lugar de su corazón. ― Algo aquí no está bien.

 

― No tienes de qué preocuparte, sólo recordaba cómo todos habían llegado aquí.

 

 Yixing sabían que detrás de esa fachada de líder se encontraba alguien que solamente quería descansar de vez en cuando, sin tener que preocuparse por un futuro lleno de peleas, conflictos y destrucción como hablaban las leyendas pero también sabía esperar. Esperar el momento adecuado para que Junmyeon pudiera compartir sus pensamientos con él, por lo que solía darle el espacio necesario la mayor parte de las ocasiones. Razón por la cual se resignó y luego de un largo suspiro volvió a rodear su brazo en la cintura del otro, sabía que en ocasiones como éstas sólo debía tener paciencia y ser el soporte necesario.

 

― Bueno supongo que recordar cómo Jongdae y Chanyeol casi destruyeron todo este lugar es algo digno de preocuparse pero,… lo que sea que de verdad te preocupa no debes cargarlo tú solo. Sabes que puedes confiar en mí y también en los demás. ― Junmyeon sabía que el menor siempre podía ver debajo de sus máscaras y que no podía ocultarle nada pero prefería esperar hasta que él estuviera listo, era una de las razones por las que lo amaba. Antes que el líder pudiera siquiera pensar en algo que responderle sintió el delicado toque de los labios de Yixing en su cuello con un pequeño beso lleno de un sentimiento puro por parte de éste. –Kyungsoo preparó la cena, los demás están esperando.

 

Sin decir una palabra más desprendió sus brazos de la cintura del mayor y en su lugar optó por tomar su mano, entrelazando sus dedos mientras comenzaba a guiarlo por los pasillos hacía el comedor principal. Junmyeon sabía que tendría más tiempo para preocuparse por los demás, temer por el futuro que se avecinaba como una tormenta lejana pero a la vez estaba seguro que mientras tuviera alguien a quien proteger podría sobrellevar cualquier obstáculo que se le presentara.

 

Cuando abrió los ojos y veía como King se le acercaba buscando atención pudo darse cuenta que a pesar de la larga noche que habían tenido, había logrado dormir plácidamente. Llevaba unas noches durmiendo al lado de Baekhyun, pensando que tal vez de esa manera el menor no se sentiría tan asustado y a su vez le había ayudado a él mismo con sus pesadillas. La mayor parte de las veces había despertado con pesadillas de recuerdos que prefería olvidar, por primera vez en tanto tiempo había podido despertar con su corazón tranquilo teniendo un pensamiento en mente: “Ésta vez no fallaré y sin duda los protegeré a todos, a cada uno de los miembros de mi familia.”