La cafetería estaba casi vacía a esa hora, Richard sabía que el turno de Jaqueline comenzaba en media hora más, sin embargo, quería estar preparado para dar el paso final. Necesitó de tres tazas de café para concentrarse en las palabras que diría, repasó en su mente su discurso, le hablaría por primera vez algo que no tuviese que ver con el menú del día. “Es sólo una chica… es sólo una mesera…es sólo…” Sus pensamientos fueron interrumpidos por la campanilla de la puerta principal, que se abría para dejar entrar una chica baja de cabellos dorados. Se veía agotada como si hubiese trotado diez kilómetros, entró gritando unas disculpas a su jefe, tiró su bolso bajo el mostrador y se cambió rápidamente al delantal con el logo de la cafetería.

Richard sintió el aumento de su pulso, sus manos comenzaron a recorrer la orilla de su mesa, relamió sus labios hasta partirlos y quiso gritar de frustración por no poder controlarse frente a la chica de sus sueños.

“Basta…levántate y háblale” le gritó su subconsciente.

 

                -¡¡Traje la cena!! – Jessica canturreó por la sala con dos bolsas y el sonido de sus tacos sobre el piso flotante-

Tiffany dejó de escribir y resopló sobre su teclado. Jessica se acercó a su amiga y le plantó un beso en la cabeza.

                -¿Estás escribiendo? ¿Cómo vas?-

                -Mal, estoy con una laguna mental… hace media hora que estoy pegada en la parte que Richard se anima a pedirle una cita a Jaqueline

                -Uhmm..¿puedo leer? –

Tiffany se echó hacia atrás para dejarle mayor vista a su amiga. Jessica hizo una mueca mientras leía los dos últimos párrafos del borrador de Tiffany.

                -No puedes describir tanto los sentimientos mamones de Richard, se supone que Jaqueline es la nerviosa, ella es la chica ¿no?

                -¿Por qué tu comentario me suena machista? 

                -No es machista, odio el amor heteroual, es tan predecible. Richard debería ser Rina, que le gusta la mesera y de la cafetería de su trabajo, y ésa amiga mía, sería una buena historia.

Tiffany rodeó los ojos y apartó a Jessica de su lado para guardar lo que había escrito y acompañarla hacia la cocina. Llevaba todo el día intentando avanzar en su novela romántica, “Los patos sin una pata”, sin éxito alguno. Estaba en la misma página desde hace una semana, estaba teniendo uno de esos días donde la inspiración no le llegaba y necesitaba con todas sus fuerzas que su mente hiciera click  despertando aquella sensación de querer plasmar todo lo que sentía, sin embargo, no había ningún click, ni sensación de querer plasmar algo. Todo lo que había era: nada.

                -Eso lo dices porque te gusta el coño –Tiffany le aventó una manzana que reposaba en la mesa y que Jessica atrapó en el aire sonriente–

                -¡Exacto! Si tú probaras eso de vez en cuando te llegaría la inspiración para que Richard le hable a Jaqueline

                -Prefiero el pene, gracias

Tiffany ayudó a su amiga a sacar las cosas de las bolsas.

                -Cariño, el pene es tan poco satisfactorio. ¿Penetración? ¿El o oral? Es tan monótono – Jessica sacó una caja – ¿Macarrones con queso?

Tiffany asintió y colocó el jugo en el refrigerador -¿Y que te metan los dedos es más satisfactorio? Prefiero aplicarlo en solitario

                -Claro que es más satisfactorio, porque una mujer siempre sabe dónde tocarte, sabemos qué es lo que nos gusta para llegar al o, en cambio ¿un hombre? Lo único que hace es encontrar su propio o penetrándote…¡Y no olvidemos del o oral! ¿Qué clase de técnica es esa de pasarte la lengua como una maldita lija? 

                -A mí me gusta el o heteroual, un hombre que sabe llevarte a la cama de manera romántica y respeta tu cuerpo es mejor que llegar a un o – Tiffany espetó –

                -¿En serio crees que me tragaré ese cuento? Dime algo cariño, ¿Hace cuánto que no tienes un o con Bernardo? – Jessica le alzó una ceja mientras terminaba de colocar una olla en el fuego –

                -No me interesa tener un o, es más, odio el o. Ojo, no digo que Bernardo lo hace mal, sólo que..no me gusta el acto – Tiffany sacó dos vasos del estante superior –

                -Y con eso me confirmas una vez más que caminas por mi vereda – Canturreó Jessica mientras revolvía los macarrones –

                -Que no soy lesbiana – Tiffany rodeó los ojos – ¿Por qué el hecho de que mi vida ual sea casi nula con mi novio es motivo de que sea lesbiana?

                -Porque es el primer síntoma, ¿lo amas? –Jessica seguía con un tono divertido –

                -Claro que sí, estamos juntos desde la universidad y nos vamos a casar, el hombre perfecto

                -Casi me convences, casi –Jessica se volvió a Tiffany con una sonrisa – Si no hubiese sido por ese tonito que haces cuando te aprendes de memoria tus líneas para una entrevista

Bernardo, su novio desde los veinte años, un mexicano que cumple con todo para ser el hombre perfecto con quién formar una familia y tener una casa bastante acomodada, ¿el único problema para Tiffany? Es que, como investigador arqueólogo, pasa constantemente en su país descubriendo a los mayas, y la distancia ha dejado a prueba la relación. Sin embargo, sus seis años de relación eran suficiente cómodos para soportar cualquier distancia. Además, Tiffany no estaba interesada en serle infiel, le preocupaba mucho su bienestar laboral para pensar estar con otro hombre. Del mismo modo para Bernardo, la seguridad de haberle pedido matrimonio a Tiffany le daba la tranquilidad de que con ella terminaría su vida en familia.

Tiffany volteó los ojos y decidió seguir preparando la mesa para cenar. Jessica la molestó por unos minutos más hasta que cambió el tema de conversación al trabajo que había tenido Tiffany y el agotador miércoles de Jessica en el estudio.

Jessica era una chica sin pelos en la lengua, amiga de Tiffany desde que tenían siete años y le robó su marcador rosa en plena clase. Tenía el pelo castaño, rostro fino y unos ojos aceituna que podría derretir a cualquier ser en el mundo, o en su caso, a cualquier chica en el mundo. Jessica era abiertamente homoual, salió del armario cuando tenía dieciséis años y se enamoró de una chiquilla del barrio a la que Tiffany la llamaba “Lulú” por su gran parecido a la caricatura. Tiffany era la compinche de Jessica, la confidente, la hermana, la otra mitad. Pelo castaño oscuro, liso y largo, piel blanca, ojos grandes llegando al punto de ser adorables como los de un dibujo animado, y una sonrisa que deja sin aliento.  Se podría decir que Jessica tenía la mirada y Tiffany tenía la sonrisa.

Cuando terminaron la escuela separaron sus caminos, Tiffany se fue a estudiar periodismo y Jessica entró a una escuela de teatro en New York, pero el destino las volvía a unir cuando Tiffany encontró el trabajo en el NYD y decidieron vivir juntas como siempre lo habían soñado. Hoy eran más que uña y mugre.

                - ¿Mañana irás al desfile? –Jessica le dio otra cucharada a los macarrones –

                -Aamm.. no lo creo –Tiffany se limpió la comisura del labio – Tengo el programa y no me dará tiempo para llegar…

                -¿Y a la fiesta luego? –Jessica se encogió de hombros y le dio una sonrisa pícara – Va a estar esta modelo, muy guapa..

                -Cógetela –Le soltó con gracia –.

                -Tenía pensado presentártela, pero ya que insistes… no me esperes despierta –Se mordió el labio y luego ladeó la cabeza – En serio, Fany, ven conmigo a la fiesta prometo portarme bien

                -Naa, vendré a casa directo, pretendo acostarme temprano con una taza de té y mi portátil intentando acabar la jodida escena de Richard. – Jessica rodeó los ojos –

                -Tú eres muy ñoña

                -No, pero pretendo auto inducirme inspiración. En serio, esa historia pretendo venderla en algún minuto, pero estoy teniendo estos días… donde nada me llega –Apuntó su mente – Es frustrante

                -Necesitas inspiración, necesitas un incentivo… ¿Por qué no vamos el fin de semana a Central Park? De seguro encuentras una parejita de enamorados para tu mente, o no, ¡Mejor aún! ¿Por qué no retomamos nuestro entrenamiento?

                -¿Correr? –Jessica asintió – No lo sé, hace rato que estamos fuera de base

                -¿Y? Venga Tiffany, así te quitas el estrés

                -Bueno, vale…vale, pero que no sea a las seis de la mañana

 

Tiffany terminó los últimos errores ortográficos del párrafo y guardó el archivo, posteriormente abrió el correo electrónico y se lo envió a su jefa de redacción. La entrevista de Martha Stewart estaba perfectamente completa, incluyendo fotografías de la mujer de la noche del evento, sin embargo, tenía el estómago revuelto porque habían pasado casi una semana y Josh no le había llamado a su despacho para discutir ese posible ascenso.

“Déjalo ir Tiff, jamás obtendrás el puesto…”

Dejando listo el tema de la entrevista, Tiffany prosiguió con su siguiente trabajo, que para variar, consistía en corregir errores ortográficos y agregar una que otra palabrilla correcta en la oración correcta. Y no olvidemos el horóscopo chino. Bufó implorando en su interior que la hora pasara rápido y poder correr hacia la radio.

                -Hwang –Josh llegó con el lápiz en la boca con la mirada fija en la carpeta frente a él– Harper se enfermó esta semana por lo que te toca cubrir la nota principal de espectáculos

Los ojos de Tiffany se abrieron de par en par y una sonrisa comenzó a formarse de sus labios.

                -¿La nota principal? –Repitió la castaña – ¿Sola?

Josh quitó los ojos de la carpeta para mirarla con la ceja alzada, sacó su lápiz de la boca y moduló mejor.

                -Claro –Se encogió de hombros – ¿Lo quieres o no?

                -Uh.. ¡Sí! ¡Lo quiero! –Gritó sonriente – ¿Sobre qué trata la nota?

                -Es un reportaje completo, entrevista, salida a terreno, fotografías, el paquete entero –Se acercó y dejó sobre el escritorio la carpeta que sostenía en sus manos – Ahí tienes toda información que necesitas estudiar, mañana por la tarde es la entrevista. No me falles pequeña –Dicho eso se fue del cubículo de Tiffany–

Tiffany iba a saltar de alegría cuando Josh interrumpió la escena con una sonrisa.

-Casi se me olvida, probablemente te lo estés preguntando…y sí, la Sra. Stewart ha quedado encantada contigo, lo que hace que quede encantada con nosotros. Buen trabajo Hwang, probablemente obtengas un aumento el mes entrante y debas prepararte para un ascenso –Le guiñó el ojo dejando a Tiffany atónita – ¡Juega bonito! –Gritó desde afuera –

-¡Jodida madre! –Susurró sonriente – ¡De eso es lo que hablamos gente! –Gritó hacia la nada, consciente de que probablemente sus compañeros de trabajo la hubiesen escuchado por las delgadas paredes –

Aún incrédula, Tiffany recogió la carpeta y comenzó a leer varios recortes de páginas, hojas impresas, fotos, comentarios escritos, toda información sobre este nuevo sujeto a entrevistar y perseguir para el reportaje. Se sorprendió al ver a la rubia que había escuchado días atrás en el evento a beneficio y quedó petrificada cuando recordó que compartieron un porro en el patio.

                -Kim Taeyeon –Susurró leyendo el nombre en grande y frunció el ceño al leer que era una famosa cantante de Corea del Sur y estaba en el país por poco tiempo gracias a la promoción de su nuevo disco.

No se dio cuenta cuando pasaron más de tres horas y su hora de oficina había terminado hace más de media hora. Con el aire atragantado recogió todas sus cosas y salió disparada a la radio.

                -¡¡Hola Jonnhy!! –Saludó jadeante al jefe – Lo siento, me anduve entreteniendo

                -Al aire en cinco minutos Fany – La miró con la ceja alzada – Venga, estamos con relleno de Aerosmith.

                -Voy, voy, voy –Corrió hacia la cabina y le hizo un gesto a Harry, su Dj –

Se acomodó en la silla, tomó, o más bien, tragó de un sorbo el contenido de su vaso de agua. Respiró hondo para regular su voz y se colocó los auriculares cuando la canción terminó. El letrero “On Air” se encendió y se acercó al micrófono.

                -¡Qué tal New York! –Habló alegremente – Una vez más te acompañamos en tu tarde agónica después de un largo día en el trabajo, en la universidad, en la escuela y que ahora, debes ir camino a tu casa para descansar en este día jueves, ¡¡penúltimo día de la semana!! Vamos con la primera canción “Time after time” de la grandiosa Cindy Lauper, y estás escuchando “Cállalo o Grítalo” en la 80.5

 

~*~

 

 

                -¡¡Buenas noches!! ¡Gracias! ¡Hasta la próxima New York!

Kim Taeyeon sonrió por última vez hacia el público del teatro y se perdió tras bambalinas. Con la lengua afuera bajó las escaleras del escenario y palmeteó unos cinco con Yuri.

                -Excelente concierto – Yuri le alcanzó una botella de agua –

                -Ha sido bueno –La rubia asintió tragando un sorbo – La gente estuvo muy prendida allá afuera

                -¡Y qué lo digas! –Espetó su manager – Vamos a tener que salir por la de emergencia, no sé cómo han llegado, pero tus fans han invadido el estacionamiento. Saldrás en un auto camuflado.

                -¿Qué? –Contestó atónita – Estás bromeando

                -Nope –Sonrió y abanicó al aire con la mano con apuro – Ya, en el hotel sigues bebiéndote una fuente entera.. debemos irnos

Caminaron hacia el camerino de la cantante por sus cosas y salieron por el portón de emergencias. Ahí la esperaba un Chevrolet del noventa y siete, y que estaba segura que si ella subía en él, probablemente terminaría desarmándose. Taeyeon alzó una ceja en dirección a Yuri quién se encogió de hombros.

                -Es lo menos sospechoso –Se excusó –

La rubia se subió en el copiloto mientras que su chofer le daba un apretón al acelerador. Se sorprendió ver la cantidad de fanáticos que gritaban en la puerta y de empujones que daban contra seguridad. Definitivamente jamás se terminaría de creer lo mucho que la querían y la seguían al otro lado del océano.

Relajándose en el asiento miró a su chofer y él parecía ser de otro planeta por lo inexpresivo de su rostro, alzó una ceja cuando no lo vio parpadear en más de un minuto. Él pareció notar su mirada y apretó con fuerza el volante. Intentando romper el silencio incómodo se acercó a la radio y puso lo primero que encontró bien sintonizado.

                -¡¡Bien James!! ¡¡Cállalo o grítalo!! ¿Qué dices?

                -Quiero gritar que amo a Linda Jhonnson.. Linda, te amo. Te lo digo por aquí, a través de la radio, desde hace mucho tiempo que lo hago… necesito que seas mi novia.

                -¿Linda nos escuchas? Llama a la radio para responderle a tu chico

                -Tiffany, estoy nervioso... no creo que acepte. ¿Qué si nunca llama?

                -Oh, tú tranquilo Romeo que estamos recibiendo un llamadooo

“¿Tiffany?” Taeyeon vagó en su mente buscando ese nombre familiar, sonrió cuando lo recordó y se mordió el labio. Tiffany, la reportera. ¿Era posible que la chica se le había metido como piojo en la cabeza? Sólo compartieron un porro y un par de palabras, sin embargo, su mayor inquietud era que si la chica sabía que ella era una famosa cantante no dudaría en gritar a los cuatro vientos que estuvo fumando hierba. Aunque tuviese la garantía de que Tiffany la acompañó y que podría caer con ella. “Estupendo Taeyeon, estupendo… te quejas de los reporteros, pero vas y te colocas con uno”.

Al llegar al hotel entró directo a su habitación para darse una ducha caliente y relajada. Al tiempo tocaron la puerta para encontrarse con una bien vestida Yuri y una sonrisa sugerente.

                -Ni lo pienses – Le dijo a penas la morena entró a la habitación –           

                -Oh vamos Kim, has tenido una noche espectacular

                -No hay forma en que salga, estoy cansada –Respondió arrastrando los pies a su cama –

                -Tengo un par de invitaciones para ir a un bar exclusivo de aquí, prometo que no habrá chicas alocadas y fanáticas

                -Sigo diciendo que no – Habló contra su almohada –

                -¡¡Vamos!! Has tenido un jodido concierto a teatro lleno, fanáticos en las afueras y te has tenido que ir en un jodido cacharro para que no te descubrieran.. ¡¡Es fantástico!!

                -Quiero noche de Taeyeon, con nada más que Taeyeon –Respondió la rubia acurrucándose en la almohada-

                -Baekhyun también irá, venga…seremos los tres como los viejos tiempos

                -Eso era cuando estábamos en Corea, aquí es distinto

                -¡Es mejor! –Sonrió la morena y trajo en sus brazos un vestido – Te vas a meter en esta preciosura y bajarás en menos de media hora. Baek nos contrató servicio de transporte privado hacia el bar.

                -¿Osea que realmente van en serio? –La rubia despegó su rostro de la almohada –

                -¡Vamos TaeTae! –Rogó la morena y Taeyeon rodeó los ojos –

                -Sólo hasta las dos –Advirtió la cantante – Y si alguno de ustedes se pone borracho me vengo de inmediato

                -Bien –Sonrió ampliamente Yuri – Te espero abajo

Taeyeon se dirigió a la vestimenta y se preparó para salir. Todo indicaba que esa noche regresaría al hotel muy tarde al contrario de su original plan que era: Servicio a la habitación más película de miedo. Se encontró con sus amigos en la salida y partieron rumbo al bar.

El lugar tenía su toque bastante atractivo, un espacio decente y elegante de tonos azules y morados. Caminaron hacia una de las mesas vacías y pidieron su primera ronda. Las personas le eran desconocidas para Taeyeon, y se alivió al darse cuenta que ella también era una desconocida para la gente que estaba aquí. Se encontró detallando cada personaje del lugar, que al parecer, todos seguían el mismo patrón de ser patéticamente adinerados.

                -Es una fiesta privada –Comentó Yuri entendiendo lo que miraba su amiga – Sólo entras con una invitación

                -Vaya, ¿a qué tipo de fiesta me has traído? –Respondió Taeyeon – Si adivinara, pensaría que estamos en algún cumpleaños de la princesa de Inglaterra

                -No lo sé bien –Yuri se encogió de hombros – Sólo tengo entendido que la persona que organizó esto dio un desfile e invitó a los más cercanos

                -No me interesa de quién jodidos es la fiesta –Interrumpió Baekhyun tomando su vaso – Hoy celebramos el increíble concierto de Taeyeon, aunque sea en la jodida calle –Se lo tragó al seco – ¡¡Otro!!

                -¿Por qué eres tan hombre a veces? –Yuri lo miró con la ceja alzada – En serio, a veces me pregunto cuánta testosterona puede secretar un hombre

                -Ustedes son las mujeres que se dejan llevar por su estúpido cartel que todas les cuelgan de los cuellos: –Baekhyun agudizó su voz – “¡Ay! ¡Soy una dama! ¡Que no bebo! ¡Que jamás me emborracho!”

                -¡Yo no soy así! –Alzó la voz Taeyeon – No pongas a todas en el paquete

                -No, a ti te coloco en el paquete de “señoras serias y aburridas” –Le respondió divertido su amigo –

                -Ya, yo tampoco encajo en ese paquete –Se quejó Yuri – Yo sí bebo y no tengo miedo en decirlo, pero también soy una dama que sé limitarme

                -Gallina –Le sonrió Baekhyun –

Taeyeon rodeó los ojos al ver que Yuri apretaba los labios y levantaba su mano.

                -¡¡Mesero!! –Gritó Yuri arrugando su frente – ¡Trae dos más de éstos! –Apuntó su vaso medio lleno – Vamos a ver quién es el gallina Byun

                -Oh dios –Susurró Taeyeon – Luego tú la cargas al hotel, ¿estamos? –Advirtió a Baek –

                -See…

Horas más tarde, Yuri reía a carcajada limpia por un chiste malo de Baekhyun, mientras que Taeyeon se sentía completamente sobria, a pesar de haber tomado cinco vasos igual de fuertes que su amiga. Sonrió en dirección a Baekhyun que contaba otro chiste y bebió otro trago más.

                -¡Oh vamos! –Gritó de pronto Baekhyun – ¡Quita esa cara de culo!

                -Lo siento –Replicó la rubia – Es con la que nací

Yuri rodeó los ojos – Estás totalmente aburrida ¿Verdad?

                -Uhmm… no, pero saben que no es mi estilo –Apuntó a su alrededor –

                -Cariño, lo que necesitas es mover tu cuerpo –Sonrió pícaro su amigo – Y la música está bastante buena

                -Oh no –Negó con sus manos – Definitivamente no

                -Oh sí –Respondió sonriente Yuri – Vamos a bailar un poco

                -Olvídenlo

                -Es sólo un poco de hip hop –Respondió Baekhyun –

                -¿Cuándo he bailado yo eso? –Abrió los ojos – Una estúpida música vulgar donde sólo hacen subir y bajar las piernas

                -¿Qué prefieres, el vals? ¿La aburrida tonalidad de Bethoveen?

-Eso es música –Sonrió son suficiencia Taeyeon – Y claro, la que yo canto también.

                -¡Basta! Estoy bien feliz, muy feliz, bastante feliz –Parpadeó pesadamente y se lamió los labios– como para amargarme con este ser humano –Reclamó Yuri levantándose – ¿Vienes Baek?

                -¡Claro!

                -¡Sólo media hora! –Taeyeon apuntó su reloj – Serán las dos dentro de poco

Sus amigos hicieron un gesto desinteresado y se perdieron en la pista de baile dejándola de piernas cruzadas con su rostro gélido.

Ella no era de fiestas, nunca disfrutó una. Odiaba bailar porque se sentía torpe con sus movimientos y, hacer el ridículo, no estaba en sus planes. Esta noche se sintió obligada por Yuri venir a tomar algo al bar y por darle el gusto arrastró sus pies al lugar.

Miró distraída a su alrededor, deteniéndose en una pareja que bailaba con soltura en el medio de la pista. Abrió sus ojos enormemente cuando vio que eran dos chicas bailando mutuamente con descaro. Su mirada se pegó a ellas como imán, jamás había encontrado tal imagen tan y. La chica de menor tamaño movía sus caderas con sensualidad contra la otra cintura de la mayor. Se removió en su asiento intentando captar alguna atención de los demás sobre ellas, pero parecía que todos estaban en su mundo sin percatarse que dos chicas bailaban tan apegadas que en cualquier momento se despojarían de sus ropas y terminarían follando en plena pista.

Se preguntó de hace cuánto tiempo que no sentía una mujer así, entre sus brazos inhalando el perfume dulce de su cuello. Tembló al pensamiento. Había pasado un montón desde que lo dejó con Jitsu y, por primera vez, se sintió sola y necesitada.

Dejó el vaso en la mesa y trató de concentrarse en que los minutos corrieran rápido para volver a su hotel. No podía seguir por ese camino con sus pensamientos, terminaría haciendo algo estúpido como invitar a una chica a su habitación y esa irresponsabilidad no podía dársela.

Taeyeon era lesbiana. No había duda de ello, pero en sus pensamientos la palabra le era tan tabú que sus propios deseos le parecían un pecado mortal. Su vida profesional estaba ante todo en su vida, incluyendo el amor.

Yuri fue la primera en saber su condición ual, y Taeyeon supo que la morena le era fiel y una verdadera amiga cuando prometió no contarle a nadie y apoyarla cueste lo que cueste, sin embargo, no estuvo muy de acuerdo cuando Taeyeon sugirió en la idea del novio falso. Yuri intentó en más de una ocasión que declinara la idea, pero al ver lo terca que era la rubia, decidió presentarle a Baekhyun y tratar de que funcionara entre ellos, y no con cualquier espécimen que encontrara en un bar. Como era la idea original de Taeyeon.

Baekhyun era un buen compañero, lástima que fuera hombre y su amigo, ella estaba segura que si el chico fuese lo contrario, harían una buena pareja. Y lo eran en realidad, pero sólo frente a las cámaras y de besos fingidos en las comisuras de los labios cuando un fotógrafo estaba al asecho. Le parecía divertido que la prensa especulara de su romance sin haber pruebas de besos verdaderos y declaraciones oficiales, pero eso era suficiente para Taeyeon. Así los mantenía lejos de los rumores sobre su identidad ual.

Finalmente sus amigos volvieron a la mesa de Taeyeon después de muchas horas, y se fueron rumbo al hotel. Como era de esperarse, Baekhyun se ocupó de Yuri llevándola hacia su habitación, mientras que la cantante subió a descansar por fin. A las cuatro de la mañana.

 

 

---