Eran las ocho con cuarenta minutos de la mañana del lunes y Tiffany iba correteando hacia las oficinas del New York Daily (NYD), llegaba diez minutos tarde. Alcanzó el verde del semáforo para cruzar la avenida y poder llegar donde Colby. “Mierda, mierda, mierda… Josh va a pegar un grito en el cielo” Su mente imaginó a su jefe rodeando el escritorio mientras apretaba los labios para luego escupirle sermones sobre la puntualidad. “Es un milagro que haya cogido un taxi al salir de casa” Su piso en Chelsea le demoraba entre diez a quince minutos coger un taxi con un asiento desocupado, y a las ocho de la mañana, significaba más tiempo. Lo curioso fue que hoy todo seguía a su favor, pues nada más salir del edificio un taxi le bocinó por detrás y en dos segundos le indicaba que le dejara en Midtown.

Sus tacos resonaron en la vereda acompañados del último trote hasta llegar a las puertas de la NYD, Colby le abrió generosamente la puerta con una gruesa sonrisa.

                -¡Señorita Hwang! ¿Una mañana acalorada?

El viejo se refirió al jadeante cuerpo de la castaña y a sus mejillas coloradas por la carrera.

                -Hoy se averió mi despertador y mi compañera de piso había salido en su auto. He tenido suerte de encontrar el taxi

                -Sigue con suerte, el señor Josh Bornes aún no llega.

Sonrió de oreja a oreja y estuvo a punto de lanzarse sobre el portero en un efusivo abrazo. Él sólo le sonrió dejándole el paso libre.

Tiffany se relajó visiblemente y se dedicó a respirar hondo mientras saludaba con la mano a la secretaria del piso. Llegó al ascensor y pulsó el piso dieciocho. “Hoy es mi día de suerte, quizás juegue a la lotería camino a casa”

Las puertas se abrieron y salió con paso firme hacia su cubículo. El NYD apenas tomaba movimiento a esa hora de la mañana, menos si el jefe no llegaba. Varios aprovecharon los minutos para beber café, coquetear con Sandy, la chica nueva y tonta de la imprenta, vagar por internet, conversar sobre sus escritorios, pero eso no era intención de Tiffany. Tenía que terminar el artículo de Martha Stewart, tenía que repasar las preguntas que le haría mañana por la noche en el evento a beneficio al cual asistiría como representante del NYD.

A sus veintiséis años de edad, había logrado el título de periodista de la universidad de California, tener un pequeño programa radial en las tardes y acababa de terminar su especialidad de periodismo literario. El NYD fue su primer trabajo, un gran logro el haber quedado en el diario con más prestigio después del New York Times. Con apenas veintitrés años fue recibida por Josh instalándola en la columna de espectáculos y horóscopo chino. Durante tres años estuvo en el mismo puesto, sin embargo, no se quejaba del todo, el tiempo que le demandaba el NYD no podía pasar más allá de las cinco, ya que luego, tenía que ir a la radio.

El programa en la radio fue el segundo trabajo que consiguió, un programa de seis a ocho, los martes y jueves, que trata de temas variados con música noventera y ochentera. El día estresado en el NYD, desaparecía cuando se colocaba los audífonos en la sala de locución.

Tomó su lápiz tinta negra y repasó las preguntas en el bloc animal print que compró a principio de año. Rayó ciertas palabras y escribió otras reemplazándolas por unas más entendibles. Se llevó la tapa del lápiz entre sus dientes y releyó una vez más la hoja, sonrió satisfecha y apuntó en la esquina, un adhesivo rojo.

Volvió la vista a su portátil para terminar la escritura sobre el escándalo que protagonizó Miley Cyrus en una presentación de premios.

                -Apuesto que esta misma noticia estará en los otros mil diarios del país – Susurró con impaciencia –

Estaba cansada de las mismas noticias que tenía que cubrir, modelos se caen en pasarelas, cantantes que se meten en problemas, actrices infieles, topless de famosas, fotos filtradas, etc. ¿Cuántas veces no ocurría eso en Hollywood? ¿Rehabilitaciones? ¿Recaídas? ¿Encarcelamientos? Era algo triste de ver que se perdía la esencia de su trabajo en esos artículos: bajos, chismosos y baratos. Por suerte su entrevista con la Sra. Stewart era lejos de querer ser un diálogo de aquél tipo.

Se mordió el labio mientras tecleaba las últimas palabras del artículo y le daba guardar para enviárselo a Jeanine, su jefa de redacción. Se sacó los zapatos e hizo una mueca de satisfacción cuando subió los pies sobre el escritorio

                -Veamos Tiffany, pensemos en el horóscopo de esta semana –Comenzó a garabatear una hoja – El gallo… tendrá una muy buena noticia esta semana –Escribió – ¿Número de la suerte? –Examinó su cubículo y se fijó en la bola mágica que sus compañeros le habían regalado – El ocho.. ¿Salud? Excelente, cuídese de las alergias.. –Terminó de escribir y lo leyó sonriente – Me pregunto quién hará caso a lo que dice el horóscopo… si supieran que la vidente maestra soy yo

Unos golpeteos en el cubículo le hicieron brincar del susto y su jefe la miraba con una sonrisa burlona y cejas alzadas.

                -¡Jefe!

                -¿Cómo estás hoy? ¿Te duelen los pies?  -Apuntó a los pies sobre el escritorio –

                -Uh.. no.. sólo…yo..

                -Déjalo Tiffany, tranquila…¿Tienes lista la entrevista para Stewart?

La castaña se paró inmediatamente buscando el bloc, sonrojándose por tener la cubierta de Animal Print. Josh miró con satisfacción las preguntas y le devolvió la hoja a su empleada.

                -Perfecto, están muy buenas.. ¿Te dieron tu vestimenta para el evento?

                -Sí, un Valentino blanco y unos Manolo burdeos.

                -No sé de moda, pero suenan bien.

Tiffany asintió sonriente, una de las ventajas de trabajar en un diario con prestigio, es que cuando se trataba de lucir sus empleados en terreno, lo hacen sin reparos de costo. Josh se retiró para luego volver a los segundos.

                -Casi se me olvida, mañana pasaremos por ti a las siete.

                -¿Cómo?

Tiffany alzó su ceja derecha y cayó en confusión, su jefe se encogió de hombros.

                -Para ir al evento. Tenemos que llegar juntos.

                -Oh.. ¿Tengo que ir con usted?

                -¡Claro! ¿Con quién si no?

                -Eh… bueno…pensaba que era mi primera salida a terreno sola

Josh sonrió y asintió complaciente, se acercó a su empleada y le revolvió el pelo con su mano gruesa.

                -Lo es pequeña, pero necesito protegerte de los monstruos de celebridades y la brusca competencia que tendremos. Además te vendría bien un acompañante, ¿quién mejor que yo?

Tiffany hizo un mohín, pensaba que podría salir al fin sola a terreno. Sin embargo, su jefe tenía planeado ir con ella y probablemente, haría él el artículo dejándola de lado.

                -Pensé que esto tenía sólo una invitación – Susurró fastidiada –

                -Bah, una invitación más un acompañante –Él se paró frente a ella con la mano en la barbilla – Vamos a ver Tiffany, quiero ir contigo para ver cómo te desenvuelves con las entrevistas en persona, quiero ver qué tan buena eres recopilando información a partir de un par de preguntas sin trabarte o mostrar incomodidad a tu entrevistado.

Tiffany lo miró con el ceño levemente fruncido.

                -Prometo no interferir en tu trabajo, sólo estaré por ahí –Siguió su jefe con un encogimiento de hombros – Quizás aproveche de tomarme el ponche –Sonrió y contagió una risa a su empleada – El punto es, pequeña, que si lo haces bien y quedo satisfecho… podríamos probar otras cosas contigo y no encargarte de la redacción y horóscopo chino. Ya tienes bastante tiempo en eso..

                -¿Lo dice en serio? –Preguntó ansiosa Tiffany – ¿No hay trucos?

                -Lo prometo –Su jefe levantó la derecha – Lo juro

                -Prometo no fallarle jefe –Tiffany le sonrió ampliamente mientras que su jefe la dejaba en su cubículo –

“¡¡Sí!! ¡Sí! ¡Sí!” Susurró Tiffany mientras daba vueltas sobre su silla y comenzó a tararear una canción alegre sin sentido.

Al fin podría tener su oportunidad para demostrarle a Josh que podía hacer más que un comentario tras el computador. Conociendo a su jefe, él estaba probándola para quizás ascenderla de puesto después de tres largos años. Sonrió con triunfo mientras volvía a su trabajo.

Rezó en su interior por conseguir ese ascenso, sería mejor con ese puesto, ya que tendría menos horas al día y podría darse el lujo de ir a almorzar a las doce. Revisó una vez más la entrevista, estaba segura que podría con esto.

Al fin estaban haciendo efecto las incesantes horas extras, los comentarios asertivos, estar siempre pendiente de las noticias, leer el diario competencia y claro, saber exactamente todo sobre sus entrevistados. Josh al fin podría verla brillar con luz propia.

Para cuando volvió a su casa encontró a una Jessica sonriente en el sofá con un par de vasos de boca ancha y el escocés que guardaban para alguna ocasión especial.

                -¡¡Adivina qué!!

Tiffany dejó su bolso y chaqueta en el perchero, los zapatos los tiró en la alfombra mientras se acercaba a su amiga con la ceja alzada. Apuntó el líquido café que sostenía su amiga.

                -Uhmm ¿Que deseas tomar con urgencia y no pudiste comprar en la botillería de al frente?

Jessica volteó los ojos con fastidio y algo ansiosa. Al ver que Tiffany estaba lejos de adivinar, Jessica abrió la botella y sirvió en ambos vasos para luego pasarle uno a su amiga. Sonrió con entusiasmo.

                -¡Estás viendo a la nueva protagonista de “Awesome Love”! ¡Me han dado el papel!

Tiffany abrió los ojos asombrada y se dejó el vaso en la mesa para gritar y llevarse las manos a la boca. Jessica la imitó y le contestó con otro grito agudo. Después de que ambas terminaran de balbucear en un tono alto se abrazaron en medio de saltitos.

                -¡No puedo creerlo! ¡Serás famosa! ¡Estarás en televisión abierta!

                -¡Lo sé, lo sé, lo sé! ¡Aún no puedo creerlo! Te juro que mientras venía a casa pensaba que era un sueño del que no quería despertar, necesitamos beber ese escocés hasta dejarlo en nada, ¿Me oyes Hwang?

Tiffany se mordió el labio sin dejar de sonreír. Tomó el vaso y lo alzó para chocarlo en lo alto con el de Jessica y tragarlo de un sorbo. Tiffany sabía cuánto le había costado a su amiga conseguir el papel de la nueva serie que iba a presentar ABCFamily, y ahora que Jessica estaba dentro del reparto principal se sentía realmente satisfecha y muy orgullosa de su amiga.

                - Espero que ahora la fama no te aleje de mí

                -¿Y no poder comentarte los chismes que veré? Olvídalo, conmigo tendrás las mejores primicias para tu columna, las mejores fuentes, te lo digo, juntas somos invencibles

Jessica levantó el meñique y Tiffany lo enlazó con el suyo riendo torpemente.

                -Invencibles – Repitió Tiffany al rato que servía otra ronda de whisky – ¡¡Oh!! ¡Oh! –Gritó de pronto y sonrió – Yo también tengo algo que contarte

                -¿Qué es? –Jessica la miró son la misma sonrisa expectante –

                -¿Recuerdas el evento a beneficio de la ONU? –Jessica asintió – Bueno, resulta que será para que yo, aquí presente, esté a prueba para un posible ascenso

                -¡¡No me jodas!! –Gritó Jessica y aleteó sus brazos – ¡Fany! ¡Es genia! ¡Al fin! ¡Después de tanto!

                -¡Lo sé! ¡Lo sé! –Tiffany alzó los vasos nuevamente y tintinearon en lo alto – Por nuestras grandes oportunidades

 

Después de beberse la botella entera y un par de chupitos de tequila, terminaron borrachas a las cinco de la mañana y durmieron sobre la alfombra discutiendo sobre la muerte de Elvis y de quién mató a Marilyn Monroe.

~*~

 

                -¿Cómo te defiendes de los rumores?

El reportero le habló a la grabadora negra y se la acercó a la rubia bajita, quién volvía a tensar la mandíbula por la misma pregunta que debía contestar esa semana, por décima vez.

                -No tengo de qué defenderme, el que nada oculta, nada teme. Esos rumores son falsos

                -Por último, ¿Algo que decirle a tus fans?

                -Que les agradezco el apoyo de siempre y prometo que el concierto será inolvidable para ellos. Los quiero mucho y son muy importante para mí.

                -De acuerdo eso fue todo – El reportero paró la grabación y se volvió con una sonrisa sincera hacia Taeyeon – Ha sido todo un honor Srta. Kim

Taeyeon sólo se dedicó a asentir con amabilidad y acompañó al hombre hacia la salida del salón. Cuando se fue, se dejó caer en el sillón de dónde había sido la entrevista. “Jodido periodismo, si pudiera obtener el poder de eliminar una especie…sería los reporteros definitivamente..” La mujer cerró los ojos disfrutando la soledad por unos segundos. Kim Taeyeon era cantante profesional del K-pop, un estilo musical propio de Corea, y que estaba de gira promocional en New York dándose conocer un poco más de cerca con el público americano. Sin embargo, por mucha distancia que existiera, los comentarios de la prensa negra eran escuchados igual.

                -¡Mi cantante favorita!

Una morena alta de pelo negro y largo, entraba por las puertas del salón. Taeyeon resopló con flojera y levantó la mano a modo de saludo. La morena paró en seco y alzó una ceja.

                -¿Tan malo fue?

Taeyeon se encogió de hombros y jugueteó con los bordes del cojín que tenía sobre su pecho.

                -La prensa es la prensa

                -¿Te preguntaron algo?

                -Sobre si podía defenderme de los rumores

                -Hijos de..

                -Déjalo Yuri, ya está. He podido salir de ésta sola

La morena se acercó arrodillándose frente a Taeyeon y le dio una sonrisa alentadora y algo satisfecha.

                -Cada vez estás más grande Tae..

La rubia rodeó los ojos y soltó un sonido que fue bastante parecido a una risa. Yuri se paró y caminó hacia su Tablet moviendo su dedo por encima de la pantalla.

                -Bien.. vamos a revisar tu fin de semana. Hoy tienes el evento de la ONU, nos han invitado para que participes con una canción. Mañana estás libre. ¿Te apetece un helado?

                -¿Por qué rayos debo ir al evento de la ONU?

                -Porque es algo pacífico y estadounidense, y es un buen motivo para presentarte con Baekhyun. Lo que me recuerda – Paró un segundo y miró a su alrededor – ¿Dónde se metió ese caramelito?

Taeyeon bufó y miró su celular

                -No ha contestado mis llamados, lo voy a matar cuando lo vea.

                -Déjalo, quizás anda de ligue por ahí.

                -La idea es que evite hacer eso. – Taeyeon volvió a marcar al sujeto –

El teléfono dio cinco largos tonos y finalmente contestó una voz ronca por el sueño. Taeyeon se agarró el puente de la nariz.

                -Espero que me des una excusa válida…

                -¿Eh?

                -¡¡Baekhyun!! ¡¿Tienes idea de la hora?! ¡¡Se supone que tendrías que haber hecho una entrevista conmigo en el salón del hotel!!

                -¿Tae? ¿Eres tú?...oh diablos… me he quedado dormido… anoche.. oh… ya estoy ahí…

No esperó otra palabra y colgó la llamada. Suspiró con fuerza y la morena la miró con las cejas alzadas.

                -Déjame adivinar…

                -Se quedó dormido – Ambas corearon la frase –

La rubia se paró del sillón y caminó exasperada en el salón. Baekhyun la ponía de los nervios y sólo el placer de una bofetada en su mejilla la podría calmar. Yuri decidió seguir metida en su Tablet agendando la semana de su amiga y cliente. Entonces un chico agotado llegaba por la puerta principal, tenía el pelo corto, pero algunos mechones le caían por la frente, de color castaño oscuro, de rostro fino y suave. Se acercó lentamente hacia la rubia con cierto temor.

                -Tae..

                -¡¿Se puede saber dónde mierda estabas?!

                -Lo siento, anoche me anduve emocionando con el servicio de bar en la habitación..

                -Oh…¡¿En serio!? – Miró a Yuri incrédula – ¿¡En serio elegimos a éste como el novio?!

                -¡Oye que estoy presente! – El chico frunció el ceño y luego se acercó con la cabeza gacha hacia Taeyeon – Escucha, lo siento de verdad Tae.. Sabes que no quise hacerlo con intención

La rubia lo miró por un instante y terminó por resoplar con resignación. Le hizo un gesto con la cabeza para que se acercara y lo agarró en un abrazo.

                -De acuerdo, te perdono porque ha sido la primera entrevista que doy y monté el numerito que llegabas en un vuelo esta tarde

                -¿Sabes que eres un encanto?

Taeyeon rodeó los ojos y le desordenó el pelo al chico menor, a su amigo, a su confidente. La vida de ensueño como cantante que siempre pensó que tendría, estaba lejos de ser como quería. Si bien, tenía la fama, el cariño de sus fans, los conciertos, pero no tenía la cosa más importante.. ella misma.

Durante años pudo ser quién realmente era, una chica con talento para el canto y para las bromas. Sin embargo, esa chica que creció en el espectáculo comenzaba a volverse mayor y la ausencia de un novio por su vida llamó la atención de la prensa Coreana, la prensa negra. Primero inventaron que había sufrido una decepción amorosa, luego dijeron que salía con un hombre casado y lo último que salió y que se mantuvo en el tiempo fue que era lesbiana. Aquellos rumores se fortalecieron cuando la vieron salir de un restaurante con una chica, algo cariñosas. Al día siguiente todas las portadas se llenaron de fotos con la exclusiva de Kim Taeyeon y su acompañante femenina agarradas de la mano sobre la mesa mientras comían.

A Taeyeon le costó una pelea fuerte con Jitsu y la elaboración de un plan por parte de Yuri, su amiga y manager. Fue entonces cuando conoció a Baekhyun, un chico de veintidós años ingresando al mundo del espectáculo como un simbol de Corea con ganas de triunfar. Él, era amigo de Yuri y bastó dos cenas para ser amigo de Taeyeon, y la verdad, es que no pudo resistirse mucho la rubia por el buen humor que se gastaba el chico.

El plan era intentar seducir a Baekhyun para que pudiera ser el novio de Taeyeon, y fue todo un fracaso cuando el joven se dio cuenta de todo.

                -Escucha rubia, soy pequeño pero no tonto – Baekhyun estaba terminando su cerveza mientras Taeyeon abría los ojos – Oh no me pongas esa carita de cachorro inocente, sé que quieren que acepte ser tu novio

                -¿¡Cómo?! Uh… yo..no sé de qué hablas… – Taeyeon intentó esconder el asombro de sus palabras en vano –

                -Oh ¡vamos! ¿El cortejeo de toda esta semana? ¿Los mensajitos cursis? Cariño, sé qué eres tengo el ojo para esas cosas…y no te juzgo por eso – Tomó otro sorbo de su Miller – Y también me caes muy bien y eres algo interesante para mi círculo social, así que acepto ser tu novio.

                - ¿Pero qué diablos? ….. – Taeyeon se encontraba bastante confundida con el giro de las cosas –

                -Las reglas sobre la mesa, no hay o, habrá un límite de besos por mes y sobre todo, no quiero sobrenombres ni apodos cursis entre nosotros. Somos amigos, pero ante la prensa somos novios… me sirve para ganar popularidad.

Taeyeon lo miró con la boca abierta y sólo pudo asentir accediendo al plan de Baekhyun, y tuvo suerte de elegirlo como pareja falsa porque ha sido el chico más simpático y comprensivo que pudo tener. Se llevaron bien desde el primer día que cruzaron miradas y compartieron una broma pesada a un reportero que los venían siguiendo. Así pasaron los meses y hoy eran casi que hermanos.

 Aparte de Yuri, Baekhyun era su mejor amigo antes que su novio. Sin embargo, había días donde quería matarlo como el de hoy.

                -Necesito que para la próxima estés conmigo Baek, realmente no quiero estar sola frente a otro reportero y me miren como si tuviera la palabra “mentirosa” en la frente

                -Lo siento rubia, de veras perdón. Prometo que esta noche no me separaré de ti, ¿Dale? Seremos como Mr. and Mrs. Smith contra el mundo

                -¿Quién diablos es Mr. and Mrs. Smith?

                -¿Brad Pitt? ¿Angelina Jolie? –El chico alzó una ceja incrédulo –

                -¿Qué?

                -Necesitas educación audiovisual cariño, has estado mucho sin ver una película.

Yuri avisó a la pareja falsa de los preparativos del evento de esa noche y la canción que debía cantar Taeyeon.

 

El vestido negro contrastaba con la pálida piel de la rubia, los zapatos plateados con diminutas perlas le daban el brillo que si le colocaban la suficiente luz podía iluminar una habitación entera. Utilizó el pelo recogido hacia el lado, y con la ayuda de su estilista personal, se maquilló lo justo y necesario. Agarró su bolso plateado y salió al encuentro de Baekhyun, quién la esperaba con la misma sonrisa encantadora de siempre.

Respiró hondo al tiempo que salían del mercedes negro, Baekhyun la paró un segundo para tranquilizarla.

                -Hey… ¿Cuántas veces hemos hecho lo mismo? Recuerda eres la Sra. Smith hoy, divirtámonos.. 

                -No me dejes, ¿sí?... Sr. Smith. –La rubia subió el extremo de su comisura para ofrecerle una sonrisa –

                -Veo que alguien estuvo haciendo la tarea –Baekhyun posó su brazo por el hombro y encararon a la alfombra roja con expectantes camarógrafos – Bien, vamos directo a la morgue… Esta es la parte donde fingimos que nos amamos, y no es que no lo haga cariño, pero no eres mi tipo. ¿Deseas un besito?

                -Baek…. – Taeyeon lo llamó con advertencia, pero también con un tono de broma – Compórtate. Nada de besos aquí.

                -De acuerdo, de acuerdo… entonces haré la de “chico que no habla de su vida privada y que sólo acompaña a su amiga porque es muy idiota por no quedarse en casa viendo películas” –Comenzaron a caminar –

                -Vaya... qué gusto tenerte de novio –Susurró Taeyeon brindando una sonrisa falsa – Si eres así con tus reales novias, déjame decirte que no llegarás al altar muy pronto –Volvió a sonreír cuando un camarógrafo les pidió una foto –

                -Mira quién lo dice –Rió Baekhyun fingiendo amabilidad a las cámaras – La que tiene un novio falso para aparentar ser algo que no es –Sintió un leve codazo y se mordió el labio apretándola hacia él - ¡Ouch! Uno más y el besito que te dije, lo haré frente a todos…

                -Idiota

                -Lesbiana

                -¡Cállate!

                -Te amo –Sonrió con suficiencia entrando por la puerta del salón, despidiendo a las cámaras –

 

~*~

Las mesas estaban repletas de famosos y periodistas bien vestidos, acababan de servir la cena y habían hecho la primera instancia de la subasta en beneficio a los países bajos. Tiffany tenía dolor en la mandíbula por aguantar las ganas de querer golpear a su colega que compartió mesa con ella y con la Sra. Stewart. Lo único que grabó de su nombre fue su horrendo apellido Mason. Se trataba de unos de estos tipos que creen que con un pene entre las piernas pueden hacer el trabajo mejor que una mujer, pero Tiffany supo llevar la situación y se mostró neutra y dominante en sus comentarios en la cena. Se había mordido la lengua un millón de veces para no interrumpir su aburrida charla sobre el trabajo pesado que debe cargar un hombre. Gracias al cielo que la Sra. Stewart compartía el mismo sentimiento que Tiffany y en más de una ocasión le discutió su pensamiento, sin embargo, aún no podía terminar con su entrevista gracias al entrometido de Mason. “¿Dónde mierda estás Josh?” Su jefe se había perdido en cuanto se encontró con unos colegas y se quedaron en la barra. “Claro, ¿Quieres verme en acción verdad?...Se supone que debes estar viendo esto”..

Mason siguió con su charla sobre el trabajo de una mujer en casa y lo bueno que hacía la Sra. Stewart de tener un programa especialmente dedicado a ellas.

                -¿Piensas que una mujer sólo debe quedarse en casa porque… el marido lleva las cuentas? –Espetó Tiffany con un dejo de furia –

                -Sólo digo, que las mujeres han sido hechas para el bienestar del hogar, cuidar a los hijos, a su marido, la casa –Se encogió de hombros y soltó una risa horrenda – Somos los hombres que debemos sacrificarnos y no dejar que nuestras mujeres sufran

                -¿Pero qué? –Negué con la cabeza reprimiendo las ganas de molerlo a palos – Temo decirle, Sr. Mason, que no comparto su opinión. Las mujeres han demostrado que somos igual de fuertes que el género masculino, es más, hoy en día vemos mujeres al mando de un país entero intentando sacarlo a flote. Sólo digo, que tu punto de vista quedó en el siglo antepasado y ofendes a la Sra. Stewart diciéndole que su trabajo es sólo para dueñas de casa

Tiffany de pronto se sintió con la confianza de seguir su monólogo, Martha Stewart la miró con curiosidad, mientras que Mason sólo alzó una ceja algo desconcertado.

                -Mi madre es fiel seguidora de la Sra. Stewart, y déjame decirte que no es una mantenida por mi padre, ella tiene su puesto de trabajo en la municipalidad y además, ejerce los quehaceres de la casa, como cocinar, lavar, limpiar e incluso jardinear.. por lo que podría decir que una mujer hace mucho más trabajo que un hombre…. Así que no, no estoy de acuerdo contigo

                -Wow amiga –Contestó Mason – Creo que debes calmarte, ¿Sí?

Mason miró a Martha Stewart con una sonrisa cómplice, que le desapareció al instante al ver que ella miraba con una sonrisa a Tiffany.

                -Bueno –Continuó Mason – Siguiendo con aquél programa que hizo una vez Sra. Stewart…

 “Necesito salir… necesito un porro… no soporto al imbécil de Mason”. Tiffany comenzó con un ligero tic sobre su pierna izquierda, ansiosa por salir a tomar aire y dejar de escuchar la risa fingida de Mason cuando Martha le comentaba algo, que no era para nada gracioso. Esto era una jodida burla. Miró su hoja y tenía todas las preguntas contestadas, sólo faltaba pararse y largarse del evento, pero no podía faltarle el respeto a la Sra. Stewart, por lo menos, merecía tener una chica de su equipo contra Mason.

Agradeció al cielo cuando las luces bajaron y dieron paso al animador de la noche para presentar un número musical. No le tomó mucho en cuenta y se concentró en doblar lo más mínimamente posible la servilleta que tenía en frente a ella. La voz de una mujer llegó a sus oídos y giró la cabeza para ver a una rubia de ojos cerrados cantando Your Song de Elton Jhon, sonrió ante el timbre suave de su voz. Fue agradable para sus oídos y se sintió relajada durante un par de minutos, ajena a la rabieta que tenía antes y de la cercanía apestosa de uno de sus colegas que no hizo otra cosa que meterle conversa.

Para cuando terminó, la realidad le vino de pronto y con ella, la voz de Mason. Se sintió ahogada y terminó por disculparse, mientras se paraba para ir al patio trasero de la casona. Al carajo el profesionalismo. Ella sabía perfectamente que Josh terminaría diciéndole que había sido un desastre o un perfecto encuentro. De todas formas él no había dado señales de vida desde que entraron juntos a la casona, y la había dejado con aquél estúpido de Mason.

-Estúpido machista ególatra

Susurró las palabras en medio de la soledad del patio. Caminó apenas con sus Manolo hacia el banco al lado de la fuente, la miró por unos segundos y se dio cuenta que la figura de Artemisa era la que adornaba el centro de la pileta.

                -Tenemos algo en común tú y yo – Comenzó a decir mientras sacaba de su cartera su cajetilla y luego un cigarrillo de tabaco con hierba – Ambas queremos matar al que se alardea por ser mejor que nosotras y nos roba el trabajo.. – Tomó el cigarrillo con los labios mientras buscaba el encendedor –  Mierda.. ¿¡Dónde diablos dejé el jodido encendedor?!

                -Ten

Tiffany se giró hacia la voz de la mujer rubia, la misma mujer rubia que había cantado hace unos momentos. Tomó el encendedor negro que le ofrecía y encendió dándole una calada al cigarrillo. Le devolvió el encendedor y la muchacha prendió un Marlboro rojo. Alzó una ceja con una media sonrisa.

                -¿No te hace mal fumar y cantar? – Aguantó un poco el humo en sus pulmones y luego expulsó el contenido sobre el aire –

                -¿No te hace mal fumar hierba mientras trabajas? – Contraatacó Taeyeon apuntando el pase de prensa amarillo que colgaba del cuello de Tiffany y dándole una calada suave a su cigarrillo –

Tiffany sonrió y levantó suavemente sus hombros.

                -Culpable… pero si acabaras abandonada por tu jefe y sentada en una mesa con un idiota machista, créeme, lo harías también

Taeyeon miró al cielo estrellado inhalando otra calada para luego expulsar el humo al cielo. Estaba tibia la noche y se sintió relajada al lado de la extraña mujer castaña, aun cuando, era periodista. La miró de reojo y vio que cerraba sus ojos al sentir un nuevo oleaje de humo en sus pulmones. Se mordió el labio y no pudo aguantar el impulso.

                -¿Convidas algo? – La rubia se acercó a la castaña sentándose a su lado – Prometo guardar el secreto frente a tu jefe, si esto queda entre nosotras.

Tiffany le dio el cigarrillo a Taeyeon y ésta le dio una intensa calada. Sintió un escalofrío al sentir el ardor en su garganta y no pudo evitar toser de manera fulminante, lo que causó la risa de la chica reportera.

                -¿Hace tiempo que no fumabas? –Preguntó entre risas-

                -Oh..diablos…no…esto es fuerte… -Taeyeon hablaba con la voz ahogada y el ceño fruncido-

                -Mi mejor amiga tiene un buen contacto… ¿Estás bien?

                -See… creo que ha sido por la primera calada, pero ha sido bueno.. –La rubia carraspeó y sintió el primer escalofrío recorrer sus músculos –

Tiffany volvió a fumar otro poco antes de devolverle el cigarro a Taeyeon, que ahora, no se ahogó con el ardor del humo.

                -¿Eres la chica que cantó hace un rato cierto? Debo decirlo, ese cover de Elton lo hiciste muy bien – La castaña le sonrió y luego le tendió la mano – Soy Tiffany Hwang

                -Gracias Tiffany – Taeyeon aceptó la mano y la apretó – Estuve practicando para que saliera perfecto… me alegro haber cumplido alguna expectativa entre los reporteros

                -Oh, seguro que lo has hecho… ¿Te gusta cantar? Te podría ir bien…  

                -¿Tú crees? – Taeyeon sonrió mientras le daba otra calada a la hierba –

                -Seguro… ¿Tú no eres de aquí verdad?... Digo, tu acento es algo diferente y podría achuntarle a que eres China – Las rayitas de ojos que le quedaban a Tiffany apuntaron con interés hacia Taeyeon –

                -¿Estás jugando conmigo? – La rubia al parecer cayó en cuenta que Tiffany no tenía idea de quién era ella – Espera… ¿No sabes quién soy? ¿Eres reportera y no sabes quién soy?

Tiffany, algo tocada por la marihuana, se levantó de hombros y se rió estúpidamente para luego negar con la cabeza.

                -Eres algo graciosa… por cierto no me has dicho tu nombre –Frunció el entrecejo divertida-

                -¿¡No sabes quién soy?! – La cara de Taeyeon se desfiguró y sintió que sus párpados estaban algo pesados. “Uao, es buena hierba..” - ¡¿No sabes quién soy?! – “¿No había dicho eso ya?”

Tiffany rió con más fuerza al ver el balbuceo de Taeyeon y echó la cabeza hacia atrás para agarrar aire. La rubia al ver semejante risa, la contagió y terminó riendo.

                -Oh…esto…es extraño..  – Tiffany se trató de calmar y miró a su acompañante, quién no parecía parar de reír – Hey.. te va a dar hipo.. ¿Por qué tu risa es tan graciosa? –Volvió a reír –

                -Jajajajajajajajaja…no…jajajajaja..puedo…jajajajajaja…parar….jajajajajaja – Su cara trataba de estar seria, sus ojos lo estaban, mientras que su sonrisa contrarrestaba todo tipo de seriedad

                - Bien…yo jajajaja…yo también tengo esos episodios – Volvió a dejar otra risita para tocarle el hombro y sobárselo suavemente – Respira, vamos…

Taeyeon le hizo caso a su nueva compañera de maldades y trató de respirar, pronto sintió una punzada en el estómago que le hizo calmar su imparable risa. Para cuando terminó de reírse dejó salir un gran suspiro, sintiendo todos sus músculos relajados y vibrantes. Miró a Tiffany quién no había sacado la mano de su hombro. Le sonrió y le dio la mano a modo de saludo.

                -Soy Taeyeon..Kim Taeyeon. – Tiffany estrechó la mano de la rubia –

                -Un gusto Taeyeon, ¿debería pedirte una disculpa por no conocerte?

                -Naa, la verdad se siente bien, y sin saberlo mi querida extraña, me has hecho pasar un rato agradable…– Le dedicó un sonrisa y miró hacia el frente – Pero debo volver, mi seudo novio y amiga deben estar buscándome desesperados

                -Descuida ha sido agradable para mí también, vuelve a tu realidad – Tiffany le habló como si fuera una sentencia de muerte y Taeyeon dejó escapar otra risa – Si te vuelves a aburrir, seré la volada con el Valentino blanco

Taeyeon se levantó del banco con una sonrisa y se alejó de la castaña, extrañamente embobada por esa sonrisa y el eyesmile que se le formaba, dándose de bruces contra la puerta cerrada. Miró con el ceño fruncido y escuchó la risa inagotable de Tiffany a sus espaldas.  “Y es por eso que no fumamos hierba a menudo Taeyeon…¡¡Despabila!!!” 

 

 

 

---