Nueva amiga

Tentación

Pasaron duras semanas sin encontrar un lugar al cual llamar hogar para ambas jóvenes artistas, pero si algo las caracterizaba esa era su determinación a conseguir sus propósitos. Gracias a un golpe de suerte Hye Jin consiguió encontrar un lugar en el barrio de Bomun-dong. Ocuparon todo un día domingo en mudarse, Wheein se dio cuenta que tenía muchas más cosas de las que creía tener, incluso sus cosas ocupaban mucho más espacio en la camioneta que las de la menor, pero también se debía a que había muchas pinturas que ella misma había creado.

 

Ggomo estaba algo nervioso era un nuevo espacio y había demasiado movimiento, habían tenido que dejarlo dentro de alguna habitación para que no escapara a ninguna parte. Pensando en hacer un receso Hye Jin abrió la puerta de la habitación en donde estaba la mascota y sorpresivamente este se dejó cargar por la morena. La mayor estaba algo sorprendida al verlo ser mimado en los brazos de Hye Jin.

 

Wheein: Te ganaste su corazón.

Hye Jin: Como el de su dueña. −Sonrió. –

Wheein: Quizás a eso se deba… −Conjeturó acercándose a ambos para acariciar al gato y regalar a la menor un beso en la mejilla. −

 

Liberando al gato la morena caminó hasta Wheein para tomarle de la mano y llevarle hasta al centro de lo que sería su sala de estar.

 

A las seis de la tarde de ese día por fin podían sentarse por un momento en un sofá, para tomar un respiro de la cantidad de cosas que aun les quedaban por ordenar, la casa no era demasiado grande pero afuera tenía estacionamiento para el volvo de la menor y se podía arreglar para que quedara acogedor.

 

Hye Jin: ¿Puedes creerlo? Este espacio es nuestro para empezar a escribir nuestra historia juntas…

Wheein: Nosotras empezamos a hacer eso desde hace mucho tiempo… cuando te vi sentada en la sala de arte con esa falda corta…

Hye Jin: Yo te vi mucho antes. −Confesó. –

 

La mayor abrió aún más los ojos en señal de sorpresa frente a lo que acusaba su novia.

 

Hye Jin: En mi primer día de universidad te vi ayudando a un niño a comprar unos caramelos que no alcanzaba en un almacén muy cerca de mi facultad, desde entonces quedé prendida de ti, pero solo te vi en un par de ocasiones más. Recuerdo en una de ellas que fui muy temprano al café a un lado del edificio principal, yo estaba sentada en una mesa disfrutando de mi café y tu cruzaste la entrada, hablabas por teléfono y alguien estaba gritándote para que te apresuraras, había un par de personas antes que tu pero no tardarías demasiado en pedir lo que querías. En el momento en que llegaba tu turno un hombre entro con prisa y te pidió pasar primero y le cediste tu lugar aun y cuando tú también tenías prisa, esa fue la segunda vez en la que me hiciste sonreír. Tenía muchas ganas de hablarte, creí que acercarme directamente podía ser demasiado brusco y no sabía nada sobre ti, pero el verte incluso el primer día, me hace pensar… Quizás este era nuestro destino…

 

Wheein: No creo en el destino, mi destino lo hago yo, y yo te elegí a ti. −Declaró poniendo su índice en medio del pecho de la menor. −

 

Para Hye Jin era claro que Wheein no era de las personas que creyera en palabras como “amor” o “destino”, entendía que para Wheein todo era ver para creer, mientras que a los ojos de Hye Jin la realidad era diferente, iba desde un creer, para ver. Cerrando sus ojos por un instante Wheein reposó su cabeza sobre el pecho de la morena inspirando profundamente.

 

Wheein: Realmente necesitaba un descanso.

 

Delicadamente la menor arrastró sus dedos con suavidad sobre el cabello de su novia viéndola sosegada apoyada en ella.

 

Hye Jin: Bueno, ahora que estamos tranquilas y felices, creo que es el momento perfecto para mostrarte una sorpresa que preparé para ti.

 

La más baja haciendo un extraño ruido agudo con su voz, se llevó ambas manos a cubrir su boca dejando ver su timidez, tal parecía que el nivel de dulzura de aquel momento había superado por demasía sus expectativas.

 

Wheein: ¿Y ahora qué es? −Preguntó tomando distancia de la menor sin salirse de su asiento. −

Hye Jin: Sé que has extrañado a tus padres y a tu barrio de origen en el último tiempo, también sé cuánto has trabajado y estudiado. −Confirmó mientras se levantaba para caminar hacia su bolso. – Por eso, creo que necesitas unas pequeñas vacaciones.

 

La morena del característico lunar en la mejilla terminó su oración cayendo a un lado de su novia en el sofá entretanto sacaba de un sobre dos boletos, eran pasajes para un viaje en tren con destino a Jeonju. Una tarde luego de su horario de clases Hye Jin se quedó esperando a Wheein, pero ella no pudo llegar, la mayor angustiada vio pasar la hora en el reloj mientras le ayudaba a la señora Lee a limpiar los hornos detrás del sector a atención al público en la panadería. Esa misma noche Hye Jin ingenió el comprar ambos pasajes, tomó su teléfono y compró ambos pasajes por internet y fue a recogerlos el día siguiente, le parecía una estupenda idea sobre todo considerando que el final del semestre estaba a unos días de distancia y ambas podrían aprovechar la oportunidad para un merecido descanso y crear lindos recuerdos de un viaje juntas.

 

La mayor tomó los pasajes de entre los dedos de Hye Jin y puso atención a la fecha del viaje, eran para el sábado próximo, volvería a su casa de infancia en tan solo unos días, el solo pensarlo hacía que el hoyuelo en su mejilla floreciera producto de su sonrisa.

 

Rodeando el cuello de Hye Jin con sus brazos le dio gracias por ese regalo tan especial que le había conmovido casi hasta las lágrimas. Wheein adoraba que su novia siempre pensara en ella, en sus deseos, en lo que necesitaba, en cómo hacerle feliz de forma genuina y pura, su amor le llenaba de emoción y se sentía afortunada de ser tan especial para ella, realmente sentía que con ella a su lado en su vida nunca más habría dolor.

 

Esa semana pasó y luego de la última clase del viernes Wheein sentía que era libre, le pidió unos días a la señora Lee y ella gustosa se los concedió, la chica trabajaba tan bien y de manera tan aplicada que no podía negarse. Al llegar a casa armó un par de bolsos para el viaje de ese sábado y terminó burlándose de Hye Jin quien había preparado una enorme maleta con ruedas como si se fuera a otro país.

 

La mañana del sábado por fin había llegado y Wheein se despertó muy temprano de la sola ansiedad, asique para aprovechar el tiempo preparó un componedor desayuno para ella y Hye Jin. La morena se despertó con el olor de los huevos revueltos que preparaba su novia sin necesidad de su despertador, al no verla a su lado en la cama fue en su búsqueda hasta la cocina.

 

Su camiseta holgada sobre sus pantaloncillos se movía con ella mientras iba de un lado de la cocina al otro. La morena se aproximó llegando a un lado de la más baja que fijaba con concentración su mirada en las sartenes revolviendo con una larga cuchara de cocina los contenidos en las mismas, le sostuvo la cara entre las manos y aunque su cara giró sus ojos no dejaban de mirar la cocina, aun así, pegó sus labios a los de ella para darle un beso de buenos días.

 

Hye Jin: Te levantaste temprano. −Dijo sentándose a la pequeña mesa frente a la cocina. −

Wheein: Si… estoy demasiado emocionada.

Hye Jin: Yo también, pero de todas formas dormí muy bien. −Comentó estirándose gozosa. –

 

Emplatando lo que había cocinado Wheein se giró para llevar los platos hasta la mesa.

 

Wheein: También dormí bien, amo dormir contigo.

Hye Jin: Dejas de moverte cuando te abrazo. Si no lo hago das vueltas toda la noche… ¿Cómo es que tienes tanta energía?

Wheein: Ni yo misma lo sé. −Contestó subiendo los hombros. −

 

Desayunando juntas Hye Jin rogó a Wheein por que le diera un tour por el centro de arte Sori en Jeollabuk-do cuando llegaran y la mayor contraargumentaba haciéndole entender que tenían que dejar sus maletas en casa de sus padres primero.

 

Cuando Wheein llamó a sus padres para decirles que iría por unos días a casa, ellos no cabían en sí mismos por la conmoción, la extrañaban a más no poder y las recibirían en la llegada del tren.

 

Con todo listo ya podían salir de casa, la menor pensó que les costaría un poco más pero no fue tan difícil como pensaba, lo más complicado fue llevar su maleta y los bolsos de Wheein hasta la parada del bus porque Wheein estaba demasiado distraída llevando a su amada mascota en su mochila para gatos.

 

Llegaron al terminal de trenes y subieron sus pertenencias en buena hora, los lentes oscuros de Hye Jin no podían ocultar su expresión de cansancio después de cargar con todo el peso de lo que traían para el viaje, y a su novia no se le ocurrió una idea mejor que tomar una fotografía para inmortalizar ese momento.

 

Sin mayores preocupaciones la menor durmió la mitad del recorrido, a ratos su compañera la veía y le hacía gracia como la menor podía en tan poco tiempo quedarse profundamente dormida. En tanto su acompañante dormía, con su teléfono en las manos y con sus audífonos en sus oídos escuchando un playlist que había preparado especialmente para el viaje, Wheein le envió un mensaje a su mamá para avisarle que ya estaban en el tren.

 

Era un viaje de casi cinco horas, mientras más avanzaba el tren en dirección a la costa sur la joven estudiante de arte veía como el cielo comenzaba a llenarse de nubes y el aire parecía volverse más frio y húmedo. Inclinándose hacia abajo estiró los brazos para sacar uno de los bolsos debajo de su asiento, cuando lo posicionó entre sus pies abrió el cierre y sacó del bolso una manta para ponerla sobre ambas y dejo tranquilamente caer su cabeza en el cómodo hombro de Hye Jin.

 

El tren perdía velocidad al fin llegando a destino, era una tarde un poco oscura porque el cielo estaba cerrado. Muy sagazmente una hora antes de llegar Wheein despertó a la menor para obligarla a abrigarse, asique cuando el tren llegó estaban listas para bajar.

 

Tal y como era su costumbre Hye Jin hizo aparecer su cámara para documentar la llegada a su paraje vacacional, en el andén del tren comenzó a grabar, pero Wheein estaba mucho más preocupada de recuperar el equipaje que de posar para la cámara de la menor.

 

Hye Jin: ¡Hey! No avances sin mí.

Wheein: ¿Cómo hacerlo? Soy la estrella de tu película. −Dijo apareciendo en el cuadro. –

Wheein: Apareceré ahora pero solo por un pequeño, pequeño, momento.

Hye Jin: Ya. −Continuó apegando su rostro al de su novia validando sus palabras. –

 

Al ver sus mejillas y lo adorable que Wheein se veía en la toma Hye Jin hizo distancia y le miró de frente con seria expresión, pasando la cámara a la mano de Wheein.

 

Hye Jin: Dime la verdad. ¿Eres un cachorro? ¿No es así?

Wheein: Eeey… ¿Qué dices? No soy un cachorro.

Hye Jin: Tienes cara de cachorro.

Wheein: Deja de decir cosas sin sentido y bésame.

Hye Jin: No quiero.

Wheein: Entonces lameré tu cara, como un cachorro. −Anunció mientras sacaba un par de veces la lengua. −

Hye Jin: Pensé que tus padres estarían aquí al llegar.

Wheein: Deben estar esperándonos fuera de la estación.

Hye Jin: Entonces avancemos rápido.

Wheein: Hace minutos que estoy tratando de apurarme.

Hye Jin: ¿Por qué no lo hiciste? −Preguntó con ironía. −

Wheein: ¿Por qué habrá sido? −Respondió con tono aún más irónico. −

 

Caminaron cargadas hasta la salida del andén y cruzaron la estancia de la recepción a la estación dando hacia un profuso pastizal. La mayor soltó las maletas en el suelo y se levantó para estirar los brazos en toda su extensión y tomó una gran bocanada de aire.

 

Wheein: Aaah… −Exhaló. – El aire de Jeonju…

Hye Jin: ¿Estás feliz? −Preguntó al capturar en el aire la mano de su compañera. −

Wheein: Muy feliz.

Hye Jin: Pues entonces yo también lo estoy. −Respondió entrecerrando los ojos en una sonrisa. –

En la esquina del camino los padres de Wheein aparecían a su encuentro, Wheein algo torpe y nerviosa soltó la mano de Hye Jin con brusquedad.

 

Wheein: ¡Mamá! ¡Papá! −Exclamó justo antes de salir corriendo a los brazos de su padre. –

 

Los señores Jung desbordaban de felicidad al ver a su única hija de vuelta en casa, Hye Jin se acercaba a ellos con timidez, pero se sentía como ajena a la escena familiar y la incomodidad que sentía cuando más joven se apoderaba de ella nuevamente al sentir lo conmovida que estaba la familia Jung de volver a reunirse. La madre de Wheein al notar la prudente distancia de la menor la saludó calurosamente.

 

Sra. Jung: Entonces tú debes ser Hye Jin, la compañera de casa de nuestra Wheein-i.

 

Torciendo un poco la expresión Hye Jin al instante se cuestionó en su cabeza, “¿Compañera de casa?”. Confundida solo supo asentir sonriendo para salir del extraño momento. Buscando la mirada de Wheein encontró preocupación en ella y de pronto la dulce expresión de la menor se ensombreció.

 

Wheein: Mamá, tengo mucha hambre.

Sra. Jung: Vamos a casa, les preparé mucha comida. −Comentó entusiasmada. –

 

Wheein junto a su madre mientras conversaban comenzaron a tomar distancia caminando al menos un metro más adelante que Hye Jin y su padre.

 

Sr. Jung: ¿Y cómo va todo en la universidad? ¿Marcha todo bien? −Preguntó para romper el hielo con la menor. –

Hye Jin: Hay días y días… Tanto Wheein como yo estamos dando lo mejor para ser exitosas en nuestras facultades.

Sr. Jung: ¿No estudias arte también?

Hye Jin: Estudio Cine. −Informó. –

Sr. Jung: Oh~ Aunque te vez más como una cantante.

Hye Jin: Bueno, canto de vez en cuando en un local de Hongdae…

Sr. Jung: Wow, una artista de verdad… Estoy seguro de que tu voz debe sonar grandiosa.

Hye Jin: ¿Quiere que cante para usted?

Sr. Jung: ¿En serio? ¿Lo harías?

Hye Jin: Claro que sí… ¿Quiere alguna canción en particular?

Sr. Jung: No creo que sepas nada de mi época…

Hye Jin: Me gusta mucho Frank Sinatra.

Sr. Jung: ¿Conoces a Sinatra? −El hombre sonrió sorprendido. –

 

La menor comenzó a cantar la canción “Fly me to the moon.” (Hazme volar hasta la luna) del clásico compositor estadounidense. Mientras cantaba Hye Jin no podía evitar mirar desde lejos a Wheein y el padre de su novia estaba hipnotizado por su suave voz.

 

Sr. Jung: Oh ~ Tenía razón tu voz suena grandiosa…

 

Las mejillas de Hye Jin se enrojecieron un poco y cubriendo su sonrisa con una mano agradeció acompañada de una pequeña reverencia.

 

Sr. Jung: Tu inglés es muy bueno. ¿Eres extranjera?

Hye Jin: No, nací en Corea. Pero he viajado mucho al exterior.

Sr. Jung: ¿Cómo?

Hye Jin: Para visitar a mis padres a veces tenía que ir hasta Inglaterra, China o Japón. Ellos trabajan para transnacionales muy grandes así que era la única forma de verlos.

Sr. Jung: Ya veo… −Dijo compasivo. – Me recuerdas a una vieja amiga de Wheein… solo que tu pareces mucho más tranquila y madura. −El hombre mayor caviló un momento en silencio uniendo sus pensamientos. − Entonces, si ellos no estaban ¿Con quién creciste?

Hye Jin: Oh, tuve una criada, una mujer mayor que cuidaba mi casa y a mí. Le tengo mucho aprecio, es como si fuera mi madre. Incluso la visito un par de veces al mes para molestarla y consentirla.

Sr. Jung: Eres una buena chica. −Resolvió. − ¿Por qué será que aunque sé que eres una mujer grande y bastante madura, de todas formas te ves como una niña pequeña para mí?

 

Hye Jin volvía a ruborizarse siendo tímida otra vez por los halagos del padre de Wheein.

 

Sra. Jung: ¡Yobo! Apresúrate. La comida se va a estropear si tardamos tanto. −Gritaba desde la distancia. −

Sr. Jung: ¡Te dije que esperaras a que llegáramos para empezar a cocinar! −Respondía a su esposa. – Siempre hace lo que quiere…

 

La morena sonrió conjeturando que ese lado de Wheein había venido del carácter de su madre.

 

Sr. Jung: Bueno, tendremos que apresurarnos. ¿Trotarás con este viejo?

Hye Jin: ¡Vamos! −Gritó haciendo que el hombre mayor se exaltara. – Ah, lo siento.

Sr. Jung: ¡Vamos! −Repitió comenzando a correr. –

 

Ambos en un minuto habían rebasado a Wheein y su madre que iban metros más adelante. Esa tarde después de comer el gran banquete y charlar por horas la madre de Wheein preparó su vieja habitación para que ambas jóvenes durmieran.

 

Wheein entró a su cuarto y vio llena de nostalgia que la mayoría de sus cosas de infancia seguían ahí, sus libros, sus adornos, todo estaba tal y como lo había dejado, su madre limpiaba su habitación sin cambiar nada de lugar. Ellas fueron a dormir tarde cuando ya el matrimonio estaba durmiendo, eran las tres de la mañana y ninguna de las dos se había ido a dormir.

 

Hye Jin entró a la habitación inspeccionando cada detalle, pero su expresión tenía más de agraz que de dulce, suspiraba con la mente llena de pensamientos confusos y tormentosos. Wheein al terminar de lavar los platos fue hasta la habitación para prepararse a dormir, su novia aún estaba vestida y cuando entró al dormitorio la encontró sentada en el piso mirando sus manos en silencio.

 

Wheein: Vamos a dormir ya, mañana tenemos muchos lugares por recorrer.

Hye Jin: ¿Tus padres no saben de nosotras? −Preguntó sin rodeos. –

 

La mirada de Wheein se heló y su cabeza giró en dirección de la habitación de sus padres a unos metros de la de ella.

 

Wheein: Hye Jin-ah, es complicado.

Hye Jin: ¿Complicado? ¿Complicado es que nos amemos?… ¿O que al menos yo te ame? −Preguntó intencionalmente descartando el amor de su pareja. –

Wheein: Mis padres no lo entenderían…

Hye Jin: Ok, es suficiente. −Concluyó dominada por su disgusto. –

 

La morena se levantó del suelo y empujó a Wheein a su paso para dejar el dormitorio.

 

Wheein: ¿Hye Jin a dónde vas? −Preguntó a la espalda de la menor. –

 

Sin escucharle la menor siguió caminando hasta salir por la puerta principal de la casa hacia la calle. A la siga de Hye Jin salió la más baja atajando su andar al sujetarle la muñeca paradas en medio de la calle en la oscuridad de la madrugada. La luz de la entrada iluminaba tenue la mirada irritada de Hye Jin, mientras Wheein suspiraba una vez más.

 

Wheein: ¿Por qué no vez esto con la misma claridad en que yo lo veo?

Hye Jin: Lo único que veo claro, es que yo estaría dispuesta a hacer todo por ti, pero cuando yo busco dar un paso adelante en nuestra relación tu das dos hacia atrás. ¿Tanta vergüenza te da amarme? ¿Estar conmigo es tan difícil para ti? Dímelo ahora y así no torturo más tu vida.

Wheein: Es fácil para ti, a tus padres nunca les importó.

Hye Jin: Perdóname por no entender que significa tener amor de tus padres.

Wheein: No quise decir eso… espera.

Hye Jin: No, está bien. −Resolvió. – No seguiré estorbando aquí.

 

La más joven se volteó y comenzó a correr en medio de la noche con toda velocidad, en línea recta y sin mirar atrás.

 

Wheein: ¿¡Ahn Hye Jin vuelve acá!? ¿Dónde vas? . . . ¡Aaarg! ¡Demonios!

 

La figura de la morena desapareció en la penumbra, su enojo siempre se expresaba de manera explosiva y terminaba huyendo, Wheein se maldijo así misma por no haberlo previsto, culpándose por no haberla retenido, “Debí tomarla y decirle cuanto la amo.” pensaba para si misma, ella entendía completamente la molestia de la menor y en su lugar pensaba que probablemente hubiera sentido lo mismo. No podía obligarla a ocultar y guardar como un secreto algo tan importante, pero de todas formas no podía dejar de estar molesta porque Hye Jin no empatizaba con sus miedos.

 

Wheein desde su torpe y traviesa adolescencia que había trabajado duro siempre con el miedo de que sus padres no estuvieran orgullosos de ella, era su única hija, y necesitaba la aceptación de ellos, cualquier muestra de rechazo auténtica le aterraba.

 

Frustrada después de unos minutos de reflexión, fue a buscar su teléfono a la habitación para llamar a su novia, tenía que hablar con ella, pero al llegar se dio cuenta de que la menor había salido sin su celular y que tampoco había llevado su billetera o ninguna de sus pertenencias. No podría haber ido muy lejos, pero ella no conocía el lugar asique le era sumamente preocupante el que estuviera sola por ahí en la madrugada, otro factor que le preocupaba era que, a pesar de ser desde joven muy independiente, Hye Jin era una chica a la que emocionalmente le afectaba la soledad, no por estar habituada a ella se había transformado en algo con lo que pudiera lidiar.

 

Corriendo en la oscuridad y el frío de la calle la joven cineasta comenzó a detenerse al darse cuenta de que no tenía un lugar a donde ir, lágrimas aún rodaban cayendo por sus mejillas y su pecho saltaba en una respiración agitada, cansada de correr cayó en cuclillas mientras sus lágrimas mojaban sus rodillas. Siguió el camino que había andado más temprano hasta llegar al pastizal a las afueras de las redes de la estación de trenes, era el único paraje con el que se familiarizaba. Se quedó ahí durante horas, llorando y pensando, este viaje se suponía sería una experiencia para disfrutar… después del tiempo que llevaban juntas por primera vez recordaba una de las conversaciones de consuelo que había tenido con su mejor amiga años atrás después de que ella rompiera con un chico, en esa conversación ella le entregó la siguiente reflexión, “En las relaciones entre amantes siempre hay uno que ama más que el otro, aquel que ama más es el que más sufre.”, ahora se daba cuenta de lo infantil de esa premisa, el amor siempre se trataba de entregar, aunque pierdas en el de todas formas estás ganando, porque si el otro gana tu ganas, si el otro está mejor tú también lo estás… como último caso si esto de ganar o ganar estuviera en un error, aun así estaba dispuesta a perder por ella.

 

El que sus padres no supieran nada, era un asunto entre ella y sus padres, no era prudente hacer exigencias, conociendo a Wheein probablemente ella también estaría pasando un momento difícil, teniendo que guardar algo tan importante en su vida a las personas que más la amaban en el mundo. Su cabeza se enfrió y se volvió más comprensiva como tranquila, su corazón ya no latía tan fuerte y su respiración se había calmado… pero ya habían pasado varias horas y el sol comenzaba a aparecer.

 

Ensimismada en sus pensamientos, no sintió los pasos que sonaban en el pasto aproximándose a ella. Vio los brazos de Wheein cruzarse frente a su rostro para que se enlazaran bajo su barbilla y sintió el calor de la mayor apegándose a su espalda.

 

Wheein: ¿Qué haces aquí? Hace frio. −Declaró con ternura. −

Hye Jin: Pensar, estar sola…

Wheein: Nunca te dejaré sola.

 

La menor se levantó y Wheein automáticamente le liberó de su abrazo, frente a ella Hye Jin le dedicaba un mirar más sereno y flexible.

 

Hye Jin: Wheein-ah… Si es demasiado difícil para ti, lo entiendo. −Asintió con desánimo. – Por un momento pensé que todo se terminaría, porque solo he conocido de despedidas y abandonos, pero no quiero que eso pase con nosotras. Estoy dispuesta a hacer lo que creas que es mejor.

 

Wheein: Tonta… yo fui la que cometió el error, actué mal, me equivoqué, lo siento y me arrepiento. Solo dame tiempo y a penas me sienta preparada, hablaré con mis padres. Lo estuve pensando y ellos no se merecen que les guarde secretos, ni que les mienta, ellos me aman, lo que desean es que sea feliz y contigo es que soy feliz, si pueden entenderlo o no, ese hecho no cambiará. Ahora… ¿Me vas a dejar abrazarte o vas a seguir castigándome?

 

La menor se lanzó a los brazos de su arrepentida novia estrechándola con todas sus fuerzas por largo tiempo y sus lágrimas volvieron a salir.

 

Hye Jin: Te amo.

Wheein: También te amo, pero nunca más vuelvas a huir así, destruye mi corazón.

Hye Jin: Perdón. −Pidió sollozando. −

Wheein: Esta bien. Volvamos a casa.

Hye Jin: Tu madre va a matarnos si no nos encuentra. −Sugirió retomando su sonrisa. –

Wheein: Oh ~ ¡Es cierto! Vamos ven. −Señaló tomando la mano de la morena. −

 

Cuando llegaron a casa frustraron todos los planes que los señores Jung habían planeado para esa mañana, ambas se acurrucaron en la cama de Wheein y se quedaron dormidas. Para cuando la madre de Wheein llegó a despertarlas las vio tan apacibles durmiendo que no quiso despertarlas, el ver a Wheein tan enlazada a otra persona al dormir le pareció singular pero no sospechoso, la imagen le hizo darse cuenta de que Hye Jin debía ser realmente alguien importante para ella, para traerla desde Seúl, presentárselas, tener una confianza tan conmovedora debía tener una razón más profunda, pero se negó a sospechar nada.

 

Cuando Wheein despertó, descubrió que en su teléfono había cinco llamadas perdidas de Namjoo su mejor amiga de la infancia. Le llamó de inmediato y en el segundo uno de la llamada Namjoo se puso a gritarle por no haberle contactado antes estando en Jeonju, por esta imprudencia tuvo que aceptar de inmediato cuando ella le pidió que se reunieran por la tarde en el barrio tradicional de Gaeksa. Entusiasmada despertó a la menor para que fueran a comer algo y a prepararse para salir, ya que le presentaría a su mejor amiga.

 

En el almuerzo la madre de Wheein les ofreció llevarlas hasta el centro de arte al cual Hye Jin moría por ir, sin embargo, el encuentro con Namjoo ya había sido concertado. Resolvieron ir las tres hasta Gaeksa dejar a Wheein pasar una tarde con su amiga como en los viejos tiempos y su madre luego se llevaría a la menor hasta el centro de arte, la Sra. Jung sabía mucho de arte asique también sería una muy buena guía. La idea ponía a la chica de Seúl algo nerviosa, con valentía tomaría esto como una oportunidad para hacerse cercana a la progenitora de la mujer que amaba.

 

Tan ansiosa como siempre Namjoo no confirmó correctamente el lugar de reunión, Wheein y Hye Jin la estuvieron esperando, en lo que llevó ese tiempo la mayor le comentaba a su novia las anécdotas más sorprendentes que había pasado con la que consideraba como a una hermana, durante bastante tiempo fue esta narración hasta que su amiga por fin pudo verla llegar, abriendo los brazos para recibirla después de bastante tiempo sin verle en persona.

 

Namjoo: ¡¡Wheein-ah!!

Wheein: ¡¡Namjoo-ni!!

 

Las chicas saltaban en un abrazo lleno de nostalgia, y Hye Jin sonreía al ver tan tierna escena.

 

Namjoo: Wuoo… ¿Y esta chica tan guapa quién es?

Wheein: Querida amiga te presento a mi novia, Ahn Hye Jin… deberías pedirle un autógrafo porque de seguro será una cineasta famosa en un par de años.

Hye Jin: ¿Un par de años? Ya lo soy. −Declaró presuntuosa levantando una de sus cejas. –

Namjoo: Bueno, es un gusto conocer a una celebridad. Soy Kim Nam Joo.

Hye Jin: Wheein me ha hablado tanto de ti que siento como si ya te conociera.

Namjoo: Recordaría a una chica tan glamorosa. Me tienes a esta niña enloquecida desde hace tiempo.

Wheein: Cierra la boca… no han pasado ni cinco minutos y ya quieres dejarme en vergüenza.

Namjoo: Pues, para eso son las amigas…

Hye Jin: Para que no quedes más en evidencia... iré de vuelta con tu mamá. Espero que disfruten su tarde.

Namjoo: ¿No nos acompañaras? −Preguntó con sincera tristeza. –

Hye Jin: Me encantaría, pero creo que deberían tener un re-encuentro más especial.

Wheein: Tendremos que extrañarte… pero sé que disfrutarás del centro de arte con mamá.

Hye Jin: Claro que si… ¿Tu madre no me transformará en la cena si digo algo que le moleste verdad?

 

Namjoo y Wheein estallaron en carcajadas al ver el miedo que la menor le tenía a la Sra. Jung.

 

Hye Jin: No tienen que contestarme, iré de regreso al auto.

 

La menor hizo un gesto con la mano y dejó a las entrañables amigas para que pasaran su tarde caminando por el barrio tradicional, compartiendo sobre lo último que les había sucedido. Namjoo le comentaba de los problemas que tenía con los apoderados en el jardín de infantes en el que trabajaba como asistente de párvulos, finalmente después de todas sus quejas y de escuchar los consejos de la más baja era el turno de Wheein.

 

Namjoo: A pesar de que le había visto por fotos quedé sorprendida con Hye Jin, es realmente muy atractiva.

Wheein: Deja de decir eso, solo yo puedo pensar en eso.

Namjoo: Eeey, no me digas que te has vuelto celosa.

Wheein: Ella es tan buena novia que es lógico que los tenga. −Refirió sobre sus celos. −

Namjoo: Me encanta verte así de feliz… después de lo de “esa persona”, pensé que no te iba a volver a ver enamorada. Pero siento que tu amor hacia Hye Jin es distinto, es… no lo sé… más adulto.

Wheein: Debe ser porque somos más adultas que entonces Namjoo. No tienes que censurar su nombre. Ya no me afecta, es parte del pasado.

Namjoo: No sé qué tan pasado…

Wheein: ¿A qué te refieres? −Preguntó con seriedad. –

Namjoo: Nada importante, solo me ha llamado un par de veces para saber cómo he estado, pero en el fondo sé que es una excusa para saber sobre ti… no creo que mi vida con los niños le interese en lo más mínimo.

Wheein: ¿Byul-Yi te ha llamado?

Namjoo: Es lo que te estoy diciendo, pon atención, pensé que no te importaba.

Wheein: Y no lo hace. Es solo que me sorprende, supuse que después de irse no volveríamos a saber de ella.

Namjoo: No te preocupes por eso, de todas formas, ella no está en el país. Está estudiando música en el extranjero.

Wheein: No quiero saber lo que hace, no es mi problema. −Comentó arrugando el gesto. −

Namjoo: Claro, Hye Jin es hoy lo importante. −Sonrió para cambiar la expresión de su amiga. −

Wheein: Si, ayer casi pierdo todo en nuestra relación…

Namjoo: ¿Es por tus padres? Ellos no lo saben aún. ¿No es así?

Wheein: ¿Tan predecible soy?

Namjoo: Te conozco desde siempre, si no les dijiste antes porque les dirás ahora. Tu madre te veía llorar cada día y jamás dijiste una palabra.

Wheein: ¿Puedes dejar de comparar una situación y otra? −Preguntó dejando salir su indignación. −

Namjoo: Puede molestarte, pero es tu historia y no va a cambiar.

Wheein: Lo sé, pero Hye Jin es realmente alguien que estaría dispuesta a hacer lo que sea para nosotras, ella me ama con sinceridad y yo a ella, el enamorarme de Byul-Yi fue un error, sabes que ella jamás me amó e incluso si lo hubiera hecho eso no cambiaría nada. Jugó conmigo, me hizo sentir infeliz y por culpa de eso dejé de creer en el amor, solo Hye Jin pudo cambiarlo.

Namjoo: Me imagino que no le debe haber sido nada fácil.

Wheein: No lo fue. −Recordó sonriendo. −

 

La amiga de Wheein vio como ella se veía realmente comprometida y enamorada de la joven cineasta no solo en lo que podía narrar, si no en las expresiones de mirada perdida y los pequeños saltitos que daba al recordar los gestos de su novia, era algo empalagoso e irreconocible por parte de ella que la chica ruda de Jeonju se haya ablandado tanto gracias a su relación de pareja.

 

Ya el anochecer se hacía de la jornada y la hija de los Jung retornaba a casa, como siempre el primero en darle la bienvenida era Ggomo que había comido más que nunca esta semana siendo consentido por los padres de la chica. Hye Jin y sus padres ya se habían sentado a cenar, para su suerte llegó a la mesa justo en momento en que se había servido la comida. Su madre y Hye Jin se veían sonrientes, comentaron que lo habían pasado estupendamente en su paseo, lograron conocerse más, hablar de arte, aprender la una de la otra siendo esta una enriquecedora experiencia y su padre se mostraba envidioso al no haber podido acompañarlas en su panorama, frente a esto la menor sonrió contestándole que se habría aburrido en una salida de chicas.

 

Wheein se alegraba al notar la amorosa química que tenían sus padres con ella, parecían haberle tomado mucho cariño en poco tiempo y era claro que las cosas que la menor decía o hacía no eran de forma forzada para querer agradarles, se había acercado a ellos siendo ella misma y aquello era enormemente valioso.

 

Los siguientes tres días recorrieron Jeonju, y en distintas ocasiones la joven estudiante de cine tuvo la oportunidad de acercarse más a los señores Jung como a disfrutar de entretenidas citas con su novia. El último día en Jeonju el papá de Wheein invitó a Hye Jin a conocer su trabajo asique la llevó por el día a acompañarlo en la estación de policía de Jeolla.

 

Wheein por la tarde a solas con su madre, le ayudó a preparar desde temprano la cena para esa noche. Mientras lavaba vegetales y después de unas bromas hubo un largo silencio que permitió a la madre de Wheein el acorralarla con una pregunta incomoda.

 

Sra. Jung: Wheein… se honesta con tu madre. ¿Estás ocultándonos algo no es así?

 

La sangre en las venas de la chica parecía haberse paralizado y sus manos dejaron de moverse.

 

Wheein: Yo… realmente… hay cosas que no he querido comentarles.

Sra. Jung: Habla ya… no lo hagas difícil.

Wheein: He pasado momentos difíciles los últimos meses… si no dije nada fue para no preocuparlos.

Sra. Jung: La labor de un padre es preocuparse por su hijo. ¿Por qué no nos dejas hacer lo que tenemos que hacer? ¿Quién crees que eres para decidir eso?

Wheein: La dueña de mi propia vida.

Sra. Jung: Wheein-ah, escúchame. Si estás mal nosotros tenemos que saberlo, es la única forma en que podamos ayudarte, estas lo bastante lejos para además dejarnos al margen de las cosas que te ocurren. No podemos abrasarte, o ponerte una mano en la espalda para decir “Esta bien, todo estará bien.” Pero no podemos soportar que no seas honesta con nosotros. −Declaró con la voz quebradiza. –

 

La menor fue tocada en lo más profundo de sus emociones y sus ojos se llenaron de lágrimas contenidas.

 

Wheein: Hace unos meses la universidad me restringió la beca a la mitad, tuve que pedir trabajo en una panadería y trabajo entre semana para poder pagar todo. No me alcanzaba para pagar el alquiler de donde vivía y por eso tuve que ir a vivir con Hye Jin.

Sra. Jung: Me llegó una carta de tu universidad. Me enteré entonces del problema, pero no dijiste nada. Debe haber sido duro para ti. −Dijo comenzado un llanto. –

Wheein: Hye Jin, ella ha estado conmigo, apoyándome para estudiar, para trabajar, cuidando de mi salud, haciéndome comer y dormir. Ella siempre ha estado ahí.

Sra. Jung: ¿La quieres?

 

Respondiendo afirmativamente con la cabeza la menor temerosa de decirlo en voz alta tampoco pudo fijar la mirada en alto.

 

Sra. Jung: La quieres como mujer. ¿No es cierto?

 

Acumulando valentía la hija única intentó levantar la cabeza para hablar, pero solo pudo volver a asentir.

 

Sra. Jung: ¿Ella te hace feliz?

 

Esta pregunta caló hondo en Wheein y le dio el coraje que necesitaba para volver a mirar a su madre a los ojos.

 

Wheein: Si. −Declaró con seguridad. –

Sra. Jung: Eso es lo único que necesitaba saber.

Wheein: ¿No debería sentirme culpable por también querer hacerla feliz?

Sra. Jung: ¿Culpa? ¿Así te eduqué? Si amar a alguien te hace sentir culpa entonces no deberías hacerlo. Si hacerla feliz te hace a ti feliz estoy bien con eso, y al que intente hacerte algo por eso tendrá que arreglárselas conmigo. Eres una adulta, incluso si la idea no me gustara, no puedo intervenir en tus decisiones. Ven aquí pequeña sabandija. −Le ordenó. –

 

La estudiante de artes se aferró al pecho de su madre como cuando era una niña, extrañaba tanto esa sensación, que el sentirla una vez más le hacía llorar.

 

Wheein: ¿Qué crees que piense papá?

Sra. Jung: Él ya adora a Hye Jin. No te preocupes por él, hablaré con él de todo esto cuando ustedes ya no estén aquí, es cierto que el es un poco tradicional en su forma de ver el mundo.

 

La hora de la cena llegó y Hye Jin relató con entusiasmo cada uno de los detalles del día en el cuartel policial, mientras el padre de la familia sentía que estaban haciendo un tributo a su labor, la comida fue agradable a tal punto de que la invitada sentía que realmente era parte de la familia.

 

Al amanecer salieron de casa muy temprano para volver a la estación de trenes, la despedida sin dudarlo fue emotiva y Hye Jin nuevamente quería grabarlo todo. Wheein arrojó a Hye Jin a que le diera un abrazó a su padre, ya que el hombre le había hecho bromas hasta el último momento para que se quedaran unos días más, mientras su madre mimaba a Ggomo también diciéndole adiós.

 

Entraron al andén agitando sus manos a modo de despedida de los señores Jung, quienes emocionados pero felices las dejaban marchar a la ciudad otra vez.

 

Sobre el tren la menor tomaba una fotografía esta vez celebrando el florecimiento y fortalecimiento de su relación gracias a este viaje.

 

De regreso en la ciudad la noche había llegado y Choi SeungHo llamaba a Hye Jin a su bar porque uno de sus artistas le había fallado en la asistencia. La diligente amiga salió corriendo en su volvo hasta Hong Dae para suplir el número musical de aquella noche, sin ser una sorpresa al público le encantó la performance de la joven y pedía a gritos que continuara cantando. Bajó de la tarima y se acercó a su amigo detrás de la barra para volver a interpelarlo.

 

Hye Jin: ¿Cuándo encontrarás a algún artista que esté como trabajador fijo aquí?

SeungHo: Pero si te tengo a ti para salvarme la vida ¿Para qué contratar a alguien más? −Rio descaradamente. −

Hye Jin: Es la última vez que salgo de mi cama cómoda con Wheein para venir a evitar que te lancen botellas.

SeungHo: Con el negocio no tengo tiempo para salir a buscar a alguien talentoso. ¿Por qué no le buscas por mí y así dejo de molestarte?

Hye Jin: Eres un descarado. −Acusó riendo. – Trato hecho mañana saldré a buscar a alguien para que cante en este lugar.

 

Tal y como prometió, entre clases fue de compras a las calles de Hong Dae para encontrar a algún músico callejero que necesitara trabajo. Tras una esquina había un círculo reunido observando un espectáculo callejero y se sumó a los distraídos peatones que gozaban de la romántica canción que cantaba una chica en medio de la calle con un teclado. En medio de la canción ella se separó del instrumento y comenzó aar.

 

Para el segundo rap los ojos de la interprete ya se habían clavado en Hye Jin, esa chicaaba acercándose a la joven cineasta en un atrevido coqueteo en el cual ella participó sin tapujos para animar el ambiente.

 

Recibiendo las donaciones por su canción la artista se acercó a la morena con suspicaces intenciones.

 

Moonbyul: Si no tienes dinero puedes dejarme tu número.

Hye Jin: ¿Y qué tal si te doy trabajo?

Moonbyul: Eso no es para mí, soy un espíritu libre… a no ser que quieras ser mi novia, quizás podría cambiar de idea.

Hye Jin: No sabes mi nombre, pero quieres que sea tu novia. Justo mi estilo. −Dijo para hacer un chasquido con la lengua. –

Moonbyul: Mi nombre es Moon Byul-Yi.

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Comments

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AndreaTaeNySic #1
Chapter 7: acabo de encontrar esta hermosura
viridaria #2
Chapter 42: Demonios, siempre quise leer una historia como esta ya ahora no se como puede terminar y que mi corazóncito... Espero con ansias el nuevo capitulo.
RadioMon
#3
Chapter 29: Muy buena historia, espero con ansias el próximo capítulo.
Sería interesante saber que ha pasado en la vida de Byul
RadioMon
#4
Chapter 21: HyunA está en tu historia!!! Justo cuando pensaba que no podía ser más genial
RadioMon
#5
Chapter 20: Wow, es vergonzoso admitir que tu historia ya me ha hecho llorar varias veces? Porque lo ha hecho. Sé que es una historia wheesa pero Byul es demasiado....ugh, cómo decirlo? Irresistible? Me ha encantado, sigue con el buen trabajo
zalberi
#6
Chapter 29: Espero que Hyejin y Wheein solucionen sus diferencias :( Es triste verlas en ese estado....
Sigue con el buen trabajo autor-nim!! <3
zalberi
#7
Chapter 24: Un capitulo semanal? Yeeeeey :):):)
zalberi
#8
Chapter 22: Por fin hay besoooo!!! Deseando leer como avanza la historia. Feliz año <3
zalberi
#9
Chapter 8: No me arrepiento de darle una oportunidad :) una pena que no tengas mas lectores. Animo!!
zalberi
#10
Se me hace raro encontrar fanfics en español jajaja. Le daremos una oportunidad ~~