En el momento en que notó que Hye Jin sostenía su mirada dulcemente sobre ella, en lugar de repelerle solo le sonrió y recordó las botellas del líquido que había comprado.

Wheein: Te invito un trago. –Dijo rompiendo el plástico que unía los cinco pequeños envases.−

Abrió el de la menor quitando la tapa de papel pseudo-metálico que la cubría y lo instaló dentro de la mano de la menor para luego abrir su propia botella.

Wheein: Bébelo de un solo trago. –Indicó. –

Inclinando la cabeza hacia atrás la morena acató la indicación y tragó de golpe el contenido, Wheein tras tragar la bebida hizo un sonido típico de bar en donde se deja entrar aire entre los dientes para aguantar el alcohol de un trago fuerte para así luego poner la botella boca abajo en el aire sobre su cabeza demostrando que dentro de la botella no quedaba ni una gota, cosa que también se hace cuando bebes alcohol con amigos.

Terminadas un par de botellas cedió a Hye Jin la última y comenzó a guardar la basura en una bolsa metiéndola en su mochila para desecharla luego, ya no quedaba ni rastros de que hubieran almorzado allí.

Hye Jin: Creo que comiste todo el Kimbap mientras te contaba la historia.

Wheein: Si, lo siento, no desayuné hoy así que tenía algo de hambre.

Hye Jin: ¿No tomaste tu desayuno? ¿Tuviste algún problema en la mañana?

Wheein: No, la verdad no suelo desayunar, le doy comida a Ggomo y salgo corriendo todas las mañanas, siempre me distraigo con alguna cosa, si no es el celular, es la televisión, o empiezo a jugar con Ggomo y se me pasan los minutos en eso… sea lo que fuera, siempre termino saliendo a la carrera.

La situación le causo a la menor cierta simpatía que le provocó reír entre dientes.

Hye Jin: Espero no haber sido demasiado abierta hoy… no tengo mucho filtro con eso de ocultar cosas, creo que ya pudiste darte cuenta de eso…

Wheein: No veo por qué tendrías que disculparte por ser transparente, creo que la honestidad es un valor que nuestra sociedad ha ido perdiendo. Gracias por confiar en mí.

La mirada de Hye Jin volvió a conmoverse por las sinceras palabras de su mayor y al notarlo Wheein se levantó tomando su mochila en la mano y después de estirarse un poco volteó para emprender camino.

Wheein: Es hora de irnos.

Seguido del voltear de la más baja, la morena se puso de pie y ligeramente deteniéndola le abrazó por la espalda rodeando su cintura con sus brazos.

Hye Jin: Gracias por convertirte en alguien en quien puedo confiar.

La profunda voz de su compañera siendo emitida sobre su hombro estremeció hasta la ultima de sus fibras. El cálido abrazo que hacia sentir su cuerpo sujeto al de ella le pareció una apetecible sensación como al mismo tiempo le hacía sentir tranquila y cobijada.

Con delicadeza Wheein tomó una de las manos de la menor que colgaba sobre su ombligo y y lentamente le volvio a dar frente.

Wheein: Yo quiero poder confiar en ti también.

Hye Jin: No dudes en poder hacerlo.

Wheein: No me pidas que no dude. –Rogó sosteniendo un sonrisa mientras negaba sutilmente con la cabeza .−

Hye Jin: No sé quien pudo haberte hecho tanto daño, sé que lo hicieron y también sé que yo jamás lo haría... nunca me atrevería a hacer algo que te haga sufrir.

Wheein: ¿Cómo es que estás tan segura? −Preguntó sin dejar de expresar una sonrisa.−

Hye Jin: Tienes que creerme, estoy segura de ello, y sé qué es lo que me hace estar segura. Pero no puedo decirtelo.

Wheein: Vamos dímelo.

Hye Jin: No lo haré. –Denegó en infantil tono de voz.–

Wheein: Dijiste que no tenías secretos, ya dímelo.

Hye Jin: No quiero. –Señaló empezando a tomar distancia.−

La menor comenzó a trotar por el parque huyendo de las exigencias de Wheein quien tomó como reto el alcanzarla siguiendo sus jugueteos. Para cuando el tramo de persecución se extendía a varios metros Wheein alcanzó a atrapar entre sus dedos la espalda de la blusa que la morena vestía instándola a detenerse. Cuando Hye Jin volteó le dejó ver su blanca sonrisa que hacia subir en su mejilla el seductor lunar que en ella vivía, dio un paso más cerca de la estudiante de artes y usurpó de sus labios un pequeño beso que le hizo reír, no recordaba la última vez que se había sentido tan feliz.

La joven de menor estatura no estaba segura de si la agitación de su corazón era producto de los metros que había corrido o si aquella adrenalina se debía a su agradable compañía, pero fuera lo que fuera esa adrenalina, era algo que deseaba no dejar de sentir. Nuevamente afirmando la mano de la menor con sus dedos entrelazados a los de ella le llevó caminando con mayor tranquilidad después de haber corrido hasta la parada de buses.

De pie frente a el mapa de trayectos de buses en la parada, no estaba segura de que bus debían tomar para que cada una llegara a su casa o al menos cerca de ella.

Wheein: ¿Dónde me dijiste que vivías?

Hye Jin: Nunca te lo dije. ¿Por qué quieres saberlo? ¿Irías a visitarme? −Preguntó con mirada perspicaz.−

Wheein: Quizás lo haga… −Respondió resistiendo el reír.– Lo pregunto porque estoy pensando en qué bus deberíamos tomar que sea útil para ambas.

Hye Jin: Vivo en un edificio de Cheongdam-dong en un departamento del piso 15.

Wheein: Oh~ Debes realmente tener mucho dinero.

Hye Jin: No me digas que el dinero es un tema importante para ti.

Wheein: ¿Para alguna persona en este mundo no lo es?

Hye Jin: No es cierto. –Profirió como un plegaria mirando hacia el cielo.−

Wheein: No me malentiendas.

Mientras entrecerraba los ojos estudiando las rutas en el mapa, Wheein continuaba conversando.

Wheein: No es que crea que el dinero haga más o menos valiosa a una persona. Si fuera por eso no estudiaría artes –Resolvió en una corta carcajada.− pero tampoco puedo llegar a ser tan ilusa de ignorar el hecho de que este lunatico mundo gira en torno al dinero. No necesito ser una gran economista para saberlo, lo que comes, y el techo bajo el que vives, la ropa que usas, como te trasladas, tu educación y por ende lo que sabes o no, todo depende de eso.

Hye Jin: Pero escuchar las historias de alguien mayor en la parada del bus por ejemplo te brinda la sabiduría que el dinero no, el compartir con la señora de la panadería cada mañana al ir a buscar el pan para el desayuno, el mirar el cielo, esta conversación, todo puede entregarte algo y convertirte en quien eres sin tener un precio.

Wheein: No pensé que fueras tan ingenua, −Expresó con una dulce sonrisa.− Para que una persona mayor se siente a esperar un bus necesita tener dinero para tomar el bus u otro medio de transporte público y si usa el transporte público es porque probablemente tiene una accesibilidad económica para ese tipo de transporte y no para otro, que esa señora de la panadería esté ahí cada mañana también es por un fin económico, necesita ganar ingresos con el pan que tú compras y tener una buena relación contigo le asegura el mantenerte como cliente… claro puede que además le hayas parecido agradable y te hable por simpatía pero ¿Cómo saber si no empezó por mero interés comercial? Creo que lo único legítimo que mencionaste fue mirar el cielo.

Hye Jin: ¿Y ésta conversación?

Dando un giro rápido sobre sus pies la estudiante de artes dio cara a su compañera estirando su mano.

Wheein: Son tres mil wons. –Señaló terminando con una risotada.−

Sonriendo con ligera indignación e incredulidad la morena no dijo palabra ya que no se le ocurría forma de combatir la lógica de su mayor, sin embargo no podía estar de acuerdo con las ideas que ésta exponía.

Wheein: No me agrada darle al dinero más valor del que tiene, finalmente en sí mismo no es nada más de lo que las sociedades crearon de el, pero admitámoslo mi querida Ahn Hye Jin... es definitivamente un mal necesario.

Sin más que agregar la menor levantó las cejas arrugando la boca para impedir una sonrisa. Escudriñando con la vista el horizonte la mayor divisó el bus que pasaba por su barrio y por el de la menor dirigiéndose hasta su parada.

Wheein: Éste es el que debemos tomar. –Dijo señalando al autobús que se acercaba hacia ellas.−

Levantándose del descanso la menor siguió enseguida la señal de Wheein para subir tras ella y marcar con su pase el aparato cobrador del bus que le indicaba con un pitido que este era su último pasaje. Al escuchar el sonido Wheein burlonamente sonrió para voltear su rostro a la menor que iba a su espalda.

Wheein: ¿Ves lo que digo?

Esta vez pudieron tomar asientos juntos, la menor tomó el puesto de la ventana y la mayor quedó hacia el pasillo.

Wheein: Será un camino largo hasta tu casa.

Hye Jin: Solo espero que no te bajes pronto… me aburriría.

Wheein: ¿Así que ahora soy tu objeto de entretención?

Hye Jin: Sí lo eres. –Replicó con alegría. –

Wheein: Supongo que es bueno saberlo.

Los curiosos ojos de la morena suspendían su mirada sobre las blancas maños de Wheein.

Hye Jin: Tus manos son adorablemente pequeñas.

Wheein: ¿Tu crees? –Preguntó levantando su mano en el aire.−

Hye Jin: Si, son pequeñas y esponjosas. Es adorable.

Wheein sostuvo una de las manos de la menor que descansaban sobre sus muslos.

Wheein: Las tuyas son como tu personalidad, delicadas pero fuertes. Tu manicura se ve costosa.

Las blancas uñas de material acrílico brillaban en las delgadas y firmes manos de la menor.

Hye Jin: No es tan costosa como parece. Las uñas son parte importante de mi imagen.

Wheein: Claro… eres un gato. –Resolvió recordando una antigua conversación entre ambas.−

En un sutíl movimiento la estudiante de cine se acerco al cuello de Wheein y comenzó a ronronear.

Wheein: Eres realmente muy extraña…

Hye Jin: ¿Eso te molesta?

Wheein: No… es divertido.

Con entusiasmo la menor tomo distancia al presentársele una idea.

Hye Jin: Vamos al cine mañana por la tarde. –Propuso.−

Wheein: Tengo que estudiar para un examen… −Expresó con mirada divagante.− pero podría posponerlo.

Hye Jin: Puedo llegar antes y comprar las entradas mientras tu estudias antes de que nos reunamos. ¿Qué te gustaría ver?

Wheein: Es un poco intimidante ir al cine con una estudiante de cine… no sé que debería elegir…

Hye Jin: Vamos, olvida eso, solo veamos algo que te guste y te entretenga. Prometo no fijarme demasiado en las cosas técnicas.

Wheein: Hmm… de ser así, hay una película nueva de terror que quiero ver.

Hye Jin: ¿Te entretienen las de terror?

Wheein: Si, me encanta aunque de todos modos, salto, grito y me asusto como cualquiera pero me divierte mucho.

Hye Jin: Eres bastante singular. ¿Lo sabias?

Wheein: Me agrada ser diferente.

Hye Jin:Y a mi me agrada que lo seas. –Respondió con amplia sonrisa.−

Es resto del recorrido siguieron conversando sobre cine, Hye Jin le enseñaba sobre cosas curiosas en la historia del cine, escabrosos mitos sobre filmes que se decían malditos buscando ponerle los pelos de punta, pero por el contrario la joven estudiante de artes con una tierna expresión se mostraba más y más interesada sin importar la cantidad de tragedias que se vieran involucradas en las historias que la menor le recitaba. En su narración el tiempo pasó volando y por poco Wheein se pasa de su parada, obligada por el rápido andar del transporte dio una rápida despedida a la menor y bajó del bus.

Hasta su parada la morena pensaba recriminándose por no haberle dado un beso de despedida, por no haberle dado otra pequeña capsula de claridad acerca de sus sentimientos, si le continuaba mostrando lo que había en su corazón ¿Daría ella su brazo a torcer? ¿Se le abriría alguna oportunidad? Fuera así o no, era la única táctica a la que podía recurrir. Era tan díficil para ella el mantenerse cool, y tranquila con todo lo que sentía cuando le veía sonreír o lo que le gustaba tenerle cerca, pero aun así lucharía para mantener su imagen ya que el ser tan insistente podría llegar a verse patético y eso heriría su orgullo.

Ya era hora de cenar y Wheein a penas estaba llegando a su casa, cuando entró lanzó su bolso sobre el sofá luego de quitarse las zapatillas en la entrada. Ggomo apareció por el costado de la cocina maullando con un alto volumen como si se estuviera quejando por su hora de llegada. Cuando su ama se agachó para recogerlo el felino la esquivó ignorándola por completo, indignado por haber sido abandonado durante toda la tarde, Wheein quedó boquiabierta por su desdén y lo tomó por la fuerza, después de un par de caricias y que viera a su dueña acercarse a una despensa para hacer aparecer una lata de atún la ira del pequeño desapareció.

Mientras comía recurrentes escenas del día venían a su cabeza, Hye Jin sonriéndole, abrazándole, cuando sujetó su mano, el burlarse de sus ingenuas ideas sobre como se supone funciona el mundo, sin darse cuenta ya estaba sonriendo mientras masticaba lentamente apoyada sobre la pequeña mesa de su comedor, era iluminada por la cálida luz de la habitación y envuelta por el sonido del televisor frente a la mesa que solía hacerle de buena compañía en las noches.

Era un nuevo día y Hye Jin despertaba en su cómodo y amplio departamento, cuando terminó de vestirse y su bolso estuvo listo al mirar su reloj aun le sobraba tiempo para llegar a buena hora a su clase favorita de escritura de guiones. Luego de dar un par de vueltas en su blanca y pulcra cocina recordó lo que Wheein le había comentado ayer sobre que casi siempre ella asistía en ayunas a sus primeras clases y preparó un Sandwish con variados ingredientes para meterlo dentro de una lonchera, sintiéndose satisfecha con su preparación salió de su casa para entregárselo antes de ir a su clase.

Cuando entró al ascensor de su edificio se arreglo el cabello por última vez y revisó su labial en el espejo. Caminó con la confianza acostumbrada por el estacionamiento y subió al auto contorneando su figura al entrar en el puesto tras el volante, sin que nada le estorbara en un solo movimiento depositó lo que cargaba en el asiento del copíloto y antes de echar a andar el motor retiró su teléfono de su chaqueta para mensajear a Wheein.

Hye Jin: ¡Buenos días! ~

¿Ya saliste de tu casa?

Wheein: Sí, hoy parece que llegaré a tiempo.

Hye Jin: Reúnete conmigo fuera de tu facultad antes. Tengo que darte algo.

Wheein: ¿Algo como qué?

Hye Jin: Ya lo verás,apuesto a que te gustará.

Inadvertidamente la menor se desconectó luego de decir esto, Wheein algo curiosa quiso con aun más ganas llegar a su universidad para recibir lo que Hye Jin quería entregarle, el sueño que llevaba apesadumbrando sus movimientos se espantó por completo luego del mensaje de la atrayente chica de la facultad de Artes Audio visuales.

Con la música a un alto volumen como era su costumbre Hye Jin manejaba su Volvo S60 con velocidad para encontrarse con su estimada compañera de clase de taller. Cuando estacionó su vehículo en el estacionamiento de la Universidad sujetó la correa de su bolso y la lonchera para salir de su auto y asegurar sus puertas.

Llena de ansia y entusiasmo caminó con toda seguridad hasta la entrada de el edificio de Artes no sin antes pasar unos segundos a una maquina expendedora de bebidas para comprar un par de latas de café, ahí la esperaba Wheein distraída como siempre balanceándose entre sus pasos y mirando el cielo, escudriñando con sus ojos la forma de cada esquina en la fachada del edificio frente a ella, disfrutando de su estética y diseño.

Hye Jin: Parece que también te gusta la arquitectura. –Conjeturó sacándola de sus pensamientos.–

Wheein: Es interesante, no lo he estudiado mucho pero en algún momento tendré que hacerlo y no me molesta la idea.

Hye Jin: Es lindo que siempre quieras aprender de todo.

Wheein: ¿Tu crees? Mi mamá lo odia –Comentó riendo entre dientes.− dice que desde pequeña mi curiosidad hace que termine entrometiendome en donde no me llaman, ya sabes, cosas que no son de mi incumbencia.

Hye Jin: No hay nada de malo en ser adicta al saber.

Wheein: Eso es lo que digo yo pero no a todos les convence la idea. –Resolvió levantando los hombros.− ¿Qué me trajiste? –Consultó con un indisfrazable interés.−

Hye Jin: Comida… es para que lo comas en el receso, no es bueno saltarse el desayuno.

Los ojos de Wheein no pudieron evitar brillar al ver la lonchera.

Wheein: No debiste hacerlo. –Regañó con una sonrisa.−

Hye Jin: Tranquila es sólo un Sandwish, temía que te quejaras si te traía algo más elaborado. Pero no te ves molesta…

Wheein: No lo estoy, te lo agradezco…

Hye Jin: No es nada, tambien te traje un café de la maquina de aquí en la esquina. Iba a traerte uno de un local de café de grano pero no quería que llegaras tarde a tu primera clase.

Wheein: ¡Es cierto! ¡Reproducciones! Tengo que irme ahora.−Dijo con presura.−

Agitada y de un salto la mayor recordó la hora y entró corriendo con la lonchera en lamano al edificio mientras que haciendo gestos con sus manos expresaba una especie de despedida a la menor.

Lo ojos de la morena se abrian sorprendidos por la cómica situación y agitando una mano despedía a Wheein para ir a su respectivo curso.