Dos caras

Tentación

Pasado un mes de esa memorable noche tras el bar de SeungHo, la noche en la que Wheein había accedido a tener una relación formal con Hye Jin, un compromiso con ella.

 

Como cualquier otro día martes a medio día, las dos chicas jóvenes se reunían para almorzar juntas en la cafetería de la universidad, no todos los días podían darse el lujo de acompañarse en el almuerzo ya que sus horarios no eran del todo compatibles y estaban entrando al término de semestre, por ende, la cantidad de evaluaciones en sus asignaturas habían aumentado considerablemente. Entre el tener que estudiar y preparar trabajos el poder pasar tiempo juntas era un alivio y algo que ambas luchaban por hacerse el tiempo de hacer.

 

Ya habían recogido sus bandejas de comida y habían tomado lugar entre los largos mesones del lugar para sentarse a comer. Hye Jin había dejado de lado los saludables y aburridos almuerzos hipocalóricos para con influencia de Wheein cambiar estos por pocillos de arroz, sopas, guisos y platillos mucho más comunes, tradicionales y llenadores. La mayor le había convencido de que con la energía que gastaba al estudiar y sus salidas continúas a terreno si ella seguía comiendo solo ensaladas, enfermaría otra vez; por lo que a regañadientes la menor se vio empujada a cambiar su dieta.

 

Entre las cucharadas de arroz que la morena se metía a la boca, no dejaba de observar el brillante anillo plateado que relucía a la luz del sol rodeando el dedo anular de Wheein. La mirada de Wheein captó como empecinada la menor miraba su mano sonriendo.

 

Wheein: ¿Qué estás mirando?

 

La pregunta de Wheein dio pie a que la menor alargara su brazo por sobre el mesón para estirar sus dedos alcanzando la mano de su compañera que no soltaba los palillos de comer.

 

Hye Jin: No había notado lo mucho que brilla.

Wheein: Gracias a eso pude encontrarlo esa noche.−Respondió con reproche.−

Hye Jin: ¿Jamás superarás eso? Ya pasó un mes… además era lógico el que estuviera enojada en ese momento. –Sonrió justificándose soltando con suavidad la mano de la mayor.−

Wheein: Lo entiendo, de cierta forma fue mi culpa también… ¿¡Pero tenías que lanzarlo!? Nos tomó más de una hora encontrarlo… y el callejón apestaba a orina.−Reclamó con cara de asco.−

Hye Jin: Aún lamento haberlo lanzado.

Wheein: Y yo el haberte hecho enfadar.

 

En medio de su conversación el teléfono de Wheein comenzó a vibrar. Pidiéndole a Hye Jin con un gesto el interrumpir su charla por un momento contestó a la llamada.

 

El rostro de Wheein al escuchar a su interlocutor en el aparato se expresaba más y más complicado a medida que pasaban los minutos lo que aumentó la curiosidad de su novia que no lograba hilvanar una sola pista de los monosílabos que Wheein soltaba en su dialogo, en cuanto colgó no espero ni dos segundos para comenzar a resolver sus dudas inocentes.

 

Hye Jin: ¿Quién era?

Wheein: Me llamaban de parte del departamento de administración de becas de la universidad.

Hye Jin: ¿Por qué motivo?

Wheein: Al parecer hay un problema con mi beca.

Hye Jin: ¿Te dieron alguna descripción del problema?

Wheein: No, no supieron explicarme, creo que tendré que ir yo misma hasta las oficinas.

Hye Jin: Pues terminemos de comer y vamos para allá, yo te acompaño.

 

La joven originaria de Jeonju dividía el dinero que le enviaban sus padres entre el arriendo de su departamento en Junghwa-Dong y el pago de sus estudios en la facultad de Artes visuales de la universidad de Artes de Seúl, todo lo que le quedaba como resto era para gastos básicos como el transporte y la comida para ella y Ggomo.

 

La pareja llegó con tranquilidad y prudencia hasta la oficina de becas de la universidad para preguntar sobre el asunto de Wheein. A un lado de la recepción a la oficina había un grupo de estudiantes discutiendo entre ellos muy molestos mientras miraban con cizaña la puerta de la estancia, sin embargo la chica de hoyuelo en la mejilla no quiso acercarse a ellos para consultar lo que ocurría.

 

Entre el murmullo incesante de la recepción pudo distinguirse con claridad el par de golpes que Wheein dio sobre la gruesa puerta de madera de la oficina del administrador del departamento de becas, la mayor reaccionó ante la seca voz masculina que provenía del despacho que diciendo “adelante” invitándola a entrar.

 

La de menor estatura prefirió atravesar sola aquella puerta a resolver el asunto por sí sola, ignorando que habría mucho que resolver en el asunto en que se vería afectada. Cuando salió dejando la puerta de la oficina pegada a su espalda, cara se veía más pálida de lo usual.

 

Hye Jin: ¿Qué fue lo que te dijo? –Preguntó acercándose mientras le dejaba caer un par de caricias en la parte posterior de la cabeza.−

Wheein: ¿Qué voy a hacer ahora? –Profirió pensando en voz alta. –

 

La mirada de Wheein se veía perdida y su expresión pasmada mostraba consternación y enigmada preocupación.

 

Hye Jin: Si no me dices lo que pasó ahí dentro no tengo como ayudarte. –Explicó intentando reconectar su mirada a la de ella mientras tomaba las mejillas de Wheein entre sus manos.−

 

Los sentidos de la estudiante de artes volvieron a conectarse encontrando la mirada de su novia.

 

Wheein: Hubo un problema con el presupuestos para la revalidación de las becas y solo pueden darme un 40% de la cuota que cubría mi arancel mensual. Desde el próximo semestre todos los estudiantes becados vamos a tener que pagar un arancel mensual mucho más alto del que estábamos pagando. No puedo decirle a mis padres, −Caviló.− ellos ya hacen lo que les es posible para mantenerme aquí.

 

Con precaución la morena miro hacia el suelo pensando cuidadosamente las palabras que diría.

 

Hye Jin: Si me lo permites…

Wheein: Ni se te ocurra decir, lo que estás a punto de decir. −Declaró levantando con firmeza su índice frente a ella.−

Hye Jin: ¿No me dejarías ayudarte al menos con una parte del pago?

Wheein: No, no puedes. –Respondió severamente arrugando el gesto.−

Hye Jin: Pero tú lo necesitas y yo quiero hacerlo.

Wheein: No. No voy a dejar que lo hagas. –Negó tajantemente.− Entiendo que tus intensiones sean las mejores pero yo soy responsable de mi propia vida y me haré cargo de esto yo misma.

 

Liberando un profundo suspiro la morena puso sus manos en su cintura con frustración mientras miraba el techo de la recepción.

 

Hye Jin: Eres tan testaruda. –Afirmó con enfado.−

Wheein: Déjame en paz.

 

Descolocada por su fría respuesta la menor respondió con despecho.

 

Hye Jin: ¡Okay! Perfecto, entonces me voy a clases.

Wheein: Vete. –Replicó con desinterés.−

 

Aun y con su molestia por la actitud de Wheein, la chica del lugar en la mejilla intentó besar la mejilla de su novia pero esta le esquivó. Tragándose su enojo en un intento por comprender la situación por la que su compañera estaba pasando, la menor solo dijo adiós avanzando por el pasillo hasta dar nuevamente con las escaleras que la levaban a la salida del edificio.

 

La mayor aprovechó que en su horario no tenía más cursos a los que asistir y con varias copias de su currículo laboral con todos sus antecedentes acudió a varios lugares a solicitar empleo aun siendo estudiante como trabajadora de medio tiempo. Empezó su búsqueda por los negocios más cercanos a su universidad, cafeterías, almacenes, gasolineras, pastelerías, tiendas de ropa. En muchos de los lugares que visitó pedían experiencia en el puesto, la cual ella no tenía, otro par eran negocios exclusivamente familiares.

 

Ya cansada y decepcionada por sus intentos fallidos pasó por fuera de una adornada panadería, cuando entró no había clientes, pero si en medio del pasillo entre unas mesas había una mujer mayor limpiando con una escoba las migajas de pan del suelo y un poco de polvillo harina que se escapaba en el aire por las ventanas que daban a una cocinería en la parte posterior del local. Rápidamente le ofreció ayuda, la mujer tenia el pelo cano y aminaba ligeramente encorvada pero no se veía mucho mayor de 50 años.

 

La mujer con una noble mirada le agradeció mientras le sonreía entrecerrando los ojos, para luego preguntarle si gustaba de llevar algún pan o algún pastelillo tan dulce como ella, Wheein dejo salir una risilla infantil y mencionó que quizás algo dulce le subiría el ánimo. Ante tal congoja de la joven la mujer mayor cuestionó su estado de ánimo diciendo que una chica tan joven y bonita no podía estar afligida. Wheein no tardó en confesarle su situación mientras la señora le invitaba a sentarse en una de las mesas, tras unos minutos la chica dudo sobre el estar contándole sus problemas a una mujer desconocida, pero de alguna forma la imagen de aquella mujer le recordaba a su madre por lo que le fue muy fácil explayarse sobre lo que la apenaba sin medir mayor censura.

 

Finalmente, la mujer llamó a su hija mayor quien salió de las cocinerías con las ropas medias cubiertas en harina, el cabello cubierto con una pañoleta blanca y cargando a un bebe. Aquella era la administradora del lugar y panadera en el negocio, era también un negocio familiar pero desde hace un tiempo todo se había vuelto más difícil, el padre de la familia y fundador de la familia había fallecido desde hace un año de una deficiencia cardiaca, por lo que la mujer y su hija mayor habían quedado con la panadería acuestas, el padre había dejado una carta en la que les rogaba no deshacerse del lugar que había marcado la historia de todos en ese clan, pero la hija mayor recién había dado a luz a su primer hijo y la madre tenía un problema a la espalda que le hacían muy difícil trabajar. El cuñado de la familia trabajaba duro en una compañía para contribuir y los fines de semana también trabajaba en la panadería, con tanto trabajo aún no se tomaban un tiempo para vivir el proceso de duelo por la pérdida del padre, todo era complicado para la familia, pero aun había amor, no había peleas y después de perder al pilar de la familia todos se preocupaban mucho de todos, sin duda para asegurar que el nuevo nieto creciera un ambiente de amor y protección.

 

Hasta la llegada de Wheein no habían pensado en tomar a alguien para apoyar en el trabajo, estaban tan ensimismados en sus arduas rutinas con la carga de sus deberes que no habían considerado pedir ayuda, y vieron a la animosa y amable joven como un salvavidas. “Todo llega en el momento que tiene que llegar” declaró la mujer mayor, y el sentido de la frase resonó en Wheein más de lo que esperaba.

 

Ya una vez conseguido el empleo su entusiasmo y alegría le inflaban el pecho y no podía esperar para compartir estas vibrantes emociones con su novia. En aquel segundo cuando caminaba casi a saltos de alegría su paso perdió vigor al recordar lo ruda que había sido con Hye Jin, “Otra vez fuiste demasiado lejos…” pensó, no era la primera vez que sus emociones explotaban y la menor terminaba llevándose la peor parte. La frase de la dueña de la panadería volvía a su mente “Todo llega en el momento que tiene que llegar”, quizás este dilema de la falta de recursos era más oportuno de lo que pensaba, le había demostrado lo comprometida que estaba Hye Jin con ella y cuanto estaba ella dispuesta a apoyarla en sus malos momentos, incluso entendiendo su incomodidad, además que la daba una oportunidad a sí misma para medir sus propias fortalezas y limitaciones.

 

Siempre había tenido miedo de trabajar y estudiar pues no se sentía capaz de sobrellevar ambas responsabilidades, ahora las tendría quisiera o no y éste hecho la forzaría a desarrollar más sus habilidades y resistencia ante el estrés y al desgaste, seguramente aprendería cosas nuevas desde la experiencia, eso le animaba, pero no dejaba de sentirse culpable por su desquite contra su novia.

 

La personalidad de Wheein era tan fuerte como discreta, tanto es así que a momentos ella podía ser demasiado rígida en sus pensamientos, extremista y llevada a sus ideas hasta el punto de que el discutir con ella era una clase de dialogo de sordos, era difícil el escucharle y casi imposible el que ella escuchara. Para su fortuna la estudiante de cine era comprensiva y paciente, ya estaba empezando a conocer mejor a Wheein sabía que, aunque ella gritaba, pataleara, se enfadara terminando por decir cosas de forma impulsiva, luego con la mente más fría no tenía que decir ni una sola palabra para que Wheein se hiciera consciente de lo que hubiera hecho o dicho. Este tipo de conflictos no se daban solo con Hye Jin, le ocurría cada cierto tiempo con su familia, amigos, profesores y compañeros de clase, pero aquellos que conocían su temperamento sabían que Wheein tenía dos caras, la sensata y la insensata.

 

Fuera del edificio de la facultad de artes audiovisuales apoyada en un pilar de la entrada del edificio, la chica del hoyuelo en su mejilla esperaba a que Hye Jin saliera de su última clase. La morena salió mientras conversaba muy implicada en una conversación de lo que habían tratado en su último bloque con uno de sus compañeros y no se percató de la presencia de su novia, quien al verla marchas gritó a su espalda separándose del pilar.

 

Wheein: ¡Hey chica y!

 

La menor no estaba segura de voltear o no al reconocer la voz de Wheein, pero su compañero le indicó que estaban llamando por ella bloqueando toda posibilidad de disimular. Sus ojos se entornaron al voltear, su mirada siempre intensa con sus ojos bien maquillados hacía que la imagen de Hye Jin molesta se viera como un retrato a sus ojos.

 

Wheein: ¿Tendrías una cita conmigo? −Propuso acercándose a ella. −

 

La menor despidió a su compañero de clase y caminó con poco convencimiento hacia la más baja.

 

Hye Jin: ¿Estás bien ahora?

Wheein: ¿En algún momento dejé de estarlo? −Consultó desafiante. −

Hye Jin: No voy a discutir contigo otra vez.

Wheein: Yo tampoco quiero discutir. −Aclaró estirando sus dedos para alcanzar la mano de la menor frente a ella. − Lo siento por lo de la mañana. Fui un poco brusca…

Hye Jin: Está bien, yo me precipité… estaba preocupada por ti y lo primero que se me ocurrió fue abrir mi billetera en lugar de dejar que las cosas se enfriaran.

Wheein: Gracias por preocuparte por mi siempre.

Hye Jin: ¿Cómo no hacerlo? …Te amo. −Profirió tomando el rostro sonriente de Wheein entre sus manos para dejar en sus labios un pequeño beso. −

Wheein: Siempre dices eso tan a la ligera.

Hye Jin: Es lo que mi corazón dice.

Wheein: ¿Quieres saber lo que dice el mío?

Hye Jin: No necesito que lo digas…

Wheein: ¿Estás segura? −Preguntó jugueteando. –

Hye Jin: Si… porqué ya lo vi por mí misma.

Wheein: Mentira… ¿Cuándo te he dejado verlo?

Hye Jin: Cada vez que te beso, luego lo confirmo mirando en tus ojos. Ahí es cuando veo tu corazón… y es hermoso.

Wheein: Jugadora… ¿A cuántas chicas les has dicho lo mismo? −Preguntó con una suspicaz mirada afilada. −

Hye Jin: ¿Me creerías si te digo que eres la primera? En las otras no les miraba precisamente el corazón.

Wheein: Yaa~ ¡ertida! −Exclamó empujándole. –

 

La menor colgó su brazo alrededor de la nuca de Wheein y la arrastró hasta el bar donde habían tenido su primera cita. Sentadas en la barra como hace unos cuantos meses atrás la de menor estatura recibió un correo electrónico en su celular sobre un nuevo proyecto de arte contemporáneo. Nuevamente la mayor puso expresión de circunstancia cuando leía su celular.

 

Hye Jin: ¿Qué pasa contigo ahora?

 

Al subir la mirada y ver a Hye Jin la expresión de Wheein se tornó maliciosa y traviesa.

 

Hye Jin: ¿Qué es?

Wheein: No importa lo que te pregunte, tienes que decirme que sí.

Hye Jin: Okay. −Replico con tono dubitativo. –

Wheein: ¿Querrías ser mi modelo?

Hye Jin: ¿Y para eso tanto suspenso? Claro que sí. No le veo el problema.

Wheein: Ya me dijiste que sí, no puedes negarte después.

Hye Jin: ¿Me vas a retratar disfrazada o algo por el estilo?

Wheein: No… se trata de otra cosa.

 

La menor arrugo el ceño sin muestras de entender algo de lo que le estuviera diciendo su chica.

 

Wheein: Esta profesora nos estuvo enseñando como el arte prehistórico y el contemporáneo podían unirse. Se trata de cuerpos pintados (bodypainting)

Hye Jin miro a ambos lados solo con sus ojos antes de volver a decir palabra.

Hye Jin: ¿Vas a pintarme desnuda?

Wheein: No pongas esa cara, esto es arte, realza la belleza de la desnudez sin vulgarizarla. Como diría mi profesora “Hacer del cuerpo un lienzo, un molde que exprese sutileza y elegancia.

Hye Jin: No me avergüenza, −Defendió, corrigiendo los prejuicios de su compañera. − Estoy muy orgullosa de mi cuerpo y tengo la suficiente confianza para hacerlo…−Aseveró con seguridad. − solo me tomó por sorpresa.

 

La mayor levantó su vaso de la barra e invitó a su compañera a brindar.

 

Wheein: Bueno, entonces mañana por la tarde. Tu no tienes clases y a mi me dieron la tarde libre para encontrar a la modelo, y como ya la tengo puedo aprovechar para adelantar el trabajo.

 

Los parpados de la menor volvieron a expandirse algo impactada por la idea, pero su orgullo no le permitía mostrar inseguridad.

 

Hye Jin: De acuerdo mañana por la tarde.

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Comments

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AndreaTaeNySic #1
Chapter 7: acabo de encontrar esta hermosura
viridaria #2
Chapter 42: Demonios, siempre quise leer una historia como esta ya ahora no se como puede terminar y que mi corazóncito... Espero con ansias el nuevo capitulo.
RadioMon
#3
Chapter 29: Muy buena historia, espero con ansias el próximo capítulo.
Sería interesante saber que ha pasado en la vida de Byul
RadioMon
#4
Chapter 21: HyunA está en tu historia!!! Justo cuando pensaba que no podía ser más genial
RadioMon
#5
Chapter 20: Wow, es vergonzoso admitir que tu historia ya me ha hecho llorar varias veces? Porque lo ha hecho. Sé que es una historia wheesa pero Byul es demasiado....ugh, cómo decirlo? Irresistible? Me ha encantado, sigue con el buen trabajo
zalberi
#6
Chapter 29: Espero que Hyejin y Wheein solucionen sus diferencias :( Es triste verlas en ese estado....
Sigue con el buen trabajo autor-nim!! <3
zalberi
#7
Chapter 24: Un capitulo semanal? Yeeeeey :):):)
zalberi
#8
Chapter 22: Por fin hay besoooo!!! Deseando leer como avanza la historia. Feliz año <3
zalberi
#9
Chapter 8: No me arrepiento de darle una oportunidad :) una pena que no tengas mas lectores. Animo!!
zalberi
#10
Se me hace raro encontrar fanfics en español jajaja. Le daremos una oportunidad ~~