Un buen Kimchi

Tentación

Con el avance del tiempo no había día en que la mayor no estuviera hasta altas horas de la noche enviando mensajes a Wheein, o día en que la menor no esperara aquel mensaje de Byul-yi que de pronto se convirtió en algo que daba sentido a su rutina diaria. Por más que se vieran de lunes a viernes cada día en la escuela, las conversaciones nocturnas nunca faltaban entre ambas.

 

Poco a poco los rígidos límites de Wheein comenzaron a soltarse, hablar y jugar con Byul siempre le hacía sentir bien, sentía que su corazón se hacía más ligero, la mayor siempre le hacía reír y para hablar con ella no necesitaba escusas o algún tema de conversación en particular, porque con ella todo era un tema de conversación, todo fluía tan naturalmente que de pronto el estar con ella, el verle, el hablarle, se había convertido en algo increíblemente cómodo.

 

Byul jamás despedía sus conversaciones nocturnas sin antes enviar un mensaje, “Te quiero.”, escribía, y era común que luego de eso hiciera alguna broma para que la menor no le tomara demasiado en serio, o un “Te quiero tanto.” luego de que Wheein le hiciera reír a ella con algún satírico comentario, a lo que Wheein solía responder con algún otro chiste para amenizar la llegada de un “…también te quiero.”, salvo por este tipo de cosas ambas continuaban con su tratado de amistad, pero cada vez que sus miradas se conectaban por demasiado tiempo, o cuando un abrazo duraba de más, ninguna de las dos podía restarse de por dentro titubear.

 

Cada día viernes, el equipo de busca-problemas comandado por Wheein se quedaba a ordenar y limpiar el gimnasio, gracias a esto, Byul-yi empezó a acercarse al grupo, muy pronto comenzó a verlos como sus amigos.

 

Una tarde de Lunes, tal y como todos los lunes después de la escuela, Moonbyul fue a cenar a casa de Wheein, comprometida desde la semana anterior a que la señora Jung le enseñaría a preparar su mezcla perfecta, para la receta del platillo de Kimchi perfecto. Así como se lo había prometido la madre de Wheein, aquel día las tres se instalaron ese lunes con guantes y delantales, de rodillas en el centro de la cocina frente a grandes fuentes de rábano con todos los implementos para preparar la famosa receta de Kimchi de rábano de los Jung, la madre las abandonó unos minutos para ir al baño dejándolas amasar la mescla.

 

Mientras mezclaban salsas y condimentos con sus transparentes guantes de plástico embetunados de la mezcla, Moonbyul se detuvo a observar lo contenta que se veía la chica del hoyuelo al combinar las salsas de colores, mas cuando Wheein lo notó, no dudó en responderle.

 

Wheein: ¿Qué estás mirando?

Moonbyul: Tienes algo en la cara.

Wheein: ¿Me ensucie? ¿Qué es lo que tengo? –Preguntó intentando mirarse en el reflejo de una cuchara. –

Moonbyul: Belleza. –Respondió.−

Wheein: Tsss… tonta, pensé que hablabas en serio.

Moonbyul: No, espera, la verdad si tienes algo.

Wheein: ¿Donde?

Moonbyul: Aquí… –Dijo arrastrando su guante por la mejilla de la menor. –

 

La expresión de Wheein de un segundo a otro se llenó de indignación.

 

Moonbyul: ¡Oops! …Creo que te ensucié.

 

La sonrisa burlona de la mayor no tardó en difuminarse cuando Wheein con el guante lleno de salsa y mezcla de Kimchi, dejó caer su mano suavemente en medio del rostro de Byul. A partir de ese movimiento se generó una guerra de condimentos entre las dos, solo detenida por un grito ensordecedor y repentino que se escuchó desde la puerta del baño, en un par de zancadas la madre de Wheein cruzó el pasillo para llegar hasta la cocina.

 

Sra. Jung: ¿¡Qué creen que están haciendo!?

 

Las dos jóvenes llenas de arrepentimiento, pudieron darse cuenta del caos que habían causado y bajando los brazos esperaron la reacción de la madre.

 

Sra. Jung: Miren lo que hicieron, mírense, ensuciaron todo… Byul-ah, mira nada más como dejaste tu uniforme, mañana tienen que ir a clases…

Moonbyul: Lo lamento… me excedí con los juegos, es mi culpa.

Sra. Jung: ¿Tu culpa? ¿Crees que no conozco a esta niña? Salió de mí, sé que tampoco sabe medirse… ambas arruinaron mi receta, ahora ambas se van a poner a limpiar mientras yo intento repararlo que hicieron, después de que terminen de limpiar van a ir a asearse. Tú –Indicó apuntando a la mayor. – Vas a quitarte el uniforme para que yo pueda lavarlo, tú –Dijo esta vez señalando a la menor. – vas a prestarle ropa para dormir, dormirá aquí esta noche. Cuando terminen de asearse y cambiar de ropa vienen aquí de nuevo para cenar.

 

Moonbyul: Omoni, no es necesario, tengo otro uniforme en mi dormitorio en el internado, no quiero ocasionar más molestias.

Sra. Jung: ¿E irás con la ropa llena de salsa hasta el internado? Ya lo dije, te quedarás aquí hoy, asique ahora empiecen a limpiar. Más tarde llamaré a la escuela para avisarles que no llegarás a dormir.

 

En silencio, ambas comenzaron a limpiar entre empujones y risas disimuladas. Con la cocina vuelta a la normalidad impecable de una esquina a otra, Wheein tiró del delantal de Byul para arrastrarla hasta el baño de su habitación.

 

Wheein: Voy a ducharme primero, mientras termino tu quédate aquí y busca algo que ponerte para dormir en mi armario, en la segunda repisa debe haber algo que te quede.

 

Moonbyul: Con lo pequeña que eres probablemente todo me quede corto. –Insinuó con maliciosa sonrisa. –

Wheein: …Pero por la forma de tu cuerpo seguro te quedará holgado. –Contra atacó. –

Moonbyul: No lo dudo… −Comentó mientras observaba con ímpetu la figura de la menor. –

Wheein: ¡Yaaâ!

 

A golpes Wheein expulsó a la rubia del baño cerrando la puerta.

 

Moonbyul: ¡Wheein-ah! ¿Por qué te molestas? ¡Podríamos haber tomado el baño las dos!

Wheein: ¡Cállate!

 

Riendo con la espalda pegada a la puerta del baño, Moonbyul dio un respiro a las bromas y se acercó a las repisas del armario de la menor para buscar alguna camiseta y pantalones que usar esa noche. Después de varias pruebas de ropa sin encontrar un pijama que le quedara bien, al tirar de una prenda que asomaba en la repisa superior, un libro cayó sobre su cabeza. El curioso encuadernado de tapas azules, era un álbum fotográfico, en él se contenían muchas fotos de Wheein cuando era pequeña, al sentarse sobre la cama de la habitación para mirar con toda calma cada una de las imágenes guardadas en el cuaderno, le generaba una sonrisa el pensar que parecía que desde siempre cargaba esa fuerte personalidad, su mirada en las fotos, sus poses que aun a una tierna edad parecían expresar un “Aquí estoy”, “Esto es lo que soy”, le llenaba de admiración. Al pasar las páginas, encontró fotos de antiguos paseos familiares, a centros turísticos, a la playa, de pesca o de campamento, haciendo que la admiración se contaminara con una ligera envidia. Luego de la pérdida de su hermano ya no había vuelto a tener ninguna salida como esas, de hecho nadie en su familia volvió a mirar los álbumes de recuerdo, verlos era tortuoso y solo les recordaba lo rota que se encontraba la familia, y lo mucho que MinHyuk hacía falta, resultaba deprimente, hasta tal punto que la madre de Byul los escondió en un rincón del sótano de la casa para evitar enfrentarlos otra vez.

 

Su corazón algo remecido por los recuerdos se conmovió queriendo hacer brotar lágrimas en los ojos de la joven, pero está tragando el nudo en su garganta se negó a votar una sola lagrima. La dulce voz de Wheein la trajo de vuelta al presente al sentir la calidez de su mano posándose sobre su hombro para sentarse a su lado.

 

Wheein: No sabía que tenías el hábito de hurgar entre lo ajeno.

Moonbyul: Lo siento, cayó sobre mí, literalmente. Siempre has sido igual de hermosa. –Comentó apretando su nariz entre su índice y su pulgar. –

Wheein: ¿Estas bien? –Preguntó al notar la vidriosa mirada de los ojos de la mayor. −

Moonbyul: Si, no es nada. –Contestó levantándose de la cama.−

Wheein: ¿Extrañas a tu familia?

Moonbyul: No tengo algo como una familia a la que pueda extrañar Wheein. Mi madre está en un país, mi padre está en otro, lo único que saben hacer es enviarme dinero y ni siquiera les interesa saber cómo está Chang Hee o como he estado yo. Hace unos días fue el cumpleaños de Chang Hee y como viste ni siquiera fueron capaces de enviarle un mensaje, él es mi única familia. Y me siento la persona más afortunada del mundo porque tú y tus padres me han hecho sentir otra vez lo que es tener una familia alguien que realmente se preocupe por ti.

 

Sin dejar de retener el intento de llorar la mayor se mantuvo firme, Wheein al reconocer su dolor se levantó para en un esfuerzo por reconfortarla rodeó con sus brazos la cintura de la mayor y apoyó el costado de su cabeza el su hombro para darle un abrazo lleno de consuelo y genuino afecto.

 

Wheein: No estás sola… ya no más… −Resolvió sin soltarle. –

 

Distanciándose Moonbyul volvió a sonreírle a Wheein.

 

Moonbyul: Lo sé… Será mejor que me apure y acabe de limpiarme, si no lo hago rápido tu mamá me matará por no darle mi uniforme.

 

Sin decir más Wheein asintió y volvió a ordenar el caos que su compañera dejo al buscar ropa para dormir. Al terminar de poner todo en su lugar, volvió a la cocina para ayudar a su madre con la cena justo antes de recibir a su padre que llegaba de vuelta de su jornada en el cuartel policial.

 

Cuando Byul salió del baño, vio la habitación nuevamente en orden, pero Wheein no estaba allí. La madre de Wheein comenzó a llamarle a la mesa para cenar y al salir al comedor la familia Jung le esperaba con todos los platos preparados calientes y fríos sobre la mesa, la escena era surreal para ella era como haber entrado en un cuento, pero la mejor parte era que no estaba soñándolo, era real.

 

Sr. Jung: Ven a sentarte Byul-ah, y comamos rápido para ponernos a jugar después.

Sra. Jung: Hoy no hay juegos, para ninguna de las dos, se han comportado pésimo hoy, así que van a ir a la cama temprano.

Sr. Jung: Que lastima escuchar eso, no tengo como salvarlas esta vez niñas.

Wheein: Mamá es la oficial de mayor rango en ésta casa después de todo.−Dijo riendo a su padre mientras este se cuadraba en su silla hacia la madre de la menor.−

 

Ambos reían mientras la madre de Wheein preocupaba miraba la congoja en el rostro de Moonbyul que ya no soportaba más, las lágrimas comenzaban a correr por sus mejillas conmovida por estar dentro de la escena.

 

Sra. Jung: Byul-yi ¿Estas bien?

Moonbyul: Si, es el Kimchi, nunca había probado uno tan bueno, esta delicioso.

Sr. Jung: Pensé que eras más ruda, no te imaginaba conmoviéndote por un plato de Kimchi.

Wheein: Quizás sea su Kriptonita.−Sugirió empujando con el codo a su padre.−

Sr. Jung: Tal vez… −Contestó riendo. –

 

La cena estuvo llena de bromas, cada platillo más sabroso que el anterior, todos disfrutando de la compañía mutua y a pesar de que los juegos fueron cancelados como castigo, la madre de Wheein de todos modos le dio un Pungo ppang de chocolate para cada una luego de la cena.

 

Con sus pasteles en forma de pez, ambas fueron al dormitorio, Byul ayudó a Wheein a sacar una colchoneta que guardaban bajo el colche de su cama para cuando venía alguna visita y después de poner unas colchas sobre ella, las dos se sentaron a terminar de comer. La mayor pidió ver las fotos de nuevo y entre burlas y narraciones de anécdotas, la rubia se detuvo en una delas imágenes.

 

Moonbyul: ¿Podrías llevarme a ese lugar en un mes más?

Wheein: oh… ¿Al parque Deokin? Si… hace tiempo no te llevo a conocer nada. Pero ¿Por qué en un mes más?

Moonbyul: En un mes, se cumplirá otro año desde el accidente de Minhyuk oppa.

Wheein: Entiendo… entonces claro que podemos ir, es un lugar hermoso y enorme.

Moonbyul: Espero no perderme, y que si me pierdo sea contigo.

Wheein: ¿Eso te encantaría verdad?

Moonbyul: Si… si me quedará sin comida te como a ti. –Señaló tomando el brazo de Wheein para morderlo.−

Wheein: Que asco, ya me babeaste. Me cansé de ti así que me voy a dormir, quédate en el suelo.

Moonbyul: Pensé que me dejarías tu cama.

Wheein: ¿Por qué lo haría?

Moonbyul: Soy tu invitada, deberías darme ese tipo de atenciones.

Wheein: No te veo como una invitada…

Moonbyul: Entonces ¿Cómo qué me ves?

Wheein: Ahora, como una niña molesta que no me deja dormir…

 

Después de una gran pausa de silencio en la habitación, Moonbyul volvió a hablar.

 

Moonbyul: ¿Wheein-ah que debería hacer?

Wheein: . . .

Moonbyul: Wheein-ah te amo…

Wheein: . . .

Moonbyul: Wheein-ah ¿Estás durmiendo?

Wheein: Yo también te amo, tonta.

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Comments

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AndreaTaeNySic #1
Chapter 7: acabo de encontrar esta hermosura
viridaria #2
Chapter 42: Demonios, siempre quise leer una historia como esta ya ahora no se como puede terminar y que mi corazóncito... Espero con ansias el nuevo capitulo.
RadioMon
#3
Chapter 29: Muy buena historia, espero con ansias el próximo capítulo.
Sería interesante saber que ha pasado en la vida de Byul
RadioMon
#4
Chapter 21: HyunA está en tu historia!!! Justo cuando pensaba que no podía ser más genial
RadioMon
#5
Chapter 20: Wow, es vergonzoso admitir que tu historia ya me ha hecho llorar varias veces? Porque lo ha hecho. Sé que es una historia wheesa pero Byul es demasiado....ugh, cómo decirlo? Irresistible? Me ha encantado, sigue con el buen trabajo
zalberi
#6
Chapter 29: Espero que Hyejin y Wheein solucionen sus diferencias :( Es triste verlas en ese estado....
Sigue con el buen trabajo autor-nim!! <3
zalberi
#7
Chapter 24: Un capitulo semanal? Yeeeeey :):):)
zalberi
#8
Chapter 22: Por fin hay besoooo!!! Deseando leer como avanza la historia. Feliz año <3
zalberi
#9
Chapter 8: No me arrepiento de darle una oportunidad :) una pena que no tengas mas lectores. Animo!!
zalberi
#10
Se me hace raro encontrar fanfics en español jajaja. Le daremos una oportunidad ~~