Capítulo 19
When the love is not enough (SinRin Ver.)
♦19♦
09 de Julio 2016, Boston-USA
Una semana ya había transcurrido desde el nacimiento de Noah. El pequeño seguía conectado a un respirador artificial, medicamentos endovenosos, sin poder ser amamantado y en una incubadora que sólo le permitía a Yerin acariciar al bebé por medio de dos ventanillas redondas en las cuales podía introducir sus manos.
Eunbi no despertaba aún del coma, pese a que los médicos le daban esperanzas de que más de pronto de lo que esperaban, la castaña recobrara la conciencia. Su estado era estable y para Yerin eso era lo único que necesitaba saber de la castaña. Le había pedido a todos explícitamente que no quería saber más detalles, ahora lo que más le importaba era enfocarse en su hijo que luchaba a diario para salir de la complicada situación que vivía.
Yerin se sentía fatal, culpable de no haber podido cuidar bien de su bebé castaño que solía abrir sus pequeños ojos de vez en cuando, con curiosidad al sentir que una de sus manos acariciaba sus diminutos pies. Yerin nunca imaginó que un bebé pudiera tener los pies y las manos tan pequeñas como las tenía su hijo.
—Buenos días Yerin. —saludó el Dr. Matthew Cross, el pediatra especialista en neonatología que trataba a Noah.
—Buenos días Dr. Cross. —Murmuró Yerin claramente muy agotada.
—Te gustará saber que tu pequeño se comportó bastante bien anoche. —dijo sonriendo el pelinegro.
—¿Cuánto tiempo más estará con los antibióticos?
—Una semana más por lo menos, por el momento su condición basal no ha empeorado, lo que es bueno. Es un pequeño luchador.
Una tímida sonrisa se dibujo en el rostro de la rubia a la vez que a su mente volvía la imagen de Eunbi conectada al respirador artificial. Un dolor sordo se instaló en su pecho al admitirse lo mucho que necesitaba a la castaña en esos momentos. De las dos, Eunbi siempre había sido la más fuerte con respecto a las situaciones difíciles, aunque ahora mismo Yerin podría asegurar que su esposa estaría orgullosa lo de terminada que se encontraba la arquitecta en enfrentar día a día la situación que vivían las dos personas que más amaba en la vida.
Lo que más deseamos es que su capacidad respiratoria mejore, esperemos que suceda pronto, de este modo podríamos desconectarlo del ventilador artificial para que puedas amamantarlo.—Apuntó Cross, mientras escribía la evolución del pequeño en una carpeta.
Yerin asintió en silencio. Con una de sus manos seguía acariciando a su hijo. Le encantaba que tuviera el cabello oscuro como el de su esposa y se preguntó de qué color sería sus ojos, ya que aún no lograba apreciarlos detenidamente por la barrera que los separaba. Internamente deseó que fueran grises como los de Eunbi.
***
—¿No crees que Yerin ha estado actuando extraño últimamente?—preguntó en voz baja SeungHo rodeando con uno de sus brazos los hombros de su esposa.
—No lo sé cariño... Yerin ha vivido una experiencia horrible, a mi me parece que sólo intenta protegerse de todas las esperanzas sobre lo pronto que podría despertar nuestra hija...
—Sólo deseo que nuestro primero nieto pueda empezar a respirar por su cuenta. —Murmuró el ex soldado.
Soyeon detalló el preocupado rostro de su esposo, besó sus labios rápidamente para luego volver a apoyar su cuerpo contra el pecho de SeungHo. Una extraña sensación embargaba su corazón, era una dulce-amarga mezcla entre alegría por haberse convertido en abuela y tristeza al seguir viendo cómo su hija mayor luchaba para continuar con vida.
—Yerin dice que los pies de Noah tienen el largo de casi la mitad de su dedo meñique. —dijo Soyeon con una sonrisa.
—Es nuestro pequeño campeón. —dijo SeungHo sonriendo ampliamente—Estoy tan ansioso por conocerlo.
Debido a la complicada situación del bebé, y que se encontraba en la unidad de cuidados intensivos de neonatología, la única visita que podía recibir era la de Yerin, quien tenía permitido como máximo una hora durante la mañana y una durante la noche al lado de su pequeño.
—Pronto cariño, luego de esto, no dejaremos que se escape de nuestros brazos.—dijo Soyeon.
—Seguro se parece un montón a Yerin. —mencionó SeungHo, acariciando una de las manos de su esposa.
—Entonces será muy guapo. —rió Soyeon.
Cuando Eunbi comentó a sus padres que junto a Yerin querían tener hijos, en un inicio Soyeon se sintió nerviosa con respecto a cómo específicamente lograrían que una de las dos quedara embarazada. Luego de que su hija explicara que lo intentarían por inseminación artificial con un donador anónimo, la mujer de ojos azules se sintió más tranquila. Cuando ambas chicas se decidieron por el donador que dentro de la información que le ofrecieron especificaba tener los ojos de color gris azulado, buen historial médico y cabello castaño, el embarazo de Yerin llegó más rápido de lo que todos imaginaron.
—Nuestro primer nieto. —susurró nuevamente SeungHo dejando un tierno beso en los labios de su esposa.
***
Todo el cuerpo le dolía, se sentía ahogada y cuando intentó moverse un dolor lancinante en su costado izquierdo le dio el impulso para gritar, pero no lo logró, algo en la garganta y en boca se lo impedía. Intentó abrir los parpados, pero tampoco le fue posib
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