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—Adelante. —Resonó la voz de Yerin en la oficina luego de que alguien tocara la puerta.

—Hey chica... —Saludó Sowon entrando con una bolsa de compra colgada en el antebrazo derecho.

—Buenos días Won-ah — respondió sonriendo.

—Veo que estás de buenos ánimos. —apuntó la pelirroja a su amiga.

La rubia sonrió nuevamente mientras de reojo miraba las fotos enmarcadas de su escritorio, por algún motivo que no quería admitirse, Yerin había decidido darse una tregua aquél día. Quería simplemente tener como excusa el cumpleaños de su esposa, no quería peleas, remordimientos, enfados y no quería estar melancólica, rememorado tiempos del pasado. Hoy sólo quería que fuera un día como debía ser.

—He traído un regalo para Eunbi, dime que se lo entregarás por mí. —pidió con una sonrisa la más alta dejando la bolsa sobre el escritorio.

Yerin elevó sus cejas con sorpresa detallando a su amiga para luego asentir. Tuvo curiosidad de preguntar sobre de qué se trataba, pero se mostró escéptica frente a como se lo podía tomar Sowon.

—Es una camiseta del Boston Celtics 2017. —informó con una amplia sonrisa Sowon—Con el gran detalle en el dorso que lleva el "Hwang" con el número 96.

—¡Oh por Dios Won-ah! Eunbi va a enloquecer. —rió levemente imaginado la reacción que tendría su esposa.

Sowon dudó sí debía hablar más, pero el silencio se volvió incómodo.

—¿Cómo vais con los papeles del d...

—Sowon, hoy no. —interrumpió Yerin.

La pelirroja entrecerró sus parpados con sospecha para luego tomar asiento frente al escritorio de su amiga.

Sowon había conocido a Yerin cuando ésta llego a la firma de arquitectos hacía casi tres años atrás. La recién egresada de la Universidad de Boston había llegado para hacer una pasantía en la empresa, pero luego de demostrar sus habilidades, especialmente con el diseño de edificios comerciales, la firma decidió dejar a Jung como una arquitecta fija en la empresa. Sowon no era arquitecta, ella era una de las ingenieras comerciales que trabajaba en esa firma y había comenzado su amistad con Yerin cuando ésta le invitó un café para una pequeña reunión sobre presupuestos. Si, Sowon podría haber dicho que odiaba aquellas reuniones con arquitectos, pero Yerin le dio un nuevo aire a aquellas rutinarias tareas de ofician.

—¿Te acuerdas de cuando mi vestido se arruinó por la estúpida lluvia en tu boda? —rió levemente del recuerdo la pelirroja.

—Creía que querías sacarle los ojos a alguien buscando un culpable. —recordó Yerin.

Una carcajada brotó inesperadamente de los labios de la arquitecta dejando a Sowon un poco desconcertada, pero luego de unos segundos imitó la acción de su amiga. Las risas se prolongaron algunos segundos más sin que ninguna supiera realmente cual era la razón de ello.

Sin embargo, de un momento a otro Yerin comenzó a sollozar fuertemente cortando de sopetón la risa de Sowon. La rubia se cubrió el rostro con ambas manos para sofocar el llanto y su amiga se acercó a su lado para rodearla con sus brazos.

—Voy a perder lo más hermoso que he tenido en mi vida... —dijo Yerin con voz ahogada por las lágrimas.

***

Una mano se apoyó en su hombro derecho haciendo que se girara para ver de quien se trataba. Su hermano le regaló una pequeña sonrisa para luego ambos reconfortarse en un apretado abrazo que duró varios segundos.

—Perdóname... Nunca debí decirte aquellas cosas. —habló WonHo con sinceridad y arrepentimiento.

Eunbi sonrió en silencio intentando evitar que las lágrimas rodaran por sus mejillas. Había extrañado mucho su hermano y futuro Marine.

—Feliz cumpleaños hermana —dijo el rubio con una sonrisa.

—Gracias gigante... —murmuró la castaña. Respiró profundamente para controlar el llanto que amenazaba con salir de ella y se apoyó en el hombro de su hermano.

—Me he equivocado, la verdad es que has sido muy valiente por soportar todo lo que pasó. —dijo WonHo plasmando de sinceridad cada palabra.

Los grises ojos de Eunbi detallaron los de su hermano que tenían un gris más oscuro con algunos destellos de verde. Una de sus manos se posó en el milimétrico cabello de WonHo.

—Yo también estoy orgullosa de ti. —dijo Eunbi.

WonHo caminó hasta dejarse caer en la cama de la antigua habitación de su hermana. Seguía tal y como Eunbi la había dejando antes de unirse al ejército. La castaña tenía una extraña sensación de entre abrumada y ligeramente confortada entre aquellas paredes.

—Se me hará muy extraño no verte más junto a Yerin. —dijo WonHo sin dejar de observar a su hermana.

Eunbi hizo una mueca sentándose al borde de la cama con un pequeño cuaderno entre las manos.