Capítulo 17
When the love is not enough (SinRin Ver.)
♦17♦
—Sowon, que lo digo en serio, no puedo llegar tarde a la reunión que tengo con los abogados y Eunbi. —Dijo abrumada Yerin mientras volvía a mirar ofuscada los zapatos de seguridad que estaba usando.
Su amiga le guiñó el ojo tranquilamente mientras se colocaba el casco y un par de lentes, el mismo equipamiento que le entregó a Yerin. Aquella mañana debían ir a supervisar cómo iban los avances de la obra del nuevo edificio comercial de la cuidad. Proyecto que estaba a cargo de la firma que arquitectos en la que ambas pertenecían.
A Yerin normalmente le gustaban ese tipo de actividades, salir de la oficina para ver como se llevaba a cabo la construcción de lo que antes ella habría diseñado en papel.
—Yo misma te llevaré en mi auto si es necesario. —Habló Sowon acomodando su cabello bajo el casco de protección.
Yerin elevó las cejas notando que los guantes de seguridad le quedaban un poco más apretados por ser nuevos. Se dijo a sí misma que estaría tranquila hasta que comenzara la reunión, por ahora debía enfocarse den su trabajo. En general siempre era difícil enfrentar al jefe de obra o a los obreros, Yerin quería hacerse creer que no era por ser mujer, pero lo había visto con sus propios ojos cuando los hombres interactuaban entre ellos junto a los arquitectos, se notaba que no era igual cuando era ella quien debía supervisar los avances.
—Esto tiene buena pinta. —mencionó Sowon apuntando con un dedo los cimientos de lo que sería el futuro edificio.
—Iremos por sector, pero estoy sorprendida. Claramente han avanzado más rápido de lo que imaginé.
Ambas mujeres siguieron caminando por el lugar mientras el jefe de obra se dirigía a su encuentro. Phillip Hedwing, un pelinegro de cuerpo musculoso, con barba de pocos días y que además de ser un excelente jefe, era un mujeriego de primera que cada vez tenía una oportunidad coqueteaba con Sowon.
—Buenos días hermosas damas. —Saludó el moreno.
—Buenos días Hedwig. —respondió la arquitecta.
—Buenos días. —saludó Sowon.
Yerin apretó la mandíbula al ver como el hombre miraba a su amiga quien estaba encantada por la atención. La arquitecta aún se preguntaba por qué la ingeniera no había aceptado ninguna de las citas que Phillip le había propuesto en todos los meses que llevaban trabajando juntos.
—Debo decir que me has dejado gratamente sorprendida con el gran avance de la obra. —apuntó Yerin.
—Por supuesto arquitecta Jung, mis chicos saben trabajar bien.
—Excelente. ¿Cómo van con los plazos?—Preguntó esta vez Sowon, mientras los tres recorrían el lugar.
—Mejor de lo esperado licenciada Kim. —dijo el pelinegro con una sonrisa radiante.
Yerin rodó los ojos frente al descarado entusiasmo de Phillip. Sin embargo, se alejó un poco para comenzar a detallar a profundidad el progreso de la construcción. Sonrío para sí al ver cómo el hormigón estaba empezando a formar lo que alguna vez fue solo una idea ambiciosa en su mente. Aún faltaba mucho y la mayoría de los detalles, pero por le momento la cantidad de dicho material la tenia satisfecha.
***
Eunbi sujetaba cada mano de Noah quien intentaba dar pequeños pasos por su propia cuenta, logrando avanzar dos y fallando el tercero.
—¡Pero cuándo pasó esto! —exclamó feliz Soyeon observando a su nieto.
—Hoy por la mañana. —dijo Eunbi con una amplia sonrisa.
—Oh por Dios, mi niño. —habló Soyeon sin apartar la mirada de Noah quien le regaló una sonrisa juguetona.
El pequeño se soltó de las manos de su madre y estiró los brazos en dirección a su abuela. Soyeon le tomó ambas manos para repetir la acción de su hija y el pequeño castaño dio dos pasos más fallando nuevamente el tercero.
—No olvidarás este momento jamás hija. —habló su madre aún con una amplia sonrisa dibujada en su rostro.
—¿A sí? —preguntó curiosa Eunbi.
—Claro que sí, yo aún puedo recordar cuando tu empezaste a caminar, o cuando WonHo dijo sus primeras palabras o cuando Solar perdió su primer dientecillo.
—Venga ya mamá, seguro que con tres hijos te llegas a confundir en algún momento. —Apuntó la castaña un tanto escéptica.
—Calla tonta, cuando tengas más hijos lo entenderás.
La sonrisa de Eunbi se borró rápidamente, sintió cómo los músculos su abdomen se tensaba y cómo el rostro de su madre cambiaba también.
—Discúlpame cariño, yo no quería... —Dijo levemente Soyeon arrepentida.
Eunbi asintió en silencio mientras observaba a su hijo el cual seguía intentado caminar y riendo en cada intento.
—Me habría encantado que Noah tuviera una hermana. —sonrió con nostalgia.
Su madre la miró con ternura pero luego dio su atención a Noah quien intentaba zafarse del agarre en sus manos.
—Una pequeña Yerin con sus ojos chocolates igual a los de su madre. —habló nuevamente Eunbi sin percatarse de la lágrima que corría por su mejilla.
—Eunbi, aún eres joven... No sabes lo que sucederá en el futu
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