Tiffany

Las funerarias solían ser lugares de los que me alejaba, porque las almas errantes tendían a atascarse en ellas. Hoy, sin embargo, me senté al lado de Jessica, sosteniendo su mano firmemente entre las mías. Nos pusieron en la sección familiar de la madre de Yuri. Ella dijo que las dos éramos tan cercanas de ella como cualquiera de la familia. Teniendo en cuenta que estuvimos juntas desde el jardín de niños, tuve que estar de acuerdo. El Halloween que nos vestimos como los Tres Mosqueteros me vino a la mente y una pequeña sonrisa jugó en mis labios. No había sentido ganas de sonreír en los últimos dos días. Jessica y yo habíamos llorado juntas. Ayer pasamos dos horas hablando de diferentes cosas que Yuri había hecho para hacernos reír en los últimos años. Había sido agridulce recordarla. Después de un tiempo, Jessica se puso tan nerviosa que su madre le había dado una pastilla para dormir.

También estaba el hecho de que extrañaba a Taeyeon. Casi parecía como si estuviera traicionando a Yuri al extrañar a Taeyeon, pero no podía evitarlo. La amaba. Pero de momento, no me sentía preparada para enfrentarme a ella. Tal vez después de que enterráramos a Yuri y nos adaptáramos a la vida sin ella, sería capaz de hablar con Taeyeon. De mirarla a los ojos y no gritar de furia. Había tenido suficiente tiempo para pensar en ello y sabía que existía una razón para que Taeyeon no me lo contara. Pero aún no estoy lista para escuchar esa razón.

Mi atención se desvió a Siwon mientras él entraba y abrazaba a la madre de Yuri, después estrechó la mano del padre de Yuri antes de tomar un asiento entre los otros estudiantes que habían llegado hoy. Lo cual, era casi todo el mundo. Él caminó entre ellos como si fuera uno más. Como si se preocupara por la muerte de Yuri. Esto me hizo enojar, pensé en cómo de irrespetuosa se sentía su presencia. Yuri pensó que Siwon era su amigo. Confío en Siwon. Pero todo el tiempo, Yuri fue una herramienta para Siwon. Una manera de acercarse a mí. Aparté mi atención de Siwon, antes de que le exigiera respuestas, escaneé la habitación.

El funeral empezaría hasta dentro de otros treinta minutos. Para entonces, todos estarían de pie. Mi mirada pasó por encima de todos y los reconocí de la escuela. A algunos los conocía, a otros no. Es curioso cómo cuando uno de nosotros muere, todos nos unimos como uno solo. Incluso si no nos conocíamos unos a otros o si nos odiamos, nos reunimos para ese día.

Busqué a mi madre. Ella regreso a casa tan pronto se enteró y se iría de nuevo mañana. Le aseguré que no dejaría a Jessica durante unos días, así que no había necesidad de que se quedara en casa y perdiera los dos últimos días de la convención por mí. Estaba sentada junto a la madre y al padre de Jessica. Me alegré de que estuviera aquí. Verla me daba un poco de la fuerza que tanto necesitaba.

Las puertas se abrieron y entró alguien que no me esperaba que estuviera hoy aquí. Nichkhun Horvejkul había sido mi novio desde noveno grado hasta el final de la escuela el año pasado, cuando decidió ir a la universidad y sus padres se mudaron también. Rompimos porque las relaciones a larga distancia nunca funcionan. Al ver a Nichkhun pasear por el pasillo sentí lágrimas en los ojos. Nosotros cuatro, Jessica, Yuri, Nichkhun y yo habíamos sido un grupo desde primer año hasta el final de nuestro tercer año de secundaria. Así que muchos de mis recuerdos de secundaria en los que estaba Yuri también estuvo Nichkhun. Sus oscuros ojos marrones encontraron los míos y me dio una sonrisa triste.

—Nichkhun está aquí —Susurró Jessica mientras levantaba la cabeza y lo miraba hablar con los padres de Yuri.

—Lo sé. —Parecía lógico que él estuviera aquí al final. A Yuri le habría encantado verlo.

—Me alegro —dijo Jessica a través de sus lloriqueos.

—Yo también. Simplemente parece correcto —Estuve de acuerdo.

Jessica apoyó la cabeza sobre mi hombro y nos sentamos allí acurrucadas mientras el predicador hablaba y luego el ataúd fue cerrado y llevado a la tumba ya preparada para Yuri.

—No puedo verlos bajarla a la tierra. —La ansiedad en la voz de Jessica mezclado con el temblor de su cuerpo me dijo que probablemente era una buena idea estar tan lejos como fuera posible. La llevé al otro lado de la funeraria para que no pudiéramos ver la tumba.

—Vamos a sentarnos aquí hasta que haya terminado —La persuadí.

—Está bien —Estuvo de acuerdo y se dejó caer sobre el cemento frío a mi lado—. Eso fue horrible, Tiffany.

—Sí, lo fue.

—¿Crees que su alma estará por aquí el tiempo suficiente para verla?

Sabía que no, pero no creo que fuera la respuesta que ella quisiera oír.

—No lo sé. Tal vez. Supongo que todo es posible.

Ella asintió con la cabeza y retorció el pañuelo entre sus manos.

Miré por encima del cementerio y noté unas pocas almas perdidas cerniéndose sobre las tumbas. Aquellas eran las que habían visto su propio funeral. No se quisieron ir. Me alegré de que Yuri no hubiera presentado batalla. Era más fácil sabiendo que ella iba a tener otra vida pronto.

—¿Por qué estás enojada con Taeyeon?

La pregunta de Jessica me sorprendió. No pensé que se hubiera dado cuenta de mi separación con Taeyeon de los dos últimos días. Había pasado la mayor parte de su tiempo llorando y durmiendo.

—Nunca dije que estuviera enojada con Taeyeon —Le contesté.

—Pero lo estás. No tienes que decirlo.

Suspirando, apoyé