A/N: Me tomó demasiado tiempo actualizar esto, mis sinceras disculpas. Espero que el capítulo les guste y continúen leyendo este fic. Gracias!

 Las manecillas del reloj en la sala, alcanzaron las 12pm, dejando oír la suave melodía de las cortas campanadas del antiguo reloj, herencia del abuelo de Eric.

Dos hombres sentados en la mesa de la cocina a cada extremo de ésta, con la cabeza baja y las tazas de café frío sirviendo de soporte a su melancolía. Ninguno de los dos tenía idea que había ocurrido esa mañana, sólo sabían que sus planes se habían visto arruinados. Para uno más que para el otro.

El primero en llenar el vacío en la cocina fue Eric con un corto suspiro, tomando el primer sorbo del café que había sido servido dos horas antes. El silencio parecía incómodo y frustrante, pero ninguno de los dos hombres se atrevía a dar un paso fuera de la cocina.

-esto está frío – remarcó el arquitecto, colocándose de pie de la mesa, vaciando el contenido de su taza, dentro del lavabo.

-esto está mal... era mi única oportunidad para conseguir un empleo aquí... - habló HyeSung para sí mismo, dejando caer su cabeza sobre sus brazos cruzados sobre la mesa.

Eric giró ligeramente la mirada, sintiendo un poco de lástima por el muchacho, pero siendo distraído luego por el sonido de su teléfono celular.

-tienes 30 minutos para traer tu trasero para acá – se oyó la voz de Minwoo, apenas Eric logró contestar su teléfono.

-de qué hablas? - respondió el arquitecto, dirigiéndose hacia su habitación.

-entretuve al Sr. Ahn por un buen tiempo con charlas sin sentido hasta que lo llamaron para una junta de emergencia, dijo que estaría de regreso para la hora del almuerzo, para empezar a discutir los detalles del proyecto – explicó Minwoo más ampliamente, trayendo de regreso una sonrisa de alivio al rostro de su amigo.

-eres increíble! Te debo una! Estaré ahí lo más pronto posible! - despidió Eric la llamada, corriendo a la ducha.

Quince minutos después y aún terminando de cambiarse, los mismos pensamientos de preocupación de todos los días, asaltaron el joven padre, resolviendo el problema como menos lo había pensado.

Sin tomarse más tiempo para pensar en una segunda opción y tomando los planos de su mesa de trabajo, Eric salió de su habitación de regreso a la cocina, encontrando a su pequeña hija hablando muy animada con el nuevo huésped que parecía estar ocupado en una búsqueda exhaustiva en los gabinetes de la cocina.

-ehmm HyeSung – llamó Eric con suave voz, extrañándose él mismo con su propio tono de voz.

El muchacho ocupado en los gabinetes superiores, trepado en una silla para un mayor alcance, giró su cabeza en dirección del maduro arquitecto, mostrándose sorprendido por la repentina presencia de éste.

-tengo una reunión urgente hasta muy tarde, te importaría cuidar a Jihye? - pronunció Eric con voz amable, sorprendiéndose una vez más con tu tono de voz.

-claro! No es molestia para miiii...!!ahh!! - exclamó el muchacho, cuando una de las patas de la silla cedió, haciéndolo caer abruptamente.

Pero los reflejos y agilidad de Eric fueron más rápidos, capturando al muchacho por la cintura, antes que tuviera oportunidad de tocar el piso. Ambos hombres se miraron extrañados con su posición actual. Eric sostenía a HyeSung por la cintura, presionándolo sin querer, contra los bordes de los estantes de la cocina.

-ten más cuidado... debo irme – retrocedió Eric unos pasos, al sonido de su teléfono celular que timbraba dentro del bolsillo de su saco.

-oppa este!! este!! - exclamó la pequeña niña, sosteniendo una caja de cereal en sus manos, agitándola con excesivo entusiasmo mientras el muchacho que se acercaba empujando el carrito de compras, se detenía a examinar la caja.

-estás segura? - interrogó HyeSung, concentrado en la inspección del cereal

-es el favorito de appa – respondió Jihye, corriendo en dirección a la zona de dulces.

-Jihye no te alejes mucho! - siguió HyeSung a la niña, colocando la caja de cereal dentro del carrito.

No habían pasado 15 minutos desde que HyeSung entró en el supermercado, haciendo las compras para la despensa de la semana, y ya el carrito rebosaba de innumerables productos entre verduras, jugos, paquetes de ramen, y otros implementos que HyeSung iba tomando por el camino. Por supuesto que las compras y diversión de la tarde, eran patrocinadas por la tarjeta de crédito sin límites de Eric Mun. Era el precio que el arquitecto debía pagar por dejar una vez más a la pequeña Jihye al cuidado de su joven huésped.

-creo que es todo... regresemos a casa – llamó Hyesung a Jihye, luego de casi 2 horas de vueltas dentro del super mercado.

Jihye corrió de regreso al lado del bello muchacho, sujetándose de un extremo de su camiseta, mientras se iban acercando a la caja. A Jihye le gustaba mucho la sensación de ir de compras con el bello muchacho, sólo un par de veces la pequeña niña había ido de compras con su padre o con sus abuelos, pero esta vez se sentía tan diferente. HyeSung emanaba un aura tan natural y familiar, que Jihye sentía como si estuviera de compras con su propia madre, aunque nunca tuvo la oportunidad de experimentar algo similar con ésta.

-qué tal un helado? - oyó Jihye la melodiosa voz de HyeSung, despertando de sus fantasías, encontrándose con el rostro del muchacho muy cerca al suyo, sonriendo esa sonrisa que la pequeña niña ya amaba.

Jihye se limitó a asentir y seguir a HyeSung hasta la tienda de helados, mientras éste llevaba las bolsas de las compras en ambas manos, haciendo su mejor esfuerzo para que nada se deslice de su agarre. Después de todo, eran innumerables y pesadas bolsas.

-creo que debí haberle pedido a tu padre que nos traiga de compras... - susurró HyeSung, luego de salir de la tienda de helados, cayendo en cuenta en todo el camino que debía andar con las pesadas bolsas.

-eso parece ser muy pesado, déjame ayudarte... - oyó HyeSung la voz por su espalda, sintiendo luego como una de sus manos se alzaba, dejando escapar las pesadas bolsas de su mano, para deslizarse en manos extrañas.

-ahhmm gracias pero...

-no te preocupes, vamos en la misma dirección de todos modos – sonrió el extraño, iniciando el camino sin preocupación.

HyeSung y Jihye observaron al muchacho por un par de segundos, antes de encaminar detrás suyo, curiosos por la identidad de éste.

-eres nuevo en el vecindario, no?... te he visto recientemente en casa del Sr. Mun – mencionó el extraño muchacho, tratando de hacer algún tipo de conversación cómoda con HyeSung.

-llegué hace un par de días... cómo...

-mi padre es presidente de la junta de vecinos... sabemos quienes entran y salen del vecindario – volvió a sonreír el muchacho, esta vez dirigiendo una mirada a la pequeña niña que caminaba muy aferraba a la mano del bello muchacho.

-Jihye... cuando le vas a hablar a oppa? - habló el extraño a la niña, frunciendo los labios en un infantil puchero.

-hola Junjin oppa... - saludó la niña brevemente, sorprendiendo al extraño.

-lamento la tardanza – ingreso el hombre de mediana estatura y pronunciado cabello cano a la oficina, indicándoles a sus invitados que tomaran asiento alrededor de la mesa de trabajo que había sido preparada de manera improvisada desde muy temprano en la mañana.

-no tiene de qué preocuparse Sr. Ahn, nuestros clientes son nuestra prioridad – respondió Minwoo, tomando asiento a un lado de la mesa, mientras su amigo y socio, tomaba asiento del lado opuesto al suyo.

-vamos a lo que nos interesa – sonrió el Sr. Ahn, permitiendo que los dos arquitectos colocaron sus carpetas de trabajo sobre la mesa, mostrando los planos y avances hechos para la creación de un nuevo resort de descanso a las afueras de la ciudad.

Sin lugar a dudas, un proyecto muy ambicioso.

Dos horas después y luego de varias discusiones e intercambio de ideas, la reunión terminó con éxito, indicando el maduro hombre con una sonrisa, su satisfacción con el trabajo que venían realizando los dos arquitectos.

-espero ver esos planos completamente terminados para el viernes... queremos inaugurar antes del cumpleaños de mi nieto... ese muchacho heredará algún día todo esto – mencionó con orgullo el Sr.Ahn, despidiendo amablemente a los dos arquitectos.

-descuide, tendremos todo listo para ese entonces – estrechó la mano del maduro hombre, Minwoo, asegurando sus palabras con una sonrisa de ojos.

Y una vez fuera del edificio de su exclusivo cliente, Eric dejó que sus preocupaciones una vez más se apoderaran de él.

-te volviste loco!? - reclamó Eric a su mejor amigo y socio.

-qué?... son sólo unos cuantos meses, podemos hacerlo – respondió Minwoo con confianza, cambiando el rumbo del camino en dirección hacia su propia oficina.

-qué haces?... dijiste que podría regresar a casa después de la reunión – volvió a reclamar Eric, al reconocer el camino tomado por su amigo.

-estás loco? Tenemos que trabajar toda la noche en esos planos y hacer los arreglos para el inicio del trabajo – fue el turno de Minwoo de reclamar, estacionando el vehículo dentro de su edificio.

-no puedo dejar sola a Jihye! - argumentó Eric, siguiendo a su mejor amigo hacia los ascensores.

-no está sola, está con HyeSung – remarcó Minwoo ingresando al ascensor, obligando a Eric a seguirlo. Después de todo, el pequeño arquitecto aún tenía las llaves del auto del joven padre.

-HyeSung aún es un extraño para Jihye, no puedo..

-oh por favor Eric! Jihye adora a HyeSung más que a ti! - cortó las palabras de su amigo el pequeño arquitecto, retirándose del ascensor una vez que este alcanzó el piso de su oficina.

Eric no se mostró nada contento con las palabras de su mejor amigo. No era posible que su pequeña y única hija, prefiriera a un extraño sobre él. Era imposible.

-trabajaré en casa – insistió Eric, ingresando a la oficina detrás de su mejor amigo.

-no, trabajarás acá... Eric es hora que te hagas cargo de tus otras responsabilidades! - regañó Minwoo al joven padre, enérgicamente.

-sabes muy bien que Jihye es mi...

-deja a Jihye con HyeSung... estarán bien...si quieres estar seguro llama a casa, si Jihye te quiere de regreso, te dejaré ir... - propuso Minwoo finalmente, cansado de argumentar en la discusión de siempre con su mejor amigo.

-es todo, gracias por tu ayuda – sonrió el bello muchacho al extraño, una vez que todas las bolsas de las compras, fueron colocadas sobre la mesa de la cocina.

-es mi deber ser buen vecino con la gente nueva – sonrió en respuesta el extraño.

Desde lejos, Jihye no dejaba de lanzar una mirada nada complaciente al muchacho que seguía hablando tan familiarmente con su oppa favorito. Y para alegría de la niña, el sonido del teléfono de la casa, terminó pronto con la conversación de los dos muchachos en la cocina.

HyeSung despidió rápidamente al extraño, corriendo de regreso a la sala, antes que el teléfono dejara de sonar.

-hola... - contestó el bello muchacho, acomodándose en el sofá más cercano.

-HyeSung?... cómo está todo por allá? Cómo está Jihye? - interrogó Eric rápidamente, sin molestarse en identificarse antes con el bello muchacho.

HyeSung dejó salir una pequeña risita, antes de contestar a las interrogantes del joven padre, llamando a la pequeña niña a su lado, instándola a decir algunas palabras a su preocupado padre.

-appa, HyeSung oppa me llevó de compras y luego a tomar un helado – habló Jihye a su padre, acomodándose sobre el regazo del bello huésped.

-todo está bien princesa?... te estás divirtiendo mucho con HyeSung oppa? - interrogó Eric a su hija, un poco decepcionado por el tono alegre en la voz de la niña. Era obvio que Jihye estaba disfrutando pasar el día con HyeSung. El orgullo de Eric se sentía de algún modo herido.

-sí appa! HyeSung oppa es la mejor niñera! - respondió la niña, sonriendo más ampliamente al teléfono, girando la mirada luego al bello muchacho, quien la recibió con otra sonrisa.

-está bien hija... appa llegará un poco tarde a casa...

-no te preocupes appa, HyeSung oppa dijo que me enseñará a hacer galletas!... ah! Tengo que colgar ayudaré a oppa a hacer la cena!... te quiero appa! - y sin decir más o esperar alguna respuesta de su padre, Jihye terminó la llamada, siguiendo a HyeSung hasta la cocina, para empezar las labores antes mencionadas al teléfono.

Definitivamente el orgullo de Eric estaba herido por completo ahora. Su hija acababa de colgarle el teléfono, por ir a jugar con el extraño que no llevaba más de dos días en casa.

El resto de la tarde, Jihye y HyeSung la pasaron en la cocina horneando algunas galletas mientras esperaban por la llegada de Eric, quien no dejaba de llamar al teléfono principal de la casa, cada 25 minutos, con la esperanza que en algún momento su pequeña hija exigiera su presencia de regreso en casa. Lamentablemente para Eric, Jihye estaba demasiado sonriente como para extrañarlo.

-en serio nunca has ido a la escuela?... - interrogó HyeSung, luego que Jihye le confesara que su educación estaba a cargo de profesores privados.

-La Sra. Hwang viene a casa los fines de semana – respondió Jihye, tomando una de las galletas del plato que acababa de dejar HyeSung al centro de la mesa.

-por qué tu papá no te inscribió nunca? - continuó HyeSung, dando una mordida a una de las galletas.

-no me gustan los otros niños... son malos... - colocó Jihye una expresión sombría, dejando caer la galleta que tenía en una mano, sobre la mesa, bajando la mirada tristemente.

HyeSung observó a la niña por unos segundos, tomándola luego en sus brazos, sentándola sobre su regazo mientras daba continuas caricias sobre su cabello.

-sigues de mal humor? - ingresó Minwoo a la oficina con una pila de documentos en brazos, colocándolos sobre el escritorio de su mejor amigo.

Eric permaneció en silencio, dirigiendo una mirada desagradable al pequeño arquitecto, regresando luego a los planos en su mesa de trabajo.

-ya sabes como son los niños, ven algo bonito y no le quitan las manos de encima – trató de consolar Minwoo, obteniendo un furioso gruñido por parte del joven padre.

Finalmente el pequeño arquitecto se rindió, tomando asiento del lado opuesto de la mesa de trabajo de Eric, concentrándose en sus propios papeles pendientes por terminar.

-dos días... ese chico lleva exactamente dos días en mi casa... cómo es posible!? - gruñó Eric repentinamente, colocando el lapicero en su mano derecha con excesiva violencia sobre la mesa de trabajo.

-deberías estar más bien agradecido... tu hija abrió la boca después de 3 años...

-eso es aún peor! Por qué le habló a él!?... - gruñó Eric aún más furioso, dejando la silla en la que se encontraba sentado, abruptamente, dirigiéndose hacia el dispensador de agua por algo que lograra calmar su enojo.

-pero no te has puesto a pensar en algo?... - cambió el rumbo de la conversación Minwoo, una vez que Eric se mostró más calmado.

-en qué? - concedió Eric, terminando el contenido del vaso de agua en sus manos de un sorbo.

-Jihye te dijo hace unas horas que HyeSung es la mejor niñera que ha tenido... - insinuó Minwoo, mostrando una amplia sonrisa a su mejor amigo.

-y...? - respondió Eric confundido, regresando a su lugar en la mesa de trabajo.

-aish! Este tonto! - gruñó Minwoo, apoyándose de espaldas contra el respaldar de su silla con los brazos cruzados a la altura de su pecho.

Eric dirigió una mirada desagradable a su mejor amigo, haciendo un además con su puño en su dirección.

-no te das cuenta?... necesitas una niñera que cuide de Jihye mientras tu trabajas... a tu hija, por alguna razón, le gusta mucho HyeSung... quien necesita un empleo... - volvió a soltar pistas Minwoo, esperando que esta vez Eric entienda el mensaje.

-qué estás insinuando?... - interrogó Eric con sospecha, mirando directamente a su mejor amigo a los ojos.

-te lo pondré en palabras sencillas... contrata a HyeSung como niñera de Jihye... - soltó Minwoo las palabras, dejando al joven padre con la expresión en blanco.

El silencio calló entre los dos hombres por varios minutos. Minwoo observaba fijamente el rostro de su mejor amigo, esperando por alguna especie de felicitación por tan acertada idea, pero Eric no daba muestras de permanecer con vida.

-olvídalo – finalmente habló Eric con expresión seria y voz grave, retornando la mirada a los planos en su mesa de trabajo.

-por qué no? - insistió Minwoo, decidido a no dejar ir la conversación tan fácilmente.

-crees que quiero que ese chico cuide de mi hija? - respondió Eric, comenzando a trazar líneas sobre los planos.

- a Jihye le gusta y HyeSung no lo hace mal... ha cuidado de tu hija desde que llegó a tu casa... no crees que es una ganancia para ambos?... tu obtienes una niñera de tiempo completo, y HyeSung obtendrá un trabajo que no le exija mucho... - explicó Minwoo, esperando convencer esta vez a su mejor amigo.

La noche avanzó rápido, pronto las luces se encendieron en la residencia de la familia Mun, la cocina volvió a llenarse de ruido y el delicioso aroma de alimentos terminados de preparar, la sonrisa de la niña que alegraba los rincones de la residencia, se dejaba oír aún desde fuera, robando una sonrisa de felicidad al maduro hombre que se encontraba de pie frente a la puerta principal, ingresando el código de acceso a su casa.

Eric fue recibido por el rostro alegre de su hija, quien corrió a sus brazos a penas lo vio cruzar el marco de la puerta. Los actos de Jihye dejaron satisfecho a Eric, olvidándose el resentimiento anterior, por haberse sentido ignorado por su pequeña hija.

-lávate las manos, la cena está lista – se oyó la voz de HyeSung desde la cocina, parado de espaldas contra el lavabo.

Eric ignoró la molestia por haber sido “ordenado” a lavarse las manos, dirigiéndose en silencio hacia el baño.

La cena transcurrió tranquila y sin mayores incidentes, Jihye no dejaba de mostrar su afecto incondicional a su padre, suavizando la dura y cansada expresión de Eric, cambiando su humor en un giro de 360° .

-appa... te guardamos unas galletas... - se acercó Jihye a su padre,quien se encontraba sentado ahora en el sofá cambiando canales en la televisión al azar.

Eric sonrió a su hija, tomando el plato de galletas de sus pequeñas manos, colocando una de estas en su boca, ante la mirada expectante de la niña.

-humm... esto está delicioso... HyeSug oppa te enseñó? - habló Eric a su hija, asintiendo ésta con una amplia sonrisa en los labios.

Eric pensó en la sugerencia de Minwoo, quizás contratar a HyeSung como niñera de Jihye, no era tan mala idea después de todo.

-te ves cansado... deja que te dé un masaje – ingresó HyeSung a la sala, colocándose detrás del sofá del joven padre, empezando a masajear el área de su cuello y hombros.

Eric sintió la incomodidad de las manos extrañas tocando su piel, ahogando una queja cuando las manos de HyeSung empezaron a relajar sus músculos y despejar aún más su cansancio.

-por cierto Eric... - pronunció HyeSung luego de unos minutos, una vez que el joven padre dejó ver una expresión completamente relajada.

Jihye sonrió al bello muchacho, colocándose en las piernas de su padre luego de recibir una señal en la mirada del nuevo huésped.

-salí con Jihye esta tarde – continuó hablando HyeSung

Eric asintió con un movimiento ligero de cabeza, mientras las suaves manos del huésped, continuaban dando relajantes masajes sobre sus hombros.

-fuimos a la escuela primaria Shinhwa – agregó HyeSung, deteniéndose por unos segundos, revisando la expresión en el rostro de Eric.

Todo en calma, Eric parecía en medio de un trance.

-y adivina que... inscribí a Jihye en la escuela!! - dejó salir las palabras con excesiva emoción el muchacho.

Los ojos de Eric se abrieron inmediatamente de par en par, colocándose de pie de un salto, no sin antes de asegurarse de dejar a Jihye sana y salva sobre el sofá.

-QUE HICISTE QUEEEEE!!! - reaccionó Eric con el rostro encendido en furia.

El reloj colgado en una de las paredes de la sala, seguía avanzando, llenando el espacio cargado con el molesto conteo de las manecillas. Había pasado casi una hora y nadie se atrevía a hablar. La pequeña Jihye permanecía sentada en el sofá, sosteniendo la mano de su oppa favorito en muestra de solidaridad y apoyo. HyeSung por su lado mantenía la misma expresión relajada, totalmente ajeno de su supuesto crimen, como lo había insinuado antes el joven padre de pie, delante de las dos personas en el sofá.

-todavía no entiendo cuál es el problema... - murmuró HyeSung, dejando salir un pesado suspiro.

Eric dirigió una mirada letal en dirección de su joven huésped, asegurándose de intimidarlo lo suficiente para que se retractara de sus palabras y olvidara la idea de enviar a Jihye a la escuela. Pero el esfuerzo fue en vano, ya que HyeSung mantenía la misma expresión de inocencia y seguridad.

-Jihye no se relaciona con otros niños... no voy a exponer a mi hija – argumentó Eric, tratando de sonar lo más severo posible.

-precisamente por eso la inscribí en la escuela... la niña necesita relacionarse con niños de su edad – insistió HyeSung, defendiendo su posición con una seguridad que sacaba a Eric de sus casillas.

-de todos modos... cómo lograste inscribirla?... - la curiosidad no pudo más con Eric, haciendo la primera pregunta que se le vino a la mente, cuando su bello huésped anunció la inscripción de su pequeña hija, en la escuela local.

-tengo mis recursos... - sonrió HyeSung con picardía, recostándose de espaldas contra el sofá.

Eric lanzó una mirada sospechosa contra el joven muchacho.

-ninguna escuela aceptaría a Jihye a mitad del año escolar... insistió Eric por obtener más información.

-si el problema es que Jihye sea rechazada por los demás niños, no tienes de qué preocuparte, me ofrecí como voluntario de ayudante de la maestra por toda esta semana – explicó HyeSung con voz calmada, sonriendo a la niña en su regazo que le lanzó una brillante mirada.

Eric observó a las dos personas en el sofá detenidamente, notando la sonrisa sincera y mirada de admiración de su hija, hacia el huésped recién llegado. Definitivamente había algo más en HyeSung que hacía que Jihye pudiera comportarse como una niña normal y no como la niña silenciosa y asustada del pasado. Eric decidió finalmente dar su voto de confianza.

-está bien... pero los llevaré todos los días a la escuela hasta asegurarme que Jihye va eatar bien ahí – concedió Eric con voz firme, tomando el camino en dirección a su habitación.

HyeSung y Jihye sonrieron al mismo tiempo, abrazando su victoria.

-pensé que iba a ser más difícil convencer a tu padre... - habló HyeSung a la niña, colocándola de pie sobre la alfombra para luego subir ambos a sus respectivas habitaciones. Después de todo, había sido una noche muy larga.

-creo que si me va gustar quedarme en esta ciudad... - sonrió HyeSung para sí mismo, recostado sobre su cama dentro de la habitación de huéspedes en la residencia.

-Eric es un buen hombre... algo renegón, pero bueno... y guapo... muy guapo... - sonrió con mayor amplitud el muchacho, sacudiendo luego la cabeza a ambos lados con furia.

-aish! HyeSung, quítate ese pensamiento de la cabeza!... no te vas a meter en problemas otra vez... - se regañó así mismo el muchacho, cubriendo su cuerpo con los cobertores.