-Bien, salgamos de esto rápido.

JunJin conducía en su motocicleta a todo lo que daba. Después de dejar a Son HoYoung tirado por ahí, solo quería llegar con Andy de nuevo. Le preocupaba dejarlo mucho tiempo solo.

JunJin era un chico más que se había hecho con malas amistades. Desde niño, su fascinación eran las armas de fuego, a pesar de no tener buenos recuerdos de ellas. De hecho, lo habían metido en muchos problemas con pandillas que querían robar su gran arsenal de armas, aunque era sólo un adolescente. Entonces conoció a Eric y a Minwoo. Estaba siendo perseguido (otra vez) por uno de esos grupos buscapleitos. Eric y Minwoo lo habían ayudado a deshacerse de ellos y de los demás, a cambio de unos cuantos favores. Favores que, al final, los acercaron lo suficiente para formar una amistad. Andy se unió a ellos poco después. JunJin lo había encontrado desmayado y muerto de hambre después de terminar unos negocios con la mafia japonesa. Para sorpresa delos tres, el niño era un genio, a pesar de no pasar de los 16. Su amor por las explosiones, fue heredado de su hermano de crianza, el famoso terrorista, Tony An.  JunJin y Andy solo se llevaban un año de diferencia, sin embargo, para JunJin, Andy era aún un bebé y a sus ojos siempre lo sería. Después de conocer toda la historia, todo su sufrimiento, sólo quería proteger al menor de cualquier daño. Ambos habían pasado por tantas cosas…

Sus recuerdos fueron interrumpidos por su móvil.

-¿Qué sucede, Eric hyung?

-Jin, necesito que traigas a Shin Hyesung a casa. Vamos a mantenerlo aquí por ahora.

-¿Estás seguro de que es una buena idea? – preguntó, pero Eric ya había cortado la llamada.

Aceleró aún más, alejándose rápidamente. No quería más problemas por ahora.

*****

Cuando Hyesung despertó, la noche ya estaba presente. La luna se filtraba tenuemente, lo suficiente para que pudiera ubicarse en la habitación. ¿Cuánto había pasado ya? Suponía que un par de días, pero sinceramente no le importaba. Se quedó dándole la cara al techo con la mirada perdida.

“¿Por qué a mí?” pensó “¿Acaso no he sufrido lo suficiente?”

Andy seguía trabajando en lo-que-sea-que-fuera y de vez en cuando se giraba a verlo, sin decir nada. Cada vez que lo miraba, Hyesung sentía tanto miedo que el pecho le dolía, pensando que podría vomitar otra vez, cuando ya no tenía nada que devolver. Las lágrimas se hicieron presentes de nuevo, pero no más. Lloró en silencio por poco más de una hora a espaldas de Andy hasta que JunJin apareció en la puerta.

-¿Andy? – Preguntó, Andy corrió a abrazarlo.

-Hyung, que bueno que regresas - JunJin le sonrió cálidamente.

-Hyesung-ssi – Hyesung continuó en silencio. –Hyesung-ssi.

Hyesung abrió la boca para responder, pero solo salió un sollozo lastimero.

-Tenemos que irnos.

-¿A dónde vamos? – Preguntó Andy, tal vez extrañado por el cambio de planes.

-A casa. Eric hyung nos está esperando.

El menor parecía confundido con la respuesta, pero JunJin solo se encogió de hombros, diciéndole con la mirada que, a fin de cuentas, el no daba las órdenes.

Entre ambos tomaron a Hyesung, quien parecía no tener ánimos ni para quejarse, lo metieron en el auto y se fueron del lugar en completo silencio.

*****

Minwoo se asomo por la puerta para recibir a los chicos. Su reloj marcaba poco más de las once de la noche. Suspiró sintiéndose aliviado. Eso de los secuestros  le había provocado un gran dolor de cabeza. Negó con la cabeza. Mejor no pensar nada negativo. Sus amigos volvían y se habían librado de otro problema.

Apenas Andy bajó del auto, corrió a abrazar a Minwoo.

-Hyung, cuanto tiempo – Minwoo correspondió el gesto alegremente.

-¿Cómo te fue en Los Ángeles? Tienes que contármelo todo Andy.

-Seguro, te lo contaré todo – respondió con una risita.

-Minwoo hyung – Minwoo levantó la mirada, con una gran sonrisa.

-Jinnie, que bueno que los dos estén sanos y salvos – Los abrazó y les dio un pequeño beso en la mejilla –Qué bueno que ya Eric se deshizo de esos dos, ojalá no se le vuelva a meter en la cabeza un secuestro…

-Ehh, hyung – Llamó JunJin, extrañado – Shin Hyesung-ssi sigue en el auto.

-¿Qué?

*****

Dongwan tocó a la puerta suavemente. Entrar al hospital había sido una completa odisea. Los reporteros, las cámaras grabando todo y los paparazzi inundaban el lugar. Con suerte, tenía el permiso de la estación de policía y lo dejaron pasar sin problemas. Al escuchar un ‘pase’ del otro lado, asomó su cabeza lentamente.

En la camilla estaba Son HoYoung, comiendo alegremente lo que parecía una ensalada de frutas.

-Son HoYoung-ssi –Llamó Dongwan, aún desde el marco de la puerta -¿Puedo hacerle unas preguntas?

-¿Es usted un reportero?

Dongwan negó con la cabeza y mostró su placa, entrando por fin a la habitación.

-Soy el detective a cargo del caso, Kim Dongwan –Se presentó, tendiéndole la mano. HoYoung la tomó con una sonrisa.

-Pues que bueno verlo, detective Kim. Siéntese – Ofreció una silla a su lado, pero Dongwan negó nuevamente.

-No tengo mucho tiempo. Son HoYoung-ssi, ¿recuerda algo del día de ayer en la mañana, para ser más específicos?

-Claro, estaba escuchando cantar a Hyesungie…Oh, Dios, escuché en las noticias que también fue secuestrado ¿Saben algo?

-No, aún no. Por eso estoy aquí – HoYoung sonrió amargamente.

-Claro, bueno, ¿Dónde estaba?...Ahh, ya recuerdo. Se apagaron las luces y alguien me puso un arma en la espalda, amenazó con dispararme si hablaba. No alcancé a verle el rostro, todo en la sala de espera era un caos, así que dudo que alguien pudiera vernos. Me guió hasta un auto negro… no pude ver la matrícula, lo siento. – Se disculpó. Dongwan le pidió que continuara, con un gesto de la mano. – Me metió en el carro y me vendó los ojos. Supongo que él era el conductor, porque no había nadie más en el auto. Después escuché que accionó una bomba. En seguida, escuché a alguien entrar al auto, sería Hyesung y alguien más. Los escuché hablar de vendarle los ojos a Hyesung para no ver el camino. Ahí me durmieron.

Dongwan escuchó atentamente al cantante. Conque así fueron las cosas.

-¿Recuerda algo más?

Ho Young asintió lentamente con la cabeza.

-Desperté en el auto, pero tenía miedo así que fingí estar dormido aún – Se quedó en silencio un momento y suspiró.- Escuché al chico que me amenazó hablando con alguien más. Nada importante. Algo de unas vacaciones y así. Me sacaron del auto y me echaron en una cama y me amarraron…

Dongwan le indicó que continuar su historia, pero HoYoung parecía inmerso en sus pensamientos.

-Son HoYoung-ssi…

-Recuerdo un nombre.

El detective lo miró un poco perdido. ¿Un nombre?

-¿Qué nombre?

-Lee SunHo.

Lee SunHo. Aún tenía que esperar los documentos de HeeJun, para confirmar, pero…

-Y también otro…

El cantante entonces dudó. Dongwan veía la inquietud en sus ojos, ya conocía bien ese sentimiento.

-Adelante.

-Mun…JeongHyuk o JungHyuk, no lo recuerdo…

Dongwan suspiró. Dos nombres en su lista que debía confirmar. Era mejor que nada.

-¿Algo más?

HoYoung negó con la cabeza.

-Me cargaron en una moto y me bajaron ahí. Escuché algo como un Eric, pero estaba un poco mareado…

“Eric…” El detective miró al cantante como si le hubiera dado el secreto del universo. “Mun JungHyuk, Eric”

-¿Detective Kim? – Llamó el cantante, Dongwan casi salta de alegría a abrazarlo.

“Bingo”

-Le agradezco mucho su información, me será de utilidad para recuperar a Hyesung-ssi  y atrapar a los culpables. Gracias por su tiempo. – Dongwan hizo una reverencia y estaba por salir, cuando el cantante lo detuvo con la mano.

-Kim Dongwan-ssi.

-¿Si?

-Por Favor, traiga a Hyesung de regreso sano y salvo. Puede que no lo sepa, pero he visto crecer a ese chico junto a mí. Lo aprecio más de lo que parece y no pienso dejar nuestro pequeño duelo así.

Dongwan no sabía de qué hablaba, pero asintió y le prometió rescatar a Hyesung. Era lo menos que podía hacer cuando el cantante le había dado la respuesta a la pregunta del millón. Se despidió y salió del hospital, con los mismos problemas que tuvo para entrar. Sin embargo, esta vez no se molestó.

Ya sabía con quienes trataba y no estaba dispuesto a rendirse esta vez.

*****

Lee Minwoo se frotó las sienes. ¿Pero que pasaba por la mente de Eric? Traer ese chico solo aumentaría los problemas. Andy a su lado parecía igual de sorprendido.

-¿Eric hyung no te dijo nada? – Preguntó el menor por enésima vez.

-Ese bastardo siempre hace lo que le apetece. – Dijo Minwoo, observando el cuerpo que yacía en el sofá. JunJin también lo miró y lo recorrió un estremecimiento.

-Dios santo, este chico parece muerto – Dijo, apartando la mirada incómodo.

-Minwoo hyung, sabes que no me molesta robar bancos, robar a la mafia o atacarlos y eso, pero esto de secuestrar de verdad no me gusta. – Habló Andy.

Minwoo lo miró enternecido por la inocencia del chico, que si supiera…

-Hyesung-ssi.

Hyesung no respondió. Si abría la boca solo saldría un miserable quejido producto el dolor corporal y psicológico. JunJin parecía un poco harto de la actitud del chico, estaba por tomarlo del cabello cuando Minwoo lo detuvo. El mayor negó suavemente y se acercó al cantante, que aún derramaba lágrimas.

-Lamento todo esto, de verdad. – Dijo Minwoo, frustrado. Y no mentía para nada. Estas cosas no deberían estar pasando, no deberían. Minwoo secó las mejillas de Hyesung con delicadeza y le retiró el cabello de la cara.- Vaya, eres muy lindo. No deberías pasar por estas cosas…

-N-no…

-¿Cómo?

-No. Me. Toques.

Minwoo miró a Hyesung, quien rompió en llanto. Esta vez no se reprimió y lloró, gritó con todo lo que daban sus pulmones. Minwoo solo lo vio deshacerse en lágrimas y gritos desesperados. No dijo nada, ni permitió que los otros lo interrumpieran. Dejó llorar a Hyesung por un tiempo hasta que se le acabaron las energías al cantante y cayó dormido.

Cuando se aseguró de que Hyesung estuviera profundo, se pasó una mano por la cara y les indicó a los otros dos que lo siguieran, donde no pudieran despertarlo.

-¿Minwoo hyung? – Llamó JunJin, pero el mayor parecía a punto de explotar.

-¡Joder! – Gritó, arrojando un vaso que estaba en la mesa. Andy tembló de miedo, por el estruendo. – Esto es incluso peor que matarlo ¿No lo ven? Ese pobre chico no sabe si lo vamos a matar, a torturar, quien sabe qué cosas no se le pasaran por la cabeza – Minwoo estaba alterado, debía calmarse. Se pasó las manos por el cabello y respiró hondo. Entonces miró a los dos chicos frente a él, estaban completamente asustados. –Ustedes dos.

Los dos asintieron con la cabeza enérgicamente, hundiéndose más y más en sus asientos.

-Escúchenme muy bien, esta será la última vez, repito ÚLTIMA vez que secuestran a alguien, ¿quedó  claro? – Los chicos asintieron y se sintieron un poco aliviados. A ninguno de los dos les gustaba la idea de tener rehenes. Menos mal ya no tendrían que hacerlo más.

-Pero hyung – Llamó Andy débilmente - ¿Qué vamos a hacer con él?

Minwoo miró al durmiente Hyesung en su sofá y suspiró.

-Yo no puedo hacer nada. Son órdenes de Eric.

“Eric…”

En la sala, aún acostado en el sofá, Hyesung miraba un punto fijo en la pared, sin mirarlo realmente. El pecho le pesaba una tonelada y el abdomen le dolía horrores, gracias a las contracciones por el vómito unas horas antes. Todavía quería llorar, pero sus ojos no derramaban lágrimas. Se quedó con la mirada perdida, mientras su mente repetía lo que había podido escuchar cuando el ruido del vidrio roto lo despertó.

“Son órdenes de Eric"

*****

En un auto, camino al territorio de ShinHwa, Eric miraba el oscuro paisaje que se presentaba.

-Lamento todo esto- murmuró, el  viento ahogando sus palabras.

Cerró los ojos con amargura. Por ahora debía soportarlo. Bien decía el refrán, La venganza es un plato que se toma frío.

*****

Dongwan regresó a su departamento con la sonrisa aún plasmada en su rostro. Abrió la laptop y revisó su mail, seguro que ya había llegado la información que le había pedido a HeeJun. Abrió el mensaje con demasiada emoción. Ahí estaban los dos, Jesús, ahí estaban.

-“Las cabecillas del grupo de crimen organizado son el especialista en explosivos Lee SunHo, conocido como Andy por fuera de Corea. Park ChoongJae, traficante de armas por excelencia. Lee Minwoo, el genio detrás de la estafa y el líder, Mun JungHyuk, su nombre cristiano, Eric.”

Dongwan leía con un placer casi morboso. Ya estaba, ahí estaban los culpables. Ahora solo debía atraparlos.

Tomó su teléfono y marcó a su superior.

-¿Qué pasa, Kim?

-Ya descubrí a los culpables del secuestro de Shin Hyesung. – El detective luchaba por no gritarle las noticias a su jefe. Por fin lo había hecho bien – El grupo ShinHwa es el culpable. Ahora solo debemos rastrearlos y…

-No.

Dongwan estaba en shock. ¿No? ¡¿No?!.

-¿Cómo que no?

-He dicho no, Kim. No nos corresponde a nosotros. Ponlo como “caso cerrado” y listo.

-Pero señor, esta podría ser una gran oportunidad…

-Cierra la boca y haz lo que te he dicho. – Cortó. Dongwan miró el teléfono con los ojos en blanco. ¿Qué le pasaba al jefe? Se sintió indignado. Pero las cosas no se quedarían así. No importaba que lo mandaran a archivar el caso, el asunto no se acababa hasta que se acababa. Los atraparía así fuera por cuenta propia.

Porque para él no había acabado. Apenas estaba comenzando.

*****

-Ya escuchaste.

-Me alegra poder contar con usted, Detective a cargo.

-Si, si. ¿Cuándo recibiré mi parte del dinero por mantenerlos fuera de esto? Es mi puesto y mi reputación la que está en juego.

-Y por mantener a Kim Dongwan alejado del asunto, no lo olvide.

-Seguro, no se preocupe por ese idiota. ¿Y Bien?

-Ya llegará, muy pronto. Puede usted confiar en mí. Ahn ChilHyun es un hombre de palabra.