Algo no estaba bien.

 

Jung PilKyo, mejor conocido como el famoso cantante Shin Hyesung, El príncipe de la balada, no era una persona muy dada a eso de los presentimientos ni las corazonadas, pero apenas puso un pie fuera de la cama, supo que ese día iba a ser diferente, no exactamente para bien. No se debía a las miserables horas de sueño que tenía (no serían más de dos) o al exceso de cafeína, o al cansancio excesivo ni menos que fuera un mal día. 

Simplemente no estaba bien.

 

Su celular vibró con un mensaje de su manager, avisándole que lo recogería en una hora, para empezar con su día de trabajo. Recién salido su álbum 'Winter Poetry', estaba más cargado de trabajo que nunca, teniendo que presentarse en diferentes programas de televisión y cantar las canciones. Siendo invierno, era más propenso a que su voz se viera afectada. Otra preocupación más a la lista, pensó.

 

Se cambió y se preparó un pequeño vaso de jugo de limón con miel, para mejorar su desgastada garganta. En una distracción por el sonido de una llamada provocó que el vaso resbalara de las manos del cantante y se estrellara contra el piso, quebrándose en miles de fragmentos. Hyesung maldijo por lo bajo, pero no se movió ni lo recogió. Miró el cristal destrozado y ese sentimiento volvió a él. Algo no iba bien.

 

-Déjate de idioteces- Se dijo en voz alta, que él no era así, de presentimientos y esas bobadas.

 

Recogió el desastre y bajó a esperar a TaeHak, pero por mucho que intentó, su mente no dejó aquel pensamiento.

 

-Hyung, lo primero es su presentación en 'Immortal Song'- Habló TaeHak, su manager, una vez en la van -¿Va a cantar esa canción? Es perfecta para usted.

 

Hyesung, no respondió. Asintió desinteresadamente, mirando por la ventana. El peso en su pecho haciendose mayor, pero sin saber porqué.

Cuando llegó al Set, sus menores se acercaron a felicitarlo por el éxito del álbum y diciendo que esperaban una gran presentación de su parte y otras cosas que Hyesung no escuchó, sin embargo saludó a todos educadamente y comenzó a arreglarse.

 

El programa transcurría bien, sin mayores problemas, más que una falla de sonido y una bombilla fundida. Nada grave. Hyesung permanecía callado y solo intervenía momentáneamente. Después de todo, en vez de irse, ese palpitó solo había aumentado, convirtiéndose en una sensación de angustia desagradable que le dificultaba la respiración.

 

"Son sólo los nervios, Hyesung", pensó, intentando calmarse "Es un programa importante y eres el príncipe de la balada, todos esperan mucho de ti. Es solo la presión. Solo eso"

 

Pero algo dentro de si le dijo que no era cierto. Que no se engañara.

 

Que no podía estar más equivocado.

 

Era su turno de salir al escenario. Todo normal hasta ahora. La melodía comenzó y todo se esfumó. Era él y su música. 'Unready Farewell' era una canción que le venía como anillo al dedo. Solo él podía transmitir el sentimiento correcto de desesperación de una despedida repentina. Sus ojos entrevieron a más de uno lagrimeando por lo conmovedora que sonaba la canción en su voz. 

 

La canción estaba por terminar cundo el sentimiento angustiante volvió, más fuerte que antes, taladrándole la cabeza y el corazón martilleándole los oídos. 

 

"Mierda", Fue lo único que pasó por su mente cuando las luces se apagaron repentinamente.

 

-¡Todos quietos!- Gritó un tipo con una metralleta, saliendo detrás de las sillas de la primera fila. "¿Cómo es que nadie lo vio?".

 

Hyesung sólo se quedó ahí, mientras todo el auditorio entraba en pánico, gritos, gente corriendo intentando salir a pesar de la amenaza. Más gente apareció con armas de fuego y gritando a los desesperados espectadores y amenazando con disparar. Hyesung vio todo como si fuera una película y comenzó a reír como un histérico.

 

-¿Tú de que te ríes?- preguntó uno de los hombres, mirando a Hyesung como si estuviera loco.

 

-A JiHoon le encantaría esto- fue lo único que respondió el cantante, pensando que, definitivamente, estaba por volverse loco.