-Habla.

El detective miró a Andy fríamente. Aún lo apuntaba con el arma sin muestras de doblegarse ni un poco.

-Esto no es algo de lo que puedo hablar libremente–Se dijo, poniendo una mirada nerviosa, provocando una mueca irritada en el menor.

-Deja de dar vueltas.

-Humm…Es posible que esto afecte un poco más de lo que crees–Dijo con el rostro serio. Andy chasqueó la lengua con fastidio.

En ese momento, Dongwan tomó la mano del menor y la torció, sacándole un alarido. No logró romperle la muñeca pero le faltó muy poco. Le dolería y lo tendría hinchado por unos días, eso si.

-Creo que todavía no aprendes lo suficiente –Susurró. Dio vuelta al brazo del otro y la llevó hasta su espalda. El arma cayó con un golpe sordo al suelo.

Andy se removía intentando liberarse, pero Dongwan lo sujetaba con fuerza y apretaba su muñeca de manera dolorosa, sacándole un quejido lastimero.

-Entiende, no es algo que pueda compartir a la ligera –Comenzó el detective. Entonces sintió algo en la pierna. Por un descuido, en menos de un segundo, Andy le había quitado el pie de apoyo, haciéndolos caer a los dos.

La cabeza de Dongwan dio contra el frío suelo con un golpe y cayo sobre el todo el peso de Andy. De no haber sido por la nieve, probablemente se hubiera abierto el cráneo, fue lo que pensó con los sentidos respondiéndole a medias.

El menor se ubicó sobre Dongwan rápidamente y  tomó el revolver ágilmente con la mano buena, para los rebotados reflejos del mayor.

-Olvidé mencionar antes –Dijo con la respiración levemente agitada –Nunca bajar la guardia.

Apuntó nuevamente al detective y esta vez quitó el seguro.

-No estoy bromeando.

Dongwan suspiró derrotado con la cabeza  que le punzaba fuertemente. Quizá había juzgado mal al maknae.

-Maldita sea, Andy… -El menor no movió un músculo.

-Sea lo que sea, quiero escucharlo.

Dongwan lo miro otro rato. La respiración agitada de ambos salía en vahos que se perdían en el aire.

–Tú ganas. Abriré la boca.

*****

Minwoo movía la pierna inconscientemente, desesperando a JunJin.

-Hyung…

Minwoo le regaló un amago de sonrisa que se limitó a imitar una mueca.

-Lo siento, no puedo estar tranquilo.

JunJin cubrió al cantante con una manta térmica que guardaban para los días realmente fríos. Su cuerpo estaba helado y respiraba irregular, pero se recuperaría.

-Sé fuerte, Hyesungie hyung –Susurró al oído del cantante. Se enderezó y acompañó a Minwoo en el marco de la puerta.

-¿Crees que estará bien? –Preguntó el más bajo, preocupado.

-No estoy seguro, pero no se va a morir.

Minwoo lo miró con ironía.

-Muy gracioso. Vamos –Habló, dejando la puerta entreabierta.

-¿Dónde está?

-¿Dónde más? En su habitación. No sé que rayos habrá pasado pero este no es el Eric que conozco.

JunJin apretó los labios. Era hora de abrir la boca.

-Hyung, hay algo que debo decirte. Respecto a Eric hyung y Hyesungie hyung.

Minwoo lo miró curioso.

-¿De qué hablas?

-Ellos tenían una relación un poco…diferente –Minwoo alzó una ceja.

-¿Diferente cómo?

-No sé que tan cercanos, pero seguramente ellos… -Dudó antes de continuar, sintiendo sus mejillas colorearse.

-¿Ellos? –Lo instó a continuar el mayor.

-Pues, posiblemente hayan intimado…

-¿Qué cosa haz dicho? –Gritó Minwoo, sacudiendo al menor bruscamente.

-Solo dije que era una posibilidad, no que lo habían hecho –Se defendió como pudo.

Minwoo lo soltó, se pasó una mano por la cara y bufó con fastidio.

-Eric es un jodido estúpido o de verdad le está fallando algo ahí –Murmuró, señalando su cabeza.

JunJin asintió con la cabeza. Miró el cuerpo tendido en su cama por última vez y se mordió la lengua, sintiendo lástima por el cantante.

-¿Entonces quieres los honores?

-Por favor, después podrás golpearlo tú –Respondió Minwoo con una sonrisa torcida, pero con los puños apretados.

Ambos caminaron por el pasillo hasta dar con el cuarto del líder.

-Algo que hace menos de medio mes pensé en decir –Susurró Minwoo, más para sí mismo que para el menor a su lado pero que lo escuchó de igual manera –Pero prepárate para la paliza que se te viene, Eric Mun.

*****

Lee JiHoon pisó tierra coreana justo a las 3 de la madrugada. Lo primero que hizo fue dirigirse a la estación de policía de Seúl.

-Disculpe, señorita ¿Se sabe algo de Shin Hyesung? –Preguntó  la chica que se encontraba en la entrada.

-Lo siento, no puedo compartir esa información, señor.

-Es importante.

-Disculpe, pero no puedo…

-Pero necesito saber…

-¿Qué acaso no la escuchó? –Interrumpió el jefe de policía, quien iba saliendo –Ya se están encargando de eso, ahora váyase. Estas no son horas de atención.

JiHoon se giró al viejo que lo miró con desprecio.

-¿Qué acaso no escucha? ¿Quiere ser sacado a patadas?

JiHoon se limitó a negar con la cabeza suavemente.

-Pues váyase de una vez si no quiere que lo eche.

JiHoon lo miró fijamente y salió de la estación.

Tomó un taxi y buscó un motel para descansar un rato. Ya volvería a insistir mañana.

*****

-¿Se puede saber que mierda estabas pensando? –Dijo Minwoo, dando un golpe al cuerpo del líder que seguía acostado en la cama.

-Déjame en paz –Respondió bruscamente Eric, empujando a Minwoo. JunJin los miraba desde un lado de la habitación.

-Hyesung está ahí a punto de morir congelado por tu jodida culpa –Gritó, tomándolo de la camisa -¿Qué diablos pasa contigo?

-No te importa–Dijo Eric, soltándose del agarre del más bajo con un movimiento rudo.

-Esto no te afecta a ti solo, Eric Mun. Todos nosotros consideramos a Noona y a ChaeYoung como la única familia que tenemos aparte de nosotros mismos.

Eric no dijo nada, simplemente se sentó en la cama con la mirada clavada en el piso.

-Eres un maldito egoísta –Continuó Minwoo –No piensas que también nos preocupa todo esto…

-¡No entiendes absolutamente nada, joder! –Gritó Eric, perdiendo los estribos

-¿Qué mierda quieres que entienda?

-¡Me gusta Hyesung y no lo puedo evitar! ¡Simplemente no quiero que esto me haga doblegarme frente KangTa y no lo pueda dejar ir, maldita sea!

La habitación se sumió en silencio y afuera la ventisca daba contra las ventanas sin piedad.

Minwoo lo miró sorprendido por un momento y después bufó.

-¿Y por eso lo tratas como una basura?

-No quiero considerarnos cercanos. Punto.

-¿Acaso perdiste un tornillo? –Preguntó Minwoo irritado.

-¿No entiendes? El tiempo que pasé con él es algo que atesoraré por siempre –Dijo con voz triste –Pero no quiero que nada de eso me afecte. Nunca sucedió nada.

-Te estás lavando el cerebro, hyung –Habló JunJin desde la puerta. Eric frunció el ceño.

-Pues es mi puto problema.

-Esto no es algo que solo te afecte a ti. También es mi puto problema, es el puto problema de JunJin y el puto problema de…Andy…

Minwoo y JunJin se miraron una fracción de segundo e inmediatamente miraron por la ventana de la habitación.

-Mierda, Andy –Dijo JunJin viendo el reloj de la mesita de noche. Llevaban mucho tiempo allá afuera.

JunJin había comenzado a moverse con intenciones de salir a buscarlos pero algo lo detuvo.

En medio de la ráfaga se escuchó el ruido de un teléfono.

El celular de Eric.

El líder no pareció reaccionar hasta después de un rato y observó el identificador de llamadas.

-Es KangTa.

*****

Hyesung despertó de un momento a otro. Abrió los ojos tan repentinamente que le había dado jaqueca. Maldijo dentro de sí el haberlo hecho.

Porque odiaba saber el por qué había despertado.

No se podía mover, el alma le pesaba como si fuera de plomo y tenía nauseas.

Pero no era eso.

Tenía frío y no sentía sus extremidades, pero eso tampoco fue la razón.

Fue el mismo sentimiento que ese día.

La misma sensación que había sentido hace más o menos dos semanas atrás, cuando despertó en su cama, para cumplir con su agenda como cualquier otro día. Esa desagradable sensación que le recorría y le pesaba en el pecho, ese pálpito que iba en aumento, convirtiéndose en una sensación de angustia desagradable que le dificultaba la respiración.

Con las pocas fuerzas que le quedaban, se giró, sintiendo las arcadas más fuertes, provocándole mayor dolor físico, pero no salió nada.

El cantante sentía que le faltaba el aire.

Y lo escuchó.

Lejano, pero lo escuchó. El sonido de un teléfono. Algo dentro de sí le dijo que eso era todo, hasta aquí había llegado.

Hyesung comenzó a llorar.

*****

-Andy, yo…

Dongwan suspiró nuevamente. Lo maknae lo apuntaba y al parecer no tenía en sus planes dar su brazo a torcer.

-Yo trabajo…trabajé para la policía desde hace un tiempo…

-¿Qué haz dicho?

El revolver tembló levemente en la mano del menor y por un segundo bajó su brazo. Andy pareció perder los papeles un momento pero se recompuso en seguida, apuntando sin una pizca de piedad en sus ojos.

-Infiltrado –Susurró. Dongwan negó con la cabeza.

-Pero yo…

-Eres un maldito infiltrado –Siseó con desdén.

-No, Andy, escúchame…

-Ya me parecía bastante extraño que aparecieras de la nada y a menudo momento.

Se quedaron en silencio un momento, analizando al otro con la mirada.

-Así que pretendías traicionarnos y entregarnos –Afirmó, completamente serio –A pesar de la confianza que te ha dado Minwoo hyung y la hospitalidad que haz recibido de nuestra parte, pensabas apuñalarnos por la espalda –Habló con voz temblorosa.

-No, yo no…

-Pensabas ver como nos encerraban y a ti te ascenderían en el trabajo mientras ves como nos pudrimos en una jodida celda –Los ojos del maknae se tornaron brillantes y le escocían.

-¡Por amor a Cristo, escúchame! –Gritó, tomándole del rostro, alarmando al menor.

-Por favor, escúchame –Pidió, más calmado. Andy no dejó de apuntarle pero le indicó que hablara.

El detective suspiró  y dejó caer la cabeza y los brazos pesadamente contra la nieve.

-Mi intención inicial era esa, pero me quitaron del caso. Decidí tomar las cosas por mi cuenta y no tengo que ser un genio para saber que estoy desempleado –Habló con voz firme, mientras sus piernas le temblaban como gelatina. Menos mal estaba acostado. Sabía que debía enfrentar esto tarde que temprano pero la mirada afilada de Andy le ponía los pelos de punta.

-Los vi como los malos todo este tiempo, pero Minwoo… -Continuó con un suspiro –Cada vez que hablaba de ustedes, de su historia, sus problemas… Hablaba con tanto cariño de cada uno que, cuando me quise dar cuenta, ya estaba completamente de su lado.

Andy no dijo nada y mantenía la expresión hostil de antes. Sin embargo, Dongwan vio sus ojos húmedos reteniendo las lágrimas y su mentón temblar levemente.

-Andy…

-Cállate.

El detective levantó una mano y la acercó al rostro del menor. Andy acercó el cañón a la frente de Dongwan apretando los dientes. Más cautelosamente esta vez, acercó el pulgar y limpió una lágrima que bajaba por la mejilla del maknae.

-No quiero morir, Andy…

-No puedo creer que confiaba en ti.

Andy lo miró con los ojos en blanco e hizo un ruidito en señal de fastidio.

Dongwan lo miró dolido, pero entendía los sentimientos del chico.

-Eres libre de disparar, no te voy a culpar por eso –Dijo el mayor con voz suave –Sé que cometí un error muy grande y te sientes traicionado. Pero que sepas que lo siento y los quiero mucho. Bueno, puede que Eric no esté entre mis favoritos –Bromeó con un media sonrisa –Con todos me he encariñado y pésele a quien le pese, estoy de su lado.

Andy apretó los labios y comenzó a hipar. Se levantó de su lugar sin bajar el arma, apretando su índice contra el gatillo.

Dongwan tenía miedo, pero confiaba en Andy. Si decidía matarlo, no lo culparía.

Al menos, no demasiado.

-Andy, hazle saber a JunJin que no eres alguien a quien pueda ignorar como se le dé la gana, hazlo por mi ¿Si?

La tormenta de nieve a su alrededor había tomado fuerza, a pesar de ser hora de que se asomara el sol. El cielo estaba oscuro y los oídos de ambos estaban ensordecidos con el viento.

El maknae le dio una última mirada a quien yacía en el piso, mirando al vacío. El detective no lo miraba pero le dio una sonrisa y le levantó el pulgar.

-Eres un desgraciado – Dijo Andy.

Y disparó.