En la noche...

Residencia Son...

— ¿Pudiste convencer a Jisoo de guardarte el secreto?— preguntó Wendy por teléfono.

— Sí, pero después de trabajar tuve que comprarle un bote de pollo frito con tal de no contárselo a Hyunjoo unnie.— se quejó Lisa.

— Wow, eso es bueno.

— ¡No, no lo es! Desperdicié todos mis ahorros por ese bote que simplemente contiene pollitos que ya están más que muertos.

— ¿Qué querías? ¿Que te bajaran el sueldo por mal aconsejar a una niña de 5 años o que te guardaran el secreto hasta la tumba?

— Aish como sea, al menos estoy a salvo. ¿Le dijiste lo de la cucaracha a la viuda joven o te dijo algo?

— No... le conté sobre la reacción de Yeri cuando se enteró lo de la cena y bueno... me pidió algo que yo absolutamente no estoy dispuesta a hacer.

— ¿Qué?

— La señora Bae se casará con el sujeto que me contaste anoche... se llama Bogum. Me pidió que intentara convencer a Yeri de que tendrá otro papá y que no viera a Bogum como a un enemigo.

— ¿Está loca? ¿Cómo se le ocurre pedirte eso?— cuestionó la menor molesta.— ¿Qué no tiene corazón o qué?

— No lo creo, pero así me lo pidió y yo me negué.

— Qué bueno que le dijiste que no. ¿Qué más te dijo?

— Se molestó mucho conmigo porque se ofendió por haberme negado y se retiró muy molesta.

— Vaya, entonces sí le afectó mucho el haber perdido a su marido... siento que todo lo está haciendo pensando en ella misma y no en su hija, está buscando como un consuelo para no sentirse sola. ¿Entiendes?

— Después de ese comportamiento que tuvo conmigo, no la quiero volver a ver.

— Aunque tú no quieras, es tu obligación de hacerlo porque eres la educadora de su hija.

Mansión Bae...

*Toc Toc*

La puerta se abrió y Yeri quien estaba jugando con Byul sonrió.

— Mamá.— sonrió.— Gracias por dejar que me quedara con la perrita. ¿Verdad Byul?— la cachorrita ladró como respuesta.

— Te di permiso para tenerla, pero no en la cama.— le dijo Irene.

— ¿Por qué? Si la cama está bien calientita.

— Por razones de higiene, los perros no deben dormir con las personas.

— Pero si ya la bañé, además Byul no tiene pulgas. Se rasca de nervios porque tiene miedo de que la eches.

— Nadie la va a echar. Mañana le pondremos una casita en el patio y ahí dormirá, pero esta noche puede quedarse.

Yeri sonrió.— Síííí.

— Bueno, ya es hora de que esta pequeña se vaya a dormir.— Irene abrió las cobijas y cargó a Yeri para después acostarla.— Yeri, ¿por qué le pusiste Byul a la perrita?— preguntó curiosa.— ¿Quién te lo dijo?

— Ya te conté que en la clase me puse a pensar y se me ocurrió.— respondió con inocencia.— ¿Por qué? ¿No te gusta?

— No es eso, simplemente me asombró.— dijo sonriendo levemente.— Buenas noches, princesa.

— Buenas noches, mamá.

Irene le dio un beso en la cabeza y caminó hacia la puerta para apagar las luces. Se quedó viendo a Yeri quien estaba cerrando sus ojitos para finalmente poder conciliar el sueño mientras abrazaba a Byul. Irene le dio una última mirada con ternura y cerró la puerta.

— ¿Ya se durmió la niña?— le preguntó Seulgi.

— Sí, la acabo de acostarla.

— Ahora sí vamos a hablar de... ya sabes.— dijo seriamente.

Irene asintió.— Lo sé, Yeri dice palabras y tiene actitudes exactamente iguales a las de Suho.

— Debe de acordarse muy bien de él.

— Mi hija no conoce muchas cosas que sucedieron durante mi noviazgo, por ejemplo el nombre de la perrita.

— Tal vez Suho oppa le habló a la niña de aquella cachorrita.

— No Seulgi, 6 meses después murió atropellada por una moto. No recuerdo que Suho haya vuelto a hablar de ese animal, al contrario, nos hacía daño acordarnos de ella. Y ahora, a Yeri se le ocurre el mismo nombre... como si el espíritu de Suho se hubiera instalado en mi hija.

Seulgi sonrió.— ¿Y no es hermoso?

— Tan hermoso es... pero me da miedo.— confesó apretando los labios.

— ¿Miedo? ¿Porque en Yeri vuelves a encontrar la esencia de Suho oppa?— suspiró.— Y que sin embargo te casarás con otro.

Días después...

Jardín de niños...

Los niños estaban teniendo la clase de música. Wendy y Solar se habían quedado para ver la clase, ahí estaban los pequeños cantando y bailando canciones infantiles mientras que la maestra de música se encargaba de tocar el piano. Los niños tomaron un pequeño descanso y Yeri se fue corriendo con sus amigas.

— Tengo una perrita preciosa. Me la regaló una ahjumma en el mercado.— les comentó Yeri.

— Yo tengo un pastor alemán muy fino.— apareció Nancy cruzada de brazos.

Yeri se volteó.— Aunque mi perrita es muy pequeña, vas a ver que si la alimento bien, será más grande que yo.

— Si te la regaló una ahjumma del mercado, debe ser una porquería.

Yeri apretó los labios y los puños.— ¿Dices que mi perrita es una porquería? Eso lo serás tú.

Yeri empujó a Nancy haciendo que ésta cayera al suelo, los niños comenzaron a gritar cuando Yeri se subió encima de Nancy mientras la niña estaba pidiendo auxilio. Wendy y Solar vieron lo que estaba pasando y fue corriendo hacia ellas.

— ¡Niñas! ¡¿Qué significa este desorden?!— gritó Wendy.

— Maestra Wendy, ayúdeme.— suplicó Nancy.

Wendy y Solar lograron separar a Yeri de Nancy. Solar ayudó a levantar a Nancy y Wendy a Yeri.

— Yeri le pegó a Nancy.— le dijo JooE.

Wendy miró a Yeri con decepción.— ¿Por qué me obligas a castigarte?— le preguntó molesta.— Sal del salón.

— Pero maestra, si la directora me ve allá afuera castigada... voy a estar en problemas.—suplicó Yeri.

— Obedece y sal de la clase. Si te descubre la directora, no será por mi culpa.

— ¿No podríamos llegar a algún arreglo?

— Kim Yerim.— dijo seriamente.

Yeri simplemente bajó la cabecita y tuvo que obedecer.

Residencia Park... 

— Pasaré por Irene a su trabajo porque quedamos en que saldríamos.— anunció Bogum a su madre.

— ¿Solo ustedes dos?— le preguntó Misook.

— Sí, bueno... yo le pedí que nos viéramos hoy sin ningún pretexto. Además, me la debe por el incidente que nos hizo la mocosa.

— Esa niña se ve que es un dolor de cabeza y sobre todo un impedimento para que te cases.

— Es obvio que todo lo está haciendo para molestarme, esa niña me ve como el malo del cuento... estoy seguro que algo hará para que Irene no se case conmigo. Pero no, en cuanto Irene le diga a la niña que nos vamos a casar, entonces yo me encargaré de hacerle la vida imposible.

— Antes de que vayas por tu prometida, necesito hablar contigo de algo importante.— comentó con seriedad.

Bogum rodó los ojos fastidiado.— ¿Sobre qué?

— ¿Ya no te acuerdas de Kim Yoojung?— al instante Bogum se tensó.— Hace unos meses me llamó y preguntó por ti.

— No le dijiste nada, ¿verdad?

— Obvio no.— suspiró.— Pero en serio, hijo. Ustedes se dieron un tiempo para que después...

— ¿Y qué querías que hiciera?— cuestionó molesto.— No podía esperarla toda la vida con los brazos abiertos. Ahora mis sentimientos cambiaron, estoy enamorado de Irene y me voy a casar con ella.

— ¿Pero qué pasa si se entera? Le romperás el corazón.

— Mejor que ni se entere o en serio tendré problemas con Irene. Si vuelve a llamar, le dices que no estoy o que me fui de viaje y no sabes hasta cuando regreso. 

Jardín de niños...

Yeri se encontraba caminando por los pasillos con la cabeza baja, no quería que Hyunjoo la viera que estaba afuera del salón de música. No quería estar en problemas de nuevo. Le dolió que Wendy la regañara feo, en otras ocasiones siempre que hacía alguna travesura la defendía de Hyunjoo o simplemente le pedía de buena manera que no lo volviera a hacer. Yeri se detuvo en seco cuando escuchó unas voces acercarse, entró en pánico y comenzó a correr. Necesitaba buscar un escondite en donde nadie la encontrara. Yeri encontró un cuartito y de puntitas abrió la puerta, con rapidez entró y la cerró.

— Se ve oscurito.— dijo Yeri buscando el interruptor con sus manitas. Tardó como 5 minutos en encontrarlo. Encendió las luces y los ojos de Yeri se ampliaron en grande, casi se le cae la mandíbula al ver una cierta cantidad de comida en una mesa.

— Es como el paraíso.— se dijo Yeri sintiendo sus ojos brillar.

El lugar donde se había escondido era un cuarto de despensa, Yeri se tocó el estómago... sintió cómo le habían gruñido. Un simple dato curioso... Yeri suele ser una niña muy comelona y todo lo que se encuentre en la cocina o le preparan se lo come como aspiradora. Aún faltaba poco para la hora del almuerzo, no podría aguantar un minuto más. Yeri tomó una silla y se subió en él, después tomó una servilleta para ponérselo alrededor de su cuello. En la mesa había como pasteles, plátanos, unas papitas, carne preparada, duraznos, melones, agua, leche, sandía, panes, gelatinas, entre otras cosas más.

— A veces vale la pena estar castigada.— dijo Yeri lamiendo los labios, agarró una cuchara comenzando comerse el pastel.

RV Entertainment...

— ¿Te vas temprano?— preguntó Jennie viendo cómo Irene guardaba sus cosas.

— Sí, quedé con Bogum que saldríamos a pasear y después pasaremos a cenar. No traje mi camioneta, por lo que él vendrá por mí.

— A veces me irrita que él ya esté viniendo a cada rato acá para verte, parece adolescente buscando a su novia afuera del salón.— se quejó.

— Bueno, es un comienzo para el matrimonio... él solo está siendo caballeroso conmigo.

— Recuerda sobre las audiciones, no quiero que revuelvas tus compromisos matrimoniales con los laborales.

— No se me olvida.— el celular de Irene vibró, era un mensaje de su novio.— Ya llegó Bogum. Nos vemos mañana.

— Vete con mucho cuidado.

Jardín de niños...

Era la hora de receso, Lisa había entrado al salón de Wendy quien estaba revisando algunos trabajos.

— ¿Qué pasó? ¿Yeri salió a jugar?— le preguntó Lisa.

— No... no lo sé.— contestó sin mirarla.

Lisa frunció el ceño.— ¿Cómo que no sabes? Eres la maestra, tú siempre sabes dónde se meten los niños.

Wendy apretó los labios.— Es que no sabes lo que pasó hace rato.— suspiró.— Yeri se peleó de nuevo con Nancy, pero esta vez le pegó.— explicó.— Se armó un escándalo y la tuve que castigar.

— Ah.— Lisa se cruzó de brazos.— Claro, solamente las personas que tienen el alma dura, son capaces castigar a una pobrecita niña que no tiene papá.— se lo recalcó haciendo que Wendy se sintiera mal.— ¿Y dónde está esa víctima de tu exagerada severidad para ir a consolarla?

— Le ordené que se quedara en el corredor afuera. Ahí debe de estar todavía.

— Pues ahí no está, acabo de pasar y no la vi.

Wendy se puso de pie.— ¿Entonces dónde pudo haberse metido?— preguntó con preocupación.

Lisa y Wendy salieron corriendo del salón para comenzar a buscar a Yeri.

— Solar, ¿no has visto a Yeri?— le preguntó Wendy.

— ¿No la dejaste castigada en los pasillos?— le contestó la mayor.

— Sí, pero Lisa me dijo que la niña ya no está y no sabemos dónde se pudo haber metido.

— Esto no está bien, iré a avisar a Hyunjoo unnie.

— Vamos contigo.— dijo Lisa.

— ¡Aya!

Pasaron casi 30 minutos, Yeri había roto el récord de comer mucho. Se había comido 3 pasteles, después se comió las papitas, la carne, la gelatina, 4 plátanos, la mitad de la sandía, bebió un poco más de la mitad de la leche. Ahora se encontraba totalmente llena, pero lo peor fue que estaba comenzando a tener dolor estomacal. Yeri se quejó del dolor y como pudo se bajó de la silla. Con mucho pesar intentó caminar hacia la puerta.

— Mamá... Papá... perdónenme.— murmuró Yeri débilmente, el dolor era cada vez más fuerte.— Papá... quiero irme contigo. Quiero irme conti...— Yeri cayó al suelo dejándola inconsciente.

*Toc Toc*

— Adelante.~

— Directora.— Wendy, Solar y Lisa entraron.— Kim Yerim desapareció.

Hyunjoo se puso de pie.— ¿Qué? ¿Qué fue lo que pasó?— preguntó con preocupación.

— Yeri se peleó con Nancy de nuevo y Wendy la castigó dejándola en el corredor, pero ya después no supimos nada de ella.— explicó Solar.

— ¿Y ya buscaron por toda la escuela?

— No, primero vinimos hasta acá en cuanto antes a decirle.— dijo Lisa.

— ¿Y si Yeri se escapó a la calle?— preguntó Wendy.

— No lo creo, Donghae no la hubiera dejado salir.— le dijo Hyunjoo.— Estoy segura que debe de estar escondida en algún lugar. Revisen hasta el último rincón de la escuela y yo me encargo de cuidar a los niños.

— Sí directora.— dijeron las tres al unísono antes de salir.

Hyunjoo se sobó la sien.— ... Pero esa niña no pudo haberse desintegrado.

Mansión Bae...

*Ding Dong*

Byul corrió hacia la puerta que estaban tocando el timbre, comenzó a ladrar y a saltar.

— Ahí voy, pequeña.— le dijo Ok Sook abriendo.— Oh Sunmi, qué sorpresa verte. Adelante.

— Gracias Ok Sook.— Sunmi entró.— Escuché unos ladridos cuando toqué el timbre.

— Es esta pequeñez.— señaló a Byul que seguía ladrando.

— Qué linda.— Sunmi se enterneció y se agachó para acariciar su cabecita.— ¿De quién es?

— Es de mi sobrina.— contestó Seulgi bajando las escaleras y Byul ya había desaparecido.— Se la regalaron.

— ¿Y su mamá la dejó quedarse con ella?

— Absolutamente.

— Qué bueno.— sonrió.— ¿Y cómo se porta?

— Como un animal.— le contestó Ok Sook.— Además, cada vez que tocan el timbre, como ahorita, ladra.

— Y no ladra como un cachorro, ladra como leona con altavoz.— bromeó Seulgi.

Sunmi se rió.— Menos mal que ya se calló.

— ¡Peor!— exclamó Ok Sook con horror.— Porque cuando no ladra, destroza todo. Con su permiso, iré a verla.— dijo desapareciendo rápidamente.

— ¿Qué haces aquí? Creí que estabas en el trabajo.— dijo Seulgi sorprendida.— ¿Quieres café o algo?

— Sí, por favor.

— Entonces acompáñame a la cocina.

— Tuve mi día libre y decidí pasar a verte para saber cómo estuvo la cena de tu hermana con su prometido. ¿Cómo reaccionó la niña?

—¿Qué pasaría si te dijera que una niña de 5 años es como una caja de sorpresas? ¿Me creerías?

— ¿Tal vez? ¿Qué fue lo que hizo?

— Con un café que voy a preparar y unas galletitas, será más interesante esta conversación.

Jardín de niños...