Aeropuerto...

"Gracias por viajar con nosotros."

Los pasajeros comenzaban a salir y Seulgi intentaba buscar a su hermana con la mirada. Una sonrisa apareció por su rostro cuando cierta pelinegra salió del avión con su equipaje.

— ¡Irene unnie!

Irene alcanzó a ver a Seulgi moviendo sus brazos al aire y sonrió. Soltó su equipaje y fue corriendo hacia ella para abrazarla con fuerza.

— Te extrañé tanto, osa.— se separaron.

— No has cambiado nada, unnie. Te ves más hermosa desde la última vez que hicimos la video llamada.

— ¿Y Yeri?— preguntó Irene buscándola con la mirada.— ¿Dónde está?

Seulgi negó con la cabeza sonriente.— Lo que debería de estar haciendo los niños a las 3 de la madrugada, durmiendo.

— Amor, casi pierdes tu maleta y tuve que ir por ella.— apareció Bogum.

Irene carraspeó la garganta y al instante la sonrisa de Seulgi se borró por completó.

— ¿Amor?— preguntó Seulgi confundida.

— Vaya, al parecer no le has dicho nada acerca de mí.— bromeó el chico.

— Seulgi...— habló Irene un poco incómoda.— Él es Park Bo Gum... mi prometido.

Seulgi bajó su mirada hacia la mano de Irene donde tenía puesto su anillo de compromiso y en efecto. La noticia le había caído como balde de agua fría, en realidad no estaba preocupada por el inesperado compromiso de su hermana, sino que estaba preocupada por Yeri.

— Bogum, ella es Seulgi, mi hermana menor.

— Mucho gusto, Seulgi.— dijo Bogum.

Seulgi hizo una leve reverencia.— Igualmente... y felicidades por su compromiso. Es hora que vayamos a la casa porque ya es tarde.

— ¿No quieres que te llevemos a un hotel?— preguntó Irene mirando a su prometido.

— No es necesario, tomaré un taxi e iré a la casa de mi madre.

— ¿Seguro?

Bogum tomó el rostro de Irene.— Me encanta que te preocupes por mí.— le dio un beso rápido en los labios.— Estaré bien, en cuanto llegue yo te aviso.— le dio otro beso.— Fue un gusto conocerte Seulgi.— tomó su equipaje comenzando a alejarse.

Residencia Son...

Wendy y Joy entraron a su departamento, la chica ya tenía los ojos hinchados y llorosos mientras su nariz estaba rojo.

— ¿No quieres que te prepare algo de té?— preguntó Joy.

— No gracias, además ya es tarde y tú ya tienes que descansar.— contestó Wendy con una sonrisa media.

— ¿Vas a estar bien?

Wendy asintió.— Mañana será otro día, ¿qué más da?

Joy la abrazó y le dio un beso en la mejilla.— Buenas noches y ya no estés triste, unnie. Si necesitas algo, estaré en mi habitación.

— Gracias Joy.

Una vez que Joy se fue a su habitación, Wendy se había quedado sola. Decidió salir un rato al balcón a tomar aire fresco, levantó su mirada para ver el cielo. Wendy expulsó todo el aire que había estado guardando desde que fue al hospital, cerró los ojos dejando caer unas lágrimas más.

— ¿Algún día seré feliz?— preguntó mirando las estrellas.

Mansión Bae...

— Qué bueno que ya estás en casa, mi niña.— dijo Ok Sook tomando las manos de Irene.— Ya extrañaba mucho tu presencia, esta mansión no era lo mismo sin ti.

Irene sonrió.— Yo también te extrañé, nana. La verdad es que me siento muy feliz de poder estar de nuevo en casa.

— En la sala dejé el café preparado, ¿se les ofrece otra cosa más?

— No gracias, Ok Sook.— contestó Seulgi.— Puedes irte a descansar.

— Muchas gracias.

Una vez que la nana se retiró, Irene y Seulgi caminaron hacia la sala.

— Ahora sí vamos a hablar tú y yo, unnie.— dijo seriamente.

— ¿No puede ser mañana?— preguntó Irene un poco ansiosa.— No es que sea grosera, pero me muero por subir a ver a Yeri.

— ¿Ahora resulta que te mueres por verla?— preguntó cruzándose de brazos.— Tardaste 3 años.

Irene suspiró.— Tienes razón. Lo que hice estuvo mal, no es el momento de reprocharme... entiende que yo ya no tengo marido y no puedo quedarme sola en esta mansión sentada y mirando la pared.

— Lo sé, pero tienes una hija.— Seulgi tomó su taza de café.— ¿Por qué no eres sincera y me dices que ahora que estás comprometida ya no te importa tu hija?

— Claro que me importa y mucho, desde que me fui siempre estuve pensando en ella.

— Pues no se nota...— se cruzó de brazos.— Agradece que hay gente que sí la quiere, en la escuela sus compañeros la molestan porque no tiene familia. No solo yo estuve cuidándola, también nuestra nana, la directora de la escuela, las maestras... en especial Wendy.

— ¿Eh?

— Wendy es como su segunda madre para Yeri porque siempre está al pendiente de ella, viene a casa a jugar con ella y a comer, y la acuesta para darle las buenas noches.

— No tienes por qué restregármelo a la cara... aún así yo soy su madre, sangre de su sangre y recuperaré el tiempo perdido.— aseguró Irene.— Pero por favor Seulgi, necesito ver a Yeri... quiero ver a mi hija.— suplicó.

Seulgi resopló.— Está bien, pero ya mañana hablaremos de Bogum... porque la verdad no me tiene tan contenta el hecho de haberte comprometido. Vamos arriba.

Por otro lado...

— Ya llegué mamá.

Una mujer de cabello negro y con una vestimenta elegante bajó las escaleras.

— Tan pronto llegaste, hijo.— dijo Misook.— ¿Cómo te fue en tu viaje? ¿Pudiste encontrar algo?

Bogum tomó asiento.— Ya encontré a mi presa que nos sacará de esta miseria. Bae Joohyun, ¿te suena?

— Nooo.— se sorprendió.— ¿En serio estás saliendo ella? ¿Con la CEO de RV Entertainment?

— Así es.

— Espera... ¿qué no se supone que ella estaba casada con su marido?

— Ay mamá parece que no has investigado nada en internet.— murmuró irritado.— Ya te había contado todo sobre ella por teléfono. Su marido ya murió.

— ¿En serio? ¿Hace cuánto que se le murió?

— Hace 3 años. Tuve que soportarle sus confidencias, cuando la conocí estaba desecha... puse el hombro y me lloró encima. Me comentó que viajó a Europa para olvidar su desgracias, le pedí que se desahogara conmigo y esa fue una inteligente manera de echármela a la bolsa.

— Y ahora que estás comprometido con ella, ¿piensas convertirte en el armonioso padre de su hija?

Bogum se echó a reír.— Por favor mamá, esa niña que se quede lejos. No voy a compartir con Irene y menos con la hija de otro.

Mansión Bae...

Seulgi y Irene habían llegado a la habitación de Yeri que se encontraba cerrada.

— Esta es su habitación.— comentó Seulgi.— Se veía muy emocionada cuando le dije que por fin regresabas.

— Me imagino.— contestó Irene sintiendo un nudo en la garganta.— ¿Me dejarías estar a solas con ella?

— Unnie...

— Por favor.

— Está bien, pero solo por un rato porque a estás horas tiene que estar durmiendo.

Irene asintió y tomó la perilla. Con mucho cuidado abrió la puerta, la habitación estaba en plena oscuridad... la decoración seguía igual a como lo había dejado hace 3 años, solo que en ese caso había más juguetes. Sus ojos se encontraron con una cama que estaba abultada, su corazón comenzó a latir con fuerza mientras se acercaba a la cama. Y ahí estaba... su pequeña Yeri durmiendo profundamente abrazando la foto de su padre, se le formó un nudo en la garganta y apretó los labios, se había prometido que no lloraría pero era inútil. Con lentitud se puso de cuclillas y con una mano comenzó a acariciar su cabecita.

— Yeri... mi pequeña.— susurró Irene.— Cuánto has crecido, no sabes cuánto me arrepiento haberte dejado en estos 3 años.

Por otro lado, Yeri comenzó a escuchar los ligeros sollozos mientras recibía algunas caricias en su cabeza. Abrió los ojos con pesadez... al acostumbrarse a la poca luz, un nudo en el estómago se había formado.

— ¿M-Mamá? ¿Eres tú?

Irene tragó con dificultad.— Sí Yeri... soy yo.

Yeri se sentó en la cama, se preguntaba si esto no era un sueño. Con sus dos manitas tocó la cara de Irene que estaba un poco empapado, al instante sus lágrimas se habían formado.

— ¡Mamá!— Yeri se lanzó en los brazos de Irene y rompió a llorar. La mayor no dudó en corresponder con fuerza.— T-Te extrañé... mucho.— sollozaba.

— Yo también te extrañé mucho, ya estoy aquí contigo y será para siempre.

Yeri se separó un poco de ella para mirarla.— ¿Ya no te volverás a ir?

— No, ya nunca jamás me voy a volver a ir. Te lo prometo.

Yeri sonrió entre lágrimas volviéndola a abrazar mientras sollozaba en su hombro, Irene también sonrió mientras la abrazaba con fuerza y le dio un beso en la mejilla. Ya había extrañado sentir el calor que tanto le hacía falta. Seulgi y Ok Sook estaban en el umbral viendo todo con lágrimas en los ojos mientras sonreían.

Al día siguiente...

Residencia Son...

Hyunjoo había llegado temprano para darle el pésame a Wendy y también aprovechar en hablar con ella.

— Lamento lo que pasó con tu papá, quise venir al velorio pero por compromisos ya no pude.— le dijo Hyunjoo.

Wendy se encogió de hombros.— No te preocupes.

— ¿Cómo te sientes ahora?

— No lo sé... tengo un montón de emociones mezcladas, ¿sabes? Ver a mis padres después de tanto tiempo...

— Entiendo, si no lo quieres decir está bien. ¿Qué fue lo que pasó después de la cremación?

— Le dije a mamá que por el momento no me volviera a buscar... que solo me llamara para cualquier emergencia.— suspiró.— Aún no lo puedo superar.

— Si quieres te doy el día libre la semana que viene para que puedas reconstruir tus pensamientos.

— Te lo agradezco pero no es necesario... ya tuve suficiente y total, la vida tiene que seguir.

Mansión Bae...

Ok Sook y Seulgi estaban en la cocina preparando el desayuno, ambas estaban hablando lo sucedido anoche aprovechando que Irene y Yeri no estaban.

— Entonces Irene está comprometida.— dijo Ok Sook arreglando la mesa.

— Sí, créeme que cuando fui por ella y vi a ese sujeto se me revolvió el estómago.— dijo Seulgi.— No es que me moleste que se dé una segunda oportunidad, pero no me da buena espina.

— Parece que aún no puede superar el hecho de haber perdido al joven Suho, pero el daño ya está hecho y ahora su única prioridad está en la niña Yeri.— comentó.— ¿Y la pequeña ya lo sabe?

— No creo que mi hermana se atreva a decírselo hoy mismo, pero si deja que los días pasen y Yeri se llegara a enterar... no lo soportaría.— contestó preocupada.— Ni una palabra de lo que te acabo de contar, que esto se quede entre tú y yo.

— ¿Aún desconfías en mí?— bromeó.— He sido cómplice de ti y de tu hermana desde que estaban en pañales.

— ¡Sshh! No lo digas en voz alta porque seré la burla de Yeri y no quiero eso.

Ok Sook se rió.— ¿Subo a decirles que el desayuno está listo?

— No, es mejor que las dejemos solas por un rato. Hace unos minutos que subí escuché que estaban hablando.

Irene y Yeri