Al día siguiente...

Mansión Bae...

Seulgi estaba en la sala hablando por teléfono, pues había recibido una inesperada llamada del jardín de niños.

— ¡¿Qué?!— exclamó Seulgi sin poder creer.

— Advierte a tu hermana Irene que es un asunto muy delicado y que debe de aclararse con la mayor urgencia.— le pidió Hyunjoo con preocupación.

— Trataré de que vaya inmediatamente y por favor trata de tranquilizar a sus padres. Yeri es una criatura pacífica y el incidente debe de tener una explicación razonable.

— Otro lío de la niña.— le dijo Ok Sook como respuesta.

— Todos los días en esta familia son gracias a ella.— comentó Seulgi.

— Entonces la niña Yeri ya aplicó sus conocimientos de karate apoyada por ti y esas dos maestras que la quieren mucho.

De pronto escucharon los pasos de Irene acercarse, ya estaba arreglada porque al parecer iba de salida.

Seulgi tragó duro.— Unnie, sospecho que no podrás ir al centro comercial con Bogum. Debes cancelar el compromiso.

Irene frunció el ceño.— ¿Por qué?

— Hablaron de la escuela de tu hija. Quieren que vayas allá.

— ¿Y eso?

Seulgi comenzó a jugar con sus dedos.— Te esperan la padre y la madre de una alumna.

— ¿Y yo qué tengo que ver con esa gente? Porque en tu cara veo un lío y también en la cara de la nana veo un lío. ¿Qué pasó en la escuela y por qué me obligan a que vaya?

— Parece que... Yeri tuvo una trifulca con una con discípula y se llevó la mejor parte.— contestó Seulgi tratando de calmar a su hermana.— Será mejor que vayamos a enfrentar a esos padres que te están esperando en la escuela.

— ¿Esperándome? ¡Para arrojarme en la cara las salvajadas de mi hija!— exclamó Irene enojada y salió inmediato de la mansión.

Seulgi miró por última vez a Ok Sook antes de salir, pues la chica estaba preocupada por lo que iba a suceder y lo peor de todo era que ella también estaba involucrada.

Jardín de niños...

Lisa estaba almorzando felizmente en el salón de baile como ella se lo merece, quería recargar todas sus energías para más adelante.

— ¡Lalisa! ¡Lalisa!

Lisa dejó de comer vio a Wendy entrar rápidamente, su cara notaba preocupación.

— Lisa, ellos vinieron.— dijo Wendy.

— ¿Quiénes? ¿De qué hablas?— preguntó Lisa con la boca llena.

— Los padres de JooE.— Lisa dejó de masticar.— Están furiosos por la paliza que le dio Yeri. Mandaron a buscar a la señora Bae.

Lisa tragó el bocado con fuerza.— No puede ser...— la menor entró en pánico.— Y vienes a darme una mala noticia justo cuando me estoy comiendo un sándwich.

— ¡¿Es que no te das cuenta?!— exclamó desesperado.— ¡Estamos perdidas!

Residencia Park...

— Iré con Irene al centro comercial para ver a la organizadora de bodas, comenzaremos los preparativos en cuanto antes.— anunció Bogum.— Y si Yoojung te vuelve a llamar, dile exactamente que me hospedé en un hotel pero que no te he dado la dirección.

— Está bien, con tal de que la loca esa nos deje en paz.— dijo Misook.

El celular de Bogum comenzó a sonar y él no tardó en contestar.

— Hola amor, ¿ya vienes en caminó?...— la sonrisa de Bogum se esfumó.— ¿Qué?

— ¿Qué pasa?— preguntó Misook.

— Irene irá a la escuela de esa mocosa...

Jardín de niños...

— ¡Ay Yeri! ¡Llegaron los monstruos!— exclamó Lisa asustada, ambas estaban sentadas en los columpios.— Los papás de la víctima.

— ¿Qué es una víctima?— preguntó Yeri curiosa.

— Es la que te agarraste a golpes, digo, a karatazos.

— Ay no, ¿y para qué vinieron?— preguntó preocupada.

— No será para darte una medalla. Como se nos fue todo esto de las manos, sus padres vinieron como un demonio y están hechos una furia. Wendy unnie está con ellos porque están esperando a tu mamá y a tu tía Seulgi en la dirección.

— Yeri.— Wendy se acercó a las menores.— Te esperan en la dirección, están todos reunidos con la directora Lee.

— Ay no... que sea lo que Dios quiera.— dijo Lisa asustada.

Residencia Park...

— Irene me plantó por culpa de esa maldita mocosa.— comentó Bogum enojado caminando de un lado a otro en su habitación.

— Aguanta, cuando te cases las cosas van a cambiar.— lo tranquilizó Misook.

— Un día de estos voy a gritar y le diré a esa infeliz unas cuantas cosas para que se aleje de su madre para siempre.

Jardín de niños...

*Toc Toc*

— Adelante.— dijo Hyunjoo.— Entren.

La puerta se abrió. Wendy venía entrando de la mano con Yeri, ahí estaban Irene, Seulgi y los padres de JooE.

— Vino con la mayor voluntad sin ninguna resistencia.— dijo Wendy con la intención de defender a la niña.

— Ahórrate los comentarios, Wendy.— le pidió Hyunjoo.

— Buenos días.— saludó Yeri.— Hola mamá.

— ¿Y todavía saludas?— cuestionó Irene enojada.

— La educación se le ordena.

— ¿También te ordenó a golpear a mi hija?— cuestionó la madre de JooE furiosa.

— ¡Se han golpeado! Que eso es muy distinto.— defendió Seulgi.

— Wendy, ve a buscar a JooE.— le pidió Hyunjoo.

— Sí directora.— Wendy obedeció.

— Como sabrás Yeri, ya debes saber la razón por la que estamos aquí.— le dijo Hyunjoo, Yeri asintió cabizbaja.— El señor y la señora Lee son los padres de JooE.

La puerta se abrió, JooE acababa de entrar.

— Mi pequeña.— el señor Lee se acercó para abrazar a su hija.

— Ella tiene papá y la defiende y yo no.— pensó Yeri con tristeza.

— A ver, cuenta lo que te hizo esta niña.

— Ella me golpeó.— contestó JooE entre lágrimas.

— Un momento, señor.— pidió Irene.— Directora Lee, ahora que veo a la adversaria de mi hija, no entiendo cómo pudo ser golpeada por alguien mucho más pequeña y frágil que ella.

— Que JooE se lo explique y entonces entenderá.— le dijo el señor Lee.

— ¡Su hija usó malas artes!— exclamó la señora Lee.

— ¡Malas artes no!— interrumpió Seulgi.

— ¡Mi hijita recibió la lucha! ¡¿Qué digo lucha?! ¡El castigo brutal del que fue víctima!

— Esa niña lastimó a nuestra nena con golpes de karate.— informó el señor Lee.

— ¿Karate?— Irene frunció el ceño y Seulgi entró en nerviosismo.— ¡Yeri no tiene ni idea de ese tipo de lucha!

— ¡Un momento!— intervino Hyunjoo.— Acláranos esto, Yeri. ¿Tú conoces el karate?

Yeri bajó la cabeza y se quedó callada.

— ¿Lo ven?— preguntó el señor Lee abrazando a su niña.

— Pero si nunca... apenas tiene...— Irene estaba en shock, se puso de cuclillas frente a Yeri y  con su dedo índice tomó su barbilla para que alzara la mirada.— ¿Sabes karate?

— ¡Tu hija se quejaba porque la atacaba una niña más grande que ella!— gritó Seulgi apuntando a JooE que tenía los ojos cristalinos.— ¡Y si hay alguna culpa de lo sucedido... esa culpa es mía!

— ¡Omo!— exclamó Lisa que estaba escuchando afuera de la dirección.— Wendy unnie, la tía de Yeri se declaró culpable.— respiró aliviada.— ¡Estamos salvadas!

— Menos mal.— murmuró Wendy tocándose el pecho.

— ¡¿Convertiste mi casa en una academia de karate?!— le gritó Irene.

— Señora Bae, contrólese.— le pidió Hyunjoo.

— ¡Lo estoy reconociendo, directora Lee!— se defendió Seulgi.

— Yeri va a aclarar esta situación.— Hyunjoo se acercó a la pequeña y se puso de cuclillas.— Debes decir la verdad porque de lo contrario habrá consecuencias.

— No quiero que haya consecuencias, directora.— dijo Yeri.

— Entonces confiesa, ¿sabes karate?

Yeri asintió.— Claro que sí, miren.— Yeri tomó posición y les mostró una pequeña exposición de karate.

— Esto es inaudito.— dijo Irene sin poder creer.

— ¿No lo hice bien, mamá?— preguntó Yeri con lindura.

— ¡Pero escúchenla!

— Qué cinismo, ¿no?— comentó el señor Lee.

— Es una descarada.— secundó la señora Lee.

— Les suplico moderación, ¿quieren?— pidió Hyunjoo.— Será imposible llegar a un acuerdo sobre los hechos si no ordenamos la conversación.— volvió con Yeri.— Yeri, ¿reconoces haberte trabado en lucha con JooE?

— Sí directora.— contestó la niña.

— ¿Y tú crees que propio de una niña recurra a la violencia en contra de otra compañera?

— Que es mi hija.— aclaró la señora Lee.

— ¡Señora! Tengo conocimiento que su hija provocaba con frecuencia a mi sobrina que incluso unió sus alianzas con otra niña para lastimarla.— habló Seulgi enojada.

— ¿Qué tienes que decir a eso, JooE?— preguntó Hyunjoo.

— ¡No es cierto! De verdad, ella fue la que me dio de karatazos.— señaló JooE.

— Te los di porque me cansé que a cada rato me dieras jalones, empujones y pellizcones.— se defendió Yeri.

— Bueno, pues como hayan ocurrido las cosas creo que no importa.— dijo el señor Lee.— Me parece un atropello que la tía de la niña se apreste a una venganza tan absurda...

— Bien, ya que llegó el momento de dejar cada cosa en su sitio.— interrumpió Hyunjoo cruzada de brazos.— Parece que vamos a distribuir la responsabilidad en justos y pecadores. ¿Qué tal si la niña no fue adiestrada por su tía?

— ¿Cómo dice?— preguntó Irene.— ¿Entonces quién fue?

Seulgi y Yeri comenzaron a ponerse nerviosa, y ni se diga de Wendy y Lisa.

— Seulgi, ¿estás encubriendo a alguien?— preguntó Irene molesta.— Que la niña hable.

— Sí, que hable.— pidió la señora Lee.

— Yeri, ¿quiénes te enseñaron karate?— preguntó Irene.— Ya escuchaste a la directora, ocultar algo traería consecuencias. ¿Quiénes te enseñaron? ¡Vamos contéstame! ¿Quiénes?

Yeri la miró directamente a los ojos.— La maestra Lisa y la maestra Wendy.

— ¡Nooo!

Wendy y Lisa escucharon todo, se taparon la boca para ahogar un grito. Ahora sí estaban en serios problemas, no solo Wendy, también Lisa estaba envuelta en el lío. Tenían que huir de ahí,  así que comenzaron a caminar con lentitud...

— Maestras...

Wendy y Lisa se detuvieron en seco, se voltearon con lentitud encontrándose con la mirada seria de Hyunjoo. La mayor hizo señas con su dedo índice para que entraran. Ambas maestras tuvieron que obedecer, todos los presentes estaban sorprendidos y a la vez molestos con ellas. Yeri solamente puso su cara de tristeza pidiendo perdón por haber roto la promesa, Wendy pudo percibir la mirada furiosa de Irene, se sentía muy mal y avergonzada por haberse involucrado en otra travesura.

Minutos después...

Finalmente tanto Yeri como Wendy y Lisa tuvieron sus respectivos castigos. En el caso de Yeri, la niña sería mandada a casa con un reporte, una suspensión de clases por un día y entregar una plana con la palabra "No debo pelearme con mis compañeros.", mientras que Wendy y Lisa, serían enviadas a sus casas siendo suspendidas laboralmente por una semana y con descuento de sus sueldos. Wendy estaba en el salón de clases guardando todas sus cosas, era la hora de receso y los niños se encon