Jardín de niños...

Después del incidente, Yeri se encontraba llorando en su asiento, tenía los brazos apoyados en la mesa cubriendo su cabecita para que nadie la viera.

— Si les dices a las maestras que te arranqué el pescuezo, tu papá te castigará por chismosa.— la amenazó JooE.

— Y entonces tu mamá se casará mañana mismo.— le siguió Nancy.

Yeri levantó la cabeza con los ojos llorosos.— No quiero, no quiero.— suplicó asustada.

— Recuérdalo Yeri, los papás que ya están muertos castigan a sus hijos por chismosos.— fue lo que dijo Nancy antes de irse con JooE a sus respectivas mesas.

— Papá... no soy chismosa, pero no dejes que mi mamá se case con Bogum.— pensó Yeri cerrando los ojos con fuerza.

RV Entertainment...

Irene había recibido una visita de Bogum, ambos se encontraban abrazados en el sofá.

— Me prometiste que le hablarías a Yeri de nuestra boda.— se quejó Bogum.

Irene resopló.— No lo consideré oportuno, mi hija...

— Deja las excusas a un lado.— la interrumpió.— Lo que pasa es que... le temes a la reacción de tu hija.

Irene apretó los labios, en realidad sí estaba preocupada por la reacción que tendría Yeri, apenas era una niña y no sabía como afrontarla, también debe de entender que no la puede obligar a borrar la memoria de su padre. Pero ya no había vuelta atrás y era el momento para que le dijera de una vez que la pequeña tendrá un nuevo papá.

— Se me ocurre algo, Irene.— dijo Bogum interrumpiendo los pensamientos de Irene.— Casémonos ya.

Irene levantó una ceja.— ¿A qué le llamas por "ya"?— preguntó mirándolo.

— Sabes que "ya" significa ahora mismo.

Irene se separó un poco de Bogum.— Pues ese ahora mismo es imposible. Estamos en mi oficina, no en un registro civil.

— ¿Y para qué perdemos tiempo?

— Escucha, estuve ausente de la compañía por mucho tiempo. Hay muchas cosas que resolver y no podré moverme de aquí por varios meses.

— Pero una boda por el civil es cosa de minutos.— le suplicó.— Mira, hagamos una cosa. Casémonos, continúa con tu trabajo y dejemos el viaje de bodas para después, todo eso será el mes que viene.

— ...

— Lo único que te pido es que los fines de semanas me los dediques a mí.

Irene le dio la espalda.— Te olvidas de mi hija.— dijo cruzándose de brazos.

— No amor, que Seulgi y tu nana le den a la pequeña los mejores fines de semanas.— dijo Bogum acercándose y la abrazó por detrás.— Y mientras llega nuestra luna de miel, yo te prometo darte tus mejores fines de semanas.— comentó mientras comenzaba a besar su cuello.

Jardín de niños...

Los niños se encontraban en el salón de baile, pues apenas comenzarían con la clase. Lisa les dio la indicación de que formaran una fila por estaturas y que tomaran distancia. JooE le susurró algo a Nancy al oído mientras ésta sonreía, corrió hacia donde estaba formada Yeri y le jaló un mechón de pelo.

— ¡Apa!— se quejó Yeri y se giró para ver a Nancy que volvió a su lugar, a lo lejos se escuchaban risas por parte de ellas. Yeri se volteó furiosa mientras se acariciaba la cabeza.

Mientras tanto, Lisa pudo de ver de reojo lo ocurrido y no dudó en apretar los labios enojada. Ganas no le faltaba de pegarles a esas niñas de no ser porque era maestra. Aún así no les quitaría los ojos de encima.

Horas después de tomar sus clases, volvieron al salón con Wendy. La chica les estaba dictando unos ejercicios que los niños tenían que contestar cuando los interrumpió la campana.

— Continuamos con el dictado después del receso.— anunció Wendy.

Los niños tomaron sus loncheras y de forma ordenada salieron del salón, solamente quedaban Yeri, Nancy y JooE. Yeri se levantó y tomó su almuerzo dispuesta a salir, pero un empujón bloqueó su camino.

— Hasta a un lado enana.— le dijo Nancy.

— ¿Qué pasa?— preguntó Wendy cruzada de brazos viendo todo.

— Fue sin querer.— contestó Nancy abrazando a Yeri rápidamente.— ¿Verdad Yeri?— la pequeña simplemente asintió. Después de eso, Nancy y JooE salieron al receso.

— ¿No vas a salir al receso?— le preguntó Wendy.

— No unnie, mejor aquí me quedo.— contestó Yeri y fue a sentarse en el suelo a comerse el almuerzo.

En ese momento Lisa entró al salón con una bolsa de pan dulce.

— ¿Quieren?— preguntó la pelirroja.

— No, gracias.— contestó Wendy, Yeri solo negó la cabeza como respuesta.

— Bueno, más para mi.— dijo Lisa con emoción.

— Maestra Wendy.— habló Yeri.

Wendy se agachó para estar a su altura.— Dime.

— Tengo una duda... quiero saber cómo la gente pequeña puede ganarle a la gente bravucona.

RV Entertainment...

Irene fue hacia el piso donde se encontraba el estudio de televisión. Ahí estaban Jennie acompañada por Sinb revisando algunas luces.

— Jennie.— la llamó Irene.

— ¿Qué pasa, Irene? ¿Necesitas algo?

— ¿Podrías comunicarte con Seulgi y decirle que puede al rato ir a recoger a Yeri de la escuela? Yo quería ir, pero tengo un compromiso.

— ¿Compromiso?— Jennie frunció el ceño.— No me llegó ninguna agenda acerca de eso, pero supongo que debe ser importante, ¿no?

Irene apretó los labios.— Bogum y yo tenemos una cita... para ver un departamento que pienso comprar.

¡CRASH!

Irene y Jennie voltearon a ver a Sinb quien se le había caído una lámpara.

— P-Perdón, p-perdón.— se disculpó Sinb al sentir la mirada de Irene.— Enseguida limpio todo esto.— se fue rápidamente por una escoba y un recogedor.

— Tú y yo tenemos que hablar.— dijo Jennie seriamente.

— ¿No puede ser en otra ocasión?— pidió la mayor un poco desesperada.— Bogum, me está esperando allá abajo.

— No, tiene que ser ahora.— Jennie tomó el brazo de su amiga y se la llevó a su oficina.

Jardín de niños...

— ¿Ustedes nunca oyeron nada de hablar de karate?— preguntó Lisa con interés.— Es una lucha que inventaron los japoneses.

— Es cierto, yo lo veo en la televisión.— comentó Wendy.— Hacen cosas raras con los dedos, palancas, saltos y puntapies.

— Si uno supiera esa cosa japonesa que tú dices, ¿podría ganarle a una persona más alta y fuerte?— preguntó Yeri curiosa.

— Claro que sí.— contestó Lisa con entusiasmo.— Tú ves que los japoneses son chiquitos y delgados. Sin embargo, se ponen un kimono blanco, agarran al contrincante y... ¡ZAZ! Se empiezan a dar vueltas y ¡BOOM! El contrincante queda planchado como un pañuelo.

— ¿Tú podrías enseñarme la cosa japonesa?

— Lisa puede enseñarte a decir tonterías o a bailar y de ahí no la sacas.— le dijo Wendy.

— Niña, yo soy tailandesa pero no japonesa.— comentó Lisa.— Pero ve a librerías, allá hay libros para enseñar karate.

— Cuando mi mamá me venga a buscar después de la escuela, le pediré que me lleve a una librería y me compre un libro de karate.— dijo Yeri con emoción.

RV Entertainment...

— ¿Vas a comprar un departamento?— preguntó Jennie sorprendida y a la vez molesta.— ¿Qué es lo que te está pasando, Irene? ¿Por qué se precipitan las cosas?

— Bogum y yo nos vamos a casar en un mes y...

— ¿Y cuál es la prisa?

— Bogum se ha portado sumamente comprensivo.

— Ah, qué admirable.— comentó con sarcasmo.

— Muy admirable, porque está dispuesto a posponer el viaje de bodas y a sobrellevar mi vida de trabajo.

— A Seulgi no le va a gustar esto y te lo digo yo también, no me está gustando cómo estás llevando la vida con ese hombre de un momento a otro solo por esos "pequeños detalles" que tiene con tu hija.

— ¿Ah sí?— preguntó Irene cruzada de brazos.— Pues eso les servirá para taparles la boca con esos comentarios capciosos que se les ocurre a ti y a Seulgi cuando menciono a mi novio.— tomó sus cosas.— Si solo viniste a justificar injustamente, me voy a retirar porque Bogum me está esperando. Solo recuerda lo que te pedí.

— Irene, no he terminado de hablar contigo... ¡Irene!— gritó Jennie cuando la mayor cerró la puerta de su oficina.

Horas después...

Jardín de niños...

— Tía Seulgi, quiero pedirte una cosa y estoy segura que tú me lo vas a comprar, pero a lo mejor mamá no querría. Ya sabes cómo es ella.— dijo Yeri.

Seulgi sonrió.— ¿Qué quieres comprar?

— Un libro. Bueno, la maestra Lisa dice que se llama manual.

— Así me gusta, que aunque sea inicio de semana te preocupes por tus estudios. ¿Un manual de qué?

— ¿Tú conoces esa lucha que hacen los japoneses pequeños para ganarles a la gente grande?

— Sí Yeri, ¿por qué?

— Quiero que me compres un manual de karate.

Al instante la sonrisa de Seulgi se borró por completo.

— ¡¿Qué?! ¡¿Que te compre qué?!— preguntó alterada.

— Un manual de karate.— repitió Yeri.— ¿Sí me lo puedes comprar, por fis?

Seulgi tenía un montón de pensamientos a la cabeza que ya no sabía cómo acoplarlas, ¿ahora qué clase de travesura se va a envolver la pequeña? Se rascó la cabeza con nerviosismo.

— D-Déjame pensarlo, aunque no te prometo nada.— contestó Seulgi con torpeza.— ¿Sabes en dónde están Wendy y Lisa?

— Están en el salón de clases de Wendy unnie, ¿por qué?

— Es que...— Seulgi no sabía qué decir.— Es que debo de hablar con ellas sobre un problema que tengo, problemas de adultos.

— ¿Y puedo ir contigo?

Seulgi cargó a Yeri y la sentó en el sofá.— ¿Qué te parece si te quedas aquí esperando mientras vuelve Hyunjoo unnie?— le sugirió.— Te prometo que no me voy a tardar, ¿de acuerdo?

— Pero tu problema no es grave, ¿verdad?— preguntó la pequeña con preocupación.

Seulgi sonrió.— Claro que no.— le dio un beso en la frente y abrió la puerta para salir.

Minutos después, Hyunjoo había vuelto con unos documentos a la mano.

— Yeri, ¿por qué sigues aquí?— preguntó Hyunjoo dejando los papeles en el escritorio.— ¿Y tu tía Seulgi?

— Me dijo que la esperara aquí, fue a hablar con la maestra Wendy y la maestra Lisa.— contestó Yeri jugando con sus dedos.

Wendy y Lisa tragaron duro cuando vieron la cara enojada de Seulgi, quería una respuesta sobre lo que estaba pasando con Yeri y qué ideas le metieron por su cabeza. Wendy le pidió a Lisa con la mirada que le contara toda la verdad, era obvio que la pelirroja fue la responsable de darle la idea del libro.

— Unnie...

— Nada de unnie.— la interrumpió Seulgi.

Lisa rodó los ojos.— Bueno... Seulgi, hay una alumna que continuamente trata de mala manera a la niña. Por eso Kim Yerim tiene el derecho de aprender karate, para sacudirla en el suelo como si fuera una alfombra.

— Pero...— Seulgi se sobó la sien.— ¿Y ustedes fueron capaces de fomentar a la criatura... una idea que es una fechoría?

— Cada vez que Lisa tiene una ocurrencia, una la arrastra como si fuera una ola.—comentó Wendy lanzándole una mirada asesina a Lisa.— Al principio me negué por la disciplina de la institución, pero la pobre niña es un ser humano y debe defenderse de los abusos de su compañera.

En un principio, Seulgi se había negado en comprarle ese manual a Yeri por el bien de ella y de Irene, pero al escuchar los comentarios de Wendy y Lisa, la hicieron cambiar de opinión de inmediato. Así que salió de la escuela junto con Yeri para dirigirse a una tienda de libros y pedir un manual de karate, sabía que esta idea iba a ser un poco peligroso porque le prometió a Yeri que no le diría a Irene nada de esto. El lío en el que se iban a meter.