capitulo 2

Besos

Notas Musicales y las Llamas de la Hoguera...

Taeyeon

Hace Dos Años.

Quince Años de Edad

Se hizo el silencio mientras la rubia se acomodaba en el escenario.

Bueno, no todo estaba en silencio, el tronar de la sangre corriendo a través de mí rugía en mis orejas mientras mi tiffany  se sentaba con cuidado.

Se veía hermosa en su vestido negro sin mangas, con su largo pelo castaño  peinado hacia atrás en un moño, con un lazo blanco acomodado encima.

Levantando la cámara que siempre llevaba alrededor de mi cuello, llevé el lente a mi ojo justo cuando ella posicionó el arco contra las cuerdas de su chelo.

Siempre me encantaba capturarla en ese momento.

El momento en que cerraba sus grandes ojos azules.

El momento en que la expresión más perfecta iba a la deriva sobre su rostro, la mirada que tenía justo antes de que la música empezara. La mirada de pura pasión por los sonidos que vendrían.

Tomé la foto en el momento perfecto, y entonces la melodía comenzó.

Bajando mi cámara, me enfoqué simplemente en ella. No podía tomar fotos mientras tocaba. No podía obligarme a perderme ninguna parte de cómo se veía ella en ese escenario.

Mi labio se inclinó en una pequeña sonrisa cuando su cuerpo comenzó a moverse con la música. 

Ella amaba esa pieza, había estado tocándola por tanto tiempo como podía

Recordar.

No necesitaba partituras de música para esa; Greensleeves se derramaba de su alma a través de su arco.

No podía dejar de mirar, mi corazón latía como un maldito tambor cuando los labios de tiffany  se retorcían.

Sus ojos permanecían cerrados, pero podía decir qué partes de la música adoraba.

Su cabeza se inclinaba hacia un lado y una gran sonrisa se extendía en su rostro.

La gente no entendía que después de todo este tiempo todavía fuera mía.

Solo teníamos quince años, pero desde el día que la besé en la arboleda de flores, a los ocho años de edad, nunca había habido nadie más.

Tenía anteojeras para cualquier otra persona.

Sólo veía a tiffany.

En mi mundo, sólo ella existía.

Y era diferente a cualquier otra persona en nuestra clase.

tiffany  era rara, no popular.

No se preocupaba por lo que la gente pensaba de ella, nunca lo había hecho.

Tocaba el chelo porque le encantaba. Leía libros, estudiaba por diversión, se despertaba al amanecer sólo para ver salir el sol.

Era por eso que era mi todo.

Mí para siempre.

Porque era única.

Única en una ciudad llena de copias de cabezas huecas.

Ella no quería adular, o jugar o perseguir a las demás personas.

Sabía que me tenía, tanto como yo a ella.

Éramos lo único que necesitábamos.

Me moví en mi asiento cuando el sonido de su chelo se hizo más suave, tiffany  llevaba la pieza al final. Levantando mi cámara de nuevo, tomé una última foto cuando tiffany  levantó su arco de las cuerdas, con una expresión de felicidad rozando su bello rostro.

El sonido del aplauso me hizo bajar la cámara. tiffany  separó el instrumento de su pecho y se puso de pie. Hizo una pequeña inclinación, luego escaneó el auditorio. Sus ojos se encontraron con los míos.

Sonrió.

Pensé que mi corazón estallaría a través de mi pecho.

Sonreí en respuesta, apartando mi largo pelo oscuros de mi cara con mis dedos.

Rubor tiñó las mejillas de tiffany, luego salió del escenario por el lado izquierdo, las luces de la casa inundaban el auditorio de luz.

tiffany  había sido la última en presentarse.

Siempre cerraba la función.

Era la mejor músico en el distrito para el grupo de nuestra edad.

En mi opinión, eclipsaba a cualquiera en los tres grupos de edades por encima.

Una vez le pregunté cómo podía tocar como lo hacía. Simplemente me dijo que las melodías salían de su arco con tanta facilidad como respirar.

No podía imaginarme teniendo esa clase de talento.

Pero así era tiffany, la chica más asombrosa del mundo.

Cuando el aplauso se desvaneció, la gente comenzó a salir del auditorio.

Una mano se presionó en mi brazo. La señora hwang  estaba limpiándose una lágrima. Siempre lloraba cuando tiffany  se presentaba.

—tae, cariño, debemos llevar a estas dos a casa. ¿Está bien para ti ir por tiff?

—Sí, señora—contesté, y en voz baja me reí por michelle, las hermana de nueve años de tiffany, durmiendo en sus asiento.

A ellas nos les importaba mucho la música, no como a tiffany.

El señor hwang  puso los ojos en blanco y me lanzó una despedida con la mano, luego despertó a las chicas para llevarlas a casa.

La señora hwang  me besó en la cabeza y luego los cuatro se fueron.

Mientras caminaba por el pasillo, escuché susurros y risas saliendo a la derecha. Mirando sobre los asientos, vi a un grupo de chicas de primer año mirando en mi dirección. Aparté mi cabeza, ignorando sus miradas.

Sucedía mucho.

No tenía ni idea de porqué muchas de las personas me prestaban tanta atención.

Había estado con tiffany  por tanto tiempo como me conocían.

No quería a nadie más.

Deseaba que dejaran de intentar apartarme de mi chica, nada jamás lograría eso.

Pasé a través de la salida y fui hacia la puerta de los bastidores.

El aire era denso y húmedo, haciendo que mi camisa negra se pegara a mi pecho. Mis pantalones negros y mis botas negras probablemente eran demasiado calientes para este calor de primavera, pero usaba este estilo de ropa todos los días, sin importar el clima.

Al ver a los artistas comenzar a salir a montones por la puerta, me incliné contra la pared del auditorio. Crucé mis brazos sobre mi pecho, sólo desdoblándolos para apartar el pelo de mis ojos.

Vi a los intérpretes recibiendo abrazos de sus familias, entonces, al ver a las mismas chicas y un par de chicos de antes mirándome, bajé mis ojos al suelo.

No quería que se acercaran.

Y no tenía nada que decirles.

Mis ojos todavía estaban en el suelo cuando escuché pasos viniendo en mi dirección. Alcé la mirada justo cuando tiffany  se lanzó a mi pecho, sus brazos envolviéndose alrededor de mi espalda, apretándome con fuerza.

Resoplé una pequeña risa y la sostuve de regreso.

Ya tenía una altura de metro sesenta y ocho, así que no podía cernía sobre el metro setenta de tiffany. Me gustaba sin embargo, como encajaba perfectamente contra mí.

Inhalando profundamente, aspiré el aroma dulzón de su perfume y presioné mi mejilla contra su cabeza. Después de un último apretón, tiffany  se retiró hacia atrás y me sonrió. Sus ojos azules se veían enormes bajo su rímel y maquillaje iluminado, sus labios rosados y exuberantes por su bálsamo de labios de cereza.

Subí mis manos por sus costados, deteniéndome cuando acuné sus suaves mejillas. Las pestañas de tiffany aletearon, haciéndola ver de todas las clases de dulce.

Sin ser capaz de resistir sentir sus labios sobre los míos, lentamente me moví, casi sonriendo cuando escuché la misma alteración en la respiración de tiffany  de cada vez que la besaba, en ese momento justo antes de que nuestros labios se tocaran.

Mientras nuestros labios se encontraban, exhalé a través de mi nariz.

tiffany  siempre sabia así, a cereza, el sabor de su bálsamo de labios fluyendo a mi boca.

Y tiffany  me besó de regreso, sus pequeñas manos agarrando con fuerza los costados de mi camisa negra.

Moví mi boca sobre la suya, lenta y suavemente, hasta que finalmente me retiré hacia atrás, dejando tres cortos y suaves besos sobre su boca hinchada. Inhalé aire y observé los ojos de tiffany  aletear al abrirse.

Sus pupilas estaban dilatadas.

Se lamió su labio inferior antes de lanzarme una brillante sonrisa.

—Beso trescientos cincuenta y dos. Con mi tae contra la pared del auditorio.

Contuve el aliento, esperando por la siguiente línea. El brillo en los ojos de jessica me dijo que las palabras que esperaba que siguieran saldrían de sus labios.

Moviéndome más cerca, susurró:

—Y mi corazón casi estalló en llamas.

Ella sólo registraba los besos extra especiales. Sólo aquellos que la hacían sentir que su corazón era pleno.

Cada vez que la besaba, esperaba por esas palabras.

Cuando venían, casi me hacía explotar con su sonrisa.

tiffany  se rio.

No pude evitar sonreír ampliamente ante el sonido de felicidad en su voz.

Presioné otro beso rápido en sus labios y di un paso hacia atrás para envolver mi brazo sobre sus hombros. La acerqué más y descansé mi mejilla contra su cabeza. Los brazos de tiffany  se envolvieron alrededor de mi espalda y estómago, y la aparté de la pared.

Mientras lo hice, sentí a tiffany  congelarse.

Levanté mi cabeza para ver a las chicas de primer año apuntar a tiffany  y susurrar entre ellas. Sus ojos estaban enfocados en tiffany  en mis brazos.

Mi mandíbula se apretó.

Odiaba que la trataran de esta forma, sólo por celos. La mayoría de las chicas jamás le daban oportunidad a tiffany  porque querían lo que ella tenía.

tiffany  decía que no le importaba, pero podía decir que sí lo hacía.

El hecho de que se tensara en mis brazos me dijo qué tanto.

Moviéndome enfrente de tiffany, esperé a que levantara la cabeza. Tan pronto como lo hizo, le ordené.

—Ignóralas.

Mi estómago se tensó cuando la vi forzar una sonrisa.

—Eso hago, tae. No me molestan.

Moví mi cabeza hacia un lado y alcé mis cejas. tiffany sacudió la cabeza.

—No lo hacen. Lo prometo—intentó mentir.

tiffany  miró por sobre mi hombro y se encogió. Cuando me miró a los ojos, dijo:

—Pero lo entiendo. Quiero decir, mírate, tae. Eres hermosa. Misteriosa, exótica... ¡coreana!—se rio y presionó su palma entre mis pechos—Tienes todo ese estilo de chica mala y alternativa. Las personas no pueden evitar quererte. Eres tú. Eres perfecta.

Me moví más cerca y vi sus ojos azules abrirse más.

—Y tuya—añadí.

La tensión se desvaneció de sus hombros.

Deslicé la mano sobre la linda rubia en mi pecho.

—Y no soy misteriosa, Mi tiff. Sabes todo lo que hay que saber de mí: nada de secretos, ni misterios.

—Para mí—discutió, mirándome a los ojos de nuevo—No eres un misterio para mí, pero lo eres para todas las personas de nuestra escuela. Hombres y mujeres, todos te desean.

Suspiré, comenzando a sentirme enojada.

—Y lo único que yo quiero es a ti.

tiffany  me miró, como si estuviera intentando encontrar algo en mi expresión.

Eso sólo me enojó más.

Enlacé nuestros dedos y susurré:

—Por la eternidad.

Con eso, una genuina sonrisa tiró de los labios de jessica.

—Para siempre—susurró eventualmente como respuesta.

Dejé caer mi frente contra la suya. Mis manos acunaron sus mejillas, y le aseguré:

—Te quiero a ti y sólo a ti. Lo he hecho desde que tenía cinco años y estrechaste mi mano. Ninguna otra persona cambiara eso.

— ¿Sí?—preguntó, pero pude escuchar el humor de regreso en su dulce voz.

—Sí—contesté en español, escuchando el dulce sonido de su risa bañar mis orejas.

A ella le encantaba cuando hablaba en mi idioma nativo.

Besé su frente, luego di un paso atrás y tomé sus manos:

—Tu mamá y tu papá se llevaron a las chicas a casa; me dijeron que te lo dijera.

Asintió, luego me miró, nerviosa.

— ¿Qué pensaste de esta noche?

Puse mis ojos en blanco y arrugué la nariz.

—Terrible, como siempre—dije secamente.

tiffany  se rio y golpeó mi brazo.

— ¡taeyeon Kim! ¡No seas tan mala!—me regañó.

—Bien—dije, pretendiendo estar molesta.

La estrellé contra mi pecho, envolviendo mis brazos alrededor de su espalda, atrapándola contra mí. Ella chilló cuando comencé a besarla de arriba abajo por la mejilla, manteniendo sus brazos aferrados a su costado. Dejé caer mis labios en su cuello y atrapé su aliento, toda la risa olvidada.

Moví mi boca hacia arriba hasta que tiré de su lóbulo con mis dientes.

—Estuviste maravillosa—susurré suavemente—Como siempre. Estuviste perfecta ahí arriba. Te apoderaste de ese escenario. Te apoderaste de todos en el cuarto.

—Tae—murmuró.

Escuché el tono feliz de su voz.

Me eché hacia atrás, sin mover mis brazos.

—Nunca estoy más orgullosa de ti que cuando te veo en ese escenario—confesé.

tiffany  se sonrojó.

—Tae—dijo tímidamente, pero incliné mi cabeza para mantener el contacto visual cuando ella intentó apartarse.

—Carnegie Hall, recuerda. Un día estaré viéndote tocar en Carnegie Hall.

tiffany  se las arregló para liberar una mano y suavemente me golpeó en el brazo.

—Me halagas.

Negué con la cabeza.

—No. Siempre digo la verdad.

tiffany  presionó sus labios con los míos, y sentí su beso todo el camino hasta mis pies. Cuando se retiró, la solté y enlacé nuestros dedos juntos.

— ¿Vamos a ir al campo?—preguntó cuando comencé a guiarla a lo largo del estacionamiento, sosteniéndola un poco más cerca cuando pasamos al lado del grupo de las personas de primer año.

—Preferiría estar a solas contigo—dije.

— yoona  preguntó si iríamos. Todo el mundo está ahí—movió la mirada hacia mí. Por la mueca de sus labios, supe que estaba frunciendo el ceño—Es viernes en la noche, tae. Tenemos quince, y has pasado la mayor parte de la noche viéndome tocar el chelo. Tenemos noventa minutos hasta el toque de queda; de verdad deberíamos ver a nuestros amigos como adolescentes normales.

—Bien—me rendí y envolví mi brazo alrededor de sus hombros y coloqué mi boca contra su oreja y dije—Pero te tendré para mí, mañana.

tiffany  colocó su brazo alrededor de mi cintura y me apretó con fuerza.

—Lo prometo.

Escuchamos a las personas detrás de nosotros mencionar mi nombre. Suspiré con frustración cuando tiffany  se tensó levemente.

—Es porque eres diferente, tae—dijo sin alzar la mirada—Eres una artista, en la fotografía. Usas ropas oscuras—se rio y negó con la cabeza.

Aparté el pelo de mi rostro y jessica dijo:

—Pero más que todo es por eso.

Fruncí el ceño.

— ¿Por qué?

Alzó la mano y tiró de una hebra de mi pelo largo.

—Cuando haces eso. Cuando te apartas el pelo hacia atrás como lo haces.

Alcé una ceja, divertida.

tiffany  se encogió de hombros:

—Es algo irresistible.

— ¿Sí?—pregunté, antes de detenerme para pararme frente a tiffany, apartando mi pelo hacia atrás con exageración hasta que se rio— ¿Irresistible, eh? ¿Para ti, también?

tiffany  se rio y apartó la mano de mi pelo para envolverla con la suya. Mientras seguimos el camino al campo —un pedazo del parque donde los chicos de nuestra escuela pasaban las noches— tiffany  dijo:

—En realidad no me molesta que las otras personas te miren, pero los chicos lo hacen con una mirada distinta, como si fueras comida, por lo menos las mujeres no. Sé cómo te sientes con respecto a mí, porque es exactamente la misma forma en que me siento por ti—tiffany succionó su labio inferior.

Sabía que eso significaba que estaba nerviosa, pero no sabía la razón, hasta que dijo:

—La única chica que me molesta es yuri. Porque te ha deseado por mucho tiempo y estoy bastante segura que haría lo que fuera por hacerte suya.

Negué con la cabeza.

No me caía bien yuri, pero como estaba en nuestro grupo de amigos, siempre estaba alrededor.

A todos mis amigos les caía bien; todos ellos pensaban que era la persona más bonita del lugar. Pero jamás lo vi, y odiaba como era conmigo.

Odiaba como hacía sentir a tiffany.

—Ella no es nada, Mi tiff—le aseguré—Nada.

tiffany se acunó en mi pecho y giramos a la derecha, hacia donde estaban nuestros amigos. Sostuve a tiffany  con más fuerza a medida que nos acercamos.

Dani se paró cuando nos aproximamos.

Girando mi cabeza hacia tiffany, repetí:

—Nada.

La mano de tiffany  se apretó en mi cabeza, diciéndome que había escuchado.

Su mejor amiga yoona  saltó de donde estaba sentada.

— ¡tiffany!—la llamó emocionada, acercándose para abrazar a tiffany.

Me caía bien Yoona.

Era despistada, rara vez pensaba antes de hablar, pero quería a tiffany  y a ella. Era una de las pocas personas en esta pequeña ciudad que encontraba las peculiaridades de tiffany  entrañables y no sólo raras.

— ¿Cómo están, dulzuras?—preguntó Yoona y dio un paso atrás. Miró el vestido negro de tiffany  para la presentación— ¡Te ves hermosa! ¡Malditamente linda!

tiffany  inclinó su cabeza en señal de dar las gracias.

Tomé su mano de nuevo. Y nos guie alrededor del pequeño fuego que habían encendido en la hoguera y nos sentamos. Me incliné contra un banco de troncos, tirando a tiffany  para que se sentara entre mis piernas.

Me sonrió mientras se sentaba conmigo, presionando su espalda contra mi pecho y acurrucándose para que pudiera meter su cabeza contra mi cuello.

—Entonces, tiffany, ¿cómo te fue?—sun yeon, mi mejor amiga, preguntó al otro lado del fuego.

Mi otra amiga cercana, Sunny, estaba sentada a su lado. Inclinó su barbilla

Hacia arriba en saludo, su novia, Kimberly, también nos lanzó un pequeño saludo con la mano.

tiffany  se encogió de hombros.

—Bien, supongo.

Mientras envolvía mi brazo a lo largo de su pecho, sosteniéndola con fuerza, miré hacia mi amiga de pelo rubio y ojos cafés, añadí.

—La estrella del espectáculo. Como siempre.

—Sólo es chelo, tae. Nada demasiado especial—argumentó tiffany  suavemente.

Negué con mi cabeza en protesta.

—Puso el lugar a sus pies.

Capté a Yoona sonriéndome.

Y también capté a sunny poniendo sus ojos en blanco despectivamente.

tiffany  ignoró a sunny y comenzó a hablar con Yoona sobre la clase.

—Vamos, tiff. Juro que el señorita luhan es un maldito alien malvado. Un demonio. Infiernos, es de algún lugar de afuera por lo que sabemos. Traído por el director para torturarnos a nosotros los débiles y jóvenes terrícolas con algebra demasiado difícil. Es como consigue su energía vital; estoy convencida de eso. Y creo que está ensañado conmigo. Ya sabes, por el hecho de que sé que es un extraterrestre, porque, ¡Señor! ¡Esa mujer sigue haciendo reprobar mi trasero y dándome esa mirada horrible!

— ¡Yoona!—tiffany  se rio se rio tan fuerte que todo su cuerpo tembló.

Sonreí por su felicidad, luego me desconecté. Me incliné más contra el tronco mientras nuestros amigos hablaban, perezosamente tracé círculos en el brazo de tiffany, sin querer nada más que irme.

No me importaba sentarme con nuestros amigos, pero prefería estar a solas con ella.

Era su compañía lo que ansiaba; el único lugar en que quería estar era con ella.

tiffany  se rio por algo que yoona dijo. Su risa fue tan fuerte que golpeó la cámara que colgaba alrededor de mi cuello a un costado. Me lanzó una sonrisa de disculpa, me incliné, y alcé su barbilla hacia mí con un dedo y la besé en los labios.

Solo pretendía que fuera rápido y suave, pero cuando la mano de tiffany  se enredó en mi pelo, acercándome más, se convirtió en otra cosa.

Cuando abrió sus labios, empujé mi lengua para buscar la suya, perdiendo el aire mientras lo hacía. Sus dedos se apretaron en mi pelo. Acuné su mejilla para mantenerla en este beso tanto como fuera posible.

Si no tuviera que respirar, imagino que jamás dejaría de besarla.

Demasiado perdidas en el beso, sólo nos separamos cuando alguien se aclaró la garganta al otro lado de la fogata. Levanté la cabeza para ver a sun yeon sonriendo.

Cuando miré a tiffany, sus mejillas estaban sonrojadas.

Nuestros amigos ocultaron sus risas, y apreté a tiffany  con más fuerza. No me avergonzaría por besar a mi chica.

La conversación se retomó de nuevo, y levanté mi cámara para ver que estuviera bien.

Mi mamá y mi papá la compraron para mí en mi cumpleaños número trece, cuando pudieron ver que la fotografía se estaba volviendo mi pasión. Era una antigua Canon de 1960. La llevaba conmigo a todos lados, tomando cientos de fotografías. No sabía por qué, pero capturar momentos me fascinaba.

Tal vez era porque algunas veces lo único que tenemos son momentos.

No hay repeticiones; lo que sea que pasa en un momento define la vida, tal vez es la vida. Pero capturar un momento grabado mantiene ese instante con vida, para siempre.

Para mí, la fotografía era magia.

Mentalmente pasé por el rollo de mi cámara. Fotos de la vida salvaje y acercamientos de las flores de cerezo en la arboleda ocupaba la mayor parte del rollo.

Luego habría fotos de tiffany  esta noche.

Su hermoso rostro mientras la música se apoderaba de ella. Sólo había visto esa mirada en su rostro una única vez, cuando me miraba a mí.

Para tiffany, era tan especial como la música lo era.

Y en ambos casos, un lazo que nadie podía romper.

Tomando mi teléfono, lo levanté enfrente de nosotras, los lentes de la cámara apuntados en nuestra dirección.

tiffany  ya no estaba siendo parte de la conversación alrededor de nosotras. Estaba en silencio, pasando las puntas de sus dedos a lo largo de mi brazo. Atrapándola fuera de guardia, tomé una foto, justo cuando me miró. Dejé salir una sola risa cuando sus ojos se entrecerraron con molestia.

Sabía que no estaba molesta, sin embargo, a pesar del esfuerzo que hizo por parecerlo. Jessica amaba cada foto que tomaba de nosotros, incluso si era tomada cuando menos se lo esperaba.

Cuando me enfoqué en mi celular, mi corazón inmediatamente comenzó a latir contra mi pecho. 

En la foto, mientras tiffany  me miraba, se veía hermosa. Pero era la expresión en su rostro lo que me derribó.

La mirada en sus ojos azules.

En ese momento, ese único momento capturado, había esa expresión.

La que me daba tan fácilmente como a la música.

La que decía que la tenía tanto como ella me tenía.

La que me aseguraba que estaríamos juntas por todos estos años.

La que decía que incluso aunque éramos jóvenes, sabíamos que habíamos encontrado nuestra alma gemela en la otra.

—Déjame ver.

La voz baja de tiffany apartó mi atención de la pantalla. Me sonrió y bajé el teléfono para que ella viera.

Miré a tiffany, no a la foto, cuando su mirada cayó sobre la pantalla. La miré cuando su mirada se suavizó y el susurro de una sonrisa aparecía en sus labios.

—tae—susurró, mientras bajaba la mano para tomar mi mano libre.

La apreté con fuerza y ella dijo.

—Quiero una copia de esta. Es perfecta.

Asentí y besé su frente.

Y es por esto que amo la fotografía, pensé.

Podía sacar emociones, emociones crudas, de un segundo en el tiempo.

Apagando la cámara de mi teléfono, vi la hora desplegarse en la pantalla.

—Mi tiff—dije en voz baja—, Debemos ir a casa. Se está haciendo tarde.

tiffany  asintió.

Me puse de pie y la ayudé a enderezarse.

— ¿Ya se van?—preguntó sun yeon.

Asentí.

—Sí. Te veo el lunes.

Lancé una despedida para todos y tomé la mano de tiffany. No dijimos mucho mientras caminábamos a casa.

Cuando nos detuvimos en la puerta de tiffany, la tomé en mis brazos y la atraje contra mi pecho. Coloqué mi mano a un costado de su cuello. tiffany

Alzó la mirada.

—Estoy muy orgulloso de ti, Mi tiff. No hay ninguna duda de que entrarás a Julliard. Tu sueño de tocar en Carnegie Hall se hará realidad.

tiffany  sonrió brillantemente y tiró de la correa de mi cámara alrededor de mi cuello.

—Y tú estarás en la Escuela de Artes Tisch en la Universidad de Nueva York.

Estaremos en Nueva York juntas, como se supone que sea. Como siempre planeamos.

Asentí y rocé mis labios a lo largo de su cuello.

—Entonces no habrá más toque de queda—murmuré juguetonamente.

tiffany se rio. Moviéndome a su boca, presioné un suave beso en sus labios y me aparté.

Mientras soltaba sus manos, el señor hwang  abrió la puerta. Me vio apartándome de su hija y sacudió la cabeza, riéndose. Sabía exactamente lo que habíamos estado haciendo.

Nuestros padres supieron desde el primer momento de nuestro amor y lo tomaron de la mejor manera.

Nuestros papás eran los más contentos diciendo que no saldríamos embarazadas por accidente.

Hombres.

—Buenas noches, tae—dijo secamente.

—Buenas noches, señor hwang—repliqué, viendo a jessica sonrojarse mientras su papá hacía gestos para que entrara.

Caminé por el pasto hacia mi casa. Abrí la puerta, caminé a través de la sala de estar y encontré a mis padres sentados en el sofá. Ambos estaban inclinados hacia adelante en sus asientos, se veían tensos.

—Hola—dije, y la cabeza de mi mamá se alzó de golpe.

—Hola, cariño—dijo.

Fruncí el ceño.

— ¿Qué pasa?—pregunté.

Mi mamá le lanzó una mirada a papá.

Ella negó.

—Nada, cariño. ¿A tiff le fue bien? Lamento que no pudiéramos ir.

Miré a mis padres.

Estaban escondiendo algo.

Podía decirlo.

Cuando no dijeron nada más, lentamente asentí, respondiendo su pregunta.

—Estuvo perfecta, como siempre.

Creí haber visto un destello de lágrimas en los ojos de mi mamá, pero rápidamente parpadeó.

Necesitando escapar de la incomodidad, alcé la cámara.

—Voy a revelar éstas y luego me iré a la cama.

Mientras me daba vuelta, papá dijo:

—Vamos a salir como familia mañana, Tae.

Me detuve en seco.

—No puedo. Planeé pasar el día con tiff.

Mi papá negó.

—Mañana no, Tae.

—Pero...

Iba a discutir, pero papá me interrumpió, su voz era seria.

—Dije que no. Vas a venir, eso es todo. tiffany  te puede ver cuando volvamos. No nos iremos todo el día.

— ¿Qué está pasando en realidad?

Mi papá caminó hasta estar ante mí. Colocó una mano sobre mi hombro.

—Nada, Tae. Es sólo que ya casi no te veo por el trabajo. Quiero cambiar eso, así que vamos a ir a la playa.

—Bueno entonces, ¿tiffany  puede venir con nosotros? le encanta la playa. Es su segundo lugar favorito al que ir.

—No mañana, hija.

Me quedé en silencio, enojándome, pero pude ver que no iba a ceder.

Papá suspiró.

—Ve a revelar tus fotos, Tae, y deja de preocuparte.

Haciendo lo que dijo, bajé al sótano y al pequeño cuarto a un costado que mi papá había convertido en un cuarto oscuro para mí. Todavía revelaba rollos a la antigua en lugar de usar una cámara digital.

Pensaba que daba un mejor resultado.

Después de veinte minutos, di un paso atrás y vi la línea de nuevas fotos.

También había impreso la foto de mi teléfono, de tiffany  y yo en el campo.

La tomé y la llevé a mi habitación.

Asomé mi cabeza en el cuarto de siwon mientras pasaba, viendo a mi hermano de dos años dormir. Estaba acurrucado contra su oso de peluche marrón, su desordenado pelo oscuro estaba extendido en la almohada.

Empujé mi puerta y encendí la lámpara. Miré al reloj, registrando que era casi medianoche.

Pasándome la mano por el pelo, caminé hasta la ventana, y sonreí cuando vi la casa de los Jung a oscuras, con excepción de una tenue luz de la lámpara de noche de jessica, su señal de que la costa estaba despejada y podía escabullirme dentro.

Puse seguro a la puerta de mi habitación y apagué la lámpara. El cuarto fue sumido en la oscuridad. Rápidamente me puse mis pantalones de dormir y una camisa.

Silenciosamente, levanté la ventana y salí. Corrí a través del pasto entre nuestras dos casas y trepé dentro de la habitación de jessica, cerrando la ventana tan silenciosamente como pude.

tiffany  estaba en la cama, metida bajo las sábanas. Sus ojos estaban cerrados y su respiración era suave y regular.

Sonriendo por lo bonita que se veía con su mejilla descansando sobre su mano, me acerqué, coloqué su regalo en la mesa de noche y me subí a su lado.

Me recosté, con mi cabeza compartiendo su almohada.

Habíamos hecho esto por años.

La primera noche que me quedé fue un error; trepé hasta su habitación a la edad de doce, para hablar, pero me dormí. Afortunadamente me desperté lo suficientemente temprano a la mañana siguiente para escabullirme de regreso a mi propia habitación sin que se diera cuenta.

Pero entones la noche siguiente, me quedé a propósito, luego la noche después de esa, y casi cada noche desde entonces.

Por suerte nunca nos habían atrapado.

No estaba muy seguro de que al señor hwang  le cayera igual de bien si supiera que duermo en el cuarto de su hija.

Ser mujeres no nos abstenía de reglas.

Pero quedarme al lado de tiffany  en la cama se estaba volviendo más y más difícil.

Ahora que tenía quince, me sentía diferente alrededor de ella. La veía diferente.

Y sabía que ella también.

Nos besábamos más y más. Los besos se hacían más profundos, nuestras

Manos comenzaban a explorar lugares que no deberían. Se estaba volviendo más y más difícil parar.

Quería más.

Quería a mi chica de cada forma posible.

Pero éramos jóvenes.

Sabía eso.

Eso no lo hacía menos difícil sin embargo.

tiffany  se movió a mi lado.

—Me preguntaba si vendrías esta noche. Esperé por ti, pero no estabas en tu cuarto—dijo somnolienta mientras apartaba el pelo de mi rostro.

Capturando su mano, besé su palma.

—Tuve que revelar el rollo, y mis padres estaban actuando extraño.

— ¿Extraño? ¿Cómo?—preguntó, moviéndose más cerca para besar mi mejilla.

Negué con la cabeza.

—Sólo... extraño. Creo que algo está sucediendo, pero me dijeron que no me preocupara.

Incluso en la luz tenue pude ver las cejas de jessica fruncirse de preocupación. Apreté su mano para tranquilizarla.

Recordando el regalo que le traje, pasé la mano detrás de mí y tomé la foto de la mesa de noche. Le había puesto en un sencillo marco plateado. Toqué el icono de la linterna en mi teléfono y lo sostuve para que tiffany  pudiera verlo mejor.

Ella soltó un pequeño suspiro y observé mientras una sonrisa iluminaba toda su cara. Tomó el marco y pasó un dedo a lo largo del cristal.

—Me encanta esta foto, tae—susurró, luego la colocó sobre su mesita de noche.

La miró por unos segundos, luego se giró de nuevo en mi dirección. Levantó el cobertor, lo sostuvo alto para que pudiera deslizarme bajo este. Pasé mi mano sobre la cintura de jessica y me acerqué más a su rostro, dejando suaves besos sobre sus mejillas y cuello.

Cuando besé el punto justo debajo de su oreja, tiffany  comenzó a reírse y se apartó.

— ¡Tae!—susurró—, ¡Me da cosquillas!

Me aparté y enredé mi mano a través de la suya.

—Entonces—preguntó levantando su otra mano para jugar con una hebra de mi pelo—, ¿Qué vamos a hacer mañana?

Poniendo los ojos en blanco, contesté.

—Nada, mi papá nos va a hacer ir a una salida familiar por el día. A la playa.

tiffany  se sentó emocionada.

—¿En serio? ¡Me encanta la playa!

Mi estómago se hundió.

—Dijo que debemos ir solos, Mi phany. Sólo la familia.

—Oh—dijo tiffany, sonando decepcionada. Se recostó de nuevo en la cama— ¿Hice algo malo? Tu papá siempre me invita a ir con ustedes.

—No—aseguré—Es lo que te estaba diciendo antes. Están actuando extraño. Dijo que quiere que pasemos el día como familia, pero creo que hay algo más.

—Bien—dijo pero pude escuchar el tono triste en su voz.

Acuné su cabeza en mi mano y le prometí.

—Regresaré para la cena. Pasaremos la noche juntos mañana.

Ella tomó mi muñeca.

—Bueno.

tiffany  me miró, sus ojos azules grandes bajo la tenue luz. Pasé mi mano a lo largo de su pelo.

—Eres tan hermosa, Mi tiff.

No necesité de la luz para ver el sonrojo cubrir sus mejillas. Cerré la corta distancia entre nosotras y aplasté mis labios contra los suyos. tiffany  suspiró cuando empujé mi lengua dentro de su boca, sus manos subieron para agarrar mi pelo.

Se sintió muy bien, la boca de tiffany  se puso más y más caliente a medida que nos besábamos, mis manos cayeron pasando por sus brazos desnudos hasta su cintura.

tiffany  se movió sobre su espalda cuando mi mano se deslizó para tocar su pierna. Continué y me moví sobre ella, tiffany  apartando su boca de la mía con un jadeo.

Pero no dejé de besarla.

Arrastré mis labios a lo largo de su mandíbula para besarla a lo largo del cuello, mi mano se movió bajo su bata de dormir para acariciar la suave piel de su cintura.

Los dedos de tiffany  tiraron de mi pelo, y su pierna se levantó para envolverse alrededor de la parte posterior de mi muslo. Gruñí contra su garganta, regresando arriba para tomar su boca con la mía.

Cuando mi lengua se deslizó contra la suya, subí mis dedos más por su cuerpo. tiffany  se apartó del beso.

—tae...

Dejé caer mi cabeza en el hueco entre su cuello y su hombro, respirando profundamente.

La deseaba tanto que era casi demasiado para soportar.

Inhalé y exhalé mientras tiffany  bajaba la mano para acariciar mi espalda de arriba hacia abajo. Me enfoqué en el ritmo de sus dedos, obligándome a calmarme.

Minutos y minutos pasaron, pero no me moví.

Estaba feliz recostado sobre tiffany, respirando su delicado aroma, mi mano presionada contra su suave vientre.

— ¿Tae?—susurró.

Levanté la cabeza.

La mano de tiffany  estuvo de inmediato en mi mejilla.

— ¿Bebé?—susurró, y pude escuchar la preocupación en su voz.

—Estoy bien—susurré de regreso, manteniendo mi voz tan calmada como era posible para no molestar a sus padres. La miré profundamente a los ojos—Sólo te deseo demasiado—dejé caer mi frente con la suya y susurré— Cuando estamos así, cuando nos permitimos ir tan lejos, como que pierdo la razón.

Los dedos de tiffany  se enredaron a través de mi pelo y cerré mis ojos, amando tocarla.

—Lo siento, yo...

—No—dije con fuerza, un poco más de lo que pretendía.

Retrocedí.

Los ojos de tiffany  estaban enormes.

—No. Nunca te disculpes por esto, por detenerme. No es algo que debas lamentar nunca.

tiffany  abrió sus labios hinchados por los besos y dejó salir un largo suspiro.

—Gracias—susurró.

Moví mi mano y bajé mis dedos para enlazarlos con los suyos. Moviéndome a un lado, abrí mi brazo y moví mi cabeza para que se acercara a mí. Recostó su cabeza en mi pecho. Cerré mis ojos y simplemente respiré.

Eventualmente, el sueño comenzó a apoderarse de mí. El dedo de jessica se movió de arriba abajo por mi estómago.

Casi me había quedado dormida cuando tiffany  susurró.

—Eres mi todo, taeyeon Kim, espero que sepas eso.

Mis ojos se abrieron de golpe por sus palabras, mi pecho se sintió lleno.

Colocando un dedo bajo su barbilla, incliné su cabeza hacia arriba. Su boca estaba esperando por mi beso. La besé suavemente, delicadamente, y lentamente me aparté.

Los ojos de tiffany  se mantuvieron cerrados mientras sonreía. Sintiendo como si mi pecho fuera a explotar por la felicidad en su cara, susurró.

—Por la eternidad.

tiffany  se acurrucó de nuevo en mi pecho y susurró.

—Para siempre.

Y ambas nos quedamos dormidas.

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Comments

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Isisnsd #1
Chapter 20: Me encanto!!! No dejo de llorar! Jajaja
roguecr #2
Chapter 20: Yo tambien lo lei taengsin y me encanto y ahora que lo lei con taeny lo ame. Gracias por adaptarlo al Taeny .
diamond09
#3
Chapter 1: Este Fic lo he leído ya con TaengSic... me gusto demasiado... sera genial volverlo a leer ahora con Taeny