capitulo 11

Besos

Alas Remontando y Estrellas Deterioradas...

tiffany

Tres Meses Más Tarde

— ¿Dónde está mi niña tiff?

Quité el sueño de mis ojos, sentándome en mi cama, la excitación recorriéndome ante el sonido de una voz que adoraba.

— ¿Tía Holly?—susurré.

Intenté escuchar más, asegurándome que realmente había oído su voz.

Voces amortiguadas venían del pasillo, entonces repentinamente la puerta se abrió. Me alcé sobre mis brazos, las malditas cosas temblando después que empujé a mis debilitados músculos demasiado lejos.

Me volví a recostar mientras tía Holly aparecía en el marco de la puerta. Su rubio pelo estaba estirado en un moño, y llevaba su uniforme de azafata de avión. Su maquillaje estaba perfectamente en su lugar, al igual que su contagiosa sonrisa.

Sus ojos azules se suavizaron cuando aterrizaron en mí.

—Ahí está—dijo cariñosamente, caminando hacia mi cama. Se sentó en borde del colchón y se inclinó para envolverme en sus brazos.

— ¿Qué estás haciendo aquí, Holly?

Mi tía alisó mi pelo hacia atrás por el desorden producto del sueño y susurró en tono conspirativo:

—Sacarte de este tugurio.

Mis cejas se juntaron con confusión. La tía Holly había pasado Navidad y Año Nuevo con nosotros, y luego otra semana entera con nosotros, hacia solo dos semanas atrás.

Yo sabía que tenía una agenda muy ocupada durante el mes siguiente. Por eso es por lo que estaba tan confundida que estuviera de regreso ahora.

—No lo entiendo—dije, sacando mis piernas del colchón.

Los días pasados había estado mayormente metida en la cama.

Después de mi revisión en el hospital al principio de la semana, encontramos que el recuento de mis células blancas era demasiado bajo. Me habían dado sangre y medicación para ayudar.

Y me había ayudado un poco, pero me hizo sentir cansada por unos cuantos días.

Me mantenía dentro para que así las infecciones se mantuvieran a raya. Mis doctores habían querido que me quedara en el hospital, pero me había negado.

No iba a perder ni un segundo de mi vida quedándome en ese lugar.

No ahora que podía ver que mi cáncer iba incrementando su agarre sobre mí.

Cada segundo se iba convirtiendo en algo más y más valioso.

Casa era mi lugar feliz.

Tener a taeyeon junto a mí, besándome dulcemente, era mi seguridad.

Era todo lo que necesitaba.

Mirando al reloj, vi que eran casi las cuatro de la tarde. Taeyeon pronto estaría por aquí.

La había obligado a ir a clases estos últimos días. Ella no quería ir si yo no podía.

Pero éste era su último año de instituto.

Necesitaba las notas para entrar en la universidad. Aunque ahora protestaba que eso no le importaba.

Y eso estaba bien.

Porque a mí me importaba por las dos.

No la dejaría dejar su vida en espera por mí.

Tía Holly se puso de pie de un salto.

—De acuerdo, niña tiff, métete en la ducha. Tenemos una hora antes de partir—miró hacia mi pelo—No te molestes lavando tu pelo, tengo a una chica que puede ocuparse de ello cuando lleguemos ahí.

Sacudí mi cabeza, a punto de hacer más preguntas, pero mi tía salió rápidamente de mi habitación. Me puse de pie, estirando mis músculos.

Tomando una profunda respiración, cerré mis ojos y sonreí. Me sentía mejor de lo que lo había hecho los días anteriores.

Me sentía un poco más fuerte.

Lo suficientemente fuerte para salir de casa.

Cogiendo mi toalla, hice un rápido trabajo tomando una ducha. Me apliqué una ligera capa de maquillaje. Até mi pelo sin lavar en un moño lateral, mi lazo blanco favorito atado firmemente en su sitio. Me vestí con un vestido verde militar, poniéndome un suéter blanco sobre la parte superior.

Estaba poniéndome mis pendientes de infinito en mis orejas cuando la puerta de mi dormitorio se abrió de repente. Pude oír un zumbido de voces alzadas, la voz de mi papá en particular.

Girando mi cabeza, sonreí cuando taeyeon entró, sus ojos encontrándose inmediatamente con los míos. Buscando, revisando, antes de iluminarse con alivio.

Taeyeon silenciosamente cruzó la habitación, solo deteniéndose cuando había enredado sus brazos alrededor de mis hombros y tirado de mí hacia su pecho. Dejé que mis brazos tomaran su cintura y respiré su fresco aroma.

—Te ves mejor—dijo por encima mí.

La agarré un poco más fuerte.

—Me encuentro mejor.

Taeyeon dio un paso atrás y puso sus manos sobre mi rostro. Buscó mis ojos, antes que sus labios se curvaran hacia arriba y presionó el más dulce de los suaves besos en mi boca. Cuando nos separamos, suspiró.

—Me alegro. Estaba preocupada que no fuéramos capaces de ir.

— ¿A dónde?—pregunté, mi corazón golpeando en un rítmico compás.

Esta vez taeyeon sonrió y, moviendo su boca hacia mi oreja, anunció:

—Por otra aventura.

Mi corazón acelerado empezó a galopar.

— ¿Otra aventura?

Sin más explicaciones, taeyeon me guío fuera de mi dormitorio. Su mano, agarrando fuertemente la mía, era la única indicación que daba de cuán preocupada había estado los días anteriores.

Aunque yo lo sabía.

Veía el miedo en sus ojos cada vez que me movía en la cama y me preguntaba si estaba bien.

Cada vez que se sentaba conmigo después de la escuela, mirándome, estudiándome... esperando.

Esperando para ver si esto era todo.

Estaba petrificada.

La progresión de mi cáncer no me asustaba. El dolor y el futuro cercano no me asustaban. Pero ver a taeyeon mirarme de esa manera, tan desolada, tan desesperada, había empezado a asustarme.

La amaba tanto, y podía ver que me amaba sin medida. Pero este amor, esta conexión de almas, había empezado a anclar al corazón que yo había liberado de esta vida.

Nunca había temido a la muerte.

Mi fe era fuerte; sabía que había una vida después de esto. Pero ahora el miedo había empezado a reptar en mi conciencia.

Miedo a dejar a taeyeon.

Miedo de su ausencia... miedo a no sentir sus brazos a mi alrededor y sus besos en mis labios.

Taeyeon miró atrás como sintiendo que mi corazón empezaba a desgarrarse.

Asentí.

No estaba segura si había sido convincente; todavía detectaba preocupación en su expresión.

— ¡No va a ir!—la voz alta de mi papá se podía oír por el pasillo.

Taeyeon me tiró hacia su costado, levantando su brazo hasta que estuve segura debajo de ella.

Cuando llegamos a la puerta, mi mamá, papá y tía Holly estaban de pie en la entrada del salón.

El rostro de mi papá estaba rojo.

Mi tía tenía sus brazos cruzados sobre su pecho.

Mi mamá pasaba su mano por la espalda de mi papá, intentando tranquilizarlo. Mi papá levantó su cabeza. Forzó una sonrisa.

—tiff—dijo él y se acercó.

Taeyeon no me dejo ir.

Mi papá se dio cuenta y le dirigió una mirada que la debería haber desintegrado ahí mismo.

Taeyeon ni se inmutó.

— ¿Qué pasa?—pregunté, estirándome para tomar la mano de mi papá.

Mi toque pareció dejarlo sin palabras.

Miré hacia mi mamá.

— ¿Mamá?

Mamá dio un paso adelante.

—Esto ha sido planeado desde que tu tía vino hace unas semanas—miré hacia la tía Holly, la cual sonrió maliciosamente.

—tae planeó llevarte lejos. Le pidió a tu tía que le ayudara a planearlo—suspiró mamá—Nosotros no esperábamos que tus niveles cayeran tan pronto—puso su mano sobre el brazo de mi papá—Tu papá cree que no deberías ir.

— ¿Ir a dónde? —pregunté.

—Es una sorpresa—anunció taeyeon junto a mí.

Papá dio un pequeño paso atrás y encontró mis ojos.

—tiff, el nivel de tus células blancas ha caído. Significa que el riesgo de infección es alto. Con tu sistema inmunológico en riesgo, no creo que debas volar en un avión...

— ¿Un avión? —Interrumpí y levanté la mirada hacia taeyeon— ¿Un avión? —repetí.

Asintió una vez cortantemente, pero no dio más explicaciones.

Mamá puso su mano en mi brazo.

—Le pregunté a tu especialista y dijo—aclaró su garganta—, Dijo que, en este punto de tu enfermedad, si quieres ir, entonces deberías ir.

Escuché la corriente oculta de sus palabras.

Ve antes que sea demasiado tarde para viajar a algún lugar.

—Quiero ir—dije con certeza inquebrantable, agarrándome a la cintura de taeyeon.

Quería que supiera que quería esto.

La miré; encontró mis ojos. Sonriendo, dije:

—Estoy contigo.

Taeyeon, sorprendiéndome, pero al mismo tiempo sin sorprenderme en absoluto, me besó.

Me besó fuerte y rápido frente a mi familia.

Taeyeon se separó de mí y se movió junto a mi tía. Al lado de Holly estaba una maleta. Sin más palabras, llevó la maleta hacia el auto. Mi corazón estaba latiendo con un ritmo staccato por la emoción.

Papá apretó mi mano. Su toque me devolvió a su preocupación, su miedo.

—tiffany—dijo severamente.

Antes de que pudiera decir nada más, me incliné hacia delante y lo besé en la mejilla.

Lo miré a los ojos.

—Papi, entiendo los riesgos. He estado peleando contra esto por mucho tiempo. Sé que estás preocupado. Sé que no quieres que me haga daño. Pero permanecer atrapada en mi habitación como si fuera un pájaro en una jaula un día más... eso es lo que me hará daño. Nunca he sido de las que se quedan dentro. Quiero esto, papi. Necesito esto—sacudo mi cabeza, sintiendo una fina película de agua llenando mis ojos—No puedo gastar lo que me quede de tiempo encerrada por miedo a empeorar. Necesito vivir...

Necesito esta aventura.

Tragó un aliento entrecortado. Pero, eventualmente, asintió.

Una luz mareante flotó a través de mí.

¡Iba a ir!

Dando un saltito, envolví mis brazos alrededor de cuello de mi papi. Me abrazó de vuelta.

Besé a mi mamá, luego miré a mi tía. Tenía su mano estirada. La cogí, justo mientras mi papá decía:

—Estoy confiando en ti para que la cuides, Holly.

Mi tía suspiró.

—Tú sabes que esta niña es mi corazón, James. ¿Crees que dejaría que le pasara algo?

— ¡Y estarán en habitaciones separadas!

Simplemente rodé mis ojos ante eso.

Mi papá empezó a hablarle a mi tía. Pero no lo escuché. No escuché nada mientras mi mirada iba a través de la puerta abierta, y hacia la chica vestida toda de negro que estaba apoyada contra el barandal de nuestro porche.

La chica con una chaqueta de piel que casualmente se estaba llevando un cigarrillo a la boca, mirándome todo el rato. Sus ojos no se apartaron de mí ni una vez.

Taeyeon exhaló una nube de humo. Tirando el cigarrillo casualmente al suelo, levantando su barbilla y estirando su mano.

Liberando la mano de tía Holly, cerré mis ojos por un segundo, comprometiéndome a memorizar como lucía ella, justo en este momento.

Mi chica mala coreana.

Mi corazón.

Abriendo mis ojos, me apresuré a cruzar la puerta. Llegué al escalón superior, y luego salté a los brazos abiertos de taeyeon. Me envolvió con su abrazo. Me reí, sintiendo la brisa en mi rostro. Apretándome fuertemente, mis pies seguían separados del suelo, taeyeon preguntó:

—¿Estás lista para esa aventura, Mi tiff?

—Sí —contesté sin aliento.

Taeyeon presionó su frente contra la mía y cerró sus ojos.

—Te amo —susurró después de una larga pausa.

—Yo también te amo —dije, en el mismo tono bajo.

Fui recompensada con una rara sonrisa.

Cuidadosamente me bajó hasta el suelo, cogió mi mano y preguntó de nuevo:

— ¿Estás lista?

Asentí, luego me giré hacia mis padres, que estaban de pie en el porche. Les dije adiós con la mano.

—Vamos, chicas—dijo Holly—Tenemos que tomar un vuelo.

Taeyeon me llevó hacia el auto, tomando mi mano como siempre. Mientras nos acomodábamos en el asiento trasero, miré por la ventanilla mientras nos alejábamos. Miré fijamente a las nubes, sabiendo que pronto estaría volando por encima de ellas.

En una aventura.

Una aventura con mi taeyeon.

—Nueva York—dije sin aliento, leyendo la pantalla de nuestra puerta de embarque.

Taeyeon sonrió.

—Siempre planeábamos ir. Solo será más corto de lo que siempre habíamos pensado.

Completamente sin habla, envolví mis brazos alrededor de su cintura y apoyé mi cabeza en su pecho.

Tía Holly volvió de hablar con la mujer del mostrador.

—Vamos, ustedes dos—dijo, moviendo su mano hacia la entrada del avión—Vamos a ponerlos a bordo.

Seguimos a Holly. Mi boca se abrió cuando nos mostró los dos asientos delanteros en primera clase. La miré y se encogió de hombros.

— ¿Cuál es el punto de estar a cargo de la cabina de primera clase si no puedo usar mis beneficios para malcriar a mi sobrina favorita?

Abracé a Holly. Ella me sostuvo un poco más de tiempo de lo normal.

—Vamos, ahora—dijo y me movió hacia mi asiento.

La tía Holly desapareció rápidamente detrás de la cortina de la sección de la tripulación. Me quedé de pie, viéndola irse. TaeYeon tomó mi mano.

—Estará bien—me tranquilizó, luego apuntó hacia el asiento junto a la ventanilla—Para ti—añadió.

Sin poder detener la risita emocionada que salía de mi garganta, me senté y miré por la ventanilla hacia la gente trabajando en el suelo debajo. Los miré hasta que el avión estuvo totalmente lleno y empezamos a movernos.

Suspirando felizmente, me giré hacia taeyeon, quien me estaba mirando. Envolviendo sus dedos en los míos, dije:

—Gracias.

—Quería que vieras Nueva York—se encogió sus hombros—Quería verlo contigo.

Taeyeon se inclinó para besarme. Detuve sus labios con mis dedos.

—Bésame a doce mil metros de altura. Bésame en el cielo. Bésame entre las nubes.

El aliento mentolado de taeyeon rozó mi rostro. Luego silenciosamente se recostó de nuevo en su asiento. Me reí mientras el avión de repente ganaba velocidad y nos alzábamos en el aire.

Cuando el avión se equilibró, repentinamente encontré mis labios siendo arrastrados hacia los de taeyeon. Sus manos agarraron mi cabeza mientras tomaba mi boca con la suya.

Necesitando algo que me mantuviera en el suelo, me agarré a su camisa.

Suspiré contra su boca mientras su lengua peleaba ligeramente contra la mía.

Cuando se hizo hacia atrás, su pecho agitándose y su piel caliente, susurré:

—Beso ochocientos ocho. A doce mil metros de altura. Con mi tae... mi corazón casi estalló.

Para el final del viaje tenía un montón de besos nuevos que añadir a mi frasco.

— ¿Esto es para nosotras?—pregunté incrédulamente.

Miré fijamente hacia el último piso del hotel ridículamente costoso en Manhattan al que mi tía nos había traído.

Miré hacia taeyeon y pude decir que, a pesar de su siempre neutral expresión, también estaba sin palabras.

Tía Holly se paró junto a mí.

—tiff, tu mamá no sabe esto todavía. Pero bueno, he estado saliendo con alguien por un tiempo ya—una sonrisa amorosa se extendió por sus labios y continuó—Digamos que esta habitación es un regalo de él para ambas.

Me le quedé mirando con asombro.

Pero luego una calidez me llenó.

Siempre me había preocupado por la tía Holly. A menudo estaba sola. Podía ver en su rostro lo feliz que este hombre la había hecho.

— ¿Él pagó por esto? ¿Para nosotras? ¿Para mí?—pregunté.

Holly hizo una pausa, luego explicó:

—Técnicamente, en realidad no tiene que pagar por ello. Es el dueño del lugar.

Mi boca, si es posible, cayó más, hasta que taeyeon juguetonamente la cerró poniendo su dedo bajo mi barbilla. Me quedé mirando fijamente a mi novia.

— ¿Lo sabías?

Se encogió de hombros.

—Ella me ayudó a planear todo esto.

—Entonces, ¿lo sabías?—repetí yo.

Taeyeon sacudió su cabeza hacia mí, luego cargó nuestras maletas hacia la habitación principal que estaba a la derecha.

Claramente estaba ignorando las instrucciones de mi papá sobre habitaciones separadas.

Mientras taeyeon desaparecía a través de la puerta, mi tía dijo:

—Esa chica caminaría sobre vidrios rotos por ti, tiff.

Mi corazón se llenó con luz.

—Lo sé—susurré.

Pero ese pequeño borde de miedo que había comenzado a sentir me penetró un poco más.

El brazo de la tía Holly me rodeó. Mientras la apretaba de vuelta, dije:

—Gracias.

Ella besó mi cabeza.

—No hice nada, tiff. Todo lo hizo taeyeon—hizo una pausa—No creo, en toda mi vida, que haya visto alguna vez a dos personas quererse tanto siendo tan jóvenes, y e incluso más, siendo adolescentes—tía Holly me giró para encontrar mis ojos—Disfruta este tiempo con ella, tiff. Esa chica, te quiere. Tienes que ser ciega para no verlo.

—Lo haré —susurré yo.

Holly se movió hacia la puerta.

—Estaremos aquí por dos noches. Estaré con Carl en su suite. Llámame al móvil si necesitan algo. Estaré a unos minutos de distancia.

—De acuerdo—contesté.

Girándome, absorbí el esplendor de la habitación. Los techos eran tan altos que tenía que doblar mi cabeza hacia atrás solo para ver el dibujo en la escayola blanca. La habitación era tan grande que haría parecer enana a la mayoría de las casas de la gente.

Caminé hacia la ventana y contemplé una vista panorámica de todo Nueva York.

Y respiré.

Respiré mientras mi vista caía sobre las imágenes familiares que solo había visto en fotos o en películas: el Empire State Building, el Central Park, la Estatua de la Libertad, el Flatiron Building, la Freedom Tower...

Había tanto que ver que mi corazón se aceleró con anticipación. Esto era donde debería haber vivido mi vida.

Aquí hubiera estado como en casa.

Los ángeles habría sido mis raíces; Nueva York habría sido mis alas.

Y taeyeon Kim habría sido por siempre mi amor. A mi lado a través de todo.

Notando una puerta a mi izquierda, caminé hacia ella y bajé la manija. Jadeé cuando una brisa fresca me golpeó, luego verdaderamente me dejé llevar por la vista.

Un jardín.

Una terraza exterior con flores de invierno, bancos e, incluso mejor, la vista.

Cerrando la cremallera de mi abrigo para mantenerme caliente, salí hacia el frio. Ráfagas de ligeros copos de nieve se asentaron en mi pelo. Necesitando sentirlos sobre mi rostro, eché mi cabeza hacia atrás. Fríos copos aterrizaron en mis pestañas, haciendo cosquillas en mis ojos.

Me reí mientras mi rostro se humedecía. Luego caminé hacia adelante, pasando mis manos sobre las relucientes hojas verdes hasta que estuve de pie ante el muro que ofrecía el panorama de Manhattan en bandeja.

Aspiré, dejando que el aire frío llenara mis huesos. De repente, cálidos brazos estaban alrededor de mi cintura y la barbilla de taeyeon descansaba sobre mi hombro.

— ¿Te gusta, nena?—preguntó taeyeon  suavemente. Su voz era poco más que un susurro como para no molestar nuestro pequeño refugio de tranquilidad.

Sacudí mi cabeza con incredulidad y me giré ligeramente hasta estar de cara a ella.

—No puedo creer que hayas hecho todo esto—contesté—No puedo creer que me hayas dado esto—señalé hacia la ciudad esparcida debajo—Me has dado Nueva York.

Taeyeon besó mi mejilla.

—Es tarde y tenemos un montón de cosas que hacer mañana. Quiero estar segura que estés los suficientemente bien descansada para ver todo lo que he planeado.

Un pensamiento me vino a la cabeza.

— ¿tae?

— ¿Sí?

— ¿Puedo yo también llevarte mañana a un lugar?

Se puso seria, frunciendo su frente.

—Por supuesto—aceptó.

Podía verla buscando en mis ojos, tratando de descubrir lo que estaba planeando.

Pero no hizo preguntas.

Y estuve feliz por eso.

Se negaría si lo supiera con antelación.

—Bien—dije orgullosamente y sonreí para mí misma.

Sí, me había dado este viaje.

Sí, tenía cosas planeadas.

Pero yo quería enseñarle algo, recordarle sus sueños.

Sueños que todavía podría conseguir incluso después que yo me hubiera ido.

—Necesitas dormir, Mi tiff—dijo y bajó su boca para besar mi cuello.

Enredé mis manos a través de las suyas.

—Contigo junto a mí en la cama.

Lo sentí asentir contra mi cuello, antes de besarlo una vez más.

—Te he preparado un baño y he pedido comida. Te bañas, luego comeremos, luego dormiremos.

Me giré entre sus brazos y me alcé sobre los dedos de mis pies para poner mis manos en sus mejillas.

Estaban frías.

—Te amo, tae—dije suavemente.

Lo decía a menudo.

Y siempre lo sentía con todo mi corazón.

Quería que supiera, todas las veces, lo mucho que la adoraba.

Taeyeon suspiró, y me besó lentamente.

—Yo también te amo, Mi tiffany—dijo contra mis labios, apenas separándose.

Luego me llevó dentro donde me bañé.

Comimos.

Y luego dormimos.

Me acosté entre sus brazos en el centro de una cama gigante de cuatro postes. Con su cálido aliento flotando a través de mi rostro. Sus brillantes ojos mirando cada uno de mis movimientos.

Me quedé dormida, acurrucada en su abrazo, con una sonrisa tanto en mi corazón como en mis labios.

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Comments

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Isisnsd #1
Chapter 20: Me encanto!!! No dejo de llorar! Jajaja
roguecr #2
Chapter 20: Yo tambien lo lei taengsin y me encanto y ahora que lo lei con taeny lo ame. Gracias por adaptarlo al Taeny .
diamond09
#3
Chapter 1: Este Fic lo he leído ya con TaengSic... me gusto demasiado... sera genial volverlo a leer ahora con Taeny