El Maestro Fan luce peor que la última vez (si es que eso, es posible) y apenas tiene dos días de su encuentro. Taeyeon intercambia una mirada con Dayu cuando el hombre se acerca a ellos con los ojos rojos. Taeyeon atrapa el olor a pólvora en el aire y aumenta cada vez más, al acercarse al Maestro Fan.

Recordando lo que dijo Dayu acerca de la adicción del hombre al opio, da un paso atrás para dejar a Dayu en frente de ella.

“¡Maestro Lim!, ¡Mmisssamigos. Bieeenvenidos a su fiiinca!”, Proclama el Maestro Fan, que llevaba una gran sonrisa que no coincido con la muerte roja que acecha en sus ojos.

¿Finca? El considera a un pequeño jardín y dos edificios una finca. . . ¿Y por qué arrastra las palabras?

“Maestro Fan, es bueno verlo de nuevo”, dice Dayu.

“Estoooo es bueno. Muuuy bueno.”Asiente el Maestro Fan y golpea el hombro de Dayu. “Uh,” hace una pausa, mirando a Taeyeon curioso, “¿Queestahaciendoellaaquí?”

“Mi esposa ha venido a pintar a su señora, ¿lo recuerdas?”

El Maestro Fan frunce el ceño. “En serio.”

"Sí."

“Esa mujer estaenla lavandería. La veramás tarde. . “.

“Vamos a esperarla ”, dice Dayu mientras Taeyeon se acerca más a él, sosteniendo su brazo con más fuerza.

"No no no no no. Vamos. Acompáñenme “.Taeyeon intercambia otra mirada incómoda con Dayu y siguen al Maestro Fan través de su casa. Son llevados fuera de la casa principal al otro lado del jardín. En un momento dado, el Maestro Fan tropieza y casi cae al estanque, pero Dayu lo atrapa justo a tiempo.

“Ahhh, graaacias amigoooo. . .” dice él con una extraña sonrisa. “Argh, micabeza. Vaaamos “.

Entran en el edificio más pequeño, que parece lo suficientemente grande para dos habitaciones. Debe ser la casa de huéspedes, supone Taeyeon, mientras pasa por encima del umbral y jadea al ver el interior. Por un lado, es golpeada por un fuerte olor a pólvora en el ambiente. Después del shock inicial, cae en cuenta, que la habitación está completamente desnuda, despojada de cualquier mueble lujoso. Las ventanas están cerradas, permitiendo poca luz filtrarse a la habitación. En el centro de la sala hay una gran colchoneta colocada sobre una plataforma, forrado con dos almohadas. Y una bandeja, llena de tubería, una lámpara de aceite, un tazón, un par de huesillos, un par de cajas, un raspador y un pan.

“¡Bieeeeenvenidos al paraaiiiisooo!”

Taeyeon espera que su mandíbula no haya caido y toca su barbilla sólo para asegurarse, no verse demasiado horrorizada.

“¿Eso es opio?”, Pregunta Dayu.

“Siiiii. . .”El Maestro Fan inhala largo y profundo, exhalando con una sonrisa. “Acabo de comprar un nuevo fajo de opio. Vaaamos. . . diiiisfruteeen “.

El agarre de Taeyeon en el brazo de Dayu aumenta con cada segundo que pasa, hasta el

punto en el que Dayu se estremece de dolor. Ella afloja su agarre al instante, mirándolo directamente, con las esperanza de transmitir dos mensajes: Lo siento. Tenemos que salir de aquí.

“No podemos fumar opio si mi mujer va a pintar a su esposa,” dice Dayu rápidamente.

“Queee sejoodaaan. Nosoootros, loshombres fumaremosoopium. . . ellassss alacasa“.

Dayu niega con la cabeza. “Hoy no, Maestro Fan. Tengo asuntos que atender después. Negocio que te hacen ganar dinero y pagar el opio “.

Una chispa se enciende en los ojos inyectados en sangre, del Maestro Fan. “Aahh. . . diiineeero. . . Si, ve. Ganar dinero y comprar opiooo.Vamos a fumaaar esoooo despues“.

Dayu toma el brazo del Maestro Fan. “Esa es la idea.” El pone una amplia sonrisa. “Ahora, mi esposa en verdad necesita pintar a tu esposa, antes de partir a mi negocio.”

"Lavandería. Esta lavando o cocinando,” El Maestro Fan responde y se acuesta en el tapete.

“Gracias”. Taeyeon y Dayu lo observan mientras recoge una pepita de tamaño de un guisante, lo que Taeyeon asume es opio. No deseando presenciar más de esta adicción perturbadora, Taeyeon tira de la manga de Dayu y lo lleva hacia fuera, teniendo cuidado de cerrar la puerta detrás de ellos.

Sólo entonces, Taeyeon se atreven a hablar. "Eso fue espantoso."

Dayu asiente con la cabeza. “Horrible y preocupante. Y Miyoung es su esposa. . . . “.

“Afortunadamente, no parecen tener ningún hijos.”

" Estoy de acuerdo. Al mismo tiempo, me parece extraño que no tengan hijos “.

“¿Por qué es extraño? Míranos a nosotros. Tampoco tenemos hijos “.

Dayu sonríe. “Sí, no tenemos hijos. Pero no somos el típico marido y mujer “.

Taeyeon se detiene de repente y mira a los ojos de Dayu. “¿Tú quieres hijos?”

Dayu ríe y acaricia la mano de Taeyeon. “Sí, los niños son adorables. Pero no estoy seguro de lograr que eso suceda contigo. Tampoco es tu culpa “.

“No me ofendes,” Taeyeon dice con una sonrisa. “No soy la única, que tiene que hacer todo el trabajo.”

“No creo que sea útil, encontrarte allí como un pez muerto.”

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