TA: Er
The Artist [Versión Español]
La cama tiene un montón de espacio para que Taenggu pueda rodar, algo que le gusta hacer antes de dormirse. Es una cama que le permite disfrutar de su sueño, pero por alguna razón, no ha descansado cuando se despierta a la mañana siguiente. De hecho, las ganas de bostezar es lo primero que la saluda al abrir los ojos.
“Levántate y brilla, dormilona”.
Sintiéndose rebelde, Taenggu cierra los ojos en su lugar. “Aun no es mediodía.”
“¿Te has olvidado de la entrevista? Tienes que vestirse. Y rápido."
El Artista se gira con un gemido. Pero enseguida, se queja cuando una vara aterriza en su trasero.
"Levántate. Soy tu hermano mayor. ¿Te has olvidado de eso? ”
"Estoy despierta. De todos modos ya me iba a levantar” Taenggu se queja mientras se frota su trasero. “¿Qué hermano corrige a su hermana de esa forma?.”
“Si quieres una muestra de lo que es en verdad corregir, estaré más que feliz de enseñarte.”
"¡Ya! Está bien. No tiene que hacerlo.”Taenggu remueve el equipaje y suspira con las opciones patéticas. “Voy a cambiarme. En este momento."
"Perfecto. Nos vemos abajo entonces “.
Echándole una mirada al conjunto azul oscuro, Taenggu sabe que es la mejor opción para ese día. Una pequeña conversación, con la gente de la posada la noche anterior, reveló que los Hwangs, si bien no son las más ricos de la zona, se encuentran entre las diez familias más prestigiosas. Taenggu sabe que no será capaz de obtener un precio alto, si no luce a la altura. Un traje azul oscuro y verse guapo les ayudará en la proyección de esa ilusión.
Entonces comienza el laborioso proceso de asegurarse, que nadie se entere de sus 'bienes'. Una vez, creyó que sus activos eran muy pocos, pero en su situación actual, más poco, es mejor. La tela que envuelve alrededor de su pecho la constriñe, pero no la asfixia y no es una molestia insoportable, sin embargo, lo mismo no se puede decirse de sus activos, que han sido más grande. Y gracias a esto, Taenggu descubre que cualquier cosa puede ser un arma de doble filo. Si algo resulta ser una bendición o una maldición, realmente depende del momento. Y de la perspectiva asociada, con un momento en el tiempo.
Pero por más que lo intente, es difícil para ella finge ser un hombre; con la única finalidad de ganarse la vida a través de su don en la pintura; siendo es una bendición, que ha salido de la situación. Es una consecuencia, que ella desea poder deshacer. Que daría cualquier cosa por ser capaz de deshacer. Pero no hay manera de detener la vida. La vida continua. Y ella también necesita hacerlo.
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“Eres muy buena tomándote tu tiempo, cariño,” Heechul se queja cuando Taenggu finalmente llega a la mesa, en la planta baja “Come.” Empuja un bollo y una taza de té para ella. "Bebe."
Taenggu obedece. No queriendo atención innecesaria sobre ella al contradecir a Heechul. Lim Yu llega justo cuando Taenggu traga el último poco de té y un pedazo pan. Barriendo como el viento en un conjunto color blanco, luce elegante.
“Buenas tardes, señores. ¿Están listo para salir? El caballo y el carruaje están en la entrada “.
Heechul recoge las herramientas y suministros de pintura. "Estamos listos."
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Taenggu es ayudado en el carro por Heechul como es de costumbre. Y a medida que toma asiento, no puede dejar de alabarse a sí misma, por pensar en un papel más adecuado para su hermano.
Ciertamente, haciendo de su agente, nadie se pregunta por qué está llevando todos los materiales de pintura. Ni cuestionan por qué le está ayudando con esto o con lo otro.
Lim Dayu entra en el carro después de Heechul y se sienta frente a Taenggu. Sus zapatos se tocan y Taenggu tira de su pie hacia atras, lejos de los suyos.
“Oh, mis disculpas.” Lim Yu se desplaza a un lado.
“No te preocupes. Tiende a ser más sensibles cuando su mente se centra en la pintura, ”Heechul dice, a modo de explicación.
“Ah, ya veo.” Lim Yu sonríe. “Eso es comprensible, por supuesto. Tal talento es raro. Nuestra Joven Ama está encantada de conseguir esta entrevista. Parece que la emoción la embargo y no fue capaz de dormir esta noche. Se veía muy cansada por la mañana “.
Taenggu no puede dejar de soltar un fuerte suspiro desde su corazón. Todo es igual, otra dama con la cabeza en las nubes, necesitada de ser entretenida y completada. Todo es parte del paquete, Taenggu lo sabe y lo entiende, pero después de meses y meses tirando del mismo acto, encantando en estas jóvenes mujeres, es suficiente para retirarse de por vida. De hecho, si no fuera por su afición a la pintura, podría haberse retirada para siempre.
O quizás no. Con las cosas como están, tendría que disfrazarse de hombre de todos modos, o su hermano tendría dificultades para protegerla de las malas intenciones. De todos modos ¿Ccómo iban a ganarse la vida si no es por la pintura? Su hermano no está hecho para el trabajo manual. Y sin importar que sepa cómo trabajar en una tienda, no hay jefes dispuestos a pagarle lo suficientemente. No en su ciudad. Y no en la siguiente ciudad.
Este, era el mejor plan que se le había ocurrió. Y era el único plan que tenían por el momento.
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El clima resulto un pocoo fresco y Taenggu está contenta por el abrigo que los hombres usan cuando salen de su estancia. Lim Yu y Heechul tienen una conversación de la cual no tiene interés en participar. Las casas de doble planta pasan por la ventana, acompañados por el sonido de cascos en el suelo. La sonrisa en el rostro de un vendedor de verduras. El verde de las hojas. El letrero descolorido de una tienda medicinal. Ella recoge los detalles y los almacena a medida que pasan, un hábito que le ha seguido desde la infancia. Un hábito que le sirve como anillo al dedo, cuando ella pinta.
La finca se encuentra a medio Shichen lejos de la posada y Taenggu gradualmente se adormece, hasta que es sacudida por Heechul.
"Despierta. Hemos llegado a la finca.” Heechul suena molesto. “Y límpiate la baba de la boca.”
Sentada y parpadeando, Taenggu recuerda para que esta ahí. Sí, la entrevista. Los Hwangs. La hija. Lo tengo. Extrae un pañuelo y lo frota en su boca y barbilla. Que embarazoso.
“Por favor, sígame.” Lim Yu está a la cabeza y ellos lo siguen.
La sala de espera es una muestra ostentosa de la riqueza de los Hwang. Los colores. El oro. Las cortinas. La caligrafía. Taenggu mira todo y no está impresionada. No porque no sean lo suficientemente ricos. Sino más bien, por haber estado en tantas salas de espera, que ya no hay nada nuevo que ver.
El té es servido por los sirvientes. Bocadillos en pequeñas platos, sin duda caros. Pero, ¿Tendrán buen sabor? Taenggu pone un pequeño cubo de azúcar en
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