EPILOGO

Rivales (YunHa Ver.)
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Yuju estaba abriendo la puerta levemente, evitando emitir cualquier ruido, no queriendo despertar a la durmiente, aun.

Su esposa le había ordenado despertar a la niña, sus suegros se encontraban en un crucero por el mediterráneo y las dos adultas estaban encargadas de cuidar de la adolescente, hace dos semanas desde que llegaron a la casa.

Despertar a la chica de dieciséis años ya formaba parte de la rutina, ya que Yuju era la única capaz de interrumpir el sueño de la chica sin terminar lastimada.

Si su esposa intentaba despertar a su hermana menor normalmente terminaba golpeada por una almohada o recibía quejidos negativos de la niña, por esa razón Yuju era la encargada de levantarla todas las mañanas.

—Eh, despierta, bella durmiente— comenzó diciendo la ojiverde, sentándose en el borde de la cama y sacudiendo levemente sus piernas.

—Mmm —fue lo único que recibió como respuesta.

Yuju inspeccionó el cuarto de la chica, aun sin levantarse de la cama, algunas revistas y la ropa regada por el suelo. El ordenador estaba encendido y mostraba la aplicación de iTunes abierta, parecía que alguien se quedó hasta tarde escuchando canciones de IU y SNSD.

Yuju sonrió, era en parte su culpa que la adolescente tuviera un obsesión con esa banda y IU ya que desde pequeña la ojiverde le regalaba discos de sus artistas favoritos para su cumpleaños.

—Vamos, So, tienes que despertar —insistió Yuju una vez más lazándose juguetonamente sobre el pequeño cuerpo de SoMin Jung bajo las mantas.

SoMin volvió a gruñir acurrucándose más en la cama e intentando apartar a su ojiverde favorita de encima, aun no entendía como su hermana soportaba ser despertada por Yuju todos los días. Era muy entusiasta y lo peor era que le daba resultado, siempre las dos hermanas Jung terminaban obedeciendo a Choi.

—No, Yujyu, vete —dijo jadeando por falta de aire cuando Yuju volvió lanzarse aplastando su estomago - ¡Arhg!

—Si no quieres otro ataque sorpresa, levántate —la amenaza iba enserio y SoMin sabia eso.

Aun así se resistió, ayer había durado hasta tarde escuchando música y mirando por la ventana, ella quería dormir al menos unas...doce horas más, si, aquello se escuchaba de maravilla.

—Déjame.

—Pero ya es de mañana, tienes que ir al instituto —le intentó quitar la almohada de la cabeza forcejeando durante un rato.

Ahora por culpa de la ojiverde la castaña estaba más despierta de lo que quería estar, ella gruñó nuevamente. Se resignaba a moverse de la cama, eso hasta que algo de lo que dijo Yuju le llegó con claridad a la cabeza: instituto.

De un salto se incorporó en la cama, logrando hacer caer a Yuju de culo al suelo.

SoMin se rió un poco, su cuñada podría tener veintisiete años pero aveces era casi tan infantil como ella. Ni hablemos de su hermana, Eunha aun saltaba por los regalos el día de Navidad.

—¡Tengo que cambiarme, se me hace tarde! —la menor de los Jung pegó un salto corriendo al cuarto de baño, parecía entre emocionada y feliz.

—Pero ¿Ahora por que tanto entusiasmo?

Yuju rascaba su cabeza formando una mueca ya que le dolía el trasero ¿Por que los pisos de madera debían ser tan jodidamente duros? ¿Cual era la necesidad?

SoMin volvió a salir del baño quietándose el pijama y cambiándose a trompicones por unos short y un jersey, Yuju alzó su ceja observando el apuro de la chica.

—Descuida, So, aun faltan veinticinco minutos. Puedes llegar —anunció

SoMin le miró sacandole la lengua y con los ojos brillantes, cepillando su cabello.

—No tiene nada de malo ser puntual ¿Verdad?-respondió la menor.

Yuju cruzó los brazos contra el pecho, mientras sonreía a la chica.

Durante estos años la adolescente había crecido tanto, ya no era la pequeña niña amante de los videojuegos y el helado, ahora era hermosa y el parecido con su hermana era asombroso. Eran dos gotas de agua, los mismos ojos marrones, el cabello sedoso y ondulado, la piel morena.Nadie podía dudar que SoMin y Eunha eran hermanas.

—Claro, vamos bajando. Habi hizo el desayuno —señaló la puerta mientas la abría. SoMin hizo una seña con la mano, mientras se aplicaba labial color melocotón a sus labios.

—Ve bajando tú, dile a Habi que ella puede esperarme unos cinco minutos mas —sonrió pero aun seguía concentrada en su proceso de maquillaje.

Yuju así hizo, pero mientras bajaba las escaleras no pudo evitar pensar en que últimamente notaba cambiada a SoMin.

Bueno, desde siempre la chica había acostumbrado a vestir coquetamente y a maquilarse, Eunha y Sinb fueron las que le llevaron a su primera vez a la peluquería y quienes le enseñaron a SoMin a maquillarse. Por eso no era extraño ver a la menor arreglarse tanto, pero lo que si cambiaba era el hecho de que se despertaba temprano y se vestía con una sonrisa de oreja a oreja, sus ojos marrones siempre mostraban un brillo peculiar al saludar a las chicas por la mañana.

Yuju y Eunha vivían en una casa diferente, así que nunca se había percatado de la actitud de SoMin ya que no la veían tan constantemente.

Pero desde hace ya un tiempo, cuando eran los días festivos y ella y Eunha pasaban el día en la casa de los Jung, la había notado diferente.

Durante esas dos semanas de estadía en la casa, cuidando a SoMin, ella comenzaba a sospechar. Pero como saben Yuju era muy lenta, por esa razón aun no descifraba el extraño comportamiento de su cuñada aunque la ojiverde había pasado por esa etapa también.

Ella casi se lamentaba, Taeyeon tal vez ya sabría que pasaba pero debía estar ocupada en el extranjero con su novia Tiffany, según ella Las Bahamas era muy exótico e interesante.

Al entrar a la cocina se encontró con su esposa, el amor de su vida, de espalda cocinando unos huevos fritos mientras tarareaba una canción. Su cabello castañ, ahora hasta el inicio de su cuello lucia brillante y lasio.

Yuju sonrió, de pronto recordando lo largo que era el cabello de Eunha en la secundaria, pero no importaba como luciera la ex animadora para la ojiverde seguía siendo la mujer más hermosa que conocía.

—¿Hiciste algo productivo y despertaste a Mimí, Choi? —dijo Eunha con un tono de broma y Yuju casi podía sentir su sonrisa.

—Claro, solo que es igual a ti y le encanta arreglarse para deslumbrar los pasillos de la escuela con su bellezare. —spondió acercándose mientras abrazaba a Eunha por la espalda y le dejaba un beso en el cuello.

Eunha casi respingó y apartó a Yuju riendo, la ojiverde amaba escucharla.

—¡Yuni! Casi me haces quemar la comida.

Yuju amaba aun mas cuando la castaña la llamaba con ese mote cariñoso, no importa que edad tuviera casi siempre le decía así.

—No es mi culpa que tu luzcas tan y ¡Aun con ese delantal sucio! —Dijo Yuju y rió otra vez dejándole otro beso en el cuello a pesar de las quejas de su esposa.

—Si terminamos comiendo carbón es tu culpa, Choi —pero aun así Eunha apagó la estufa y apartó el sartén a un lado.

Yuju lo sobrentendió como el permiso para seguir dándole cariño sin peligro de quemar la cocina, hizo girar a Eunha entre sus brazos hasta quedar frente a frente.

Estaban muy cerca y los ojos chocolate de su esposa la observaban con el mismo brillo de enamorada que siempre le había visto.

Yuju frotó dulcemente su nariz con la de su esposa.

—No importaría, yo igual comería cualquier cosa que cocinaras —dijo y le dio un pico en los labios a la castaña.

Eunha arqueó las cejas divertida.

—¿Y SoMin?

—Ella puede comer en la cafetería, te recuerdo —dijo y se encogió de hombros dándole otros dos besos castos a su esposa.

—Eres imposible, amor —rodó los ojos envolviendo el cuello de la ojiverde con sus brazos y fundiendo sus labios en un beso más largo y pasional.

Escucharon unos pasos en la escalera y SoMin entró saltando.

—¡Buenos días a todas! —estaba sonriendo y tomando una manzana de la isla central cuando las vio aun inmersas en su mundo— Dije: ¡BUENOS DÍAS!

Yuju y Eunha se separaron soltando un gruñido de exasperación, la ojiverde apoyó la frente contra la de la castaña maldiciendo.

—Te escuchamos a la primera, Mimí —dijo Eunha y bufó robandole un beso a su chica antes de zafarse de sus brazos y comenzar a servir el desayuno a su hermana—No tienes por que gritar, enana.

—No me digas así —SoMin se sentó mientras comenzaba comer su desayuno, lo hacía lentamente— No tendría que repetirlo dos veces si ustedes no se encontraran tan ocupadas besándose.

Yuju soltó una suave risa, sentándose en otra banqueta de la mesa, miraba divertida la discusión de las dos hermanas Jung. Solo faltaba la mayor de las tres y ya seria una guerra civil.

Eunha rodó los ojos nuevamente apartando un mechón de cabello de su frente y escondiéndolo tras su oreja, sirvió el jugo de la menor.

—Estamos casadas, es lo que normalmente se hace, SoMin.

—Aun así deben recordar que hay una chica en la casa ¡Que pensaría mamá! —SoMin amaba fastidiar a Eunha, le guiñó el ojo a la ojiverde.

—¿Chica? Pareces mas una bebé de cinco años, otra vez. —dijo y le dio un golpecito a su hermana en la cabeza, después volvió al fregador a limpiar los trastes— Y para que te enteres, mamá y papá también lo hacen, enana.

—Deja de decirme así ¡Nuggets, dile a la cascarrabias que no se meta conmigo! —SoMin le dijo a Yuju utilizando su arma secreta, llamándola por su apodo cariñoso y un puchero increíblemente adorable.

Yuju se derritió ante la niña e iba a hablar cuando Eunha se dio la vuelta cruzándose de brazos y mirando a su hermana.

—¿Tan bajo has caído, por que sabes que Yuju esta de mi lado? —la acusó.

—No se de que hablas. —SoMin sonrió inocentemente.

—Claro que sabes ¡Solo le llamas así cuando quieres llevarla a tu bando!

—Eso no es verdad ¿Yo hago eso, Nuggets? —preguntó SoMin otra vez con la cara de perrito y Yuju tuvo que morderse el labio para no reír.

—No creo. —afirmó la pelinegra.

—¡Yuna!

Las dos chicas comenzaron a reír mientras Eunha soltaba una carcajada sarcástica y volvía a su tarea de lavar los platos, Yuju se levantó dejando comer a SoMin, para darle un beso en la mejilla a su esposa.

Amaba picar a la castaña solo para ver su reacción.

Estaban muy cerca y los ojos chocolate de su esposa que la observaban con el mismo brillo de enamorada que siempre le había visto, Yuju frotó dulcemente su nariz con la de su esposa.

—No importaría, yo igual comería cualquier cosa que cocinaras — le dio un pico en los labios a la castaña.

Eunha arqueó las cejas divertida.

Yuju volvió a sonreír.

—¿Alguna vez de te he dicho lo condenadamente atractiva y tierna que luces cuando estas enojada? —dijo Yuju mientras le mordía la oreja cariñosamente logrando que a Eunha le temblasen las piernas.

¡Demonios! La castaña aun no se creía que después de tantos años Yuju seguía teniendo el mismo afecto en ella que como cuando eran jóvenes.

—Creo...que lo has mencionado —tuvo que tragar para poder hablar con fluidez, Yuju seguía lamiendo el lóbulo de la oreja ahora.

—Perfecto, por que si lo eres y te amo de esa forma —comenzó a bajar sutilmente hasta el cuello dejando besos en su paso, mientras sus manos acariciaban la espalda y el brazo de Eunha.

Los platos sucios ya habían sido olvidados, Eunha mantenía los ojos cerrados absorbiendo cada detalle del tacto de Yuju.

—Tú me amas de cualquier forma, fenómeno —dijo y Yuju mordió sensualmente el cuello de la castaña logrando que Eunha soltara un leve gemido que intentó aguantar mordiendo su labio.

—¡Yuna! —le chistó Eunha en voz baja.

—Es tu culpa, sabes que cuando me llamas de esa forma me prendes demasiado. Es taaan y —Yuju sonrío sobre la piel de la castaña.

Eunha asintió, ella sabia el efecto que tenia ese nombre especifico en Yuju. Por alguna razón le parecía increíblemente excitante, tanto que una vez cuando Eunha, en su época universitaria, muerta de celos por la compañera de habitación de Yuju se lo gritó en pleno pasillo y la pelea terminó de otra forma.

Eunha había ido a visitarla ese día y encontró a esa imbécil pelirroja coqueteando con su novia, Yuju no había echo nada, es mas, la rechazó varias veces, pero Eunha estaba cegada por los celos y las dos comenzaron a gritarse frente a todos. La pelea terminó cuando Eunha le dijo algo como: ¡Cállate la boca, fenómeno!

De alguna forma terminaron con la ojiverde cargándola sobre sus hombros hasta la habitación de la facultad en donde dormía, Eunha le golpeaba la espalda pero aun así Yuju no la soltó hasta que la tumbó en la cama y terminaron besándose desesperadamente.

Cabe resaltar que esa noche Yuju le hizo el amor hasta hacerle entender a la castaña que cada rincón de su alma le pertenecía a Eunha, la castaña comprendió claro y fuerte el mensaje.

Tanto Eunha como Yuju siempre habían adorado sus extrañas formas de reconciliación, eran muy...dinámicas, por así decirse.

Pero en ese momento no podían, Yuju estaba besandole el cuello de tal manera que incitaba a Eunha a hacerle el amor de inmediato.

¡Por el amor de Dios! SoMin estaba en la mesa, a tan solo unos pasos ¡En la misma habitación! Su madre le pegaría con la chancla si hacía algo como eso frente a su hermana adolescente. «Pensaba Eunha»

—Amor...SoMin...está aquí —dijo con el poco auto control que tenia.

Para el lamento de la ojiverde era cierto, dejó de besar el cuello de su esposa, escuchando un suspiro de ella, y volteó a ver alarmada si SoMin las había estado observando.

Para su alivio, y también confusión, no era así.

—Cariño, creo que ella ni siquiera está aquí presente... —susurró Yuju observando a la castaña menor revolver su desayuno con el tenedor, ausentemente.

Eunha, ya un poco más recuperada, giró el cuerpo para ver a su hermana. Allí estaba el cuerpo de SoMin Jung, sentada, pero sus ojos parecían en otro lugar mientras miraba al vació. Parecía estar pensando en algo...o en alguien, de un momento a otro SoMin sonrió tontamente y sacudió la cabeza para salir se su ensoñación.

Eunha y Yuju se miraron, acercándose un poco mas pero en ese momento con motivos de confidencialidad.

—No creo que sea normal ¿Verdad? — dijo Yuju.

—¡¿Como va a ser normal que sonría de la nada, Yuna?! — susurró la castaña palmeandole el estomago con el dorso de la mano— SoMin lleva ya un tiempo así, es obvio lo que sucede.

Yuju meditó las palabras de su esposa, intentado encontrar alguna de las miles de razones por la cual la chica menor actuaria así ¿Drogas? ¿Nervios? ¿Hambre?

No es hambre si ella ya está comiendo, idiota ¿Guardaba el secreto de un duende mágico? ¿Que, mujer? ¡¿Que?!

Eunha, observando el hamster girando en una rueda trabajando forzosamente en la cabeza de la ojiverde, restregó su rostro con una mano ¿Por que su esposa era tan lenta?

Algunas veces Sowon le recordaba que fue un milagro que Yuju se le declarara de primero en el baile, por que al ritmo que iban en esa época, si fuera por la ojiverde ella nunca se hubiera enterado del enamoramiento de Eunha hacia Yuju.

—¡¿En verdad no sabes?!

—Ehh ¿Recordó un chiste muy bueno? —respondió Yuju y sonrió culpable y sabia que estaba claramente equivocada cuanto Eunha bufó.

—Choi, ella obviamente está en las nubes por que...bueno, posiblemente está enamorada - dijo la ultima palabra en un pequeño susurro mientras sonreía y las dos adultas volvieron a ver a SoMin.

SoMin seguía distraída pero al menos ya había ingerido la mayor parte del contenido en su plato.

Yuju le miraba sin creérselo, ahora el entusiasmos y el brillo en sus ojos tenían mas sentido ¡Su niña favorita estaba enamorada!

En cambio Eunha le miraba dulcemente, comprendiendo por fin que su hermana estaba creciendo y tal vez experimentando el primer amor, se identificaba con ella misma ya que cuando Eunha descubrió que estaba enamorada de Yuju, en su juventud, actuaba igual.

Pero ahora la pregunta principal era clara: ¿De quien estaba enamorada?

Eunha sospechaba que la ojiverde también se hacia esa pregunta, ya que de un momento a otro estaba sentándose junto a SoMin con un rostro entre sorprendido y travieso.

Eunha pestañeó ¿En que momento su esposa había llegado allí? ¿Le preguntaría tan directo? No, seguro que no, Yuju no eran tan imbécil.

– Así que...SoMin —Comenzó Yuju captando la atención de una sonriente SoMin.

—¿Si, Yujyu? —otra sonrisa de oreja a oreja.

Eunha le sonrió a su hermana, acercándose también, Yuju se inclinó sobre la mesa.

—¿Estas enamorada de alguien o como es la cosa? —preguntó Yuju sin ningún tacto.

Las dos hermanas Jung abrieron los ojos como platos.

Eunha en estos momentos quería pegarle un porrazo a su ojiverde por tremenda pregunta a1 ¡Si era lo suficientemente imbécil como para preguntarle! ¿Como no la detuvo? Llevaba años viviendo con ella y conocía a su esposa, por Dios.

—¡YUNA! —le retó.

Yuju levantó los brazos.

Pero de alguna forma las dos chicas habían acertado, Eunha lo confirmó al ver el rostro completamente sonrojado de SoMin hasta la coronilla, se retorcía las manos mientras alternaba los ojos de su hermana a su esposa.

—Yo no, no, claro que....bueno, no... –intentaba hablar la menor

Eunha se moría de ternura.

SoMin miraba a los lados mientras negaba con la cabeza, se preguntaba como era posible que su hermana actuara algunas veces de forma tan similar a Yuju.

Tal vez la razón se debía a la gran cantidad de tiempo que pasaron juntas cuando SoMin era una cría, había adquirido algunas mañas de la que ahora era su esposa.

—SoMin, cariño... - Eunha intentó hablarle dulce, para calmar a su sonrojada hermana.

Antes de siquiera poder decir algo el móvil de SoMin comenzó a sonar, ella vio la pantalla casi desesperada y un suspiro de alivio se escapó de sus labios. Se levantó de un salto de la silla, sonriendo nerviosamente y dándole un beso en la mejilla a su hermana y a su cuñada rápido.

- Jin ya llegó por mí, me tengo que ir ¡Chao! —se despidió la menor con la mano mientras cargaba su mochila y salia pitando de la cocina, Yuju pestañeó de lo rápido que fue la escena- . ¡Las veo en la tarde, las quiero!- gritó desde la puerta mientras salia.

Escucharon el ruido del carro arrancar y quedaron en silencio, aun en la misma posición.

Yuju fue la primera en salir del estupor.

—¿Será Jin?

Eunha también reaccionó dándole otro golpe en el brazo.

—¿Cómo pudiste preguntarle algo así? La pobre se espantó de que supiéramos su secreto — se volvió para seguir lavando.

Yuju masajeó su brazo, estaba adolorido ya que la castaña tenía una gran fuerza para ser tan delgada y pequeña.

—Tu hermana me hizo lo mismo una vez, fue igual —se defendió.

—Pero Taeyeon es Taeyeon y tu eres Yuju, no tienes justificación —dijo ella aunque después recordó la pregunta anterior de su esposa— ¿Podrá ser Jin? No estoy ta segura, es su mejor amigo y siempre luce tan normal al hablar de el.

Yuju apoyó la barbilla sobre el brazo acomodando en la mesa, parecía estar pensándoselo.

—Puede, pero una nunca sabe ¿Verdad? ¿Qué otro amigo tiene So? —arrugó el ceño esperando respuesta de su esposa. Eunha estaba divertida ya que ahora Yuju se mostraba sobreprotectora.

Eunha repasó la lista de amigos de su hermanita mentalmente, sólo conocía personalmente a Jin y a un rubio Nam Joon, del resto solo los había escuchado de la boca de su hermanita. Desistió con la idea, en cualquier momento terminaran enterándose.

—Algún día Mimí nos va a decir, claro, eso si se le pasa el susto que le diste —regañó de nuevo a Yuju.

Ahora Yuju se sentía un poco culpable pe

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Comments

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Seiyoku #1
Chapter 30: Encontré este fanfic de casualidad, lo amooooo la verdad mi pareja favorita es YujuXEunha, lastimosamente casi no encuentro fanfics de ella :(

PD: mi pareja favorita de snsd es YulSic
hahaxixihehe #2
Pleaseee jeballll make it english version jebal authornim
truki007 #3
Chapter 21: sinrin <3
TsunYerin #4
Chapter 49: Owsssssss Eunha ya la quería incluso antes de salkr con MyungSoo. Estos extras son vida. <3
TsunYerin #5
Chapter 48: Jajaajjajaajaajjajajaja Habi va cayendo. Nadie se resiste a Yuju
ailyn2111 #6
Chapter 49: >:v por estar de chismosa se metio con muyngsoo?? que pendeja la verdad :v
pobre eunha :'v
sigueeeeee
ailyn2111 #7
Chapter 48: mira no mas deberias seguir con mas extras de esto r7w7r
me encanto :3 sigueeeeeee
islas_t #8
Chapter 47: Estaria genial que los adaptadas!!!
TsunYerin #9
Chapter 47: SI, TE AMARIA TODA LA VIDA SI ADAPTAS LOS EXTRAS. No se seria genial ver todo desde las perspectiva de Eunha.
TsunYerin #10
Chapter 46: JAJAJAJAJA la reacción de SinB lo fue todo.