Como cumplieron con mi pedido, pues aquí tienen su especial ^^ Por eso es que les adoro tanto <3

Cómo sospechaba Yuju, la semana en la escuela había sido un infierno.

No sólo por el hecho de que cada vez que Yoojung la veía, se hacía la enojada y sus amigas la fulminaban con miradas de odio.

Tampoco porque Sinb la había vuelto a molestar y esta vez parecía peor que nunca.

La verdadera razón era que, Eunha no la miraba. No le hablaba, pasaba junto a ella y la ignoraba, ni siquiera la fastidiaba junto a Sinb, la ojiverde parecía haber dejado de existir para la castaña.

En estos momentos, estaban en clase de Historia y Eunha se encontraba sentada, unas mesas adelante de ella, ignorándola al igual que todos estos días.

Yuju suspiró y extendió los brazos sobre la mesa, estaban en una clase muy aburrida, en su opinión.

—No me ha insultado ni una sola vez, Yennie. —se quejó jugando con el lápiz, sus ojos verdes estaban clavados en la espalda de la castaña.

—Puede que tenga mucho con los deberes y el equipo de animadoras. —comentó su amiga pero, después de ver a la castaña, comenzó a recapacitar— O... puede que esté enojada.

—¿Enojada?¿Por qué? —bufó Yuju fastidiada, Jung era un gran dolor de cabeza.

Yerin tardó unos minutos considerando su respuesta, ella también había estudiado el gran cambio de la actitud de Eunha durante estos días y tenía una idea, una idea que nunca en su vida se le hubiera ocurrido antes. Pero, las acciones de la castaña hablaban por si solas...

—Puede... que esté enojada contigo, por besar a Yoojung.

—¡No la besé! —se defendió— Pero, ¿Y eso qué tiene que ver?

—No sé, puede que no le gustó que abusaras de su amiga. —comentó pensativa, sin querer llegar a la conclusión que era la más obvia.

—Qué yo no la besé. —volvió a murmurar y Yerin se quedó perdida en sus pensamientos, últimamente siempre estaba así.

—... y deberán formar parejas para el siguiente ensayo de 200 páginas, con dibujos incluidos, que tratará sobre la Segunda Guerra Mundial. —avisó la profesora, logrando entre todos sus estudiantes un abucheo— Dejen el drama, alumnos, comenzaré a elegir las parejas...

Dijo el nombre de varios estudiantes, pero Yuju no podía pensar, era una oportunidad.

Así que rezó todas las oraciones que se sabía y cruzó hasta los dedos de los pies.

Quería que le tocara con Eunha, debía de tocarle con Eunha, sus esperanzas aumentaron cuando la amiga rubia de la castaña se fue con Yerin, una menos.

La profesora duró un rato diciendo los nombres, hasta que llegó al de ella.

—Jung Eunha, deberá trabajar con la joven Choi Yuna. —dijo con esa voz seria y prácticamente las dos saltaron de sus respectivos asientos.

—¡No quiero trabajar con ella! —se quejó Eunha.

—¡Si usted insiste! —dijo Yuju con fingida resignación.

Eunha fulminó a Yuju con unos ojos oscuros mientras la ojiverde mostraba una sonrisa burlona.

—Es parte del trabajo. Tienen que hacer el ensayo juntas, no quiero discusión, señorita Jung. —dijo zanjando el tema mientras el rostro de Eunha se fruncía.

—No pienso trabajar con este fenómeno. —declaró cruzándose de brazos, Yuju alzó las cejas repetidamente, logrando que se irritara más.

—El lenguaje, joven. —dijo la profesora reprochándole y luego observando a Yuju— ¿Usted tiene algún inconveniente, señorita Choi?

—Ni en lo más mínimo. —la ojiverde le regaló una de sus sonrisas más encantadoras, haciendo rabiar a Eunha.

—Entonces, no veo el problema, trabajaran juntas. —dijo la profesora puntualmente, Eunha resopló.

—¡Ella sólo lo hace para fastidiarme! —dijo señalándola pero la profesora no la miraba,

Yuju aprovechó para sacarle la lengua, ocasionando que se irritara más y que los estudiantes se rieran.

—¿Lo ve? ¡Sólo quiere burlarse de mí! —se quejó nuevamente Eunha.

—¡Señorita Jung, siéntese! —le exigía y Eunha obedeció, refunfuñando, luego miró a Yuju— Usted también, Choi.

Después de terminar de dictar las parejas, mandó a los estudiantes a reunirse con sus compañeros. Yuju, viendo que la castaña no iba a mover ni un pelo, arrastró su mesa hasta la suya y le saludó.

—Hola, princesita. —dijo con una voz cantarina, su corazón aleteaba alegremente.

Eunha no la miraba, abrió el cuaderno enojada y comenzó a escribir los nombres. El nombre de Yuju lucía muy bien con su letra, suspiró, embobada por la castaña.

—El libro. —escuchó que le dijo Eunha, pero Yuju no comprendió y la castaña volteó a verla como s