Sesión de estudios interesante.
Rivales (YunHa Ver.)
Segundo trimestre y Yuju sentía que estaban aún a principios de año. El tiempo realmente transcurría rápido.
Pero algo si había cambiado. Ella se dirigía hacia la biblioteca escolar, para su habitual "sesión de estudios" o eso pensaba que era.
Los primeros días del mes ese era su objetivo pero después de unos días, se percató de que cierta joven castaña también asistía a esas horas de la tarde para estudiar.
El primer día que la había visto, casi decide salir corriendo de la biblioteca. Eunha simplemente se encontraba con el libro de Biología en sus manos, en una de las mesas del fondo, completamente concentrada en los estudios.
Desde ese entonces Yuju siempre acostumbraba a asistir a esas horas, aunque los primeros minutos normalmente se dedicaba a mirarla un rato, y no entendía el por qué. Después de un unos segundos el libro llamaba su atención y comenzaba a hacer lo que debía, estudiar. Esa ya era su rutina cotidiana.
Al llegar hoy, encontró a Eunha en la misma mesa de siempre. Su cabello amarrado en un moño y algunos mechones de cabello le caían desordenados en el rostro, garabateaba en su cuaderno y de vez en cuando arrugaba la nariz o se mordía la lengua, cuando no comprendía algo.
Eso fue mucho para la ojiverde, quien duró unos minutos más de lo normal observándola, hasta que por fin se obligó a mantener sus ojos en el libro de texto.
Yuju estaba sentada en una mesa apartada de ella y debía estudiar. Mañana tendría un examen de Ingles y esa era su peor materia. Ella lograba pasar las asignaturas con notas aceptables mientras que Eunha era una de las mejores estudiantes del salón, considerando que las dos duraban las misma horas estudiando en la biblioteca.
Cuando por un segundo la materia la venció, suspiró audiblemente y abrió su cuaderno de dibujo. Se perdió en su mundo dibujando simplemente lo primero que le llegaba a la cabeza.
Duró casi una media hora así y de un momento a otro sintió alguien tras ella. Volteó asustada y se encontró con una despreocupada Eunha, que observaba su dibujo.
—Tú... ¿Qué haces allí?—preguntó y, al ver que la castaña no dejaba de mirar el dibujo, intentó cubrirlo con los brazos ya que no le gustaba que vieran sus dibujos.
Era como si husmearan en su diario, aunque no tenía uno.
—Dibujas bien—comentó entrecerrando los ojos, intentando ver la hoja que Yuju cubría—. ¿De quién son, los ojos?
Cuando le preguntó aquello, Yuju sintió como su estomago caía. Alzó los brazos y observó, horrorizada, que era cierto lo que había dicho la otra chica. Plasmado en la superficie bl
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