Una semana. Una semana desde los nuggets, una semana desde ese beso robado, y en ninguno de esos siete días había logrado reunir el valor suficiente para ir a casa de Eunha.

Sentía vergüenza de sí misma.

Llevaba días sin hablar con la castaña, sólo observándola de lejos y con eso le bastaba. Pero ahora era diferente, quería ver a SoMin e incluso jugar con ella, la ojiverde estaba muy encariñada con la pequeña diva.

Durante estos días no había logrado hablar con Eunha, en parte porque la evitaba entre clases y la otra razón era por Myungsoo. Pero había algo un poco diferente esta vez que divertía mucho a Yuju.

Cada vez que sus ojos se encontraban con los de la castaña Eunha la miraba un rato, luego parecía recordar algo y apartaba el rostro, ruborizada.

En los pasillos una vez tropezaron y Eunha, al reconocerla, se apartó de un pequeño salto con el rostro rojo y siguió caminando, pero chocó la cabeza contra una puerta del salón.

(No me sorprende)

En otra Eunha se supone que estaba respondiendo una pregunta en la clase y ella lo hacía como siempre, tranquila y confiada. Pero al notar la mirada fija de Yuju, confundió las palabras y comenzó a balbucear, terminando avergonzada frente a todos.

Le hacía difícil a Yuju el no querer volver a robarle un beso.

No entendía el comportamiento de la castaña, pero le encantaba. Era incluso hermosa, siendo torpe y todo.

Aún así Myungsoo también parecía estar vigilándola, por esa razón fingía no ver a Eunha cuando el chico estaba cerca. Pero hoy en el aparcamiento le fue imposible, dado que la castaña se veía más hermosa de lo normal.

Su cabello oscuro atado en una coleta y llevaba una falda, junto con una blusa azul manga larga con botones. Sus ojos brillaban y sólo llevaba un poco de maquillaje.

Yuju, al verla en la mañana, duró unos segundos con la boca abierta y sus amigas tuvieron que llevarla a rastras al salón, ya que sus piernas y cerebro no coordinaban.

—La sigues mirando. —comentó Yerin, riéndose al ver a su amiga.

Estaban junto al coche de JooHeon mientras el grupito de Eunha se hallaba alrededor del descapotable de Myungsoo.

Yuju notó el buen humor de su amiga y se alegró por ella.

Aún recordaba cuando le preguntó el por qué había faltado dos días seguidos (que coincidían casualmente con los días que faltó Sinb) y Yerin le confesó que se escapó de su casa para verla.

Relató toda risueña que habían compartido la cama, con las manos entrelazadas, mientras veían películas toda la tarde y Sinb se recuperaba. Por eso su amiga estaba tan feliz.

—Es su culpa, ella no debió de haberse vestido de esa forma y verse tan hermosa. —dijo Yuju en broma, pero luego su rostro se puso serio al ver la mano de Myungsoo alrededor de la cintura de Eunha.

—A ella le encanta llamar la atención. —dijo pícaramente Chaeyeon— Y más de cierta ojiverde por allí...

Sus dos amigas se rieron y Yuju las miró, confundida.

—¿Qué ojiverde? ¿Le gusta una chica o algo así? ¿Quién es?—preguntó enojada mientras sus amiga se reían más fuerte.

(¡Lenta!)

—Era broma, Yun. —dijo Yerin, divertida por lo lenta que era su amiga.

Pudieron seguir hablando, pero escucharon unos silbidos a lo lejos.

Yuju vio con sorpresa que la hermana de Eunha, Taeyeon, marchaba con paso decidido por el aparcamiento, siendo el centro de atención de los chicos.

Todos admiraban el contorno de sus caderas y, en general, el cuerpo atlético y bien formado de Taeyeon. Ella vestía unos vaquero ajustados que lucían sus curvas y una blusa negra con brillantina, llevando una cartera en el hombro y unos lentes de sol. Sus labios rojos sonreían.

Ella sabia el efecto que ocasionaba en los hombres (y algunas chicas) y se pavoneaba. Parecía dirigirse hacia directo a hermana menor, quien la miraba con sorpresa.

Yuju pensó que realmente las dos chicas eran hermanas, no había dudas. Podría decirse que Taeyeon era una versión mayor de su chica, Eunha, ya que todos estaban babeando por ella.

Sin querer sus miradas se encontraron y Taeyeon abrió los ojos, reconociendo a la chica, y ahora se dirigía hacia ella.

—¡Cuñis! —dijo alegremente mientras llegaba a ella y le rodaba el cuello con los brazos para darle un fuerte abrazo. Yuju sorprendida, le correspondió— ¡No esperaba encontrarte aquí!—terminó separándose de ella y Yuju pudo reconocer la mentira en sus palabras.

—¿En verdad?—preguntó sin creérselo y Taeyeon le mostró la lengua.

—Bueno, en realidad buscaba a mi hermana para llevarte a rastras a la casa. SoMin nos tiene loca con que vengas de visita. —dijo riendo y Yuju lo hizo también, ya podía imaginar a la pequeña diva haciendo un berrinche — También porque nos haces falta, cuñis. —hizo un puchero.

—¿Cuñis? —preguntó Yuju divertida a su amiga, Yuju se sonrojó y la castaña mayor asintió.

—¡Ella es mi cuñada! Supongo que sabrán el por qué. —dijo cómplice y dándoles un guiño. Sus amigas comenzaron a reírse y Yuju se ruborizó aún más— Soy Taeyeon, mucho gusto.

Sus amigas se presentaron y para su sorpresa, la hermana de Eunha era muy agradable.

—Sí, ella nos había contando sobre ti. —comentó Chaeyeon para avergonzar a su amiga, Taeyeon sonrió.

—Awww ¿Es cierto? —preguntó observando a Yuju, antes de que esta se ruborizara y asintiera, apenada. Taeyeon sonrió felizmente y se acercó, apretándole las mejillas tiernamente— Qué linda es mi cuñadita.

—Taeyeon, basta. —dijo Yuju aunque también se reía un poco. Taeyeon rodeó el cuello de Yuju con el brazo, sentía a la pequeña ojiverde como su hermana.

Taeyeon miró con diversión a su hermana a lo lejos, intentando ver que hacían, y pensó que era hora de jugar un rato.

—Bueno, chicas. Tenemos que irnos, fue un placer. —dijo despidiéndose de las chicas con un beso en la mejilla y Yuju hizo lo mismo.

—¿Vamos con ellos? —preguntó la ojiverde horrorizada, cuando comenzaron a caminar hacia el grupo de Eunha.

—Claro, allí esta mi hermanita. —dijo simplemente y notó el temblor de Yuju— Cuñis ¿Estás bien?

—Es que... allí... ellos me fastidian y mucho. —dijo un poco pálida y Taeyeon comprendió, le sonrió para calmarla— El novio de Eunha me hace la vida imposible.

—Descuida, yo te protejo. —aseguró, recordando cuanto odiaba a ese chico, ella comprendía, y llevó a Yuju por el bra