Al día siguiente, Yuju entró a la escuela un poco más relajada, llevaba unos mini shorts blancos y una blusa negra manga larga que se ajustaba a su torso. Era lo más cómodo que había encontrado en su armario.

Su cabello estaba suelto en ligeras ondas y entrelazaba su brazo con el de Yerin. Su amiga le daba fuerza, hablaban con Sowon y Chaeyeon sobre salir al cine la próxima semana, eso hasta que el grupito de las plasticas se colocaron justo frente a ella.

—Hola, a mis raras favoritas. —dijo Sinb abriendo los brazos mientras intentaba buscar los ojos de Yerin, quién sólo miraba al suelo.

—¿Qué quieren? —preguntó Sowon, fastidiada.

Yuju miró a Eunha brevemente, vestía una falda de mezclilla y una blusa negra que dejaba ver su abdomen, junto con unas zapatillas en conjunto. Tan hermosa que dolía. Sus ojos se encontraron y Yuju apartó la mirada, podía sentir aún el agua sucia en su garganta.

—Yo, yo quería hablar con Choi. —dijo la castaña, capturando la atención de todas.

—Yo no quiero hablar contigo. —rebatió Yuju y vio un brillo de tristeza en los ojos chocolates, eso la debilitó.

—Pues tienes que, vamos. —le dijo tomándola de la muñeca y jalándola fuera del grupo. Yuju le hizo señas a sus amigas para que no las siguieran, Eunha la llevó hasta una esquina junto a los casilleros y comenzó a hablar torpemente, mirándose los pies.

—Ayer... ayer me ignoraste. —dijo Eunha más como una afirmación, dándole pequeños vistazos.

—Sí, ¿Y que con eso? —intentó hacerse la indiferente, pero no le salió muy bien.

—Nada, olvídalo. —soltó Eunha un poco molesta, aunque después comenzó a jugar con sus manos— Nosotras... bueno, tenemos que terminar el ensayo... y podríamos hacerlo esta tarde, en mi casa.

Yuju abrió los ojos ¿La estaba invitando a su casa?¿Era un sueño? ¿Debía de tener fiebre? Oh, por Dios, su casa, era su casa y ellas podrían... ¡Para ya, Yuju!

—¿T-tu ca-casa?—preguntó como una tonta y Eunha la miró como si en verdad lo fuera.

—Sí. Mi casa, Yuju—dijo y Yuju se sonrojó.

—Me... me llamaste... ¿me llamaste por mi nombre?—preguntó, abriendo los ojos.

Eunha rodó los ojos, aunque sus mejillas estaban ligeramente ruborizadas.

—¿Vas venir o no?—preguntó impaciente, Yuju pareció dudar.

—Yo... bu-bueno... —comenzó a indagar ya que no debía estar cerca de Eunha, Myungsoo la mataría, pero en parte, también quería conocer la casa de la castaña.

—Te recuerdo que vale mucha nota. —dijo cruzándose de brazos—. No vemos en la salida, te vienes conmigo. —sentenció dándose la vuelta y volviendo con sus amigas.

Yuju no pudo decir nada, tendría que ir y ya.

Durante el resto del día estuvo muy nerviosa, no le dijo nada a sus amigas ya que comenzarían a delirar y a decirle que no fuera.

Yerin le preguntó que sucedía y no tuvo más opción que decirle, pero su amiga no hizo nada más al respecto ya que era una nota muy importante, le advirtió que tuviera cuidado y dándole un fuerte abrazo.

Sus subidas y bajadas con la chica de ojos miel tenían mal a Yerin y Yuju entendía, también le devolvió el abrazo aún con más fuerzas. En la hora de la salida, intentaba buscar a Eunha sin encontrarse a Myungsoo, fue fácil ya que últimamente no se les veía muy juntos en comparación al año anterior.

Al finalizar las clases sus amigas se habían ido con Sowon y sintió a alguien tocándole el hombro, dio un brinco y al voltear se encontró con Eunhaa, que la miraba con una ceja alzada.

—¿Nos vamos, fenómeno?—preguntó y sin darle tiempo a responder, fue hasta su auto.

Yuju no sabía que Eunha tuviera auto ¿Desde cuándo?

—Yo... ¿Tú tienes auto?—preguntó frente al descapotable plateado, Eunha rodó los ojos.

—No ¿Qué crees? Para nada, este es un plátano con ruedas. —dijo sarcásticamente mientras subía al asiento del piloto, Yuju torció la cabeza— Ya, vamos, entra.

Yuju prefirió no contradecirla y subió, los asientos estaban forrados en cuero y el vehículo entero olí