Después de aquel encuentro en la cafetería Yuju había intentando evitar a Myungsoo por todos los medios, duró todo el día cerca de JooHeon y Chaeyeon, para que no se le acercara.

Se lamentaba interiormente, ya que significaba tampoco ver a Eunha. Era muy raro, que ninguna del grupo de las chicas la hubiera fastidiado o algo.

También estaba preocupada por Yerin, a quien no veía desde hacía horas.

Estaban caminando en el pasillo cuando le encontró, frente a su casillero. Sus mejillas estaban coloradas y lanzaba los cuadernos dentro del locker con furia, Yuju temió lo peor.

—¿Yennie? —comenzó Yuju tocándole el brazo, la castaña suspiró, irritada.

—¿Qué hizo Hwang, ahora?—preguntó Chaeyeon, recostándose de la pared, y Yuju le reprendió por ser tan directa.

Yerin las observó a las dos, primero furiosa, y comenzó a hablar.

—Es una perra, me dice que estoy enamorada de ella y por eso no puedo acercarme a nadie. Pero, ella dice que no siente nada por mí y que... y que... —no pudo terminar de hablar, ya que sus ojos se tornaron húmedos, quería llorar.

Yuju la abrazó y dejó que escondiera el rostro en su cuello, comenzó a frotarle la espalda mientras la chica se abrazaba a ella. Chaeyeon también le acariciaba el cabello, escuchando los sollozos de Yerin . (Aw, bebé)

—Descuida, ella... ella estoy segura de que siente algo por ti, lo veo por la forma en que te mira. —intentó calmar a Yerin y pareció funcionar, Sinb no podía no sentir nada por su amiga y el beso que le había dado era la prueba.

—Eso... eso... espero. —murmuró entre sollozos y se abrazó más a Yuju.

Las tres decidieron que era mejor olvidar todo.

Chaeyeon les propuso ir a la pizzería de siempre después de clases y las tres fueron, invitando a Sowon. Por suerte, JooHeon les había dejado las llaves, así que las chicas no tuvieron problemas para llegar.

Aparcaron al frente del local y al entrar, se encontraron con la misma mala suerte de siempre.

—Joder. —murmuró Yuju, viendo al grupito de la escuela en su mesa de siempre, esperaba que ellos no fueran hoy.

—Solo ignórenlos. —dijo Sowon, apoyando la mano en la espalda de Yerin para avanzar, ella bajó el rostro y asintió.

Yuju cómo siempre hacía, buscó entre las personas el cabello castaño.

Allí estaba Eunha, con la misma ropa del colegio, hablando alegremente con sus amigos. Cabe mencionar, que para Yerin, se veía completamente hermosa.

Para la alegría de la ojiverde Eunha no le prestaba la más mínima atención a su novio, que de vez en cuando intentaba hablarle, aunque a él tampoco parecía importarle. Se concentraba en la charlar con Jackson y observar, con poco disimulo, el cuerpo tonificado de YooJung.

—Es un idiota. —murmuró Yuju, tomando asiento en la mesa, y quedando con vista al grupito— Tiene a Eunha y mira a otras chicas de esa forma.

—Todos los chicos son iguales. —comentó Chaeyeon suspirando, sus amigas la vieron.

—¿Todo bien con HyugnSik?—preguntó Yerin preocupada, Sinb parecía estarla mirando, pero ella la ignoraba por completo.

—Salimos varias veces. —dijo aunque no era nada nuevo, ya que sus amigas la habían ayudado a escoger la ropa que se pondría— Pero, en el colegio no me ha hablado ni una sola vez.

—Descuida, solo es el primer día. —dijo Sowon, intentando calmarla.

—Todo saldrá bien. —le sonrió Yuju, pero luego sintió una bola de servilleta golpearle la frente y parpadeó— ¿Qué?

Myungsoo se reía con sus amigos y la observó, divertido.

—Mala mía, rarita. —le dijo aun riendo y Yuju frunció el ceño.

Tendría que haberle hecho algo, tal vez lanzarle su batido de fresa en la cabeza, como de seguro hubiera sucedido el año pasado. Ella esperaba que de la nada saliera Eunha, a burlarse de ella también y luego allí podría comenzar la pelea limpiamente pero, para su sorpresa, no fue así. La castaña nunca habló, mejor dicho, sólo parecía mirarla con una cara de boba y se sonrojó intensamente, al ser descubierta por Yuju mirándola.

La ojiverde sentía el corazón en la boca ¿Qué le sucedía a su chica? Nunca había visto a Eunha tan nerviosa, quería ir hasta donde estaba ella y confirmar si la castaña no estaba con fiebre.

Cómo si no pudiera controlarse, comentó en voz alta:

—¿Jung, estás bien?¿No vas a insultarme también? —preguntó incrédula, observando como el sonrojo incrementaba en las mejillas de la chica y sus amigos también vieron a la castaña, extrañados.

—Cierto, amor. Dile sus cuatro cosas a la rarita. —dijo Myungsoo, colocando su mano sobre la de ella.

Yuju frunció el ceño y Eunha la apartó rápidamente, cortando el contacto.

Myungsoo dio una mirada furiosa a Yuju, ella también se había sorprendido de aquello y ahora su rostro volvía a ser una máscara de sorpresa.

Eunha se sentía acorralada, debía de hacer algo, así que cerró los ojos y al abrirlos, parecían irritados por la gran atención que recibía.

—¿Eso quieres, fenómeno? No estoy de ánimos para insultar tú asqueroso rostro, así que has un favor al mundo y lárgate. —dijo colocando un mechón de pelo tras su oreja y alzando la barbilla, sus amigos rieron y dejaron de verla.

Yuju pudo jurar que su cuerpo se relajó.

Myungsoo sonrió como un gato diabólico y Yuju seguía sin decir nada, había escuchado las palabras y ahora estaba un poco atontada por ellas.