Fugitiva
Mi Príncipe Es Una Chica-esa perra de Krystal, escuche como Hyuna se quejaba de su amiga que la había dejado mientras ella se iba a un viaje con otra amiga, - ¡Me dejo aquí! -, hizo movimientos exagerados con la mano. Sonreí.
-Estas ebria, le susurre y ella negó con el ceño fruncido.
-Se cuándo lo estoy, entrecerró los ojos, - ¿eres Amber cierto? -, rodé los ojos. Hyuna siempre hacia lo mismo, le encantaba embriagarse hasta perder el conocimiento dándome a mi problemas después.
-No soy Amber, ¿Quién carajos es Amber?, pregunte riendo un poco. Ella asintió.
-exacto amigo, ni siquiera sé quién es Amber, ella se recargo en mi hombro y comenzó a reír sola, - ¿Quién carajos es Amber? -, repitió mis palabras.
-Ya que soy un desconocido puedo drogarte y llevarte al baño de los hombres donde te Violare por 2 horas, Bromee.
-eso suena bien, mi menor bostezo, - ¿podríamos dormir un poco antes? -, suspire.
-Levántate, la moví un poco cuando noté que su cabeza estaba pesando más en mi hombro y eso significaba que se había dormido allí, - ¿Hyuna? -, pregunte. Seguía con los ojos cerrados.
Mis intentos fueron inútiles al querer despertarla, parecía muerta, ¿Qué demonios había tomado?
- ¡Hyuna!, grite, -dijiste que tu pagarías la cuenta esta vez, No tengo dinero-, hice una mueca de preocupación. Como no dio señales de vida mire el pequeño bolso negro que siempre llevaba con ella y husmee dentro, No había una cartera o algo parecido, en realidad no había ni una pequeña cantidad de dinero.
Perfecto día para dejar la cartera en casa. Me dije a mi misma.
Maldije una y otra vez sintiendo la mirada del Barman que -pienso yo- Cada minuto que pasaba se percataba de que algo no andaba bien conmigo.
-Hyuna, la moví aún más fuerte, milagrosamente ella despertó de golpe.
- ¿Qué sucede?, miro a todos lados un poco más cuerda.
- ¿Qué mierdas quieres que haga?, susurre, -no llevas dinero encima, ¿acaso eres tonta? -, ella abrió la boca con sorpresa.
-Mierda, olvide mi cartera en casa, se llevó las manos a su cabeza alborotando su cabello no tan corto.
- ¿Qué demonios vamos a hacer?, le mire enojada.
- ¿pedir más bebidas?, choqué mi palma contra mi frente y negué.
-es poca la cantidad que consumismos ya que te tomaste mis bebidas, comencé a razonar, -si tomamos más entonces el problema se hará aún más grande-
- ¿entonces que..., le cubrí la boca cuando el Barman se paró frente a nosotros y se recargo levemente en la barra.
- ¿todo en orden?, pregunto mirándonos de forma sospechosa.
-Sí, asentí rápidamente. Obviamente le
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