*PVP Amber*

La abrase cuando dijo esas palabras, lamentaba haberla lastimado, pero no podía corresponderle como ella quería.
-te odio, volvió a escupir golpeándome ligeramente.
-Basta, tome sus muñecas. Ella me miro aun llorando.
-Te odio, volvió a decir mirándome a los ojos.
Volví a apretarla contra mí, no necesitaba que lo dijera nuevamente y mucho menos de esa manera. Mi peor temor era que quisiera irse del departamento, que jamás volviera.
-Suéltame, musito alejándome. Camino hacia su habitación y cerró la puerta.
-¿Krystal?, toque la puerta, -¿Krys?-, volví a llamar. Estuve tocando en su puerta más de una hora, no respondía, nuevamente habíamos faltado a clases.
Me senté en el suelo, cerca de la puerta de la habitación de Krystal, escuche como la abría y ella salía cambiada con unos Jeans y una blusa sencilla morada.
-¿A dónde vas?, le pregunte. Pero no Hubo respuesta, -¿Krys?-, tome su muñeca y ella quito bruscamente mi tacto.
-No quiero que me hables ¿está bien?, No ahora…
-Krys yo no…, la puerta principal se cerró fuertemente.
Revolví mi cabello con desesperación enfadada, ¿A dónde demonios iba?, o lo más importante ¿regresaría?.  Estuve haciendo cualquier cosa por la tarde, lo que sea para que mi mente no pensara en ella y me volviera a frustrar. Dieron las 11 de la noche pero ella no llegaba, fue entonces que me comenzó a preocupar. Marque su celular un millón de veces, pero lamentablemente lo había dejado sobre la cama, no sabía si lo había hecho a propósito o si simplemente lo había olvidado.
Estuve manejando por una Hora, Nada, jamás la encontraría en un lugar como Seúl. 
Entonces me las arregle para pensar donde podría estar. ¿Dónde?, ¿Dónde?. La idea me llego como un bombilla iluminando mi cabeza, conduje al bar más cercano a la casa, Nada, conduje a otros más y nada.
Maneje hasta el centro de la ciudad, camine por una hora, el reloj marco la 1:30 AM, apresure el paso y me detuve escuchando un quejido dentro de un callejón.
-¿E…Está bien?, le pregunte a la persona que estaba tirada al fondo del callejón.
-Ah, escuche otro quejido. Entre cuidadosamente esperando que no fuera una trampa y que me robaran la billetera, en realidad era lo último que necesitaba. Reconocí los Jeans en cuanto los vi mejor.
-¡¿KRYSTAL?!, me agache y la tome con cuidado, tenía golpes en la cara y su blusa estaba un poco desgarrada,-¿Qué es lo que sucedió?-, pregunte y ella se volvió a quejar, -¿estás bien?-, llame moviéndola ligeramente.
-S…suéltame, alcanzo a articular.
-¿estás bien?, ¿te estoy lastimando?, ella negó, -volvamos a casa Krys-
-N...No puedo, duele…, musito.
Me arrodille frente a ella subiéndola a mi espalda, no fue complicado, no estaba para nada pesada. La subí al asiento del copiloto con cuidado y arranque.
En cuanto llegamos la baje nuevamente en mi espalda y camine apresura