14
Mi Príncipe Es Una Chica
14.
*PVP Amber*
Abrí los ojos, note que afuera ya era de noche y a la habitación entraba un olor a panquecitos, mire alrededor y note que estaba en la habitación de una chica y no cualquier chica…Hyuna.
Busque con la mirada mis calzoncillos y el resto de mi ropa, cuando las localice me levante de un brinco y las recogí poniéndomelas rápidamente, Salí de la habitación y camine silenciosamente hasta la cocina de Hyuna. Estaba efectivamente haciendo panquecitos, olía delicioso y yo estaba demasiado hambrienta, Toque mi estómago saboreando uno de esos a los cuales les salía Humo y moje mis labios con hambre.
-No tienes que esconderte, mire a Hyuna quien ya me estaba observando con los brazos cruzados y una sonrisa en el rostro, -si quieres uno solo pídelo-
-Está bien, murmure aclarándome la garganta, - ¿Puedes darme un…-, y antes de que terminara me interrumpió?
-No, dijo bruscamente, después se echó a reír, -es una broma, toma uno-, me acerque tímidamente y tome uno sentándome en la mesa y mordiendo de inmediato el pan.
-esta bueno, dije saboreándolo.
-Lose, se cruzó de brazos con mirada orgullosa, -Mi madre me enseño, ¿tu madre jamás te enseño a hacer panquecitos? -, negué.
-Nunca me gusto cocinar, confesé, -bueno, quiero decir, me gusta hacerlo, lo hago todo el tiempo sin embargo con mi madre…-, me detuve y mordí de nuevo el panquecito.
-eso suena interesante, se sentó en la silla que estaba frente a la mía en la mesa, -Vamos, sigue contándome-, me miro interesada.
-No lo hare, sonreí, -No le cuento a extraños cosas privadas-
-Pero si me cuentas cosas sobre ti dejare de ser una extraña, mierda. Tenía un punto a su favor.
-Está bien, carraspeé, -jamás fui una niña normal, me encantaba salir y jugar con el lodo en lugar de cocinar cosas con mi madre-
-creo que eso es notable, bromeo.
-Es por eso que siempre mantuve una buena relación con mi padre…
-Yo era todo lo contrario a ti, sonrió como si recordara con cariño el pasado, -Me fascinaba usar vestidos con figuras de animales, usaba dos coletas casi todo el tiempo y soñaba con crecer y ser una princesa-, contuve una carcajada.
- ¿Qué niña no desea ser una princesa?, pregunte.
-Tú, me señalo y saco su lengua.
-Tienes razón, me crucé de brazos, -jamás quise ser una princesa-
- ¿Por qué?, pregunto con una ceja levantada, -sé que eres poco femenina, pero esa no es una razón…-, lo pensé por unos segundos hasta que tuve la respuest
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