Reflejar
Mi Príncipe Es Una Chica
Reflejar.
*PVP Krystal*
<< Lo lamento ahora no estoy en casa Hyuna, me apresure a responder.
>> ¿En serio?, pregunto ella con cierto toque de desilusión en su voz.
<< Vine de viaje con una...amiga, mordí mi labio.
>> Claro, y yo valgo mierda, ¿no es así?
<< ¡Por supuesto que no!, es solo que mi amiga es algo especial en cuanto a viajar con extraños y.., escuche una carcajada del otro lado de la línea.
>> era broma querida, disfruta tu tiempo allá, y eso fue todo. Colgó.
Observe el rostro de Tina, estábamos en el hotel de la isla, la mire un par de segundos más antes de que ella se percató de mi penetrante mirada y busco mis ojos. Deje el contacto visual de lado. Era extraño, todo era realmente extraño, ya no éramos lo que fuimos alguna vez y eso me hacía sentir mal, Tina reflejaba un comportamiento extraño, estaba nerviosa y un poco tensa.
- ¿Qué es lo que sucede cariño?, me coloqué tras ella y puse mis manos en sus hombros dándole un pequeño masaje.
-Nada, suspiro quitando mi tacto. Fruncí el ceño.
- ¿en serio no sucede nada?, no me agrada la manera en la cual te estas comportando, subí mi tono de voz.
-¡a mí tampoco me gusta tu comportamiento en estos días!, me grito en la cara.
Y aquí venia otra pelea que habíamos estado evitando desde hace tiempo.
-lo siento, susurro alborotándose su cabello, -es solo que estoy pensado demasiado y.…-, la interrumpí.
-Hey, susurre con amabilidad, -está bien, sé que mi comportamiento no es el mejor tampoco-
-Nuestro carácter es una mierda, susurro sonriendo y cerrando los ojos tomándome de las caderas y acercándome a ella. Su nariz rozo amablemente la mía y al mismo tiempo también cerré los ojos.
-Tu Tina Jittaleela eres un desastre, sentí su respiración chocar con mi boca. Pude sentir que sonreía.
- ¿y acaso tu no lo eres?, negué con la cabeza levemente.
-Yo jamás sería un desastre, empezamos a movernos lentamente de lado a lado simulando bailar a un ritmo "romántico".
-Dios no sé que estoy haciendo, murmuro con preocupación.
- ¿a qué te refieres?, pregunte confundida. Abrí los ojos.
-Hay tantas cosas que quiero decirte, nos separamos un poco, pero ella aún tenía una mano en mi cadera mien
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