capitulo 25

Me enamore de ti

POV TaeYeon

Me senté rápidamente en la cama y me quede quieta y ahí lo vi pasar todo ante mis ojos como en una visión.

Nunca en mi vida he oído un sonido tan terrible haciéndose más fuerte y más alto, más y más cerca, bloqueando el sol, absorbiéndolo todo: el amor, el calor, la música, la alegría rasgando la luz brillante a nuestro alrededor, acuchillando nuestros cuerpos desnudos, desgarrando la sonrisa de nuestros rostros, el aliento de nuestros pulmones.

Tiff  horrorizada, sus brazos están rodeándome, no consigo reaccionar, entonces oigo los sollozos; los chillidos, sollozos histéricos, acusaciones chirriantes, gemidos sin sentido levanto mi cabeza y veo, apoyada en la puerta abierta, a nuestra madre.

Tan pronto como sus ojos horrorizados se encuentran con los míos, se lanza hacia nosotras, sujetándome de los cabellos y jalando bruscamente mi cabeza, apartándola con asombrosa fuerza sus puños caen sobre mí, sus largas uñas me arañan los brazos, mis hombros, mi espalda ni siquiera intento apartarla con la mano.

Tiff  grita despavorida pero entonces los chillidos comienzan a convertirse en palabras, perforando mi cerebro congelado, y escucho:

— ¡Aléjate de ella! ¡Apártate de ella! ¡Tú, monstruo! ¡Tú, monstruo malvada, ertida! ¡Apártate de mi bebé! ¡Aléjate! ¡Aléjate! ¡Aléjate!

No me moveré, no me alejare de Tiff  aun cuando sienta que continúa jaloneándome del cabello y medio me arrastra de la cama Tiff, repentinamente se da cuenta de que el atacante es nuestra madre, y comienza a esforzarse por librarse de mi agarre.

— ¡No! ¡Mamá! ¡Déjala! ¡Déjala! ¡Ella no hizo nada! ¿Qué estás haciendo? ¡La lastimas! ¡No la lastimes! ¡No la lastimes! ¡No la lastimes!

Ella le grita ahora, sollozando sin control, apartándose de debajo de mí, tratando de levantarse, tratando de sujetar y alejar a mamá, pero no las dejaré tocarse, no dejaré que el monstruo la alcance de pronto, veo una mano con garras descender hacia la cara de Tiff, mezo mi brazo salvajemente, haciendo contacto con el hombro de mamá ella se tambalea hacia atrás y hay un ruido sordo, el sonido de los libros que caen de los estantes, y ella desaparece, sus gemidos resuenan en todo el piso inferior.

Brinco de la cama, me lanzo sobre la puerta del dormitorio y la cierro de un golpe, buscando el pestillo.

— ¡Deprisa!— Le grito a Tiff, cogiendo unas bragas y una camiseta de su montón de ropa y lanzándoselos encima.

—Póntelos ella regresará con Dave o alguien la cerradura no es lo suficientemente fuerte…
Tiff  se sienta en medio de la cama, estrechando las sabanas contra su pecho, su cabello salvaje, enredado, la cara pálida por el shock y húmeda por las lágrimas—Ella no nos puede hacer nada— me dice desesperada, su voz se eleva— ¡No puede hacer nada, no puede hacer nada!

—Está bien, Tiff. Está bien, está bien. Simplemente por favor póntelos. ¡Va a regresar!
Sólo pude encontrar mi ropa interior, el resto de mis cosas deben estar sepultadas bajo el montón de libros caídos.

Tiff se viste, se levanta de un salto y corre hacia la ventana abierta—Podemos bajar por ahí— jadea ella—Podemos saltar…

—Escúcheme piensa Tiff ¿Y los demás? no los podemos abandonar vamos a esperar aquí, ¿está bien? Nadie va a lastimarte, lo prometo. Mamá sólo está histérica. Y no estaba tratando de atacarte, estaba tratando de rescatarle De mí—Le explico jadeante.

— ¡No me importa!—grita Tiff  otra vez, las lágrimas caen por sus mejillas— ¡Mira lo que te hizo, tae! ¡Tú espalda sangra! ¡No puedo creer que te lastimase así! ¡Te jalaba del cabello! Ella… ella…

—Shhh, cariño, Shhh…— Me doy vuelta para colocarme a su lado, estrechándola entre mis brazos al borde de la cama, intentando mantenerla en silencio—Tiff, tienes que tranquilizarte tienes que escucharme nadie va a lastimarnos, ¿me comprendes? Sólo quieren rescatarte…

— ¿De qué?—solloza ¿De quién? ¡No me pueden apartar de ti! ¡No pueden, tae, no lo pueden hacer!

Más gritos ambas nos congelamos al escuchar que esta vez viene desde la calle soy la primera en llegar a la ventana mamá está caminando de arriba abajo fuera de la casa, gritando y gritando en su móvil— ¡Tienen que venir!—solloza— ¡Oh Dios, por favor apresúrense! ¡Ella ya me ha golpeado, y ahora se ha encerrado con ella! ¡Cuando entré, ella intentaba ahorcarla! ¡Creo que va a matarla!

Los vecinos curiosos están asomando sus cabezas fuera de puertas y ventanas, algunos apresurándose desde el otro lado de la calle hacia ella siento que yo estallo en un sudor frio y mis piernas amenazan con ceder terreno—Está llamando a Dave—grita Tiff, intentando descolgarse mientras yo la arrastro lejos de la ventana—Él va a romper la puerta ¡Te va a dar una paliza! ¡Yo puedo bajar y explicarles todo! ¡Debo decirles que no has hecho nada malo!

—No lo hagas, Tiff, no lo hagas ¡No puedes! ¡No hará ninguna diferencia! Tienes que quedarte aquí y escuchar tengo que hablar contigo.

Repentinamente sé lo que debo hacer sé que sólo hay una solución, sólo un camino para salvar a Tiff y a los niños del daño pero ella se niega a escuchar, lucha y patea golpeando sus pies desnudos contra mis piernas mientras cierro mis brazos a su alrededor para impedirle que corra a la puerta la contengo en el borde de la cama, inmovilizándola en contra mía—Tiff, tienes que escuchar. Yo… creo que tengo un plan, pero tienes que escucharme o no funcionará por favor, cariño. ¡Te lo ruego!

Tiff deja de luchar—Está bien, tae, está bien—lloriquea—Dime, te escucho. Lo haré. Haré lo que quieras.

Todavía sujetándola, miró fijamente su rostro aterrorizado; con su mirada salvaje, inspiro profundamente en un esfuerzo frenético por organizar mis pensamientos, calmarme, refrenar las lágrimas crecientes que sólo la aterrorizarán aún más aumento mi sujeción en sus muñecas y me preparo a agarrarla antes de que se abalance hacia la puerta—Mamá no está llamando a Dave —le explico, con voz vacilante—Está llamando a la policía.

Tiff se congela, sus ojos azules se amplían por el shock las lágrimas cuelgan de sus pestañas, el color se ha ido de su cara el silencio en el cuarto es interrumpido sólo por sus frenéticos jadeos—Todo está bien— digo firmemente, poniendo el máximo empeño en mantener mi voz estable—De hecho es algo bueno. La policía se encargará de esto.
Tranquilizarán a mamá. Me llevarán para interrogarme, pero sólo será…

—Pero es ilegal. —La voz del Tiff  es tranquila por el espanto—Lo que sucedió. Seremos arrestadas porque hemos violado la ley.

Tomo otro profundo aliento, mis pulmones cediendo por la presión, mi garganta amenazando con cerrarse completamente si me quiebro todo acabará la asustaré tanto que ella dejará de escucharme y nunca accederá a lo que estoy a punto de sugerir tengo que convencerla de que esto es lo mejor, la única manera—Tiff, tienes que escucharme, tenemos que pasar por esto rápidamente, ellos podrían estar aquí de un momento a otro—Me detengo para recobrar el aliento otra vez a pesar del terror en sus ojos, ella sólo asiente con la cabeza, esperando que yo continúe—Está bien. Primero debes recordar que ser arrestada no siempre significa quedar encarcelada no iremos a la prisión porque sólo somos adolescentes pero escúchame ahora: esto igualmente es de suma importancia si ambas somos arrestadas, seremos confinadas para un interrogatorio eso podría tomar algunos días Hanna y jessica  regresarán y no nos hallarán mamá probablemente estará ebria, y aún si ella no está, la Asistente Social será llamada por la policía y los tres niños serán llevados por lo que hemos hecho simplemente imagina a Hanna, imagina a jessica , imagina qué tan aterrorizadas estarán Hanna me preocupa… —Mi voz tiembla y me quiebro por un momento.

— ¡H-Hanna estaba preocupada por pasar afuera sólo una noche!— Las lágrimas fuerzan su camino a mis ojos como cuchillos.

— ¿Me comprendes? ¿Comprendes qué los ocurrirá si ambas somos arrestadas?
Tiff horrorizada niega con la cabeza silenciosamente, muda por la impresión, nuevas lágrimas llenan sus ojos—Hay una salida—continúo desesperadamente—Hay un modo en que podemos impedirlo. No se los llevarán si una de nosotras se queda aquí para cuidarlos y cubrir a mamá. ¿Lo captas, Tiff?— Mi voz aumenta. —Una de nosotras tiene que quedarse. Tienes que ser tú…

— ¡No!— El grito del Tiff me parte el corazón aumento la presión en sus muñecas cuando ella comienza a apartarse— ¡No! ¡No!

— ¡Tiff, si se los llevan los Servicios Sociales ninguna de nosotras los verá hasta que sean adultos! ¡Sufrirán cicatrices de por vida! Si mes dejas ir, existe una muy buena posibilidad de que esté fuera en pocos días—La contemplo desesperada por que confíe en mí lo suficiente como para creer esta mentira.

— ¡Tú quédate!— Tiff me mira, con ojos suplicantes— ¡Quédate y yo iré! No tengo miedo por Favor, tae ¡Hagámoslo de ese modo!

Niego con la cabeza desesperadamente— ¡No funcionará!—le explico frenéticamente— ¿Recuerdas esa conversación que tuvimos algunas semanas atrás? Nadie nos creerá si decimos que tú me forzaste a mí. ¡Y si les decimos fuese consensual, nos arrestarán a ambas! Tenemos que hacerlo de este modo. ¿No lo entiendes? ¡Piensa, Tiff, piensa! ¡Sabes que no tenemos opciones! ¡Si una de nosotras debe quedarse, tienes que ser tú!

El cuerpo de Tiff se desmorona cuando la golpea la realidad cae hacia mí pero no puedo tomarla en mis brazos, todavía no—Por favor, Tiff— le ruego—Dime que lo harás. Dímelo ahora, ahora mismo de otra manera me volveré loca por no saber… no saber si tú y los demás están a salvo o no podré soportarlo tienes que hacerlo. Por mí. Por nosotras. Es nuestra única oportunidad para estar nuevamente juntos como una familia.

Ella agacha su cabeza, su bello cabello rubio oculta su rostro de mi mirada—Tiff…—Un sonido frenético sale de mí y la sacudo— ¡Tiff! — Ella asiente con la cabeza silenciosamente, sin levantar su mirada— ¿Lo harás?— pregunto.

—Lo haré— susurra.

Tiff levanta su cabeza con un sollozo estrangulado y me tiende sus brazos en busca de consuelo. No puedo hacerlo. Simplemente no puedo. Con una brusca sacudida de cabeza, me alejo de ella, tensándome ante el sonido de una sirena. Un murmullo bajo de voces aumenta desde debajo de nosotros, los vecinos sin duda preocupados, que se acercan rápidamente para consolar a nuestra madre. Negándole el abrazo que desesperadamente necesita, Tiff busca consuelo en una almohada apretándola contra su pecho. Meciéndose de acá para allá, ella parece estar en un completo estado de shock—Hay una cosa más…—Giro hacia ella, comprendiendo de repente—Nosotras… tenemos que ponernos de acuerdo en nuestras historias. De otra manera me detendrán por mucho más tiempo y tú serás detenida para interrogarte, las cosas se pondrían mucho peor… Tiff cierra sus ojos en un intento de dejarme fuera—No tenemos más tiempo para hacerlo—le explico, poniendo énfasis en cada palabra. —Lo haremos… sólo tendremos que decirles exactamente cómo fue. T-todo lo que ocurrió, cómo empezó, cuánto tiempo ha transcurrido… si nuestras historias no son similares te podrían arrestar también. Por lo que debes decir la verdad, Tiff, ¿me entiendes? ¡Todo, cada detalle que te pidan!— Tomo un aliento frenético—Lo único que vamos a cambiar es que te forcé. Te forcé en todo lo que hicimos, Tiff. ¿Me oyes?

Estoy perdiendo el control otra vez, las palabras tiemblan como el aire a mí alrededor—La primera vez que nos besamos, dije que tenías que estar de acuerdo con eso, o… o te golpearía. Juré que si se lo decías a alguien, te mataría. Tú estabas aterrorizada. Creíste que yo podría hacerlo, y desde entonces, todo el tiempo que yo… quise que tú… sólo hiciste lo que te pedí.

Ella me contempla horrorizada, unas lágrimas silenciosas caen por sus mejillas— ¡Te encarcelarán!

—No—niego con la cabeza, poniendo mi máximo empeño en sonar tan convincente cómo es posible—Simplemente dirás que no quieres formular cargos. Si no hay acusador, no habrá proceso judicial. ¡Estaré fuera en pocos días!— Clavo mis ojos en ella, rogando silenciosamente que crea a mí.

Ella frunce el ceño y niega con la cabeza lentamente, como si intentara comprender desesperadamente—Pero eso no tiene sentido…

—Confía en mí. —Respiro demasiado rápido. —La mayoría de los casos de abuso ual nunca llegan al tribunal porque las víctimas están demasiado asustadas o avergonzadas para formular cargos. Entonces, sólo les dirás que no quieres presentar cargos, tampoco… pero Tiff…—extiendo la mano y sujeto su brazo—nunca, jamás debes decir que esto fue consensual. Nunca, jamás debes confesarte responsable de que tomaste parte en esto libremente. Te forcé. A todo lo que ellos pregunten, cualquier cosa que digan, te amenacé. ¿Comprendes?

Una aturdida inclinación de cabeza. Poco convencida, la sujeto apenas por los brazos— ¡No te creo! ¡Dime qué pasó! ¿Qué te hice?

Ella me contempla, su labio inferior estremeciéndose, sus ojos brillando—Tú me violaste—contesta y se tapa la boca con las manos, amortiguando un grito.

Nos apretamos juntas debajo del edredón por última vez. Ella se acurruca contra mí, su mejilla apoyada en mi pecho, temblando por la impresión la sujeto firmemente, quedándome con la mirada fija en el techo, aterrorizada porque comenzaré a llorar, aterrorizada porque ella verá cuán asustada estoy, aterrorizada de que ella comprenda repentinamente que aunque no presente cargos, alguien más lo hará—No lo entiendo—jadea Tiff— ¿Cómo pudo ocurrir esto? ¿Por qué regresó mamá, hoy, de todos los días? ¿Cómo diantres entró sin su llave?

Estoy demasiado estresada para siquiera pensar acerca de eso, o que me importe. La única cosa que importa es que hemos sido atrapadas. Reportadas a la policía. Realmente nunca pensé que pudiera suceder esto—Ha debido haber sido un vecino. No fuimos lo suficientemente cuidadosas con las cortinas—Tiff tiembla con un sollozo silencioso—Todavía tienes tiempo. ¡Tae, sólo que no lo entiendo! ¿Por qué no huyes?— Su voz se eleva acongojada.

Porque entonces no estaré ahí para contar mi versión de la historia. La versión que quiero que la policía oiga. La versión que te absuelve de todo delito. Si huyo, ellos podrían arrestarte. Y si ambas vamos, nos catalogarán como cómplices y eso será todo.

No digo nada, solo la sujeto aún más apretadamente, esperanzado en que ella confíe en mí.
El sonido de la sirena nos pone en acción Tiff intenta saltar de la cama y brincar hacia la puerta. La hago retroceder y ella comienza a llorar— ¡No, tae, no! ¡Por favor! Déjame ir abajo y explicarles. ¡Se ve mucho peor de lo que es!

Necesito que esto se vea peor. Necesito que se vea tan malo como puede ser. De ahora en adelante, tengo que pensar como una violadora, actuar como una violadora. Probar que he estado reteniendo a Tiff contra su voluntad.

Los sonidos de puertas de coches cerrándose de golpe se oyen calle abajo. La voz histérica de mamá comienza otra vez. Golpes en la puerta principal. Pasos pesados en el vestíbulo Tiff se restriega los ojos y se aferra a mí, sollozando silenciosamente.

—Estarás bien— susurro desesperadamente en su oído. —Esto es simplemente el protocolo. Sólo me arrestarán así me pueden interrogar. Cuando les digas que no quieres formular cargos, me dejarán ir.

La sujeto fuertemente, acariciando su pelo, esperando que un día ella entienda, que un día ella me perdone por mentirle. Teniendo cuidado de no pensar, de no entrar en pánico, de no vacilar. Hay ruido de voces desde abajo, principalmente de mamá. El sonido de múltiples pisadas en las escaleras—Apártate de mí— le susurro urgentemente. Ella no responde, todavía se mantiene presionada contra mí, su cabeza enterrada en mi hombro, sus brazos fuertemente enroscados en mi cuello— ¡Tiff  aléjate de mí, ahora!— Intento desenganchar sus brazos. Ella no me deja. ¡No me suelta!

Unos fuertes golpes en la puerta nos hacen apartarnos violentamente. El ruido es seguido por una voz aguda, autoritaria: —Ésta es la policía. Abra la puerta.

Lo siento, pero acabo de violar a mi hermana y la estoy reteniendo aquí en contra de su voluntad. No puedo ser tan complaciente.

Me dan una advertencia. Entonces se oye el primer golpe Tiff  deja salir un grito aterrado. Aun no me suelta. Es extremadamente importante que ella esté apartada de mí cuando entren, que me encuentren agarrándola, que mis brazos estén deteniéndola a mi lado. Otra grieta. La madera se astilla alrededor de la cerradura. Simplemente un golpe más y estarán dentro.

Aparto a Tiff de mí con toda mi fuerza. La miro directamente a los ojos, sus bellos ojos cafés, y siento la oleada de lágrimas—Te amo— susurro— ¡Lo siento tanto!— Entonces alzo mi mano derecha y la abofeteo.

Su grito llena el cuarto un segundo antes de que la cerradura se rompa y la puerta se abra. El portal está repentinamente abarrotado de uniformes oscuros y radios crujientes. Mi brazo rodea los brazos de Tiff  y su cintura, sujetándola en contra mía. Debajo de la mano que cubre su boca, siento un chorrito de sangre.

Cuando me ordenan soltarla y alejarme de la cama, no puedo moverme. Necesito cooperar, pero físicamente no lo puedo hacer. Me congela el miedo. Estoy aterrorizada de que si le destapo la boca, Tiff  comenzará a decirles la verdad. Estoy aterrorizada de que una vez que se lleven a Tiff, nunca la veré otra vez.

Me piden que levante mis manos. Comienzo a aflojar mi agarre en Tiff. No, grito por dentro. ¡No me dejes, no te vayas! ¡Tú eres mi amor, mi vida! Sin ti, no soy nada, no tengo nada. Si te pierdo, lo pierdo todo. Alzo mis manos muy lentamente, luchando por mantenerlas elevadas, peleando contra el deseo abrumador de tomar a Tiff de vuelta en mis brazos, besarla por última vez. Una Oficial se acerca cautelosamente, como si Tiff fuera un animal salvaje, a punto de huir, y la anima a salir de la cama. Ella deja salir un pequeño sollozo amortiguado, pero le oigo aspirar profundamente y contenerlo. Alguien envuelve una manta a su alrededor. Están tratando de conducirla fuera del cuarto— ¡No!—grita. Irrumpiendo en una descarga repentina de sollozos, ella da vuelta frenéticamente hacia mí, con sangre manchando su labio inferior. Los labios que una vez me tocaron tan amablemente, labios que conozco tan bien, que amo tanto, labios que nunca pude haber imaginado lastimar. Pero ahora, con su labio cortado y el rostro manchado de lágrimas, se ve tan conmocionada y maltratada que aun si se negara a formular cargos y dijera la verdad, estoy casi segura que no le creerían. Sus ojos se cruzan con los míos, pero bajo la fija mirada vigilante de los oficiales soy incapaz de darle la más mínima señal de tranquilidad. Ve, mi amor, le ruego con mi mirada fija. Sigue el plan. Haz esto. Haz esto para mí.

Mientras ella se da vuelta, su cara se arruga y peleo contra el deseo de decir su nombre.

Tan pronto como Tiff está fuera del cuarto, los dos oficiales caen sobre mí. Cada uno me sujeta por un brazo, me ordenan que me ponga de pie lentamente. Hago eso, tensando cada músculo y apretando los dientes en un esfuerzo por dejar de temblar. Un fornido oficial de mirada estrecha y cara regordeta sonríe burlonamente mientras me levanto de la cama, las sábanas caen apartándose y me quedo de pie en mis bragas y sujetador—No creo que necesitemos registrar minuciosamente a esta—se ríe ahogadamente.

Puedo oír el sonido del llanto Tiff  escaleras abajo— ¿Qué van a hacerle? ¿Qué van a hacerle?—sigue preguntando.

La respuesta es repetida una y otra vez por una calmada voz femenina. —No te preocupes. Estás a salvo ahora ella no podrá lastimarte otra vez.

— ¿Tienes algo de ropa?—me pregunta el otro oficial. Aparenta tener unos pocos años más que yo. ¿Cuánto tiempo ha estado en la policía? Me pregunto. ¿Ha estado involucrado alguna vez en un crimen tan repugnante como éste?

—En mi d-dormitorio… El oficial más joven me sigue a mi cuarto y me observa vestirme, su radio chisporrotea en el silencio. Siento sus ojos en mi espalda, en mi cuerpo, lleno de repugnancia. Parece que no puedo encontrar nada limpio. Por alguna loca razón, siento la necesidad de llevar puesto algo recién lavado. La única cosa a mano es mi uniforme de la escuela. Siento la impaciencia del hombre parado en la puerta detrás de mí pero estoy tan desesperada por cubrirme que ni siquiera puedo pensar correctamente, no puedo recordar dónde guardo mis cosas. Finalmente me pongo una camiseta y pantalones vaqueros, empujando mis pies desnudos en mis zapatillas, antes de darme cuenta de que mi camiseta está al revés.

El fornido oficial se une a nosotros en el cuarto. Parecen mucho más grandes en este espacio confinado. Soy dolorosamente consciente de mi cama deshecha, los calcetines y la ropa interior amontonados en la alfombra. El quebrado carril de la cortina, el viejo escritorio mellado, las paredes desconchadas. Me avergüenzo de todo ello. Recorro con la mirada la pequeña foto familiar aún clavada con tachuelas en la pared por encima de mi cama, y repentinamente deseo que la pudiese llevar conmigo. Algo, cualquier cosa, que me recuerde a todos ellos.

El oficial mayor me hace algunas preguntas básicas: Nombre, fecha de nacimiento, nacionalidad… mi voz todavía se las arregla para sonar temblorosa a pesar de todos mis esfuerzos por mantenerla estable. Mientras más intento no tartamudear, peor suena.

Cuando mi mente se queda en blanco y ni siquiera puedo recordar mi cumpleaños, me miran fijamente, como si pensaran que retengo esta información deliberadamente. Me esfuerzo por escuchar el sonido de la voz de Tiff  pero no puedo oír nada. ¿Qué han hecho con ella? ¿Dónde la han llevado?

—Santana López-Pierce— declara el oficial en un tono monótono, mecánico. —Una acusación ha sido presentada ante la policía indicando que hace poco tiempo usted violó a su hermana de dieciséis años. Le arresto por una violación a la Sección veinticinco sobre Ofensas uales por involucrarse en actividad ual con un miembro familiar, un menor.

La acusación me pega como un puño en mi estómago. Esto me hace sonar a más que una violadora: una pedófila. Tiff, ¿una niña? Ella no lo ha sido por años. ¡Y no es un menor! Pero por supuesto, me percato repentinamente, de que ni siquiera han pasado dos semanas desde su decimoséptimo cumpleaños, todavía es considerada como una menor a los ojos de la ley. A los dieciocho, sin embargo, soy una adulta. Trece meses. Podrían ser también trece años… el oficial ahora me lee mis derechos.

—Tiene derecho a guardar silencio. Pero lo que usted no diga cuando sea preguntado podrá ser usado en su contra ante un tribunal. Todo lo que usted diga podrá ser usado como evidencia. —Su voz es pausada, autoritaria; su cara una fría máscara, desprovista de toda expresión. Pero ésta no es alguna actuación del polizonte. Esto es real. He cometido un crimen real, verdadero.

El joven oficial me informa que ahora me llevarán afuera al “vehículo de transporte”. El corredor es demasiado estrecho para nosotros tres. El oficial mayor da la pauta, con pisadas fuertes y lentas. El otro me sujeta firmemente justo por encima del codo. He podido esconder mi miedo hasta ahora, pero cuando nos acercamos a las escaleras, súbitamente siento que una oleada de pánico repunta. Estúpidamente, se desencadena de la nada la necesidad de orinar. Pero repentinamente me percato de que estoy desesperada por ir y no tengo ni idea de cuando tendré la siguiente oportunidad. Después de horas de interrogación, encerrado en alguna celda, ¿delante de un grupo de otras presas? Intento detenerme en lo alto de las escaleras.

— ¡Sigue moviéndote!— Siento la presión de una mano firme entre mis omóplatos.

— ¿Puedo… por favor usar el cuarto de baño antes de que nos vayamos?— Mi voz sale asustada y frenética. Siento que me ruborizo, y tan pronto como las palabras están fuera de mi boca, deseo poder devolverlas. Sueno patética.

Intercambian miradas. El hombre fornido suspira e inclina la cabeza. Me dejan entrar al cuarto de baño. El oficial más joven permanece en la entrada abierta.

Siento que la presencia del hombre llena el pequeño cuarto. Camino arrastrando los pies; y me ubico dándole la espalda poniendo el máximo empeño en desabotonar mis pantalones vaqueros. El sudor hormiguea a través de mi cuello y cae por mi espalda, atrapando la camiseta contra mi piel. Los músculos en mis rodillas parecen vibrar. Cierro mis ojos e intento relajarme, pero necesito tanto hacer, que imposible. No puedo. Sólo no puedo. No así.

—No tenemos todo el día. —La voz detrás de mí me sobresalta. Me levanto abotono y jalo el inodoro. Cambiando de dirección, estoy demasiado avergonzada para incluso levantar la cabeza.

Cuando salimos y retomamos nuestro camino por la estrecha escalera, el joven oficial dice en un tono más cortés: —La estación no está muy lejos. Tendrás algo de privacidad allí.

Cuando paso por la puerta abierta de la sala de estar, un movimiento atrapa mi mirada y hace que me detenga. Vuelvo la cabeza hacia una figura en el sillón y, para mi asombro, descubro a leo. Está sentado, pálido e inmóvil, al lado de una mujer policía. Sus cosas empacadas cuidadosamente para la Isla de Wight están apiñadas a sus pies. Mientras da la vuelta lentamente hacia mí, clavo los ojos en él, sin comprender. Soy empujada desde atrás, recibo instrucciones de “muévete”. Tropiezo contra el marco de la puerta, mis ojos pidiéndole a Sam algún tipo de explicación— ¿Por qué estás aquí?— No puedo creer que esté presenciando esto. No puedo creer que en cierta forma lo detuvieron antes de que se fuera, involucrándolo también. ¡Sólo tiene trece, por favor! Quiero gritar. Debería estar en el viaje de su vida, no observando a su hermana ser arrestada por maltratar ualmente a su hermana. Quiero patearlos en mi furia, forzarlos a dejarlo ir.

Sus ojos dejan mi cara, viajando hasta las esposas que rodean mis muñecas, en ese momento los oficiales de policía intentan arrastrarme lejos. Su cara está blanca, desolada— ¡Se lo dijiste!—grita él repentinamente, haciéndome saltar. Le contemplo atontada.

— ¿Qué?

— ¡Al entrenador Wilson! ¡Le contaste sobre mi miedo a las alturas!—está gritándome, su cara distorsionada por la furia— ¡Tan pronto como llegué a la escuela, él me sacó de la lista dell delante de toda la clase! ¡Todo el mundo se rio de mí, incluso mis amigos!
¡Arruinaste la que iba a ser la mejor semana de mi vida!

Obligándome a mantenerme respirando, siento que mi corazón comienza a martillear.
— ¡Señor a kim, necesitamos que venga con nosotros ahora mismo!

Por alguna extraña razón estoy desesperada porque sepa que nunca pedí que fuera sacado de la lista de rappel, nunca soñé que fuera humillado delante de sus amigos, nunca quise arruinarle su primer viaje, el día más excitante de su vida. Pero los oficiales me están gritando, sacándome por la puerta principal con fuerza considerable ahora, golpeando mis hombros contra las paredes, arrastrándome hacia el auto de policía que espera. Me retuerzo y volteo mi cabeza, frenéticamente intentando llamarlo sobre mi hombro.

Los vecinos han salido por completo, congregándose en masa alrededor del a
auto policial que espera, vigilando con fascinación como soy lanzado en el asiento trasero. Me ponen el cinturón y la puerta de al lado se cierra de golpe. El fornido oficial se mete en el frente, su radio todavía crepitando, el más joven se sube a la parte trasera, a mi lado. Los vecinos se acercan como una lenta ola, apoyándose, mirando con atención, apuntando, sus bocas abriéndose y cerrando con preguntas silenciosas.

Repentinamente hay un violento ruido sordo en contra de la puerta a mi lado.

Muevo mi cabeza a tiempo de ver a leo, aporreando frenéticamente la ventana— ¡Lo siento!—grita, el agudo sonido es amortiguado por el vidrio reforzado— ¡tae! Está llorando fuertemente, en un modo que no lo ha hecho en años, las lágrimas caen por sus mejillas. Su cuerpo convulsiona con sollozos violentos mientras golpea la ventana frenéticamente, tratando de liberarme— ¡Vuelve!— grita— ¡Vuelve!

Forcejeo contra la puerta cerrada, desesperado por decirle que todo está bien, que volveré en poco tiempo, si bien estoy bien consciente que esto no es verdad Quiero que sepa que lo amo, que siempre lo haré, a pesar de todo…

Un vecino se lo lleva a la fuerza y el coche comienza a apartarse de la cuneta. Mientras cobra velocidad, volteo mi cabeza para una última mirada y, a través de la ventana trasera veo a leo corriendo velozmente tras nosotros, sus largas piernas golpeando el pavimento, la mirada familiar de determinación con un solo propósito en su cara, la misma determinación que mostró durante todos esos partidos de fútbol, atrapadas, y el juego British Bulldog que solíamos jugar... de alguna forma avanza al mismo paso que el coche hasta que alcanzamos el fin de la calle angosta, hasta que aceleramos en la carretera. Frenéticamente estiro mi cuello, intentando mantenerlo a la vista, hasta que finalmente él tropieza deteniéndose, con sus manos a los lados: llorando derrotado.

¡No dejen que leo  pierda! Quiero gritarles a los oficiales. ¡Nunca dejen que ninguno de ellos se pierda! Incluso si se agota el dinero, siempre, déjenlos atraparlos al final.

Él está de pie allí, contemplando el coche si fuéramos a regresar, y lo observo encogerse rápidamente, mientras la distancia entre nosotros se hace más grande.

Pronto mi hermano menor es simplemente una mota diminuta en la distancia… y en entonces ya no puedo verlo más.

 

casiiiiiii ultimooooo

 

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Comments

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k0309_hwang
#1
Empezando... Me da curiosidad por qué está introducción me recuerda a la historia de "flores en el hatico" solo espero que no sea tan similar si este es el caso por qué Magdalena no será nadie en comparación conmigo jajajajaj
ursula91 #2
Chapter 28: Jejejeje
Oye te pasaste Los penultimos capitulos me hicieron llorar (ಥ_ಥ) perk fue today una imagination de tae. Tu final me gusto mucho espero que sigas escribiendo mas historia o(^^o)
lostinlalaland #3
Chapter 28: honestamente, prefiero el final del libro, es mas ... crudo xD esa parte donde ... como se llama la pequeña? ... bueno, el personaje de Hannah esta con el de tiffany y le dice que no quiere despedirse, es muy triste y a la vez tierno, es inocente, algo que le da a ese final un toque especial ...
LectoraLemon #4
Chapter 28: estuvo muy bueno me encanto !! *u*
Skyth06
#5
Chapter 28: tarde en comentar pero no sabes como te agradezco este final más alegré y lleno de vida, muchas gracias por darle un giró de vdd
Fer_Sone
#6
Chapter 28: dios mio! .. te juro que las lagrimas no dejan de salir de mis ojos, son las 4:00 de la mañana y yo aqui, dios!!! esto es lo nejor que eh leido en mi vida!!.... ame el epilogo enserio :3..... no se pero en este momento los amo a todos
keyla00990-LauraG #7
¡Oh wow! ¡Cielos, eso fue intenso!
Vamos a ver, por donde empezamos, primeramente cuando lei el intro fue un poco chocante el saber que ellas eran hermanas ya que había visto otras historias donde son familia como medias hermanas pero aquí eran hermanas de sangre,
¡Hermanas! (lo siento es que no me pasaba) .
De todas formas, me costo un poco poder leerla, siempre leía el intro y mejor la dejaba y leía otro fic. Para añadirle mas en contra por asi decirlo lo que escribiste "un amor así de devastador no tiene final feliz" mucho mas difícil (imagine un final tragico) al final la curiosidad gano y porfió me decidí a leerla.
Sufrí con cada capitulo junto al TaeNy, desde el primer capitulo quería ver Taeny, estaba muy impaciente pero no fue así, primero nos introdujeron a su vida (pobre y melancolica) junto a esto dejaban entre ver la admiración que se tenían mutuamente (Taeny) hasta que conforme pasaron los capítulos había cada vez mas Taeny y con esto mas sufrimiento, la verdad es que yo agonice mucho por su vida, la pobre de Tae con sus problemas y la manera en como describían su sufrimiento (corporal) cuando algo no salia bien, joder fue cruel y sus sentimientos de por medio que las hacia sufrir ¡Dios! ¿Que karma estarían pagando? .
Odie a muerte a la madre, era una desgraciada como podía hacerle eso a sus propios hijos, cortando la infancia de Tae y Tiffany.
Con cada capitulo me decía a mi misma estas niñas sufren un montón y para acabarla tendrán un final trágico, así que quería desistir de seguir leyendo porque ellas no se merecían un final malo ya bastante era con todo lo que habían pasado en su vida.
Para los últimos capítulos todo se acomodaba para el final que apuntabas tu en el intro y me enojaba pensar en su final pero no pude quedar mas feliz con el final y con la desicion de la madre, fue lo mejor que pudo haber hecho en su vida.
Nunca pude llegar a ver al TaeNy como hermanas XD
Gracias por el epilogo que incluiste y por la adaptación =)
saramarmota #8
Chapter 28: casi me matas con el 26 hahahahhaa
Tiffany-viana #9
Chapter 28: Hahaha hay Dios casi me da un infarto cuando leo el 26 hahaha lo. Ame
ailyn2111 #10
Chapter 28: ahhhhh Dios llore en todo el capitulo 27 me diste un infarto pero valio la pena ajja si que me diste un susto gracias espero leerte en un nuevo fic adios y gracias