Jessica cada vez caminaba más rápido, seguía enojada ya no creía en Tiffany otra vez salió lastimada, no iba a permitir que ocurriera de nuevo.

-Espera. – Yunho apretó en agarre en sus manos entrelazadas para detenerla. –De nada sirve caminar donde que no conocemos, nos vamos a perder. Supongo que ocurrió algo fuerte y por eso estas así pero tomemos las cosas con calma.

-Ocurrió lo que has dicho. –Lo sorprendió con ello. -Me restregó su vida feliz, lo único que quiere es lastimarme y no se lo permitiré. Mi postura de renunciar a la pequeña es definitiva.

-Lo mejor será volver a Corea.

-No. Ya que estamos aquí aprovechemos, quedemos unos días y conozcamos la ciudad, basta de tirarme a llorr o de ponerme triste. –El mostro una sonrisa la cual Jessica no pudo ver porque continuo caminando. –Busquemos un taxi.

Nozomi alcanzo a Tiffany cuando está ya no pudo más y se detuvo recargando su cuerpo en una pared mientras llevaba las manos a cubrir su rostro.

-¿Por qué estas así? ¿Qué te ha dicho?

-No quiere, no la vera. –Dijo entre sollozos.

-¿Cómo que no la vera? –Pregunto sorprendida pero ya no le respondió.

Tiffany seguía mal, pensaba en que todo era su culpa, Jessica estaba renunciando a su hija por sus mentiras, otro punto era el impacto que le causo verla con un hombre, tantas cosas en ese momento.

Nozomi como pudo la llevo al auto para volver a casa, dejo de cuestionarla sabiendo que lo mejor era esperar a que se calmara por si. Cuando llegaron a casa sus lágrimas habían cesado.

-¿Te sientes mejor? ¿Ya puedes decirme que paso?

-No lo sé bien. Ella se enojó porque mentí, por eso renuncio a Eunbi. Es mi culpa.

-¿Cuándo mentiste?

No le respondió y bajo del auto metiéndose a casa, lo primero que encontró dentro fue a su papá. Tenía que evitar preguntas tontas así que paso de el y se encerró en la habitación.

-¿Qué le sucede? –Le pregunto a Nozomi.

-Al parecer Jessica no quiere ver a Eunbi.

-¿No? Se podía esperar de esa. –Utilizo un tono despectivo.

-¿Dónde está Eunbi?

-Llego Hyuna, están en la habitación de esta.

-Gracias.

-Nozomi, es lo mejor, ya no tendrás de qué preocuparte.

-En realidad me da igual. Deteste la idea de que se acercara Jessica a Eunbi porque también vería a Tiffany, estaba celosa pero comprendí que esto no se trata de Tiffany es sobre Eunbi.

-Pues si pero podría quitarte a Tiffany.

-No me iba a dejar, por ello acompañe a Tiffany que se dé cuenta que ahora está conmigo. A sido estúpida al renunciar, una cobarde, no hay motivo para alejarse de un hijo.

-Tienes razón de todas formas no vayas a equivocarte.

-¿A qué se refiere?

-No vayas a ir a buscar a Jessica y convencerla de que vea a Eunbi o te quitara tu lugar. De verdad no te convenzas de que padres e hijos tienen que estar juntos.

-Fui abandonada al nacer, apoyo que los padres estén con sus hijos, es su obligación pero no iré abrirle los ojos a Jessica no tengo porque convencer a un ser estúpido como ella.

-¿Y si Tiffany te lo pide? –Nozomi se quedó en silencio. –Me causas lastima. Haz estado todo este tiempo con ella la mereces, te apruebo para ella, no me falles. No siempre se trata de lo que Tiffany quiere.

-Creí que al reconciliarlos usted dejaría de tratarla así.

-¿Cómo? –Parecía no entender sus palabras.

-La fracasada, la que hizo lo imperdonable, la que merece lo que le sucede, debería de quererla, buscar su bien y el de su nieta en lugar de intentar manipularme. –Fue a buscar a Tiffany, intento entrar a la habitación y no lo consiguió.

Hasta el siguiente día Tiffany abrió la habitación y le permitió entrar.

-No me quedare aquí o Eunbi se asustara ¿Verdad?

-Así es, te ha estado buscando.

-Puedes llamar a la psicóloga. La necesito.

-Ya lo hice, llegara por la tarde.

-Tu siempre sabes justo lo que necesito.

-Ayer te culpaste y la no creo que sea tu culpa. ¿Acaso la amenazaste para que renunciara? Si lo hiciste entonces si es tu culpa.

-Le mentí, dije que tu escogiste el nombre de mi princesa y que te llama mamá, eso le dolió.

-Esa es una razón muy estúpida para renunciar a un hijo.

-También dijo que no quiere ver mi familia feliz, la lastima.

-¿Entonces qué quiere? Verte sufrir, es una. . . Ya no te voy a hablar de ella, la psicóloga te dará buenos consejos yo estoy siendo celosa y no hago lo mejor para ti, no lo hago desde hace tiempo.

-¿Por qué dices eso?

-Busco mi bien antes que tu verdadera felicidad, eso de ocultar nuestra relación te hace infeliz.

-Lo haces para no perder seguidores y que te cierren puertas, puedo entender eso  o acaso vas a anunciar que sales conmigo?

-No, perdóname por no tener ese valor, lo que si te prometo es que disminuiré la seguridad y ya no te mantendré en cautiverio, puedes salir con Eunbi a donde quieras, en tu auto, los guarda espaldas irán aparte. También encontré la manera de tener salidas juntas, puedo fingir ser tu manager.

-¿Eso va a ser extraño no crees?

-No, te lanzare como cantante, tienes buena voz, ya me estoy poniendo de acuerdo con una disquera.

-Nozomi soy de lo peor no merezco nada de ti, deja de buscarme buenas cosas.

-Steph no eres de lo peor.

-Lo soy, la sigo amando me preocupa su felicidad por eso le iba a dejar ver a Eunbi, eso la haría feliz. –Le confeso y la vio con una expresión de enojo.

-¿Esa era tu verdadera razón?

-La principal, lo otro que te mencioné también son razones. Y. . . Yo creí que realmente iba a ver a Eunbi y para facilitar las cosas pensaba regresar a Corea.

Eso si que era un golpe duro. -¿Pensabas ir a alcanzarla y volver con ella? –Ya no podía ocultar su descontento.

-Eso no, puede que la siga amando pero yo quiero reconquistarla ni tampoco te dejaría.

-Si yo no hubiese querido ir te habrías ido sola. Y no mientas dices que aún la amas es obvio que deseabas volver con ella.

-Te juro que nunca pensé en eso, mi poca dignidad no me lo permite, tenerte a ti también ayuda.

-Necesito dar un paseo largo. – Literalmente estaba roja de coraje. -La psicóloga viene a las cuatro.

-Nozomi. –Intento acercarse pero fue en vano.

-Hyuna llevo a la princesa a la pastelería, para distraerla porque quería verte pero no queríamos que te viera triste.

-De verdad te quiero. ¿Por qué no me crees?

-Te creo es solo que deseo que me ames, detesto vivir a la sombra de Jessica, no aguanto más. –Termino por salir de la habitación.

Tiffany se replanteo lo que estaba causando.

Jessica fue la primera en despertar en la lujosa habitación de hotel.

¿Me esperaba? yo no podía saberlo por arte de magia, además ella me dijo cosas terribles la última vez, desde que iba a abortar hasta su poco interés por la muerte de mi madre. Me odio, lo merecía pero eso no significa que pueda mentirme. Aunque no llame madre a la japonesa mi hija la ve como tal, esa mujer si que supo aprovechar. Ellas son tan felices por eso ya no voy a negarme felicidad.

Yunho la beso en la mejilla sacándola de sus pensamientos. -Buenos días. –Jessica solo lo miro. -¿En qué piensas? ¿En lo de anoche? Te note con más confianza.

-Pensaba en Tiffany. –Se había molestado por las palabras de Yunho.

El se quedó en silencio unos segundos. -¿Arrepentida? Haz hecho bien, aléjate de lo que te daña. Te miente y lo seguirá haciendo, los malos hábitos no se quitan.

-Voy a bañarme. –Se envolvió en la sabana y camino al cuarto de baño, donde siguieron sus pensamientos.

Era obvio que se vengara, siempre fue así, no iba a ser la excepción conmigo. Se venga de todo el que le hace un mal. Ya no voy a pensar en ella, seguiré mi vida.

Yunho atendía una llamada de alguno de sus amigos. –No estoy en corea, cuando regrese, estoy con la Barbie en Japón.

-¿Qué haces allá?

-Acompañándola por lo de su hija.

-¿Vas a ser padrastro?

-Gracias al cielo no. Decidió no verla, de todas las cosas que dije al azar resulto que en una atine. Al parecer le restregaron felicidad y ella no lo soporto.

-Pobre, cuídala.

-Claro, es mi propósito. –Corto la llamada sonriente.

Intento meterse de sorpresa al baño pero la puerta estaba cerrada. –Ya te dejaras.

Para cuando Jessica salió tuvo su turno de bañarse y después de ello siguieron conociendo la cuidad, a pesar de que Jessica era fría si parecían una pareja de vacaciones.

-Todo va a estar bien, estaré a tu lado más que nunca.

Le mostro una sonrisa sin darle tanta importancia.

-Conmigo no te molestes por favor, me entristece. –Pudo hacerla sentir culpable.

-Lo siento. Aún hay bastantes cosas en mi cabeza.

-No les des importancia, disfruta el paisaje.

-Tienes razón.

Tiffany guardaba más culpa que antes, cuando llego su psicóloga tuvo una larga charla. La joven psicóloga la aconsejo que si quería dejar de sentir culpa hiciera cosas para enmendarlas, intentara solucionar en lugar de ahogarse en dolor y sufrimiento. Omoto era joven pero reconocida psicóloga, trato a Tiffany desde que esta llegó a Japón, la hizo superar en lo que pudo la depresión, nunca lograba del todo que siguiera sus consejos, sin embargo en estas últimas lo hacía, se comprometía y llegaba a buenas decisiones, demostrando un gran avance.

-Lo intentare y también lo de Nozomi.

-Recuerda que obligarse a lo imposible tampoco es bueno. Lleva las cosas con calma, platícalo con ella demuéstrale que no quieres lastimarla.

-Gracias. ¿Sobre Jessica? si no consigo hablar con ella

-Ni modo lo habrás intentado y en ti no quedo que ella tomara esa decisión precipitada, contacta con ella en un par de días para que la agarres calmada y ten presente

-Guardar paciencia. –Despidió a la mujer y espero el regreso de Nozomi. Hyuna y su pequeña seguían ausentes las llamaría después pues antes de la consulta psicológica lo hizo y hablo con su hija un tiempo considerable.

Se propuso amar a Nozomi, lo merecía, todo el tiempo le dio su apoyo y no la dejó en ningún momento, le confesó sus sentimientos antes de que Eunbi naciera pero Tiffany no los acepto, tenía a Jessica presente seguía siendo su amor.
Solo meses atrás acepto intentarlo, para las dos fue difícil el comienzo, Tiffany se planteó olvidar a Jessica, corresponder al amor de Nozomi. Nozomi empezaría una relación con la única mujer de la que se enamoró,  nunca antes había estado con una ni ninguna otra le gustaba. Esos meses no fueron del todo maravillosos, Tiffany pudo quererla más no amarla o siquiera sentir algo pasional, meramente era como querer a una amiga, la diferencia era que tenía obligaciones de pareja. Nozomi no le dio una relación normal su obsesión por ocultar la relación la llevó a mantenerla casi encerrada como si vivieran en el siglo pasado, las únicas salidas que tenían sin ocultarse era cuando iban a fiestas privadas con asistentes que conocían, cuando ellas organizaban las fiestas  o cuando salían con otros famosos que también ocultaban sus vidas.

Al regresar Nozomi era tiempo de hablar claro.

-¿Sigues molesta? –Fue lo primero que le pregunto.

-Medite cosas. –Al parecer Tiffany no era la única que estuvo pensando.

-Yo también. Antes que nada perdóname, tienes razón te tengo a su sombra créeme no quiero hacerlo enmendare ese error.

-Las dos hemos estado viviendo en un error.

-Ya no quiero lastimarte y creo que estamos a tiempo de salvar esto.

-¿Quieres salvarlo?

-Es mi propósito, mereces que te corresponda de verdad, no solo por gratitud, quiero amarte, aún tengo el fantasma de Jessica pero voy a quitármelo, déjame demostrártelo.

-¿De verdad vas a olvidarla de una vez por todas?

-Ahora mismo no la quiero igual que antes, ya no pienso en volver con ella y recuerda que hace un año todavía esperaba por ella.

-Y era fatal, allí si te dejabas ver sin dignidad.

-E recuperado mi lado desgraciado y te lo agradezco es parte de mí, voy a recuperar lo único que me falta, esa dignidad y quiero que esto funcione.

-Yo también, te amo Steph lo he sabido desde antes que Eunbi naciera y no ha cambiado, soy extrema con lo de ocultarnos, de verdad que cambiare eso, no iré a gritar que salgo contigo pero tampoco seguiremos encerradas aquí, vamos a salir al exterior con precauciones.

-Acepto eso. ¿Con Eunbi también?

-Las tres, luego tu y yo cuando no debamos llevarla a ella porque ya sabes.

-¿Segura que quieres tener una relación más normal?

-Segura, me gustaría, voy a arriesgarme si nos descubren

-No lo harán, no somos las únicas que vivimos así.

-Cierto.

Compartieron un abrazo antes de besarse un par de veces.

-Otra cosa, no quiero ser cántate. –La vio asentir resignada. –Y voy a llamar a Jessica próximamente.

-¿Qué te dijo Omoto?

-Su reacción fue por inseguridad así como yo tuve miedo de que me la quitara ella puede que tema a que yo quiera vengarme y se protege de ser lastimada.

-Vas a llamarla para que vea a Eunbi.

-Quiero convencerla de que es lo único que quiero que no hay dobles intenciones.

-Me parece bien, quitando mis celos unos minutos, es su madre y yo sé lo que es ser abandonada, la princesa te tiene a ti pero ella también es su madre y ojala se le pase el momento estúpido y la vea.

-Lamento ponerte celosa, ahora no ayuda que sepas que la sigo queriendo.

-Ayuda que ahora si quieres olvidarla y vamos a mejorar nuestra relación.

Las dos estaban de acuerdo y felices por la decisiones que tomaron.

Jessica volvió a Corea luego de tres días.

Lamentablemente seguía con sus dudas, con su coraje vivo.

-¿Qué paso? –Krystal se sentó para escuchar lo ocurrido.

-Nada. No la vi porque al encontrarme con Tiffany descubrí la verdadera intención.

-¿Cuál era?

-Ella es muy feliz y note que solo quería mostrarme eso, lo feliz que es, ya no quise conocer a mi hija. ¿Para qué? Seguro al verla conoceré a una niña que no deje de hablar de Nozomi y su madre Tiffany, los niños cuentan todo.

-Eso es muy cierto. Entonces cuando viste a Tiffany que

-Estaba con la japonesa, se besaron en mi cara con pasión.

-Ridículas lucidas.

-Platique a solas con Tiffany pero solo intentaba lavarme el cerebro, hasta dijo que estuvo esperando que yo fuera a buscarla ¿Quién puede creerle eso?

-Si te hubiera estado esperando estuviera sola y no con esa mujer.

-Exacto, es lo mismo que he pensado. De todo lo que menciono no creí ni una palabra ya hasta ni recuerdo que dijo el punto es que se acabó Krys, seré feliz, ya no andaré culpándome por el pasado.