THE COUNTESS

Los rayos de luz pasaban por la fina tela que actuaban como cortina, estaba en su amplia cama, sus sábanas finas y delicadas, sus almohadas rellenas de las plumas más exóticas que se pudieran  encontrar en todo el reino, sus aposentos estaban decorados con obras de arte y rosas del jardín del   palacio, se movió entre las sábanas tratando de ocultarse del sol, pero una leve voz la llamó

-princesa-

-¿uhm?- aun no abría los ojos

-princesa, el rey ordena verla- lentamente se incorporó y abrió sus ojos perezosamente, observando el que ahora sería su nuevo cuarto, se levantó de su cama y tomó un baño, la sirvienta la ayudó con su corsé y luego su vestido, polveó su nariz y se colocó sus magníficas joyas; bajó para ver a su padre, este la esperaba en su trono, los guardias abrieron la puerta y luego le hicieron una reverencia

-¡padre!-grito emocionada pues no lo había visto desde hacía ya 20 años

-mi adorada Jessica-saludó el rey feliz, ambos se abrazaron fuertemente- dime que estás bien y que aquellos sujetos no te hicieron nada-preguntó con preocupación

-no te preocupes padre

-hija, perdón por ese mal momento, pero no te preocupes esos canallas pagaran por su traición... los enviaré a la guillotina- la princesa se asustó al escuchar esas palabras- dime una cosa ¿cómo llegaste a ese riachuelo? Si tú no conoces este reino- en ese momento el caballero volvió a sus pensamientos

- un valiente caballero me salvó y me llevó hasta allí - dijo mientras una sonrisa se formaba en sus labios

-¿un valiente caballero? ¿Quién era? Debemos agradecerle por salvar tu vida

-si padre, un valiente caballero, pero no me dijo su nombre, llevaba un antifaz y una capa negra- el rey palideció, ¿sería posible que ese sujeto allá tenido la osadía de tocar a su hija?- padre ¿estás bien?

-doblare tu seguridad, ese personaje que se acercó a ti no es ningún caballero, es un revolucionario a la corona, te puede hacer daño, así que si lo vuelves a ver aléjate de él- ordenó el rey, Jessica estaba atónita, pero aun así asintió, el rey sonrió- ¡Dios! - la miró de arriba a abajo-Como haz crecido, ahora eres una mujer- Jessica sonrió

-es cierto padre, ya soy una mujer, cuanto tiempo, no te veía desde que tengo 5 años

-es cierto hija mía, perdóname por no ser un buen padre- dijo el rey muy afligido

-no te preocupes- le dio una cálida sonrisa dándole confort a su padre- dime padre ¿cuándo conoceré los alrededores del palacio?- el rey sonrió, así haya crecido su hija seguía siendo esa pequeña curiosa que dejó hace ya varios años

-Los conocerás en cuanto te presente a las damas que te acompañaran, aconsejarán y guiarán- el rey hizo un ademan y la puerta se abrió para revelar a dos hermosas damas, dos pelinegras, pero sus tonos de piel un poco diferentes pues una de ellas era blanca y la otra morena, la princesa volteó a conocer a aquellas chicas- te presento, ella es Goo Hara, hija de sir Goo- Hara hizo una reverencia

-princesa es un gusto- Jessica le miró sin duda era una chica hermosa

-y ella- dijo el rey trayendo a la morena- es Kwon Yuri- la princesa le miró y se encontró con unos ojos color negro, una mirada intensa se desprendió de ambas y tal como la noche anterior la princesa se estremeció- ella es hija del conde Kwon quién ya falleció- Yuri hizo una reverencia a la princesa y cuando iba pronunciar palabra la princesa se acercó a ella y habló

-es decir que ¿eres una condesa?

-no princesa -Jessica frunció el ceño

-no entiendo, eres la hija de un conde

-Hija, Yuri no aceptó el título de condesa-habló el rey-por eso ella no lo es

-me parece extraño que no lo hayas aceptado, pero no soy quien para juzgar tus razones- Yuri sonrió ante eso, quizás Jessica podría ser una buena reina

-bien, ustedes deberán mostrarle el palacio a mi hija- ambas damas hicieron una reverencia- la dejo en sus manos, cuídenla

-si mi señor- respondieron al unísono

La princesa y las dos damas caminaron al gran jardín que se encontraba a las afueras del palacio, dicho jardín era más grande que el mismo palacio, en el centro de este había una gran fuente, estatuas por los rededores, rosas de todos los colores, grandes árboles, pájaros trinaban felices, diversas mariposas revoloteaban por el lugar, la princesa estaba maravillada por la belleza que había ante sus ojos

-princesa ¿ya está lista para el gran baile?

-¿baile? ¿Cuál baile?

-¡shhh Hara! se supone que es un secreto- susurró Yuri

-oh princesa, disculpe creo que me he equivocado-Jessica le miró

-te escuche Yuri, por favor, ¿cuál baile?-Yuri suspiró con resignación

-disculpe princesa, pero su padre organizó un baile en su honor-dijo Yuri- apenas nos enteramos esta mañana y al parecer Hara no puede guardar un secreto-le miró con el ceño fruncido a lo que Hara se sonrojó

-perdón mi imprudencia princesa- Jessica rió

-no se preocupen, además no es un secreto real... ¿qué les parece si me ayudan a escoger el vestido?

-sería un honor-dijo emocionada Hara, Yuri solo asintió en aprobación, si era sincera eso no le llamaba la atención

Al otro lado del reino, cerca de un pequeño lago se encontraba acostada bajo un árbol una joven, descansando y disfrutando de la naturaleza

-¿disculpe?- le llamó una suave voz, aquella joven solo se acomodó más en el pasto-caballero-llamó de nuevo

-¡uhm! Yuri déjame dormir- balbuceó entre sueños, la joven se molestó ¿con quién pensaba que estaba tratando?

-¡DISCULPE!-alzó el tono de su voz, a lo que la joven se despertó asustada-¡por fin!-

-¿quién es usted?-decía perezosamente mientras se restregaba los ojos

-soy la condesa Hwang y le ordeno que me ayude-la joven reaccionó, ¿quién se creía para ordenarle? iba a contestarle pero en cuanto alzó sus ojos quedó petrificada, justo frente a ella había una hermosa pelirroja... todo su enojo se esfumó- y bien ¿se va a quedar ahí? ¡Aish!-bufó-no sabía que en este reino los hombres fueran tan descorteses

-¿hombres?-susurró pero luego volvió a su realidad-sí, disculpe es que en este reino no hay mujeres tan hermosas como usted por eso soy poco cortes-la joven se incorporó mientras la condesa se sonrojó a mas no poder- ¿en qué puedo ayudarle?

-es que mi conductor no conoce muy bien estas tierras y creo que estamos perdidos-dijo la condesa un poco preocupada

-ese no es problema, dígame ¿a dónde se dirige?

-al palacio real

-era de suponerse-susurró-¿qué le parece si vamos hasta su carruaje?-la condesa asintió, ambas caminaron hasta el coche y allí encontró a algunos guardias tratando de acomodar un mapa

-condesa, ¿en qué momento salió del coche?-dijo un guardia intranquilo-¿no sabe que estas tierras son peligrosas?

-salí en el momento en el que el mapa voló a causa del aire y no se preocupen-miró al galante joven- este caballero nos guiará hasta el palacio-los guardias le miraron despectivamente, mientras que la joven solo fruncía el ceño- no le miren así-ordenó la condesa- discúlpelos caballero pero son muy poco confiados

-no se preocupe, ¿qué le parece si tomamos camino?-todos los guardias se miraron entre sí

-¡me parece perfecto! Vamos muchachos-ordenó la condesa, la joven llamó a su caballo con un gran silbido y este salió de entre la maleza, lo montó y empezó a galopar

-síganme- todos emprendieron el camino tras la joven, la condesa no paraba de mirar al caballero, sus facciones le parecían muy delicadas y hermosas como de un bebe y aunque era pequeño de estatura eso le hacía lucir tierno, en definitiva le había encantado aquel caballero, el camino se hizo corto y pronto llegaron a las rejas del gran palacio real-aquí es- grito la joven.

Los guardias que ya la conocía abrieron las puertas para ella

-Kim ¿quiénes son ellos?

-es la condesa Hwang y al parecer no es de estas tierra

-¡oh sí! el rey nos advirtió de su visita- la joven, el carruaje y los guardias pasaron al jardín frontal, la condesa bajo rápidamente del coche

-caballero- le llamó, la joven se bajó y se dirigió ante ella

-mi Lady disculpe mi mal comportamiento-dijo haciendo una pequeña reverencia-pero entenderá que no estoy acostumbrado a observar tanta belleza-de nuevo las mejillas le ardían a causa de los halagos

-no se preocupe, ya me quedó claro que usted si es un caballero

-mi lady ¿puedo saber su nombre?-preguntó mientras veía sus ojos fijamente

-por supuesto-le extendió la mano- condesa Stephanie Hwang un gusto, pero llámeme Tiffany- la joven le tomó la mano-y ¿el suyo?

-Kim Tae-le besó la mano galantemente-el gusto es todo mío condesa- la condesa se sintió desfallecer y aunque Taeyeon estaba quizás más nerviosa que ella trataba de disimularlo, sus miradas se encontraron creando su propio ambiente, no querían ser interrumpidas pero...

-mi Lady, el rey la requiere ante su presencia- habló un guardia real sacándolas de ese encantamiento en el que se encontraban

-enseguida voy- habló para el guardia y volvió su vista al caballero-¿volveré a verte?- preguntó temerosa de que quizás la respuesta sea un no

-probablemente-sonrió- no me gusta venir a palacio pero ahora ya tengo una hermosa razón por la cual venir- las mejillas le ardieron por decir eso y ni que decir de la condesa

-entonces esperare ansiosa- sonrió ampliamente, mostrando de esa forma su más bello encanto, el causante de que muchos suspiraran por ella y para Taeyeon no pasó desapercibido, quedó hechizada, la condesa siguió su camino en dirección a la entrada del palacio y Taeyeon montó su caballo pero aunque su cuerpo iba a las afueras del palacio y su mente se quedaba allí, junto a la hermosa pelirroja que recién había conocido. La condesa a su vez camino hasta el salón del trono real, en cuanto llegó los guardias reales hicieron un reverencia y abrieron la gran puerta para ella

-¡su majestad! ¿Llamó por mí?-sonrió e hizo una reverencia

-¡Tiffany! Qué bueno que estés aquí-habló sonriente el rey-¿no tuviste problema al llegar?-este se levantó para abrazar a la recién llegada

-un poco, pero un amable caballero nos guió- la condesa no pudo evitar sonreír- su nombre es Kim Tae-el emperador devolvió la sonrisa

-así que Kim Tae estuvo aquí, ese muchacho siempre amable me alegra que te halla escoltado, él fue general de la guardia real pero se retiró cuando su padre adoptivo murió, una gran pérdida para él y para nosotros- la condesa entristeció al escuchar eso, su caballero era huérfano de padre, eso era algo que ella entendía perfectamente-pero bueno cambiando de tema mi hija estará feliz de tenerte acá

-y yo estoy feliz también, ya quiero verle- expresó

-¡guardia!-habló Jung y en segundos ya se encontraba un joven a disposición-lleve a la condesa con mi hija y dígale a las sirvientas que acomoden su equipaje en la habitación correspondiente-volvió su vista a la condesa- te encantará tu habitación-sonrió- además hoy habrá una fiesta sorpresa en honor a mi adorada hija, así que ponte preciosa

-¡si señor!- hizo una reverencia- me retiro- dicho esto la condesa se fue junto al guardia para reunirse con su amiga la princesa quién seguía sin decidirse por un vestido adecuado

-princesa en mi concepto ese es hermoso- hablaba Hara mientras observaban el vestido número 25 de la larga lista, Yuri bostezaba aburrida de ver la escena ¿cómo era posible que después de tantos vestidos no se definiera por ninguno?

-no lo sé Hara, el color no me favorece- decía mientras se miraba en el gran espejo- ¿qué opinas Yuri?- esta le miró un poco adormilada y cansada

-su alteza, lo que usted decida llevar le sentara bien, usted es una mujer hermosa y por lo tanto el vestido no la hará a usted, usted hará al vestido-dicho eso Jessica sintió un rubor en sus mejillas, ¿cómo era posible? Estaba sin palabras…

La puerta sonó debido a tres golpes

-Pase- dijo la princesa, la persona que tocó la puerta entró con una amplia sonrisa y Jessica quedó asombrada, era su amiga de la infancia, adolescencia, de ahora y de siempre-¡¡¡TIFF!!-gritó eufórica mientras la abrazaba-te extrañé

-solo nos separamos un días-rió- pero yo igual, por eso me tienes aquí-correspondió a su abrazo-¿qué haces?-dijo separándose del abrazo

-eligiendo un vestido apropiado para el baile de esta noche- Tiffany miró a las acompañantes

-¿cuál de ellas fue la soplona?-miró inquisidoramente

-ninguna, eso me lo contó un pajarito-dijo sonriente mientras volvía su vista a sus acompañantes- te presento a las damas encargadas de mostrarme el palacio, está hermosa doncella es Hara-la mencionada hizo una reverencia-

-un gusto- dijo la condesa haciendo una leve reverencia- soy la condesa Tiffany Hwang

- y ella- dijo atrayendo a la morena- es Kwon Yuri, hija del conde Kwon-está hizo una venia

-¿eres condesa?- dijo Hwang

-no Tiff ella no aceptó el titulo-respondió con simpleza

-que tonto no aceptar el título, eso te hubiese dado un estatus dentro de la sociedad-respondió con aires de grandeza a lo que la morena solo frunció el ceño y la princesa pudo notarlo

-Fany eso fue su decisión y a nosotras no nos incumbe- ambas se miraron desafiantes

-pero aun así es tonto, cualquiera en tu lugar habría aceptado… en estos momentos serías parte de la aristocracia y no de la servidumbre

-su alteza- llamó la morena con una sonrisa falsa-si me disculpa quisiera retirarme un momento- y aunque quiso disimularlo su enojo era evidente algo que Hara también notó

-princesa, nosotras debemos dejar listos ciertos detalles de su fiesta, si nos disculpa

-como gusten, las espero en la noche- les sonrió ampliamente y con eso las dos damas salieron de la habitación real

-no entiendo ¿por qué te enojas tanto?

-¿no viste la forma en que se expresó? Sus aires de grandeza, creyéndose más importante que todos- decía algo irritada

-¡por favor! Estamos en el palacio real, todos aquí tienen complejo de grandeza, con su supuesta sangre azul y la tienen tan roja como un simple pueblerino… ya deberías acostumbrarte

-no lo logro aun… detesto a las personas así

-cálmate, no quiero que las paredes te escuchen-miraba a los lados

-está bien, me calmaré-respiró hondo- ¿ya elegiste el vestido?-preguntó tratando de relajarse un poco

Hara sonrió al ver el cambio de actitud de su amiga-de hecho… ¡sí! Estoy emocionada por el baile real, ya muero por ver a todos los honorables caballeros que vendrán a la fiesta

-espero que algún día atrapes a alguno- decía con burla

Hara hizo un mohín-tengo que apresurarme, me quedan pocos años para contraer nupcias, no quiero quedarme vistiendo santos ni tampoco morir sola y triste- hablaba con terror a causa del miedo que le provocaba el solo pensar en quedarse solterona siendo ella tan hermosa

-no morirás sola, tienes muchos pretendientes… es solo que tú no te decides

-esta noche me decidiré- la morena rodó los ojos

-siempre dices lo mismo, espero que esta vez sí lo cumplas… bueno debo retirarme tengo que… escoger el vestido

-a mí no me engañas te irás a ver con el general Kim, ¿verdad?-sus ojos se iluminaron

-luego te veo Hara- dio media vuelta dejando a su amiga con la duda, en realidad si era cierta la deducción de su amiga pero eso era algo que ella no iba a aceptar porque sería un rumor que se acrecentaría en su contra.

La morena caminó hasta las puertas del palacio y tomó uno de los carruajes reales, este la condujo hasta llegar a su destino… un gran lago donde sabía que encontraría a esa enana que tiene por amiga y que como todos los días se la pasaba allí durmiendo debajo del frondoso árbol en el cual cuando pequeñas pasaban horas jugando.

-levántate Kim Taeyeon- dijo mientras le daba leves patadas en su estomago

-¡auch! ¡¿Qué te pasa?!-gritó ofuscada mientras se levantaba sosteniéndose el estómago

-¡holgazana!- rodó los ojos- tienes que prepararte para el baile real y tu obligación es asistir

-y ¿tenías que levantarme de esa forma?- se quejó- además no pienso asistir

-¿qué querías que te levantara con besos? Además tienes que asistir.- dijo recalcando cada frase- tú eres mi acompañante y como me dejes sola te aseguro que te levanto con agua fría del lago cada mañana- la pequeña rubia suspiró resignada

- está bien, pero no entiendo ¿por qué debemos asistir? Sabes que odiamos tanta aristocracia junta

-lo sé, pero olvidas que soy la acompañante real, así que debo presentarle a la princesa todas las honorables familias que asistan-la pelinegra suspiró en señal de cansancio y se sentó al lado de su amiga-quisiera hacer enojar al rey- rió picaronamente

-¿ahora qué idea maliciosa cruzó por tu mente?-su amiga le miró con algo de curiosidad

-me fascinaría que el caballero negro se presentara esta noche ante la princesa- una gran sonrisa se formó en sus labios mientras que su amiga solo frunció el ceño

-¿estás loca? Como se te ocurre esa idea tan tonta… ¿quieres que te maten? Sabes muy bien que el palacio estará custodiado hasta los dientes no solo por la princesa sino por todas las familias que asistirán-hablaba enojada- ¿qué tienes en la cabeza?-

-¡calma! Tengo una idea, escúchame… ¿sí?

-¡no!-se cruzó de brazos iracunda

-¿no te gustaría ver al rey explotar en ira por la osadía del caballero?- la morena conocía los puntos de debilidad de la rubia, sabía perfectamente que decir para convencer a su amiga, esta asintió ante la pregunta- entonces escúchame, si te parece tonta la idea no la llevaremos a cabo pero dame una oportunidad, por favor- otra vez Yuri ganaba la batalla

-soy toda oídos…

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