LET ME LOVE YOU... AGAIN!

En el palacio de Yuan la noticia del Temur se había expandido por todos lados, alarmados por tal los soldados habían incrementado la seguridad de la rubia pues la salud de esta pendía de un hilo. Apresuradamente la médico llegó a la habitación de Taeyeon y sin previo aviso entró al lugar, hallando a Tiffany en un mar de lágrimas mientras que Chang Wook intentaba consolarla.

-¡Sojin!-exclamó la pelirroja al soltarse del agarre de Ji-¡revísalo, sálvalo, por favor!-imploró la joven, la médico asintió mientras se acercaba a la rubia, tomó su pulso, aquel estaba descontrolado, su respiración estaba agitada, sin embargo sus labios estaban violáceos, la mujer abrió los ojos del Temur, aquellos estaban rojos, “¿qué sucedía con la salud de Taeyeon?”, se preguntó, Sojin sintió su piel erizarse pues un escalofrío la recorrió-¿qué tiene?-preguntó con desespero la esposa del Temur, la médico observó a la pelirroja sin expresión alguna

-no lo sé-aquellas palabras provocaron más llanto en Tiffany

-¡NO!-gritó desconsolada-¡no puedes decirme eso, no puedes!-algunos de los soldados que estaban al rededor se miraron apenados, ¿acaso el Temur tendría las horas contadas?

-lo siento Tiffany, estos síntomas no los había visto antes…

-¡SOJIN!-vociferó en medio del llanto la pelirroja mientras se aferraba a su vestido-tienes que hacer algo… lo que sea, por favor, no dejes que muera-la galena sujetó las manos de la afligida esposa

-lo siento Tiffany pero no puedo hacer nada mientras no sepa exactamente qué es lo que aqueja al Temur, lo único que me queda es reunirme con los demás médicos reales y debatir cuál es el mejor tratamiento, mientras tanto debemos orar para que el Temur resista-la voz de Sojin se apagó lentamente, estaba destrozada, desecha, al igual que Tiffany.

-haga lo que sea necesario-interrumpió el rey Ji-si usted lo desea puedo poner a su disposición a mi médico-Sojin observó al hombre con recelo

-es muy amable pero con mis colegas será suficiente-la joven hizo una reverencia y luego volvió su mirada a Tiffany-¿sabes si Tae consumió algo fuera de lo normal?-la joven pelirroja negó, sin embargo recordó que la rubia había pasado tiempo con Min Young

-pregúntale a Park, ella estaba con mi Tae-la médico asintió y salió de aquella habitación, mientras el rey Ji aprovechó y volvió a abrazar a la pelirroja

-su esposo es un hombre fuerte pero… a veces es imposible luchar contra la muerte-comentó Chang Wook

-¡por favor señor!-dijo ya molesta-aléjese, quiero estar sola, los quiero a todos fuera de aquí…. ¡fuera!-gritó casi sobre el rostro del rey, aquel hizo una mueca de desagrado sin embargo obedeció lo que la mujer había exigido. El coronel de la guardia se acercó lentamente a Tiffany.

-siento mucho lo del Temur, pero no debe preocuparse él saldrá de esto, siempre lo hace, él hallará la forma de volver para estar a su lado-la joven asintió-la dejaré a solas pero afuera esperará un grupo de soldados, los cuales estarán a su disposición.

-coronel-susurró la mujer llamando la atención del mayor-quisiera pedirle que refuerce la seguridad de mi hija-el hombre asintió y también se marchó de la habitación. La pelirroja al hallarse sola se arrodilló ante la cama en donde se hallaba la rubia-mi amor-dijo en medio del llanto mientras la tomaba de las manos-no puedes dejarme, sabes bien que no puedes hacerlo, es más, te lo prohíbo, tienes que estar a mi lado, es tu obligación como esposa-Tiffany intentó secar sus lágrimas pero aquellas seguían saliendo sin cesar-tú sabes que no puedo educar a Soonkyu sin ti y porque si te vas me dejarías con el corazón roto…. Mi amor tú prometiste no romperme el corazón-la joven gimoteó-te amo, no me dejes, lucha por favor… ¡mi amor! mi vida no estará completa sin ti… te lo suplico, quédate conmigo-Tiffany besó delicadamente el dorso de la mano de su esposa y aquella rubia como respuesta apretó levemente la mano de su esposa provocando una sonrisa de alivio en la pelirroja-mi amor logras escucharme-exclamó con felicidad-por favor, lucha por las dos…

Mientras tanto, a lo lejos de Yuan, exactamente en Goryeo, tanto el soldado de uniforme oscuro como los guardias de Park corrieron hasta el borde del acantilado y allí vieron como la pareja caían al profundo cauce. Hyuk Jun observó con media sonrisa en su rostro la osadía de aquellos que habían decidido saltar y luego soltó un gruñido que espantó a sus acompañantes.

-¡alcáncenlos!-ordenó a los soldados y antes de que pudieran negarse, aquel hombre los había empujado a ambos acantilado abajo, luego observó como la escurridiza pareja salía a flote y tras aquellas siguió uno de los guardias, el otro con tan mala suerte golpeó las filosas rocas y cayó muerto al bravío río. Hyuk Jun sonrió con molestia-¡qué imbécil!-susurró entre sus dientes, después se dio la vuelta y observó a su feroces lobos-búsquenlos-aquellos salvajes animales emprendieron su misión y entre aullidos se perdieron en el espeso bosque mientras que el hombre montó su caballo alejándose de aquel lugar.

Abajo, tanto Yuri como Jessica fueron arrastrados por el caudaloso río, seguidos por el guardia sobreviviente, sin darles tregua aquel río los envolvió en sus rápidos, empujándolos contra una inesperada cascada...

-¡mi señora!-gritó Yuri al perder la mano de Jessica

-¡Hyun!-respondió a lo lejos y antes de que la cascada los absorbiera a los tres…

Por su parte, el carruaje del rey Park había llegado al palacio, y allí esperaba el impaciente eunuco sin embargo y para su sorpresa, de él descendió únicamente el maltrecho hombre.

-su majestad-saludó el mayor con una reverencia-¿y la reina Jung?-el pelinegro hizo una mueca

-pensé que se encontraría aquí-respondió con fingida sorpresa

-¿por qué lo dice?

-porque su guardia dio alcance a nuestro carruaje y se llevó a la fuerza a la reina-dijo descaradamente provocando preocupación en el eunuco

-pero su majestad no ha regresado… y ¿cómo es eso de que se la ha llevado a la fuerza?

-así como lo oye, ese hombre atacó a mis guardias y a mí, y luego tomó a la reina y se la llevó… no pude hacer nada para retenerlo-comento el rey con su mirada pegada al suelo

-¡mi Dios bendito!-exclamó el eunuco al mismo tiempo que se cubría la boca

-enviaré a algunos de mis hombres en su búsqueda, me aterra la idea de que ese impetuoso hombre lastime a su majestad-el eunuco asintió repetidas veces

-parece que hemos ofendido a los cielos-susurró el hombre mayor llamando la atención del rey

-¿a qué se refiere?-el eunuco observó a Park

-mi señor usted no lo sabe pero el Temur enfermó repentinamente y susurran por ahí que…-el hombre tomó una pausa para respirar profundamente

-¿qué?-preguntó con suma curiosidad el joven

-que puede que no sobreviva…-en ese instante la sonrisa de Park se mostró pues al parecer tenía la oportunidad perfecta para deshacerse del Temur y del odioso guardia.

-es una pena-comentó fingiendo pesar por la situación

-y ahora mi señora es raptada por ese rufián… algo hemos hecho que ha ofendido a Buda-el joven rey sonrió levemente y luego palmeó la espalda del mayor

-no se preocupe, aun me tiene aquí… encontraremos a la reina y el Temur se recuperará, me han dicho que es un hombre muy fuerte

-mi señor es muy benevolente y generoso-Park volvió a sonreír calmadamente y luego se retiró de la presencia del eunuco.

-así que el Temur está en peligro de muerte… ¡ah! Por supuesto que no sobrevivirá, de esta no sale ese soldado y me aseguraré de ello…-comentó para sí antes de reír a grandes carcajadas

En una de las habitaciones una mujer lloraba sin cesar, sus lágrimas mojaban su rostro, su ropaje y el regazo de quien la consolaba…

-mi señora-susurró la joven doncella-cálmese, se lo suplico

-no puedo-decía Min Young sin consuelo-si el Temur fallece, ¿qué será de mí?-Ji In acarició el rostro de su señora, estaba apenada por su situación

-tenga fe, por favor-imploró pero la castaña negó repetidas veces

-estoy en manos de Jae Beom-susurró con dolor y pesar

-¡qué bueno que lo sepas!-escucharon las dos mujeres la profunda voz del joven rey, ambas lo observaron aterradas y aquel volvió a sonreír con felicidad y burla mientras se  acercaba lentamente-de hecho hermanita-musitó mientas se colocaba a la par de ella-siempre has estado en mis manos-dijo entre dientes y haciendo énfasis en cada palabra-y ahora más que nunca eres mía… y ese pequeño bastardo lo verás morir-dijo sonriente antes de ponerse de pie, Min Young gimoteó y luego se postró ante los pies de su hermano

-¡JAE BEOM!-gritó desconsolada-te lo suplico por favor, no le hagas daño a mi hijo-Park observó de forma implacable e inflexible a la joven

-¿por qué crees que tendría consideración contigo?-soltó fríamente, Min Young lloró más a los pies de su hermano

-porque…haré lo que pidas, seré quien tú quieras que sea, pero deja vivir a mi hijo-el rey sonrió

-lo pensaré-susurró antes de marcharse y dejar a su hermana aun en el suelo-por cierto, despídete de tu amado Temur, porque esta noche morirá-con eso aquel hombre salió de la habitación, la joven doncella abrazó a su ama con fuerza

-mi señora, ¿no habría sido mejor morir que prometer eso al rey?-Min Young afirmó

-sí, pero ahora no estoy sola… tengo un hijo que proteger-susurró entre lágrimas- y haré lo que sea así tenga que ser la eterna esclava de Jae Beom

-no diga eso por favor-comentó la joven doncella-me duele ver que sufre-Min Young sonrió débilmente

-tienes que prometerme una cosa Ji In-dijo Park antes de acariciarle el rostro a la joven, aquella asintió sin pensarlo dos veces-en cuanto mi hijo nazca huirás junto con él… lejos de Jae Beom y lejos de su poder

-pero señora, yo no he vivido lejos de los muros de un palacio y tampoco lejos de usted…

-por favor, tienes que hacerlo-la joven asintió afligida y Min Young sonrió más tranquila-me siento en paz sí sé que mi hijo vivirá y sé que sabrás cuidarlo-ambas mujeres se pusieron de pie

-mi señora aún puede huir-propuso la doncella sin embargo la castaña negó

-si me voy Jae Beom me buscará y entonces no será “misericordioso”, sin embargo si tú huyes con mi hijo sé bien que él no se tomará el tiempo de buscarlos-la doncella volvió a asentir y luego secó las lágrimas de la princesa, en ese momento la puerta de la habitación sonó debido a tres toques, Ji In sin perder tiempo abrió y una pelirroja asomó su rostro

-¿la princesa Park?-la nombrada se dejó ver-¿puedo hablar con usted?-la mujer asintió y la médico se adentró en la habitación

-¿cómo se encuentra el Temur?-Sojin hizo una mueca de preocupación

-su estado es reservado-susurró la pelirroja-ya sabe, prefiero evitar el cotilleo y según sé, las paredes de este reino tiene oídos-Min Young asintió

-hace bien, pero dígame, ¿qué la trae por aquí?-Sojin se tornó seria

-la señora Kim me comentó que fue usted la última persona que estuvo con el Temur-Park asintió-¿qué sucedió?

-solo hablamos y él…-la mujer aclaró su garganta-él me prometió dejarme vivir aquí junto con nuestro hijo-la pelirroja sobó sus cienes-luego de eso empezó a sentirse mal, sin aire y a continuación se desplomó en mis brazos, como una ficha de Majhong-Sojin frunció su ceño-le juro que no le hice nada, y si he de ser sincera lo necesito con vida…-dijo en súplica la mujer

-señora Park, le creo pero lo que el Temur tiene es algo que no he visto, algo diferente….-la joven suspiró-tengo que saber que pudo pasarle, si quizás consumió o bebió algo fuera de lo común…

-ahora que lo menciona, él bebió un té…-Sojin negó

-no, ese té lo he recetado por su salud-Min Young se sentó lentamente en su cama mientras respiraba pesadamente-¿se encuentra bien?-preguntó la médico

-mi señora-Ji In se acercó a ella para sostenerla mientras la abanicaba

-no se preocupe, estaré bien solo son las náuseas matutinas

-está bien-musitó Sojin-por favor si necesita algo, búsqueme y si recuerda algo más hágalo también-Min Young asintió y con ello la pelirroja salió de aquel lugar

-Ji In luego de oír a esa médico, creo que mi poca fe se ha ido….

Afuera, Sojin deambuló por los pasillos, estaba absorta en sus pensamientos pues su tiempo se agotaba y no sabía qué hacer para salvar a Taeyeon…” ¡aish!”, exclamó en sus adentros

-¿qué voy a hacer?-la joven se recostó en la pared mientras sus ojos se empañaban-¿qué puedo hacer para salvarte?.... No puedo dejar que te vayas, no puede pasarte nada, no puedes dejarnos… no puedes dejarme-Sojin tragó seco-si algo te pasa, Qian no lo resistiría-la joven respiró hondamente antes de erguirse y secar sus lágrimas, luego de ello la figura de una joven llamó su atención… una pelinegra que escuchaba con atención tras una puerta…-¿qué diablos?-exclamó para sí antes de dirigirse hasta donde se encontraba la mujer, luego se posó tras ella y la observó durante varios minutos, aquella ni siquiera notaba su presencia pues concentraba oía tras la puerta lo que parecía una interesante conversación, la médico tocó delicadamente el hombro de la joven sin embargo la mujer la ignoró, Sojin abrió sus ojos sorprendida y volvió a repetir su acción recibiendo la misma respuesta…

-¡hey!-exclamó la pelirroja haciendo que la jovencita brincara en su puesto y soltara lo que llevaba en sus manos, una bandeja de plata que sonó de manera estrepitosa y tanto la pelinegra como la pelirroja abrieron sus ojos de golpe, el rostro de la primera se tornó pálido y lívido, mientras que la segunda no entendía lo que pasaba, sin embargo…

-¿quién demonios está allí?-se escuchó desde dentro de la habitación una grave y conocida voz y seguido de ello la puerta se abrió…

El implacable río de Goryeo se tornó tranquilo a la caída de la cascada, y de él solo se escuchaba el golpeó del agua contra las filosas rocas, de pronto alguien emergió de él tomando una bocanada de aire… un guardia, un despistado guardia que miraba a su alrededor, a la espera de que la reina o su fiel sirviente también salieran a flote, sin embargo nada sucedió, el hombre ya sintiendo entumecerse por las frías aguas nadó hasta la orilla, “¿a dónde diablos se irían?, sería acaso, ¿ qué no habrían sobrevivido a la caída?” de pronto vio algo que flotaba, aquel nadó de nuevo para atraerlo hasta la orilla, pero este era solo el cuerpo sin vida de su compañero.

El soldado oyó de pronto un gruñido a su espalda, y al girarse vio a los lobos acercarse hacía él muy lentamente, el hombre tembló y sudó frío… aquellos animales lo olieron como una presa y luego mostraron sus feroces dientes pero antes de que los destrozaran un silbido los llamó y aquellos se perdieron de nuevo, el soldado, luego de verlos huir sintió sus piernas doblarse y después se desmayó instantáneamente.

A unos pocos metros de aquel lugar, en donde el río ya no era profundo, Yuri y la reina observaban atentamente al guardia.

-¿está bien?-preguntó la morena a la castaña y aquella asintió mientras sus labios temblaban por el frío

-¿qué haremos ahora?-Yuri observó el recorrido de las ya tranquilas aguas

-seguiremos el cauce del rio y no saldremos de él, de esa forma será más difícil para aquellos lobos rastrearnos

-pero no podemos estar todo el tiempo aquí-la morena apretó sus mandíbulas mientras sostenía su brazo, Jessica la miró, a pesar de que su camisón estaba húmedo podía ver gotear la sangre-estás mal herido

-estaré bien, ahora lo importante es…salir de este lugar y llegar con prisa a Yuan-la reina se aferró al cuerpo de su guardia

-no vuelvas a pensar en hacer una tontería como esa-musitó dejando sorprendida a la morena

-pero si la idea de saltar fue suya…

-no, me refiero a enfrentarte a alguien por mí, Hyun no puedo permitirme perderte, eso no, nunca… no hagas tonterías, por favor-la morena sonrió con tranquilidad y lentamente asintió

-de acuerdo pero solo si usted no vuelve a subir en ningún carruaje sin mi presencia-Jessica asintió y luego de ello ambas siguieron el cauce del río, el cual se tornó menos hondo a medida que lo recorría, sin embargo las aguas y el fuerte aire hicieron temblar a ambas mujeres-debemos hallar un buen lugar en donde ocultarnos…. Y hacer una fogata-la reina alzó su vista hacía las montañas

-quizás en aquel lugar encontremos algo-Yuri observó y sin dudarlo ambas salieron de aquel cauce directo al lugar señalado por la castaña.

Luego de varios minutos, las mujeres oyeron de nuevo a los lobos aullar, se escuchaban cerca, como si besaran sus pies, como si hubiesen detectado fácilmente su olor.

-démonos prisa, no tenemos mucho tiempo-Yuri tomó la mano de la reina y entonces corrieron, de nuevo, sin darle tregua a sus muslos, corrieron intentado huir de aquellos hambrientos animales.

Al fin la morena se detuvo pues la sangre que había perdido y el cansancio ya le estaba pasando cuenta de cobro.

-¿Hyun?-cuestionó la reina asustada por la palidez de la joven

-estoy bien-susurró agotada y en medio de su delirio alcanzó a ver lo que sería su salvación-una cueva-musitó esta vez más débil-allí-señaló-vamos-las jóvenes caminaron hasta aquel lugar que se convertiría en su guarida, y justo en la entrada la morena cayó de bruces, la reina como pudo la sostuvo y la adentró en aquel sitio. Yuri sonrió provocando también una sonrisa en la castaña.

-siempre sonríes en los peores momentos-comentó Jessica para sí pero la morena alcanzó a oír y para ella aquella frase le sonó familiar.

-quizás es porque quiero morir con una sonrisa en los labios-la castaña observó a Yuri con la poca luz que se colaba.

-no hables de muerte, por favor.

-morir es algo inevitable-dijo antes de suspirar y descargar su cuerpo sobre el suelo frío-aunque si he de sincerarme, en estos momentos es algo que no quiero hacer-la mujer sonrió débilmente provocando también una sonrisa en los labios de la joven reina…luego de ello el cielo se estremeció con un trueno y la lluvia volvió a aparecer trayendo consigo un fuerte ventarrón. Los cuerpos de las ambas temblaron, pues su ropaje aún estaba húmedo-sería bueno hacer una fogata-comentó la morena en medio de su cansancio

-no creo que hallemos leña seca-musitó Jessica mientras se frotaba su brazos intentando encontrar calidez

-¡oh cierto!-exclamó Yuri-ha llovido todo el día-dijo de nuevo antes de erguirse y abrir sus brazos hacía la reina-venga-susurró y la castaña sin perder tiempo se fundió en un abrazo con la morena.

-si no nos devoran esos lobos, moriremos de frío-comentó con sarcasmo la reina, Yuri sonrió de nuevo mientras le acariciaba la cabeza a Jessica.

-la lluvia alejará a los lobos y el frío, aun podemos hallar calor con nuestros cuerpos-soltó la mujer sin darse cuenta de sus propias palabras, pero, por su parte, la reina había malinterpretado aquella frase

-eso… es una buena idea-aunó la reina en medio de una inesperada risa, y fue allí en cuanto Yuri captó la intención de sus palabras, de inmediato sus mejillas se tornaron carmesí y su corazón de agitó

-per-perdone…no fue lo que quise decir-se apresuró la joven en explicar, sin embargo la reina se apretó más contra el cuerpo de su guardia

-ya lo dijiste Kwon-soltó aquella castaña colocando en vilo a Yuri, después alzó su vista a la joven, mirándola directo a los ojos, a su hermosos ojos oscuros, a aquellos que la podían hacer suspirar, la morena tragó seco, pues volvió a sentirse nerviosa. Lentamente la reina se acercó a su guardia, despacio percibió el aroma de su piel y con suavidad sus labios rosaron los de Yuri, aquella sin evitarlo cerró ese pequeño espacio que las separaba, fundiéndose en un profundo y amoroso beso.

Ese beso lento, tierno y suave, que para la reina era la confirmación de su amor y para Yuri, el recuerdo de algo perdido.

En uno de los cuartos del palacio, dos mujeres se hallaban unidas por lo que parecía ser un forzoso abrazo, pues una pelinegra acallaba a una pelirroja con una de sus manos mientras con la otra la sostenía con fuerza de su cintura, intentado que esta hiciese el menor ruido para no atraer la atención de quien se encontraba fuera del cuarto.

-al parecer alguien nos escuchó-oyeron ambas tras la puerta la voz preocupada de aquel hombre-y probablemente haya sido una sirvienta-la pelinegra palideció y en su frente se formaron gotitas de sudor, la mujer que la acompañaba retiró la mano que sellaba su boca.

 ~ ¿Qué sucede Ah Young?~hiló la joven médico sin pronunciar palabra, pero la pelinegra negó, no quería hablar o tan siquiera mover sus labios pues tenía miedo de que aquellos le oyeran.

-¡MALDITA SEA!-escucharon de nuevo el gruñido de otro hombre y Ah Young se estremeció, tanto, que sus manos comenzaron a temblarle, la médico siguió sin entender qué era lo que sucedía, o el por qué la respiración de aquella mujer se había acelerado de esa forma, sin embargo conservó la calma y tomó entre sus manos las de la joven pelinegra, de repente escucharon como uno de los hombres era fuertemente estampado contra la puerta de la habitación en la que se encontraban y seguido de ello provino una amenaza-encuentra a esa sirvienta, sobórnala o asesínala…no me importa lo que tengas que hacer, ¿de acuerdo?-ambas al oírlo sostuvieron la respiración y en cuanto aquellos hombres había abandonado aquel pasillo volvieron a respirar con tranquilidad.

-¿puedes exp…-trató de decir Sojin pero Ah Young la silenció de nuevo, varios minutos pasaron antes de que esta volviera a conseguir la calma

-¿usted sabe qué significa “Nerium oleander”?-preguntó al fin la joven y la médico frunció su ceño

-sí-afirmó rápido y extrañada por la pregunta, la pelinegra movió su cabeza indicándole que continuara-no entiendo para que quieres saber pero es una planta que puedes encontrar en cualquier lugar incluso hay varios ejemplares en los jardines de este palacio, es un arbusto de hojas alargadas y con flores de colores vistosos pero no te dejes engañar porque así como es de hermosa es también muy peligrosa pues esa planta es muy….-la pelirroja abrió sus ojos de golpe-venenosa-soltó antes de llevarse las manos a su boca, un frío recorrió el cuerpo de la pelinegra.

-el Temur ha sido envenenado con esa planta-soltó la más joven angustiadamente-y según escuché no le queda mucho tiempo…

La castaña ensimismada en aquel beso deslizó sus manos por los brazos de la morena, y aquella dio un pequeño brinco de dolor. La reina se separó de Yuri-había olvidado tu herida-comentó apenada por haberla lastimado

-no tiene importancia-Jessica negó

-debo curarte-dijo firmemente a lo que la morena negó-por supuesto que sí

-estaré bien, solo fue una simple mordida-comentó mientras se tomaba su antebrazo

-¡una simple mordida!-exclamó la reina-casi te arrancan el brazo-la morena sonrió por la preocupación de la mujer

-¡cálmese!-pidió entretenida por la actitud de Jessica y esta sintió enojarse por la tranquilidad de su guardia

-¿cómo me pides que me calme Yuri?-volvió a exclamar sin medirse

-¿Yuri?-cuestionó la morena y Jessica quedó sin habla-¿por qué me llamó así?-la reina desvió su mirada al piso

-olvídalo… solo no me lleves la contraria y déjame curar tu herida-susurró triste y apenada

-señora…-habló suavemente-¿quién es Yuri?-Jessica respiró profundamente por la pregunta

-no es nadie, ¿de acuerdo?, y eso no es importante, es más importante tu salud-la morena asintió y extendió su brazo a la reina, aquella subió la manga de la camisa de su guardia, y observó la grave herida-ese animal casi destroza tu brazo-musitó y luego de ello solo se escuchó el ruido de la tormenta.

Jessica recordó las enseñanzas de Sojin, así que como pudo limpió aquella mordedura y después la cubrió con un pedazo de su vestido, Yuri ni siquiera parpadeó aunque el dolor era demasiado fuerte, ella solo se ensimismó, pensando en aquel nombre que había pronunciado la reina… Yuri…Yuri… ¿quién sería ella para la reina?, ¿acaso era su hermana, su amiga o alguien más? Y ¿por qué la había llamado de esa forma?, ¿quizás se parecía un poco a esa mujer? O ¿quizás… ella era esa mujer?, la joven frunció su ceño  y de repente una imagen asaltó su mente, aquel riachuelo que ella tanto observaba, ese lugar había llegado de entre sus recuerdos pero no era de día, era a mitad de la noche, una joven castaña entre sus brazos pero su rostro no era reconocible…una máscara y un corcel negro y con ello una tonta pregunta, “¿quién eres?”, la pelinegra soltó un grito de dolor.

-¿te lastimé?-cuestionó la reina con preocupación, sin embargo la morena negó

-no, es esta maldita cabeza-dijo frustrada, la castaña la observó sin entender pero Yuri sonrió de nuevo-¿terminó su labor?-la reina asintió

-no fue mucho lo que pude hacer pero al menos ya no corres riesgo de que se infecte

-gracias-dijo la mujer mientras observaba su antebrazo, la reina sonrió con orgullo al ver su trabajo-Jessica-llamó de repente Yuri

-¿Jessica?-preguntó la castaña-parece que estás olvidando que soy tu reina y que debes guardarme respeto-dijo con sarcasmo la mujer y la morena sonrió

-Jessica-repitió de nuevo pero esta vez seguido de una pregunta-¿usted amaba a Yuri?-soltó y la castaña enmudeció por varios minutos, minutos que parecieron una eternidad para la menor de ambas, de pronto la reina alzó su mano y acarició el rostro de su guardia.

-no, no la amaba-respondió y sin explicación el corazón de la morena se sintió triste-“amaba”-repitió la reina con lágrimas a punto de escaparse de sus ojos-eso suena en pasado y de hecho yo… “no la amaba”, yo aún la sigo amando…en mi presente la estoy amando, porque fue todo en mi vida, ella fue mi vida-la morena suspiró pues no sabía si sentir alegría o tristeza por aquellas palabras.

-si ella estuviera aquí con usted, ¿qué le diría?-la reina sonrió con melancolía

-le diría qué… extraño sus tonterías, sus osadías por conseguir un beso, sus visitas a mi balcón en medio de la noche, su forma de hacerme sonreír y de tomar mi mano, pero si pudiera decirle una sola cosa sería que… la amo incondicionalmente y que me arrepiento de no haber huido con ella antes…-Jessica suspiró hondamente- antes de esa noche-la reina se puso de pie y caminó hasta la entrada de la cueva, todos los recuerdos la habían invadido en ese mismo instante, y todos y cada uno de ellos dolían, Yuri se acercó y la abrazó desde su espalda

-si ella estuviera aquí, seguramente le diría que también la ama, tanto o más de lo que usted lo hace-la castaña sonrió con amplitud y luego se giró para observarla, la morena se acercó a sus labios, deteniéndose solo a un milímetro de ellos, la reina abrió su boca como si quisiera hilar alguna palabra pero no lo hizo, Yuri la miró a sus ojos y la estrechó con fuerza entre sus brazos mientras que la castaña comenzó a acariciarle su rostro, no se cansaría de ello, pensó, por fin la morena se acercó y volvió a besarla, volvió a probar sus labios, a sentirlos cerca. Poco a poco aquel beso las invadió de amor, de pasión, y Jessica se aferró del cuello de Yuri, profundizando aquel beso, sus manos se inquietaron y con prisa se dirigieron a los botones de la camisa de su guardia. La morena en ese momento se detuvo y lentamente se alejó

-¿qué sucede?-preguntó agitada la reina y Yuri pasó saliva, estaba nerviosa, inquieta

-quizás deberíamos abstenernos-soltó el guardia

-Hyun sé que ocultas-confesó Jessica con una sonrisa

-¿en serio?-cuestionó la pelinegra

-sí, sé que no eres el hombre que finges ser pero… no me importa, me importas tú y lo que sientes por mí-la morena guardó silencio, estaba atónita por las palabras de la joven reina, aquella se volvió a acercar a la pelinegra, y acariciándola le dijo-además sé que me deseas y yo también lo hago- Yuri se sonrojó al oírla y antes de que pudiera protestar, la reina la había vuelto a besar, esta vez apasionadamente, y aquellas caricias que antes eran reprimidas ahora tocaban la piel de la castaña de forma feroz y ardiente, y poco a poco se arrancaron sus ropajes, dejándolas en el olvido de aquel suelo, con necesidad rosaban su piel, el toque de sus manos las erizaban, la ferviente pasión las recorría, sus labios que se pasean por el cuerpo de la otra incrementaban su éxtasis y lujuria, pues se deseaban, las gotas de sudor bañaron sus cuerpos producto del apasionado momento, los gemidos hicieron eco en el lugar y al mismo tiempo las uñas de la castaña se enterraron en la limpia espalda de la morena, aquellas desenfrenadas amantes esa noche volvieron a amarse y aunque Yuri no recordaba nada, su cuerpo parecía mantener intacto el recuerdo de cómo amar a Jessica.