Capítulo 7

We Have a Son!

CAPÍTULO 7
SIMPLEMENTE ES NIEVE

Podía sentir la fina piel ardiendo bajo sus manos, le encantaba aquello, poder reclamarla como suya, ver en aquellos ojos el deseo, el placer y la lujuria que despertaba con su simple tacto. Era exquisito. Amaba el sonido ronco y sensual de los pequeños gemidos que salían de aquellos labios; los cuales había besado y mordido hasta el cansancio, probando y deleitándose de su delicioso sabor una y otra vez.

Perdiéndose nuevamente en los recuerdos. Imaginándola a ella, sustituyendo aquellos ojos por los ojos chocolates y pecadores por los que había sucumbido, recordando aquella suave piel, el sabor, la sensación y lo que provocaba en ella.

—¡Oh! Jess...

Cerró los ojos con fuerza, el regresar al presente era aterrador, era como si unas garras afiladas le rasgaran el alma, cayendo nuevamente en un lugar profundamente oscuro sin retorno, sintiendo el vacío frío y escalofriante. Y con eso, abría la herida, trayendo consigo al odio del dolor, la ira que provocó la traición y la decepción que llegó con la despedida.

Debía recordar esos sentimientos, recordar cada escena, cada palabra que la llevó al lugar donde se encontraba ahora. La habían destrozado. Pero se levantó, sanó lo más rápido que su orgullo le permitió y recuperó la dignidad que le quedaba. Era lo que era gracias a ella.

No debía olvidarlo.

—Trata de disfrutar la cena de esta noche —Tyler habló bebiendo el whisky de su vaso—, sé que mañana presentaran los resultados, pero trata de pasar un agradable rato con tu familia.

La mirada fría y sin vida que le dirigió le dejaba más que claro que sus intenciones no eran aquellas.

—No estoy de humor para estar con ellos —declaró bebiendo de golpe el trago entero de su vaso—. Quiero estar sola para pensar.

El hombre torció la boca en disgusto.

—Estas cayendo nuevamente, Jess —se puso de pie y tomó la botella de whisky—, y esta vez quiero agregar que el o no es la mejor forma de olvidar el problema.

Frunció el ceño ante aquello, él se acercó y relleno su vaso del delicioso alcohol que parecía relajarlos luego de su largo día de trabajo.

—No estoy teniendo relaciones uales —tomó el vaso y agregó—: ni siquiera he visto a Taecyeon.

—¿Qué hay de la pequeña chica que he visto salir de tu departamento todas las mañanas? —cuestionó levantando una ceja con su trago a medio camino—, ¿o me dirás que esas ojeras son a causa del insomnio?

Ella sonrió, bebió un largo trago antes de dejar el vaso en el escritorio.

—En parte lo son —una chispa brilló en esos fríos ojos—, sin embargo, he de contribuirle todo a Sunny. Ella es indudablemente buena para mantener mi mente distraída en otros asuntos.

Tyler negó con desaprobación, realmente no aceptaba las recientes acciones de su amiga, estaba nuevamente cayendo a causa de esa chica toxica.

—Te dije que te alejaras un tiempo de ella. No te está haciendo nada bien, Jess —la miró con preocupación—, estas aferrándote a ella. Sunny no puede sanar ni cambiar nada de lo que está pasando. Necesitas regresar.

—No es como la última vez, Tyler.

—¡Claro que lo es! —gritó furioso—, ella otra vez está afectándote, Jess, debes olvidarla. Deja de darle vueltas al asunto y pon los pies en la tierra. Ni el o, ni el alcohol o el boxeo podrá ayudarte si no la vuelvas arrancar de tu corazón —caminó hacia ella y dejó su vaso en el escritorio—. Stephanie Hwang es la mujer que más daño te ha hecho, ¡recuérdalo! Recuerda el dolor que te ocasionó ella y todas las demás; recuerda las largas noches en vela cuando bebíamos, tratando de buscar el valor para hacerle frente a lo que se avecinaba. Recuerda quienes estuvieron ahí, ¡fuimos Irene y yo! Soojung, tus padres y nosotros fuimos lo que estuvieron contigo, tu familia, no ellos. Así que recuerda y vuelve a recuperarte, necesito que seas la mujer exitosa de negocios que no dejará que un estúpido niño y una mujer te arrebaten parte de lo que con arduo esfuerzo te has ganado. ¡Vuelve Jessica Jung! Vuelve y demuéstrales quien eres.

Las lágrimas eran tal y como las recordaba: tibias, abrazadoras y llenas de dolor. No sabía en qué momento comenzó a llorar, pero lo que si sabía era que había recuperado la razón, se había perdido en los últimos días tratando de olvidar que estaba a punto de herirla nuevamente. Otra vez era débil e insegura, pero tenía que recordar quien era Jessica Jung para recuperar su confianza y seguridad. No podía sucumbir nuevamente ante la depresión, esta vez no.

—Gracias, Tyler —murmuró limpiando sus lágrimas—, siempre estás ahí para hacerme reaccionar, aunque te tardaste.

—No me disculpo, quería que disfrutaras un poco más de buen o —sonrió hincándose para tomar sus manos—, pero es hora que vuelvas a ser tú. No puedo seguir viendo como la luz se pierde de tus ojos y caes nuevamente ante la depresión. Además, no quiero que mueras de un paro cardiaco por mi culpa, tanto o es malo, Jess.

—Lo dice el que ha permanecido en abstinencia por semanas—Tyler soltó una carcajada tomando nuevamente su vaso—, ¿me acompañas a la cena?

—Sólo si prometes conseguirme una cita con la bella Irene —le tendió la mano—, ¿trato?

Le tomó la mano y se levantó quedando a centímetros de distancia.

—Le diré en nuestra próxima cita.

—Por eso te quiero —sonrió dando un paso atrás y le tendió el brazo—, ¿lista para deleitarte con la cocina de tu madre?

Asintió en silencio y ambos salieron de la oficina, totalmente absortos en su conversación sobre la deliciosa cena que les esperaba, sin percatarse, en ningún momento, en la silueta femenina que los observaba desde las sombras.

֎֍

Los resultados eran absolutos, Jessica sólo observaba aquellos papeles con total incredulidad, a su lado, Tyler se mantenía en silencio, analizando la situación e ideando un plan en su cabeza para el nuevo problema con el que tendrían que lidiar. Y sí. Ese chico era un gran problema, era una mancha que tenía que eliminar de la carrera de Jessica, y lo eliminaría de raíz.

—¿Esto es suficiente para ti, Sooyeon? —la dura y rasposa voz del dueño de la SM rompió el pequeño estado de conmoción—, se hizo todo de acuerdo a tus términos, así que no hay error o engaño.

La acaramelada se puso de pie y caminó hacia su socio, los fríos e impetuosos ojos se posaron con escepticismo en él, rara vez la CEO de B&C mostraba total confusión y duda, lucia perdida y casi sin vida. Su rostro ahora era más pálido de lo normal.

Tyler hizo una mueca de total disgusto antes de levantarse y cederle el lugar a su amiga, ahora era su turno de actuar. Compuso su corbata y dirigió su atención al chico que permanecía junto a la mujer toxica, sintió asco hacia ellos, no comprendía como los resultados habían terminado siendo positivos, Jessica era demasiado como para estar ligada a Stephanie Hwang.

—Jessica se hará cargo de las necesidades del chico —comenzó hablar tranquilamente, como si se tratara de otro negocio más—, tendrá una pensión mensual que cubrirá todos sus gastos alimenticios, escolares, de vestimenta y demás, por lo que no pasará hambre ni frío, todo estará cubierto hasta que termine sus estudios universitarios y obtenga un empleo. Lo único que necesitamos —extendió un documento en el escritorio— es que firmes éste acuerdo en donde renuncias al apellido Jung, niegues de cualquier relación familiar con Jessica y te mantengas fuera de su vida, para siempre.

—¡¿Estás loco?!

Tiffany se puso de pie para encarar al socio de su acaramelada; siempre había detestado al hombre frente a ella, nunca lo había tolerado y había repudiado de cualquier contacto con él, sabía que era un imbécil, narcisista y ególatra que había engañado a Hyoyeon y había engatusado a Jessica, estaba segura de que él tenía que ver con la decisión de la acaramelada de alejarse de ellas. Le había permitido muchas cosas, pero no permitiría esta vez que separara a Jason de su madre.

—Estoy hablando con él, Srta. Hwang —la observó con desprecio—, es él con quien estamos haciendo el negocio, no con usted. Así que le pido que se mantenga al margen.

—Es mi hijo —declaró airada— y de Jessica, tiene derecho a pasar tiempo con ella y conmigo. Él no es un objeto u obstáculo del que se quieran deshacer. Es tu hijo —miró con insistencia a la acaramelada— Jessica, ¿realmente quieres tratarlo de esta forma?

La acaramelada los miró con frialdad y desprecio, señaló el documento y dijo:

—Firma el documento, niño, y vive cómodamente toda tu vida —declaró tajante y sin abismo de duda en su voz— o niégate a firmar y prepárate para una pelea legal que al final te dejará en la ruina y sin poder ver ni un centavo de mi fortuna. —Desvió la mirada de ellos y la dirigió al hombre de avanzada edad—. Estoy preparada para destruirlos si es necesario, esta vez no seré yo quien pierda todo.

Tanto Tiffany como el Sr. Lee quedaron perplejos ante la despectiva y amenazante mujer que estaba frente a ellos, no era la misma mujer que habían conocido... ahora era una completa desconocida.

—Jess...

—¿Qué necesitas saber para que me aceptes? —Jason habló por primera vez desde que llegaron, manteniendo un aspecto tranquilo y sereno—, las dos pruebas salieron positivas, poseo características físicas tuyas y sé cosas que nadie más sabe sobre ti, ¿qué más necesitas para creer, mamá?

La joven empresaria se puso de pie.

—Necesito que desaparezcas —contestó con desprecio—, quiero regresar a la realidad, mi realidad, y dejar atrás este absurdo asunto de fantasía. Es ridículo, lo veas por donde lo veas. Es imposible que seas mi hijo, luces de veinte y yo tengo veintisiete años, es ilógico, además de que Tiffany es tu otra procreadora.

Una sonrisa sínica apareció en el perfecto rostro frío de la acaramelada, caminó hacia ellos y tomó el documento que su amigo había puesto en el escritorio. Estaba cerca de la castaña, sentía su embriagador y adicto aroma, podía escuchar el sonido de aquel negro corazón.

—¿Podríamos dejar este maldito jueguito de novela y continuar con nuestras vidas? —pidió con diversión—, tengo una empresa, una carrera y una vida que requieren de toda mi atención. Así que, por favor, hay que detenernos.

Jason se levantó lentamente, algo estaba mal, observó cómo su otra madre intentó tomar la mano de la acaramelada para solo ser recibida por un frío rechazo.

—Jessica, por favor —suplicó Tiffany con angustia—, esta es la realidad, nuestra realidad, nosotras ahora

—He acabado con esto —tomó el documento y lo rompió—. Vámonos, Tyler.

Salió de la habitación seguida de su socio, tanto Jason como Tiffany se quedaron pasmados en su lugar. Ella se había ido, pero... Las cosas no podían quedar así. Había demasiado por decir, había tantas palabras que la dueña de la sonrisa de ojos anhelaba decirle a la princesa de hielo, de igual forma, el chico tenía muchas cosas por decirle y mostrarle. Los tres estaban unidos por un lazo inquebrantable que iba más allá de lo que pudieran imaginar.

No podían dejar las cosas así.

Jason inmediatamente se puso de pie, no iba a dejarla marchar cuando las pruebas declaraban que eran madre e hijo. No podía irse sin más.

—Detente, Jason —la voz del señor Lee lo detuvo con la mano en la manija de la puerta—. Debemos dejarla ir.

—¿Por qué? —cuestionó entre dientes aferrado a la manija—, ¿por qué debo dejarla ir en este momento?

—Sr. Lee, no podemos... —Tiffany miró con angustia al hombre—, ahora no podemos.

El hombre de avanzada edad suspiró, miró con calma a la joven cantante y caminó hacia ella para tomar su mano. A él también le pesaba toda la situación.

—Ahora lo que Jessica necesita es espacio —declaró con voz tranquilizadora—, necesita asimilar la idea y aceptar la realidad. Nosotros debemos darle eso, es lo único que podemos hacer ahora.

Con aquellas palabras tuvieron que aceptar que, por el momento, Jessica no estaría en la vida de su hijo. El trayecto a casa fue duro para Tiffany, Jason tuvo que quedarse en casa del Sr. Lee a causa del cambio de departamento, ahora vivía nuevamente con las miembros de Girls Generation y, salvo por Sunny, desconocían la existencia de Jason y el asunto con la ex miembro del grupo.

Con la vista clavada en la ventanilla trató de memorizar el encuentro con Jessica una y otra vez, sintiendo dolor al recordar su mirada, sus frías palabras y el rechazo a su tacto. Le dolía ver la persona que ahora era la cálida mujer que fue su mejor amiga. Todo era distinto de aquellos primeros días.

Lo recordaba perfectamente bien, era realmente fácil que su cerebro evocara un recuerdo hermoso, un momento de ellas dos caminando a la parada del autobús cogidas de las manos o el recuerdo de aquella mágica noche en París... esa noche la recordaba muy bien, demasiado bien para su salud mental.

—Vaya, al fin has llegado —la sonrisa del miembro más alto le dio la bienvenida a su nuevo hogar—, ¿qué tal te fue con el Sr. Lee?

—Bien, supongo —contestó encogiéndose de hombros mientras miraba alrededor—, ¿y las demás?

—Están en la cocina, estamos preparando un pequeño festín —la mujer la miró fijamente por un momento—. ¿Estás bien?

La joven sintió su corazón oprimido, no estaba bien, no estaba para nada bien, pero ellas no debían saberlo. Mostró una reluciente sonrisa, una de las muchas que había aprendido a mostrar al público, una sonrisa totalmente falsa pero que cumplía con su objetivo.

—Claro que estoy bien, yo...

—¡Lo siento, Yoong, no podré quedarme! —una pequeña chica salió del pasillo con una pequeña bolsa de viaje, al verla se detuvo—. No sabía que habías llegado.

—Acabo de llegar —miró la bolsa con dolor—, ¿vas con...?

—Si —la pequeña la miró de forma apremiante, parecía que quería escapar de su escrutinio lo más rápido posible—, ¿algo más?

Había demasiadas cosas que quería decirle, apretó con fuerza su mandíbula conteniendo la exasperación y desilusión que sentía, quería acercarse a ella y gritarle que se alejara de Jessica, ellas dos tenían una familia y ella...

—No —le lanzó una mirada de cólera antes de girarse a Sooyoung—. Iré a dormir, no me siento bien, discúlpame con las chicas.

Pasó junto a la pequeña Lee perdiéndose en el pasillo, la más alta miró fijamente a la mujer antes de negar con decepción.

—No sé qué está pasando con ustedes, pero debe parar, Sunny.

La chica no la miró, ignoró su voz y caminó hacia la puerta para tomar su bufanda y chaqueta que yacían en el perchero. No estaba de humor para escuchar a su amiga, no nuevamente; Tiffany siempre resultaba ser la joven victima en cada una de sus discusiones, incluso Jessica la defendió innumerables ocasiones, hasta que se dio cuenta de lo cruel que podía llegar a ser.

—No es de tu incumbencia, Soo —se detuvo y giró para verla—, mejor mantente alejada de esto.

—Si es por...

—No es por ella, ella no tiene que ver en esto —miró con rabia y dolor a la chica que consideró su confidente—, mi relación con Tiffany no se basa en Taeyeon. Ella no siempre será el motivo de los disgustos de mi vida. Taeyeon no lo es todo.

Salió del departamento sin darle oportunidad a Sooyoung de contestar, ésta se limitó a sentarse en uno de los muebles de la elegante sala que poseían; había metido la pata nuevamente con Sunny, ya no sabía qué hacer, cada vez su relación se iba alejando y rompiendo sin que nada pudiera evitarlo, parecía que la joven Lee que conoció alguna vez se hubiera ido con aquella persona en el otoño del 2014.

֎֍

—Hola extraño.

Ella sonrió con gracia al ver a la persona que se encontraba frente a sus ojos, aunque su vista parecía querer jugarle una mala broma, sabía a la perfección que aquella mujer era Sunny y no la chica de sonrisa de ojos. No lo entendía, no sabía por qué anhelaba que ella fuera la que estuviera en su departamento, se supone que no debería sentir eso, pero ahí estaba ese sentimiento, aún seguía ahí, parecía que nada podría sacarlo y estaba obteniendo poder.

¿Por qué había descontrolado su vida nuevamente?

¿Por qué tenía que ser tan cruelmente anhelante?

—Tengo un hijo... —murmuró llevando las manos a su rostro—, tengo un hijo

—Lo sé —la pequeña mujer sintió su corazón romperse cuando vio las lágrimas cayendo de aquellos ojos—. Lo sé, cariño.

Jessica llevaba bastante tiempo en el suelo, desde que llegó se limitó a gritar con todas sus fuerzas antes de coger todas sus botellas de vino y comenzar a beber, tratando de que con cada copa el recuerdo de él se fuera de su mente, queriendo arrancar la imagen de ella con ojos suplicantes ¡Dios! Dios en definitiva era el único que sabía lo destrozada y confundida que se encontraba, el miedo la estaba atenazando al igual que la desconfianza que adquirió tras los últimos años.

No podía aceptarlo. Aunque su corazón gritara, aunque su ser le decía que aquello quizás era verdad y él chico era su hijo, pese a todo eso no quería aceptarlo, porque aquello implicaría traerla de nuevo a su vida, a que ella tuviera una pequeña oportunidad de destruirla nuevamente y, siendo sincera, estaba cansada de lo que implicaba el tratar de olvidarla. El arrancar todo de su cerebro y corazón implicaban un esfuerzo sobre humano que no quería volver a hacer. No quería esa experiencia de nuevo, aunque aún la amara como la primera vez. Sonrió con angustia, ¿acaso era producto del alcohol o verdaderamente la amaba como lo hizo alguna vez?

Que patético sonaba aquello.

—No quiero tener un hijo, Sunn, no quiero tener un hijo con ella, yo... —se limpió las lágrimas con su brazo—, yo no quiero estar unida a Steph porque porque siento que sucumbiré ante ella nuevamente. No quiero sufrir, Sunn, no quiero sufrir por ella.

La castaña se quitó la chaqueta y dejó el bolso en el sofá, la sala de estar de la acaramelada era demasiado elegante, sin embargo, en esos momentos era un total desastre con las botellas de vino por toda la mesita y los cojines tirados en el suelo. Cogió la botella abierta a un costado de la dueña del departamento y se sentó a su lado, le dio un largo trago antes de bajarla y mirar a su amiga.

—Te secundo —dijo después de un tiempo—, yo tampoco quiero sufrir, pero esto no se trata de Tiffany, se trata de tu hijo. Jessica, ¡tienes un hijo! —le tendió la botella—, es algo que debe celebrarse.

La acaramelada soltó una carcajada cargada de todas las emociones que luchaban en su interior, tomó la botella y le dio un gran trago sintiendo el suave vino acariciar su garganta hasta caer de forma gloriosa en su estómago, bajó la botella y miró el techo.

—Tengo un hijo de veinte años, es ilógico, pero él es mi hijo —comentó con profunda calma—, ¿por qué debería celebrar por algo que suena a un libro de ciencia ficción o fantasía?

Sunny recargó la cabeza en el hombro ajeno, sintiendo el suave aroma que emanaba de la piel de la acaramelada, era dulce y tan envolvente, podía perderse en el simple momento.

—Porque la prueba de ADN salió positiva —la voz de un hombre irrumpió la habitación— y no es algo por lo cual celebrar.

Tyler entró con unas bolsas en las manos acompañado por una mujer sumamente conocida para Lee, ésta se dirigió rápidamente hacia Jessica tomando su mano en el acto. Los ojos de ambas mujeres se conectaron, durante unos minutos se perdieron en el limbo de sus miradas, hasta que una pequeña sonrisa surcó los labios de la recién llegada.

—Tyler me ha contado todo —la suave y melodiosa voz por fin sonó—, he traído lo necesario para una larga noche.

—¿Tequila? —cuestionó la acaramelada.

La mujer sonrió y llevó una mano al rostro de porcelana de la mujer de mirada de hielo, acarició la mejilla lentamente disfrutando del tacto, quería demasiado a la joven CEO.

—Tequila.

Y eso fue el inicio de una larga velada en donde lo único que se escuchaba eran risas, brindis y palabras arrastradas a causa del alcohol; era una velada para aliviar el estrés y ayudar a que Jessica sanara la herida que se había vuelto abrir, pero aquello no era lo que estaba sucediendo en la acaramelada.

En vez de relajarse, su mente había estado reflexionando sobre todo el asunto y se percató que Sunny tenía razón, no se trataba de Tiffany ni de ella, se trataba del chico que decía ser su hijo, bueno, más bien del chico que dadas las pruebas era suyo. No entendía muy bien esa parte, a decir verdad, pero al ser Jason su hijo automáticamente pasaba a formar parte de su familia.

Y ella no abandonaba a la familia.

No, ella no era esa clase de persona, ella jamás dejaría a uno de los suyos a su suerte, sus padres le habían enseñado la importancia de la familia y lo que conllevaba el formar parte de una. Miró la vista que tenía de su vecindario, la nieve caía aquella fría madrugada con elegancia, mostrando un espectáculo único y especial.

La nieve le recordaba a ella.

Tomó una chaqueta, una de sus bufandas de B&C y las llaves de su auto, quizás estaba por cometer la mayor imprudencia de su vida, pero necesitaba hacer algo al respecto. Ellos tres no se darían cuenta de su ausencia. Así que lo decidió, salió de su apartamento y caminó con rapidez hacia el elevador, aunque sus pasos no eran totalmente firmes a causa del alcohol no le importó en lo más mínimo, estaba decidida.

Llegó en cuestión de minutos al estacionamiento, visualizó su auto y corrió hacia él, no importaba nada, su mente había tomado una decisión que quizás más tarde se lamentaría, pero era lo único que podía hacer. Entró, encendió el motor y miró hacia enfrente, necesitaba respuestas.

Pisó a fondo y salió del estacionamiento con un solo rumbo trazado, sentía la adrenalina circular por sus venas mezclándose con el alcohol, era fenomenal, estúpido e imprudente, pero fenomenal. Seúl era distinto ante unos ojos bajo los efectos del alcohol, era maravilloso, mucho más bonito y brillante, pero la nieve le daba ese toque especial. La nieve siempre volvía todo especial, habían ocurrido tantas cosas en la nieve que sólo podía sonreír ante el recuerdo. Quizás era el alcohol, pero sus recuerdos eran más nítidos, más vivos y llenos de un calor abrazador.

Detuvo el auto al igual que aquellos recuerdos, en cuanto abrió la puerta los tiró al lugar más profundo de su cabeza, manteniéndolos con candando y miles de cosas que evitaran el volver a ser recordados.

Caminó hacia la casa sintiendo el frio que era digno del invierno, aquel clima y ella se llevaban de maravilla, eran tan similares en muchos aspectos. Tocó la puerta y espero.

Aquellos ojos le provocaron un escalofrío cuando se encontraron con los suyos. La puerta se había abierto.

—¿Mamá?

—Creo que debemos hablar.

 

01/09/2017

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Comments

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jessjung_dew
#1
Chapter 17: volveras a actualizar?
DreamEncantamiento #2
Chapter 17: Hola autora! Esta historia cada ves se pone mejor, me encanta. Tengo mucha curiosidad sobre que paso con Jessica ¿Por qué los poderes de Camila no la afectaron? ¿Qué es eso que paso entre TaeNySic en Paris para que Taeng odiara a Jessi y que todas la sacaran de GG? ¿Cómo reaccionaran los señores Jung y Krystal cuando se enteren de Jason?

Gracias autora, estas haciendo un maravilloso trabajo, esperare pacientemente por más capítulos ^-^
Thea050713 #3
I hope u can also have English version of this...huhuh i wanna read it so badly
tapiapark #4
Chapter 13: Que buena onda , las volveré a leer otra ves en Wattpad tienes el aviso desde donde esta la última ves , sigue así nunca te vayas porfa tienes una historia muy buena
tapiapark #5
Chapter 12: Sigues viva autora ? Porfavor ? vuelve este fic es demasiado hermoso como para que lo abandones
DreamEncantamiento #6
Chapter 12: Hola autora, acabo de leer este fic y en verdad me encanto, es realmente interesante. Me encantaría poder seguir disfrutando de el. Has hecho un magnifico trabajo hasta el momento. Muy buena suerte y estaré esperando por más de este fic.

Gracias ^-^
shajanie
#7
Hope there will be english for this one..
mv007842 #8
Chapter 4: Sige porfis me encanto esta buenisimo actualiza porfis
jessjung_dew
#9
Chapter 4: lo lei en la otra pag! capitulazo!! necesito leer mas, vuelve pronto!!
DollySweet
#10
Chapter 3: Hello Damaris!! Estoy aqui y en wattpad siguiendo esta historia xD