CAPÍTULO 1
RECUERDOS

Stephanie Hwang, mejor conocida como Tiffany Hwang integrante de SNSD y la reina del eye smile, se mantenía con la mirada fija en algún punto en el escenario mientras sus otras siete compañeras descansaban después de una hora de ensayo.

—No puedo creer que aún olvidemos los pasos después de tantos años —murmuró la más baja del grupo soltando un sonoro suspiro—, eso significa que nos estamos haciendo viejas.

—Querrás decir que tu te estás volviendo vieja —la actriz estrella de sonrisa de cocodrilo habló con burla—, porque yo estoy en mis mejores años.

—En eso la pequeña Yoona tiene razón —la más alta habló moviendo su cabello con arrogancia—, estamos en nuestros mejores años.

—Si ustedes lo dicen...

Y de esa forma inicio una discusión sobre la diferencia de edad y estatura entre las miembros; una pequeña chica con rostro de bebé se acercó a la dueña del eye smile lentamente y con tranquilidad notando el rostro perdido de su amiga.

—Un centavo por tus pensamientos —comentó moviendo su hombro—, ¿en que tanto piensas, Tiff?

La hermosa joven de cabellera chocolate regresó en sí sin despegar la vista del escenario, lucia tan ajena y melancólica.

—Han pasado ya tres años Tae... —giró la cabeza a verla—, ¿aún no podemos hablar de ella?

Taeyeon abrió la boca, pero la cerró al instante, no había palabras que pudiera decir para responder la pregunta de su amiga. Tiffany lo comprendió al instante y regresó la mirada al punto fijo de aquel escenario... Los recuerdos aún seguían frescos en su memoria; ella y su mejor amiga colándose entre el público para ver las otras presentaciones, sintiendo la excitación y la energía de las personas que iban a verlas a ellas y a los demás, había sido un momento mágico y único.

Algo que siempre recordaría.

—La extraño —murmuró Tiffany—, la extraño tanto...

—Lo siento Tiff —Taeyeon la tomó de la mano con delicadeza—, pero debes recordar que ahora somos ocho y debemos dar lo mejor de nosotras.

Ambas regresaron al ensayo antes de que el momento del maquillaje llegara, las luces, los flashes, el humo y los gritos comenzaron a resonar en todo el lugar. Aquello indicaba el inicio del Busan One Festival, el regreso de las reinas en los escenarios tras el último escándalo y la separación por sus actividades individuales.

Ella trato de sonreír en todo momento, disfrutar el espectáculo y dar lo mejor de ella para tratar de curar la herida que provocó con el último escándalo, sin embargo, aquellos días recluida habían sido suficiente para reflexionar todos los acontecimientos en los últimos años para darse cuenta de algo que siempre estuvo frente a ella y fue tan tonta para no aprovechar la oportunidad cuando la tuvo.

Los flashes cesaron, los gritos fueron silenciados y los reflectores se apagaron, todo había terminado. Ahora, encerrada en su habitación, acostada en su cama y con la vista en el techo no podía pensar en otra cosa que no fuera en su vieja mejor amiga. Recordaba muy bien como empezó todo; el lanzamiento de su línea de lentes, las promociones, la terrible noticia, las llamas sin contestar, mensajes sin leer, el número bloqueado y por último... la mirada de despedida. La echaba demasiado de menos, aunque Taeyeon era su mejor amiga, Jessica siempre había sido su "algo más"; era esa persona que siempre podía llegar a ser "algo más" en todos los sentidos, siempre estaba a más allá de la expectativa. Y eso era algo que le encantaba de ella. Jessica siempre estaba ahí con una tarjeta en la mano y un pañuelo en la otra mientras recorrían tienda, tras tienda y tras tienda para animarla o simplemente a su lado sentada en el sofá viendo películas sólo por que ella quería verlas.

—¿Cómo estarás ahora Jessi?

Observando sus viejas fotos no podía evitar comparar sus últimas sonrisas con las sonrisas que mostraba antes, y no era la única, Sunny era una de las principales que había cambiado tras la salida de Jessica del grupo. No podía culparla por volverse así, Jessica y ella habían sido muy apegadas, era como ella y Taeyeon pero en una versión más reservada y con un lazo tan sólido que parecía que ambas se entendía mucho más que bien. Y era cuando su "algo más" se volvía el "algo más" de otra persona, había odiado aquello, pero comprendió que no podía decir nada, ella tenía a Taeyeon y Jessica tenía a Sunny, ¿por qué debía reclamar?

Ahora sabía muy bien la respuesta aquella pregunta.

Cerró los ojos con fuerza tratando que las lágrimas no saliera de nuevo, necesitaba por una noche poder conciliar el sueño. Por una noche quería dejar que sus mas grandes anhelos tomaran el control y la llevaran aquel mundo de fantasía, el mundo en donde ella se encontraba, el lugar donde ella podía abrazarla y volver a sentir aquel tacto tan suave...

Abrió de golpe los ojos al escuchar el tintineo de su celular, buscó el teléfono a tientas en la cama hasta dar con él. Era una notificación de Vlive de Jessica y no era pregrabado, sus ojos brillaron de emoción al igual que su pobre corazón dio un salto de felicidad.

Lucía tan hermosa y su risa seguían siendo tan linda como recordaba, su cabello aún seguía de aquel color acaramelado que tanto le gustaba y, como siempre, con maquillaje leve, a ella jamás le había gustado tener un maquillaje demasiado cargado.

Una sonrisa apareció en sus labios al recordar aquella vez en que Jessica le quitó el maquillaje y la arropó para dormir, esa noche estaba lloviendo por lo que le pidió que se quedara, y Jessica aceptó sin dudar. Recordaba muy bien la mirada que le dio antes de darle un beso en la frente...

-Sobre el cabello rosa... -su atención se centro totalmente en la pantalla, Jessica bajó la mirada-, por el momento no lo sé.

Bloqueó con rapidez su teléfono y llevó sus manos a su corazón con una pequeña sonrisa, el escucharla hablando del cabello color rosa la hacia volver al pasado, a las promesas que algun día hicieron.

Esa noche pudo dormir con suma tranquilidad, soñando con aquella sonrisa maravillosa, sintiendo su tacto acariciar rincones de su cuerpo como lo hizo aquella noche. Las viejas sensaciones llegaron a ser tan reales que despertó sudando y con la respiración agitada.

Jessica aún tenía un gran efecto en ella.

֎֍

Levantarse, ducha, desayuno, maquillaje, oficina, juntas, desconocidos... Eran cosas normales y comunes desde que se había convertido en CEO de su propia marca. Jessica en menos de dos años se había convertido en una importante empresaria y diseñadora con alto poder en Asia, con tan sólo 27 años tenía todo lo que se había propuesto en la vida y todo era por sus esfuerzos, sacrificios y el gran apoyo que sus verdaderos fans le otorgaron sin dudar.

Pero para llegar hasta donde actualmente se encontraba había tenido que pasar por duras críticas, miradas de odio y noches de insomnio con llanto incesante. Los primeros meses fueron de lo peor, el mundo se le vino encima en busca de su cabeza, sólo pocos fans que aún le quedaban la defendieron a capa y espada, pero no fue suficiente para el estrés que sufrió a causa del odio de casi todo el Fandom que un día la amo con todo el corazón. Sin embargo, nunca se dejó vencer, siguió adelante pese a todo, y así de la misma forma en que el odio ardió también se consumió; los Golden Star llegaron para ser su luz en la oscuridad de los que miles creyeron que jamás podría salir.

—¿Te parece si hoy vamos por unos tragos con Irene?

Tyler Kwon era un hombre al que le debía demasiado, podía decir sin titubear que él era su mejor amigo. Estuvo con ella en sus peores momentos, le tendió la mano cuando todos le dieron la espalda, confío ciegamente en su juicio e invirtió sin dudar en cada una de sus ideas, le brindó una disquera, le brindó apoyo y un hombro para llorar... él fue su refugio en aquella oscuridad.

—¿Aún sigues con esas ideas en tu cabeza? —Tyler sonrió de forma divertida—. Sabes que a ella no le gustas.

Jessica sabía de los verdaderos sentimientos de Tyler hacia a ella, para él su relación se basaba en una sólida hermandad, después de todo, la vida le dio duros golpes que le dejó la experiencia de que estaba solo. Pero todo cambio cuando Jessica llegó a su vida, ambos descubrieron que eran más similares de lo que pensaban, ambos se convirtieron en el sostén del otro.

—No pierdo las esperanzas de que algún día caiga a mi pies. Puedo ser irresistible si me lo propongo.

Ella sonrió, aquel hombre podía sacarle grandes sonrisas sin proponerselo.

—Te llevaras una gran decepción.

Tyler le mostró la lengua antes de meterse otra galleta en la boca, llevaban cerca de 12 horas trabajando sin descanso en el nuevo proyecto para Coridel, era hora de que, después de mucho tiempo, dieran a conocer nuevos grupos y que su único grupo de chicas regresara a los focos del espectáculo.

—Por cierto, Jess —levantó la mirada para ver un sobre—. Conseguí las fotografías que me pediste. Me costó un poco de trabajo, sobre todo por lo reveladoras que eran, pero... Lo prometido es deuda. Aquí tienes.

Tomó el sobre con alivio antes de abrirlo y verificar si se encontraba todo el contenido, cada una de las imágenes eran una daga a su dolido corazón, pero el tenerlo entre sus manos le aseguraba que esa persona estaría tranquila y a salvo de aquellos monstruos amarillistas.

—Gracias Tyler.

—No te preocupes Jess, sabes que haría cualquier cosa por ti.

Ambos compartieron una mirada llena de gratitud y confianza, sabían que las palabras sobraban cuando se trataba de dar todo el uno por el otro.

—Creo que si deberíamos ir por ese trago.

—¡Si! —Tyler gritó exultante—. Esta noche haré que Irene me ame.

Jessica sonrió bajando la mirada a aquellas imágenes, un fugaz recuerdo apareció en su mente; fuegos artificiales, una sonrisa de lunas y una hermosa vista a la torre Eiffel. Cerró los ojos suprimiendo aquel recuerdo, tratando de destruirlo en miles de fragmentos para intentar olvidarlo y no volver a mirar hacia aquel pasado totalmente maravilloso y, al mismo tiempo, doloroso.

Abrió los ojos regresando al presente, nuevamente veía la imagen de Tyler moviendo la boca diciendo algo que ella no podía oír mientras su cerebro reproducía el sonido tan nítido de aquella voz, de su maldita voz tan hechizante y dulce.

—¿Me estas escuchado?

Parpadeó intentado recobrar sus sentidos, la escuchaba tan claro como podía sentir su endemoniado aroma a cereza con chocolate... su mas grande tentación y su mas grande pecado.

—Si... —respondió en un susurro—. Es hora de tomar un descanso.

—¡Ya era hora!

Jessica miró hacia la enorme ventana, el cielo se comenzaba a tonar gris mientras la brisa comenzaba a tomar fuerza.

—Parece que será una noche lluviosa.

֎֍

La oscuridad se veía iluminada por miles de puntos luminosos mientras la sangre aun escurría por sus manos, pequeños fragmentos de su vida aparecían en distintos lados de aquel vacío como películas distorsionadas.

—Aún hay tiempo —levantó la mirada para hacer contacto con aquellos orbes zafiro—. Aún hay esperanza para ti, mi pequeño ángel.

—Mis madres...

Ante sus ojos aparecieron aquellas imágenes manchadas de sangre, sus ojos inmediatamente se llenaron de lágrimas mientras su estomago se contraía en dolor.

—Lo sé —sintió unas frías manos en sus mejillas obligándolo a no romper aquella mágica conexión de miradas—, ahora más que nunca debes protegerlas. Es tu turno de ser el guardián de la familia.

—Yo no...

—Me gustaría poder estar contigo en todo momento pero mi tiempo se agota. —Una angustiosa sonrisa se formó en aquel perfecto rostro—. Por favor protege a mis dos amadas hijas, tu futuro y su futuro están en tus manos... no dejes...

Su vista comenzó a distorsionarse, cada vez que parpadeaba la imagen cambiaba... los ojos zafiro se fueron iluminando mientras su boca solo se movía, un chirrido destrozaba sus tímpanos provocándole un infernal dolor sin poder escuchar lo que decía.

—Haz que pare... —llevó sus manos a sus oídos cerrando con fuerza los ojos, cada vez era peor—, ¡haz que esto paré!

Gritó abriendo los ojos sólo para ver dos faros yendo de golpe hacia él.

Y fue entonces que todo se volvió negro.

La puertas del auto se abrieron revelando a tres mujeres totalmente perplejas ante aquel cuerpo en medio de la carretera, la lluvia caía mientras los faros eran la única luz que iluminaba la carretera y el cuerpo ensangrentado colocado como un muñeco de trapo en el suelo.

—Oh por Dios... —una de ellas se cubrió la boca—. ¿Qué has hecho?

La mayor de las tres se giró hacia castaña con notoria indignación y molestia.

—Ha sido culpa tuya —espetó airada—, si no hubieras hecho esa escenita yo no...

—¿Qué? —La castaña parpadeó susceptible ante aquella acusación—. ¡¿Cómo no hacer esa escena cuando tu...?!

—¡Silencio las dos! —las cortó una chica de menor estatura con frialdad—. Pediremos una ambulancia e iremos directo al hospital para pagar y ayudar en lo que podamos. ¿Entendido?

Ambas chicas desviaron sus miradas al suelo, la castaña la levantó ligeramente sólo para ver a la mayor soltar un suspiro lleno de temor.

—¡Demonios! —La mayor se llevó las manos a la cabeza con histeria—. Si esto se llega a saber mi carrea estará por los suelos, yo... si tan sólo yo...

—Jessica —la pequeña chica le tomó del rostro para que la viera—. Todo estará bien, por favor, confía en mi. Nada saldrá de aquí.

Jessica la observó fijamente tratando de contener las lágrimas y descifrar aquella mirada llena de determinación, asintió en silencio y tomó con confianza la pequeña mano que se posaba en su mejilla.

—Confío en ti, Sunny.

La castaña se quedó en silencio observando aquella interacción, una punzada en su corazón la obligó a desviar la mirada.

Aquello dolió.

—Tiffany marca al 911, no debemos perder tiempo.

Bajó la mirada al teléfono sólo para ver la pantalla en blanco.

¿Qué había sucedió?

27/06/2017