Jardín de niños...

Era la hora del receso, Yeri estaba jugando a las muñecas con sus amigas sobre el pasto.

— La directora Lee castigó a la maestra Wendy por mi culpa, a ella también la dejarán encerrada en su casa por el resto de la semana hasta el domingo.— dijo Yeri.— Necesito pensar en cómo ayudarla y hacer que mi mamá nos perdone a ella y a mí.

— Habla con la maestra Lisa y convéncela para que diga la verdad.— le dijo Tzuyu.— Tendrá la conciencia sucia si sigue guardando ese secreto hasta la tumba y mientras no confiese, la culpa no la dejará vivir en paz.

— ¿Y cómo lo hago?

— ¡Ya sé! Dile que de tanta culpa que tiene, sus gatos ya no van a querer comer y se le van a morir de la tristeza.— comentó Chaeyoung.

— ¡Eso es! Qué gran idea me acaban de dar.— dijo Yeri poniéndose de pie.— Iré a hablar con la maestra Lisa.

— ¿Qué está haciendo, Yeri?— cuestionó JooE luego de ver a Yeri entrar al interior de la escuela.

— Ya sabes que como siempre quiere estar sola en el salón porque es una loca de remate.— contestó Nancy con fastidio mientras jugaba con su muñeca.

— Loca, loca, pero es la consentida de la maestra Wendy.

— Y de la maestra Lisa.— Nancy sonrió maliciosa.— Pero tengo un plan para vengarnos de esa odiosa.

Mansión Bae...

— ¿Entonces tu hermana castigó a Yeri por haberse portado mal con Bogum?— preguntó Sunmi sorprendida.

— Desde el domingo Yeri se la pasa sola encerrada en su habitación y unnie ni siquiera le dirige la palabra.— respondió Seulgi.— Y tú decías que se iban a llevar bien.— le dijo a Moonbyul.

— Bueno, sí lo dije en un principio, pero no pensé que tu hermana llegaría hasta estos extremos.— contestó la mayor.

— Hace rato me enteré que Wendy fue la culpable de aconsejarle a Yeri que se portara mal y mi hermana fue al jardín de niños para hablar con Hyunjoo unnie. He estado intentando comunicarme con ella y no me responde.

— De seguro debe de estar con ese tipo pidiéndole perdón por lo que hizo su hija, ya ven que el amor es ciego.— dijo Sunmi haciendo un gesto de disgusto.

— ¿No le has llamado a tu esposa?— le preguntó Seulgi a Moonbyul.— A estas horas debe de ser la hora de receso.

— Déjame intentarlo.— Moonbyul sacó su celular para llamar a Solar. Sunmi y Seulgi se acercaron para escucharlas.— Hola amor, ¿cómo estás?... Tengo descanso y estoy en la mansión de los Bae a ver a Seulgi... ¿Sabes si vino Wendy a la escuela?— Moonbyul se sorprendió cuando su esposa le dijo que a Wendy la habían regresado a casa.— Oh... Entonces estás en su lugar... Qué mal por Wendy... Es que Seulgi estaba muy preocupada por Wendy porque su hermana fue hoy al jardín de niños para hablar con la directora Lee sobre lo que pasó y quería saber cómo están las cosas allá... Gracias por decírmelo, yo le aviso a Seulgi... Prometo no llegar tarde a casa... Yo también te amo, nos vemos después.

— ¿Qué te dijo Solar unnie?— cuestionó Seulgi una vez que la llamada terminó.

— Wendy sí vino esta mañana, pero la directora Lee la castigó suspendiendo sus labores por el resto de la semana y la regresaron a su casa.— contestó Moonbyul.— Y no solo eso, sino que también le bajaron el sueldo. Solar la está reemplazando en lo que termina su castigo.

— Pobre de Wendy, entonces la debe de estar pasando mal.— dijo Sunmi preocupada.

— Y mi hermana que está totalmente ciega por ese idiota.— comentó Seulgi.

Jardín de niños...

Lisa y Yeri estaban en el salón de baile hablando del acuerdo que la pequeña le propuso.

— Sí unnie, si mi mamá sabe que Wendy unnie es buena, le va a pedir a Hyunjoo unnie que le levante el castigo.

— Tienes razón.— dijo Lisa esperanzada.— ¿Cómo no se me prendió el foco a mí? El viernes que saldré por unos materiales escolares, iré a ver a Irene y le suelto toda la sopa.

— ¡Yay!— dijo Yeri con entusiasmo.— Unnie, ¿podemos llamar a Wendy unnie para saber cómo está? Es que me siento mal porque está castigada que hasta tengo una agujero negro en el estómago.

— Lo sé, yo también me siento muy mal por todo. Aprovechando que Hyunjoo unnie salió, vamos a la dirección a llamarla.

— Pero está Jisoo unnie vigilando que no venga nadie.

— Estás hablando con la experta.— presumió Lisa.— Tú no te preocupes por eso que yo me encargaré del asunto.

Residencia Son...

— ¿Segura que vas a estar bien sin mí, unnie?— cuestionó Joy preocupada.— No quiero dejarte sola ahora que te castigaron.

Wendy le dio una sonrisa media mientras escribía algo en su cuaderno.— No te preocupes por mí, tú vete a trabajar como si nada.

— Es que me pone mal que te castigaran injustamente por querer proteger a la niña y de tan solo pensar en su madre, me da una rabia.

— Sí, pero el castigo ya está hecho y vas a ver que los días pasarán volando.

— Bien, pero no quiero que llegando te vea llorar porque entonces me molestaré contigo, ¿de acuerdo?

— Te lo prometo.

*Ring Ring*

— ¿Quién será?— preguntó Wendy confundida.

— A lo mejor es de tu trabajo y te llaman para levantarte el castigo.— Joy se encargó de contestar.— ¿Hola?... Oh Lisa... Sí, aquí está... Enseguida te la paso.— le tendió a Wendy el teléfono.— Es Lisa.

— Gracias.— dijo Wendy tomando el teléfono.

— Me voy. Cuídate mucho.— dijo Joy, le dio un beso en la mejilla de Wendy antes de irse.

Wendy suspiró y puso el teléfono en su oído.— Hola Lisa, ¿qué quieres?

— Te llamo de la dirección para saber cómo estás, sé que han pasado casi dos horas desde que empezó tu castigo pero estaba preocupada por ti.

— ¿Te has vuelto loca?— cuestionó molesta.— ¿Me quieres obligar a romper las reglas de la institución?

— Espera, sé que ahora estás sin trabajo por una semana por culpa nuestra. Yeri está aquí conmigo porque quiere oírte.

— Unnie, no te enojes con nosotras. Solo queríamos saber cómo estás.— ese era la voz de Yeri.

— Quiero que me dejen en paz. No quiero que me llamen, es más... no me llamen porque ustedes ponen en juego mi trabajo. ¿Entendido?— Wendy no les dio la oportunidad de que hablaran y colgó de inmediato.

Días después...

Mansión Bae...

— Ya es viernes y es último día de la semana, ¿no lo creen?— comentó Ok Sook mientras le servía el café a Seulgi.

— Y Wendy está castigada gracias a tus habilidades de cuentera, permanecerá sin trabajar en la escuela hasta el domingo.— regañó Seulgi a Irene.

La mayor apretó los labios.— No creí que fuera para tanto.

— Pero lo fue.

— ¿Y qué pretendes de mí? ¿Que vaya con la directora Lee y pida que le levanten el castigo?—cuestionó Irene molesta.— ¡Ni lo sueñes, Seulgi!

Seulgi vio cómo Irene se levantó de la mesa y tomaba sus cosas para irse a trabajar. La menor se sobresaltó al escuchar un portazo, su hermana ya se había ido y no había manera para convencerla. Ya llevaba días en que no le hablaba a Yeri, lo único que la pequeña hacía después de la escuela era subirse a su habitación a encerrarse porque no se atrevía a verla a los ojos.

Irene salió de la mansión para dirigirse hacia su camioneta, pero se detuvo en seco cuando vio a cierta persona esperándola afuera.

— ¿Maestra Lisa?— cuestionó Irene acercándose.— ¿Qué hace aquí? ¿Pasó algo nuevo con mi hija en la escuela? ¿Se metió en otro lío?

Lisa sonrió con tristeza.— No... pobre inocente. Ella sólo se mete en líos cuando... la empujan.

— Como la empujó hace días la maestra Wendy.— dijo cruzada de brazos.

— No, señora Bae.— Lisa tragó duro.— La empujadora... fui yo.

Irene la miró con el ceño fruncido, ¿a qué estaban jugando entonces?

— ¿Cómo que usted fue cómplice de las diabluras de Yeri?— cuestionó la mayor un poco molesta.— ¿Qué broma es esta?

— No es ninguna broma, déjele que le cuente. Fue una idea que me brotó aquí adentro.— dijo golpeándose la cabeza.— Porque pensé que la niña debía rechazar al intruso, ya ve que una tiene imaginación aventurera y yo... tuve la culpa. Wendy unnie está castigada encerrada en su casa y sin trabajo, para el colmo rechaza todas las llamadas que le hacemos y ni siquiera abre la puerta de su casa.

Irene se sobó la sien.— ¿Quiere explicarse mejor?

— ¡Que la culpa fue mía y se la colgaron a una inocente!— lloriqueaba Lisa.— ¡No puedo vivir, no puedo dormir, ni siquiera me atrevo a mirar a mis gatos! Perdone a Yeri porque ella es su adoración, por ella es que estoy aquí, para decirle toda la verdad.

Ahora Irene se sentía la peor de las mujeres del mundo, había castigado a dos personas de manera injusta. Un montón de recuerdos aparecieron por su mente sobre cómo trató a Yeri en la feria, las veces en las que la evadía, no se imaginaba lo horrible que la había pasado en estos días. Sobre todo que fue muy egoísta con Wendy cuando lo único que hacía era proteger a Yeri.

— ¡¿Te das cuenta de lo que hice?!— preguntó Irene alterada tomando a Lisa por los hombros.— ¡Fui muy injusta y cruel con Yeri y con Wendy por algo que ellas no hicieron! El castigo tenía que haber sido para ti.

— Lo sé y me siento arrepentida.— decía Lisa aterrada.— Lo peor es que Wendy unnie no tendrá su sueldo esta semana.

— Usted y yo tendremos un asunto qué arreglar y me va a ayudar quiera o no.— amenazó Irene.

Horas después...

Mansión Bae...

— Ojalá que Lisa unnie haya podido convencer a mi mamá para que perdone a Wendy unnie.— dijo Yeri mirando el retrato de su papá.— A mí no me importa si mi mamá siga enojada conmigo, yo lo que quiero es que ella se disculpe con Wendy unnie.

*Toc Toc*

— Yeri.~

Yeri reconoció aquella voz y dejó rápido el retrato en la mesita de noche. Salió de su cama para abrir.

— Mamá.

— ¿Puedo pasar?

— Claro que sí.— Yeri dejó que Irene entrara y regresó a su cama.

— ¿Está ocupada?— preguntó Irene sentándose en el borde de la cama.

— Nop, solo estaba platicando con papá u