capitulo 2

la princesa y la reina

 

 

Dos días. Dos días y sus noches enteras. Pensando. ¡Demonios de la Nocheosfera! ¿Cuándo me había puesto yo a pensar así? ¡Nunca! ¿Por qué ahora? ¿Por qué con ella?

Cerraba los ojos mientras tocaba mi bajo, más las notas no salían: yo quería tocar melodías oscuras y depresivas, como siempre. Pero entonces, su cara aparecía enfrente de mis ojos cerrados, y mis canciones terminaban siendo tan dulces como ella.

Abrí mis ojos en sorpresa. Deje mi bajo a un lado del amplificador y me senté en el sofá, por primera vez.

-Oh Glob...-, susurre. -¡Demonios!-, grite golpeando el sofá. Solo hasta que sentí en dolor en mis manos me di cuenta que Finn tenía razón respecto a lo duro e incómodo que era. Me sobe la mano para bajar el dolor. ¡Ese sillón era tan duro como una roca!

Exhale, echando la cabeza para atrás, otra vez, a mirar el techo como si fuera lo más interesante del mundo. Tenía que poner en orden mis pensamientos: ¿solo extrañaba su amistad? ¿O había algo más? ¡Glob! Nunca me había sentido así en siglos.

De repente, una luz verde entro por la entrada de la cueva y resplandeció hasta mi ventana. Yo me quede viendo extrañada ese extraño brillo.

-¿Qué carajos es eso?-, dije, levantándome del sofá para salir de la cueva. Aún era de día, así que me puse mi sombrero y mis guantes.

Cuando salí, pude ver un gran ajetreo a lo lejos, como explosiones. Hasta que una gran explosión se pudo ver, incluso escuchar hasta donde yo estaba. Por la dirección en la que se veía toda esa conmoción, pude adivinar que era cerca del Dulce Reino.

Me empecé a preocupar. ¿Por qué? No lo sabía. De repente sentí una gran ansiedad, pensando en que tal vez le pudo haber ocurrido algo a... ella.

-Nah, debe ser un experimento de tiffany y seguramente el chico está cerca. Bueno, de hecho ha pasado los últimos días allí. Seguro que todo irá bien-, me dije confiada, así que regresé a mi casa y me puse a seguir practicando con mi bajo. Después de un rato, me fui a dormir para despertar por la noche y salir con lobos o algo por el estilo, para quitarme todos esos pensamientos de encima.

Desperté el día siguiente, por la mañana.

-¡Carajo, me quedé dormida!-, refunfuñe observando el reloj, viendo que eran tempranas horas de la mañana.

Baje a la cocina y tomé una manzana. Comencé a succionarle el color, pero me detuve de pronto, cuando vi una gran luz roja entrando en la cueva. Me volví a poner mi sombrero y mis guantes y salí a observar.

Lo que vi me impresionó: el cielo estaba totalmente rojo, tan rojo que casi sentía que podía subir hasta las nubes y succionar todo ese delicioso color.

-¿Y si esto tiene que ver con las luces y explosiones de ayer? Nah, ya había dicho que todo estaba bien. No hay de qué preocuparse. Seguro que ese tontito tiene todo bajo control-, me dije

Me di la vuelta para regresar, pero algo me detuvo. Un pensamiento. ¿Y si las cosas no iban bien? Después de todo, ¿cada cuánto ves un cielo rojo? ¿Y si le pasó algo a Finn? ¿Y si le pasó algo a...? Me sacudí la cabeza.

-Ok, iré a ver. Pero solo para asegurarme... demonios...-, me dije.

Floté por las praderas, reconociendo el camino que siempre seguía cuando iba al Dulce Reino (que en realidad, eran pocas veces). El paisaje era el mismo: árboles verdes y frondosos, algunos animalillos saltando por aquí y por allá... en fin, el típico paisaje de bosque. Pero mientras iba avanzando, pude ver a varios animales pequeños corriendo en dirección contraria a la mía, algunos gritando "¡corran! ¡Encuentren refugio!" (No era raro ver animales parlantes por aquí, pero hace mil años eso habría sido increíble).

No les puse mucha atención, supuse que huían de algún depredador. Así que seguí flotando como si nada.

Cuando llegué a las afueras del Dulce Reino, mis ojos no podían creer lo que veían: cerca de una de las murallas, se encontraba tirado uno de esos guardias gigantes que cuidan el reino, con su cabeza quebrada y varias piezas metálicas cerca, que parecían haber formado parte de una máquina; la torre principal del castillo tenía un gran boquete, como si hubieran lanzado una de esas antiguas bombas sobre él.

-tiffany...-, susurré, empezando a volar tan rápido como podía.

Cuando entre al Reino, pude ver a unos cuantos dulces (no tantos como otras veces). Parecían asustados, como si algo terrible hubiera sucedido. Eso me sorprendió ya que, por lo que sé, esas criaturas suelen explotar cuando se asustan.

-¡Hey! ¡Ustedes!-, les pregunte a un par de malvaviscos, -¿qué pasó aquí?-

-No sabemos. Solo vimos que una gran criatura de fuego se encontraba detrás de las murallas y parecía estar luchando contra algo que no podíamos ver. Luego, uno de sus ataques golpeó a uno de los guardias, rebotó y se estrelló contra el castillo-, me contestó.

-¿Y la princesa? ¿Dónde está ella?-, era raro llamarla "princesa", pero sabía que no me entenderían si les preguntaba por "tiffany".

-Vimos como ese sujeto loco... el Rey Helado, la cargaba hasta el castillo, junto a Jake. Los dos se veían muy mal, pero más la princesa. Parecía que su mano se había hecho piedra. Y el Rey Helado tampoco se veía bien, estaba muy débil-

Fue como si una gran roca cayera dentro de mi estómago, para luego formar un gran vacío que parecía succionar todas mis ideas. Tres de mis amigos, gravemente heridos. Jake, el perro que siempre caen en mis trampas, haciéndome reír; Simon, mi único amigo cuando estaba totalmente sola; y tiffany...

Volé rápidamente hacia el castillo, entrando al gran salón del castillo. Supuse que se encontraban en la enfermería. Así que subí (o más bien, flote sobre) las escaleras. Aun recordaba bien las partes del castillo.

Cuando llegué, me encontré con esos tontos guardias banana (puaj, ¡como odio las bananas!) enfrenté de la puerta. Cuando quise pasar, ellos pusieron sus tontas y frágiles lanzas enfrente de mí, negándome el paso.

-¿Qué les pasa tontos?-, pregunté indignada.

-Lo sentimos, el paso está prohibido-, me contestó uno de ellos.

-¿Cómo que no puedo entrar? ¡Solo quiero verla!-, grité

-Lo sentimos, nadie puede entrar, está prohibido. Solo personal médico-

-¡Déjenme pasar antes de que los devore, inútiles!-, les grité. Obviamente, no iba a hacerlo, las bananas me traen malos recuerdos de la Nocheosfera. Además, el color amarillo no me gustaba.

-Déjenla pasar-, ordenó una voz desde atrás. Cuando levanté la vista, pude ver que se trataba de Finn.

¿Qué hacía allí? Se supone que debería estar con su novia, disfrutando de su deseo. ¿Acaso algo salió mal? ¿Acaso algo le había pasado también a él?

-Está bien, señor-, dijeron los guardias después de mirarse el uno al otro, dudando, dejándome pasar.

Me arroje a los brazos de Finn. Me sentía extraña, como no me había sentido en casi mil años. Estaba asustada de perder todo lo que tenía, otra vez.

-Oh, Finn, gracias. ¿Estás bien?-, pregunté preocupada. Finn lo notó, y por su mirada adivine que era extraño para él.

-Sí, yo... estoy bien-, dijo Finn, con voz triste. Sentía que a él también le pasaba algo. Y me empecé a preocupar más. ¿Qué tal si algo le había pasado a Jake? ¿O a tiffany?

-¿Y ella? ¿Está bien?-, pregunté, con fe en una respuesta positiva.

El chico me tomó la mano y me llevó hasta su cama. Cuando la vi, dejé de flotar y puse los pies en el suelo. La tristeza se apoderó de mí, y con terror caminé hasta ella. Me agache para quedar frente a frente. Tomé su mano; ahí me di cuenta de que su bazo derecho se había convertido en caramelo macizo. Le acaricie el rostro esperando verla despertar, incluso deseando que se despertara gritándome por molestarla; pero nada, no abría los ojos.

-tiffany...-, susurré. Sentía como las lágrimas querían empezar a escapar, -¿qué pasó?-

-Pues, yo... veras... rompí con la Princesa Flama y...-, tartamudeo, intentando explicar lo que tifany  ya me había dicho.

-Finn, todo eso ya lo sé. Solo dime como ocurrió esto-, dije calmadamente, tratando de ocultar el torbellino de emociones que me tenía atrapada.

-El Lich regresó. Trató de atacar a la Princesa Flama, y ella se interpuso para salvarla-, dijo Finn apenado.

Yo seguía allí, asustada, acariciando su cara en espera de que volviera.

-taeyeon...-, me dijo Finn, -tengo que hacer algo muy importante, algo para acabar de una vez por todas con ese maldito bastardo. Necesito que te quedes aquí, cuidándola. ¿Puedes?-

¡Por supuesto que me quedaría! Estaría con ella hasta que despertara. Así que solo le respondí afirmando con mi cabeza; en ese momento no podía pensar en hablar, ni siquiera para decir "sí".

-Gracias-, respondió el humano y salió de la enfermería.

Finn salió de la enfermería. Y yo me quedé allí, viéndola, esperando que ella pronto me viera a mí.

 

-Vamos, tú puedes. No te vayas. Te quiero tanto...-, le susurré, mientras besaba su mano.

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Comments

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BichitoShiz
#1
Chapter 14: en realidad este no es el final, nunca termino la historia
SharnLovesTaeNy
#2
Hello! I'm interested in your story but I can't understand it.. Can I have an english version of this? Thank you!
Skyth06
#3
Chapter 14: Divino *-*
KimYulBT
#4
Chapter 4: :''''0 <3
KimYulBT
#5
Chapter 1: :'0</1+2
KimYulBT
#6
:3