El pequeño ciudadano de dulce reía con plena felicidad al ser mimado por la Dulce Princesa, quién lo sostenía sobre su cabeza mientras pronunciaba incomprensibles pero divertidos sonidos con su boca al mismo tiempo que hacía algunas caras chuscas. La princesa bajó después a ese ciudadano, tomando una niña de goma que se encontaraba sentada en esa banca y haciendo lo mismo con ella.

-Su Majestad, llegó el correo-, dijo Mentita, entrando en el jardín donde se encontraba la princesa con los niños.

-Gracias, Mentita. Lo leeré después-, comentó la princesa con una sonrisa.

-Eh… creo que debería leerlo ahora mismo-, dijo Mentita.

La princesa volteó confundida por la insistencia de su mayordomo. Fue entonces que vio que Mentita sostenía un sobre de papel con una cinta roja que lo rodeaba cerca de uno de sus extremos. tiffany se sorprendió, pero recuperó su sonrisa para bajar a la niña y ponerla de nuevo en la banca.

-Nos vemos pronto, niños. Tengo que irme-, se despidió la princesa levantándose de la banca.

-¡Hasta pronto, princesa!-, se despidieron alegremente los niños para después irse corriendo fuera del castillo.

-Vamos, Mentita. Hay que ver de qué se trata-, dijo tiffany, pasando junto al mayordomo.

-¿Qué hay de la cinta roja? Nunca habías recibido un sobre así-, dijo Mentita

-Es lo que más me preocupa-, dijo la princesa después de un suspiro.

Ambos caminaron por los pasillos hasta llegar a un despacho donde la princesa solía trabajar únicamente en sus ecuaciones y no con material químico; un laboratorio teórico. Le pidió a Mentita que le entregara la carta. Con un cuchillo especial, abrió el sello en el sobre. La princesa tomó aire, sacó la carta y empezó a leer.

Mentita se quedó parado ahí, esperando la reacción de la princesa. Hasta que después de varios segundos…

-¡Tonterías!-, exclamó tiffany.

-¿De qué se trata?-

-¡Es el Consejo! Escucha esto: "En vista de los multiples atentados, no contra su libertad, sino contra su vida que nos han dejado sorprendidos y con temor por el porvenir de sus dominios, es nuestro deber informarle que hemos decidido solicitarle la búsqueda de un pretendiente que, en caso de que un accidente de tal naturaleza se repita, se haga cargo del reino si la situación se agraviase o que le ayude a proporcionar un heredero que se ocupe del mismo rol bajo las leyes de la bla bla bla". ¿Puedes creerlo?-, exclamó indignada.

-¿El Consejo de Ooo? ¿Pero cómo?-

-Ese es el punto. ¡Se supone que ellos no deberían meterse en este tipo de cosas!- exclamó tiffany y después gruñó exasperada, -Debí haber eliminado esa ley de matrimonio cuando el rol me puso en control del Consejo-.

-¿Existe una ley para eso?-, preguntó Mentita

-Sí. Y logre quitarle mucho poder cuando dirigí el Consejo. Logré quitar la cláusula que nos obligaba a casarnos para ocupar el mayor rango de liderazgo. Pero las demás princesas no quisieron quitar la de atentados contra la vida-

-¿A que se refiere y porque sólo te ha tocado a ti?-

-Se refiere a que, en caso de que una princesa, príncipe, rey o reina sin pareja y/o descendencia sea victima de múltiples atentados contra su vida, deberá casarse en un tiempo no mayor a un año después de haber recibido la notificación pertinente por parte del Consejo. El secuestro se eliminó como atentado algunos años después de que apareció el Rey Helado. Y yo soy la única que ha peligrado de muerte en más de una ocasión-, dijo la princesa, dejándose caer en la silla de su despacho con un naciente dolor de cabeza y se froto las sienes.

-¿Y qué vas a hacer? ¿Buscar pretendiente? Ya quisiera ver que el Consejo te obligue a hacerlo-, dijo Mentita, -Pero lo más importante, ¿qué le vas a decir a la señorita Abadeer?-

-taeyeon...-, susurró tiffany, -taeyeon... ¡taeyeon!-, exclamó con una nueva sonrisa.

-Sí, taeyeon. ¿Por qué estás tan contenta? No es una de esas tontas razones de que "sólo con oir su nombre me alegro", ¿verdad?-

-¡Ella es la respuesta, Mentita! ¡Ella es mi salida! ¡Eres un genio!-

-Espera, ¿salida? ¿A qué te refie...?-

Antes de que el mayordomo pudiera terminar su pregunta, fue levantado en el aire por la Dulce Princesa, quien empezó a arrullarlo, hacerle cariños y rascarle la barbilla como si fuera cualquier otro ciudadano de dulce normal.

-¿Quién es un genio, eh? ¿Quién es un lindo genio?-, preguntaba la princesa con voz exagerada.

Mentita, por un momento, no hacia más que reir como un niño en brazos de la princesa.

-¡Hey! ¡Suéltame! ¡No es justo!-, reclamó Mentita después, volviendo a sus sentidos.

________________________________________

Como cada cuatro meses, todas las personas con un puesto de alto poder en Ooo (excepto por el Rey Flama que nunca quiso ir, la Princesa Flama que no tenía control directo sobre ningún territorio y el Rey Helado por obvias razones) se reunían a las orillas del desierto para discutir temas de gran importancia para el bienestar y futuro del continente.

A pesar de que al interior de la asociación se practicaba la democracia para cualquier tipo de decisiones, quien tenía más influencia en ellas era, obviamente, la Dulce Princesa del Dulce Reino. Si acaso, las personas más poderosas allí además de ella eran el Rey Tortuga (quien estaba por terminar su periodo en la cabeza del Consejo), la Princesa Slime y el rey y reina del Espacio Grumoso (después de todo, su generador nuclear era capaz de destruir el mundo en un parpadeo).

Había una persona allí que tenía un puesto más bien honorario que por méritos de gobierno, pues su reino... nadie sabía si estaba disperso, desaparecido o, por la misma naturaleza de sus mismos habitantes, no existía debido a un fuerte sentido de libertad. Sin embargo, era tomada en cuenta para cualquier decisión, cuando dejaba de lado las bromas y se ponía lo suficientemente sería. Se habla, por supuesto, de taeyeon, Reina de los Vampiros.

La mayoría de los miembros estaban en el salón esa noche, sólo faltaban algunos por llegar. Esperaban la hora, en punto, para comenzar con la deliberación que se trataría en esa ocasión. taeyeon estaba afuera, recargada en el pórtico, masticando goma y haciendo burbujas con ella. Le parecía divertido; le recordaba a alguien especial. Estaba disfrutando de la suave brisa cálida proveniente del desierto, lo cual la hacía sentir una alegre nostalgia de aquellos tiempos cuando sus venas transportaban calor a todo su cuerpo.

Un chillido de aguila en el cielo. Ni siquiera volteó hacia arriba. Sabía que estaba a punto de llegar y la vería justo enfrente de ella. Y así fue.

Segundos después, Morrow, la fiel mascota-transporte de tiffany llegaba a la entrada del Gran Salón.

-Hola tiff-, saludó la vampiresa casualmente, con una gran sonrisa.

-taeyeon, tenemos que hablar de algo importante-, dijo la princesa en cuanto estuvo en frente de su novia.

-Al menos "hola", ¿no?-, reclamó taeyeon.

-Hola. Tenemos que hablar de algo importante-, dijo tiffany, invitando con un movimiento de su mano a la vampiresa a moverse hacia un lado del edificio, donde el resto de las princesas no las viera.

-¿Qué ocurre? Hace semanas que no te veía así de seria-, comentó taeyeon.

-Recibí una carta del Consejo, obligándome a cumplir con la reglamentación C3, articulo 5, apartado 3-

-¡Ugh! Odio cuando usas esas expresiones. A ver si mi memoria... C3... articulo... No entiendo, ¿cuál es el problema con que traigas el pudin para la próxima reunión?-

-¡Esa regla no!-, exclamó tiffany, -C3, articulo 5, apartado 3-

-¡Ah! ¡Esa!-, dijo taeyeon, -No, ni idea. No me acuerdo-

La Dulce Princesa se llevó la mano a las sienes, sintiendo como el dolor de cabeza que casi tenia al mediodía regresaba.

-Te lo quise hacer fácil-, dijo tiffany en un suspiro, -El Consejo me ha ordenado buscar pareja, un pretendiente... alguien para casarme-, dijo friamente, sin ningún tipo de expresión en su rostro.

La reina quedó muda, flotando en el mismo espacio por unos segundos. Su boca entreabierta, sus ojos fijos en el rostro de la princesa frente a ella. Esas palabras, parecían significar algo, pero ella no les podía encontrar el sentido. En ese momento, su memoria le recordó aquella ley del Consejo. Era verdad.

-No pueden obligarte-, susurró taeyeon, sacudiendo su cabeza de manera negativa.

-Sí pueden. ¡Y no sabes lo mucho que me molesta eso! ¿Sabes lo impotente que me siento?-.

-¿Y qué vas a hacer?-, preguntó taeyeon, todavía algo conmocionada por la noticia.

La princesa se acercó a la reina y puso su mano derecha sobre el hombro de su novia; con su mano izquierda, tomó su barbilla y la fue acercando a su rostro hasta que sus labios se encontraron en un cálido y suave beso de adorable simplicidad.

-Haga lo que haga, necesito tu ayuda. Necesito que confíes en mi-, dijo la princesa, sonriendo y con una mirada enamorada.

-Lo que haces sólo logra asustarme más, tiff-, respondió, -Pero si no confío en ti, ¿que clase de novia sería?-, dijo la vampiresa con una sonrisa.

________________________________________

-Muy bien. Ahora que hemos pasado lista, podemos empezar con el tema principal de este Consejo-, pronunció el Rey Tortuga, -Afortunadamente, un tema tan delicado como el de hoy puede tratarse en una junta ordinaria en vez de una extraordinaria. Después pasaremos a los asuntos generales-

Varios de los presentes empezaron a murmurar entre sí. No sabían a que se refería el Rey Tortuga con lo que había dicho. Pensaban que se trataría de una reunión normal y aburrida. Pero, de repente, se había vuelto más interesante.

-Orden, por favor-, pidió el entonces líder del Consejo, golpeando un pequeño pedazo de madera en la mesa, -Dulce Princesa...-, comenzó, haciendo que todos voltearan expectantes y sorprendidos hacia ella, -Ha recibido indicaciones de buscar un pretendiente debido a las múltiples ocasiones en que su vida ha corrido riesgo considerable, a fin de asegurar el bienestar de su reino y, en trascendencia, el de Ooo. ¿Hay algo que quisiera comentar respecto a esto?-

La Dulce Princesa se levantó de su asiento, tomó algo de agua, aclaró su garganta y comenzó:

-Estimado Consejo, apreció su preocupación por mi bienestar y por el de mi reino, especialmente apreció el suyo, Rey Tortuga. Aun así, debo decir que el tipo de reglamentación que se me ha impuesto siempre me ha parecido un sin sentido y no estaría dispuesta a aceptarla o someterme a ella. Sin embargo, acepto que mi vida ha estado ya varias veces en riesgo y no creo que nadie más que yo sea capaz de llevar el control de mi reino; así que decidí que no es mala idea el conseguir alguien que pueda... entrenar para cumplir con semejante misión-

Todos estaban sorprendidos, incluso el Rey Tortuga. Nadie esperaba que la Dulce Princesa reaccionara de tal manera. Esperaban que se resistiera y la junta se convirtiera en una acalorada discusión. Pero no fue así.

-Y de hecho, quiero anunciar que ya he encontrado a esa persona-

Los ojos de todos se abrieron hasta más no poder. Esa noche se estaba convirtiendo en una montaña rusa. La Dulce Princesa del Dulce Reino, la que siempre estaba ocupada en el trabajo y en la ciencia, la que nunca se había interesado en una relación amorosa, ¡estaba en vías de casarse!

-He decidido que esa persona que me acompañe en la difícil tarea de manejar mi reino sea taeyeon, la Reina de los Vampiros-

-¿Qué?-, exclamaron todos

-¿Qué?-, gritó taeyeon, después de escupir el jugo de tomate que se estaba tomando.

-La conozco de hace mucho tiempo y ella es la única persona en la que veo el potencial para ayudarme con semejante tarea. Es, además la única persona aquí con una experiencia parecida a la mía, ella es incluso mayor que yo. Y hemos estado saliendo juntas por ya casi un año-

Las mandíbulas de todos los presentes cayeron inmediatamente al suelo. Esa noche definitivamente no había sido aburrida para las princesas.

-¿Han...? ¿Son...?-, balbuceaba la Princesa Mora

-Vaya, esto sí que era inesperado-, dijo la Princesa Slime

-¿Qué dice, señor Presidente del Consejo? ¿Acepta la nominación de taeyeon como mi pretendiente?-

El Rey Tortuga, volviendo a sus sentidos, cerró su boca y se acomodó los lentes.

-Es grato ver que ha decidido acatar la decisión del Consejo. Pero me temo que es imposible aceptar su compromiso con taeyeon-

-¿Qué? ¿Pero por qué no?-, exclamó la princesa, sorprendida y comenzando a molestarse.

-¡Sí! ¿Cuál es tu problema con nosotras?-, dijo taeyeon, levantándose de su silla.

-Primero, lo repentino del anuncio. Y segundo, las implicaciones políticas que tendría la unión de sus dos reinos-

-¿Cuál maldito reino? NI siquiera estoy segura de tener más súbditos y ni a ellos ni a mi nos interesa. ¡No hay reinos que se unan!-, arguyó la vampiresa.

-No me refiero al Reino de los Vampiros. Todos sabemos de su condición-.

-¿Entonces cual maldito reino?-, preguntó tiffany.

-Le recuerdo a la señorita Abadeer que su padre mantiene el poder sobre los dominios de la Nocheosfera. taeyeon sería la princesa de la Nocheosfera-.

El cuerpo completo de la vampiresa se tensó. Un enorme e insoportable rubor creció en el rostro de taeyeon. Muy pocas personas se atrevían a llamarla princesa de la Nocheosfera; eran muy pocas las personas que conocían esa información. Y ni siquiera su novia lo mencionaba. Pero en ese momento, la princesa no pudo evitar soltar una risilla.

-Bueno, ella abdicó en su derecho a heredar el control de la Nocheosfera. ¿Eso ayuda en algo?-

-No, al menos que se presente un decreto real por parte del señor Abadeer aceptando la abdicación de su hija-

-Muy bien, lo conseguiremos-, dijo de manera decidida la princesa del Dulce Reino.

-Entonces, hasta que no se obtenga ese decreto, el Consejo considerará invalido cualquier compromiso con la señorita Abadeer y usted estará todavía sujeta a la búsqueda de un pretendiente en un periodo no mayor de un año-

-¡Aceptamos!-

Mientras tiffany parecía bastante confiada y segura de cada una de sus palabras, la vampiresa no estaba muy segura de lo que su novia planeaba hacer. Nunca se imaginó que tiffany saliera con un plan de esa naturaleza.

-Y tendrá un periodo de dos meses para conseguir tal decreto. Meses que no se prorrogarán de su deber primario-.

La Dulce Princesa se sorprendió ante el último comentario del Rey Tortuga y estaba lista para explotar contra él. Pero decidió no hacerlo y sólo tomó un pesado suspiro.

-Lo tendremos a tiempo-.

-De acuerdo. Así termina la sesión de hoy. Nos vemos dentro de dos meses en junta extraordinaria-, dijo el rey para después golpear de nuevo la mesa un par de veces con un pequeño objeto.

-tiff, podemos hablar un momento-, dijo taeyeon con una cara seria al acercarse a su novia.

Ambas se dirigieron fuera del edificio siendo seguidas de cerca por todos los demás integrantes del Consejo hasta que taeyeon les siseó con una cara terrorífica que los obligó a retirarse lo más posible de la pareja. Una vez afuera, taeyeon comenzó a hablar.

-¿Qué pasó allí adentro? ¿En que demonios estabas pensando?-, gritó.

-Creo que estás exagerando-, contestó con calma la princesa.

-¿Exagerando? ¡Estamos... comprometidas! ¿Crees que estoy exagerando?-

-Te dije que confiaras en mi. Y funcionó, ¿no? Si todo sale bien esa estúpida exigencia del Consejo se vendrá a abajo-

La vampiresa se llevó la mano a la cara y suspiró.

-tiff, escucha... Te amo, tú sabes cuanto y no me cansó de decírtelo. Pero yo no quiero comprometerme todavía... No es mi estilo. Lo siento-

-Yo tampoco quiero esto, taeyeon. No todavía-

-Entonces, ¿por qué...?-

-La presidencia del Rey Tortuga está por terminar, en cuatro meses. Me encargaré de asumir yo la presidencia y una vez allí derogaré de una vez por todas esa reglamentación. Sólo necesito obtener tiempo-.

-Entonces, no vamos a...-

-Por supuesto que no, linda-, dijo tiff antes de besar en la mejilla a la vampiresa.

-Ese es un alivio-, contestó taeyeon después de una risilla.

-Pero aun así tenemos que obtener el decreto por parte de tu padre-.

-Sí, no hay problema. Me llevo mejor con él desde que fui con Finn y Jake a la Nocheosfera. No creo que sea mucho problema ni que tarde demasiado-.

-Me parece bien. Pero primero, necesito que vayas mañana, cerca del atardecer, al Dulce Reino-.

-¿Para que?-, preguntó taeyeon con sonrisa curiosa.

-Ya lo verás-, contestó tiffany con una sonrisa confiada.

________________________________________

Ya a punto de anochecer, todos los dulces ciudadanos fueron convocados por la Dulce Princesa para reunirse fuera de su castillo, justo frente al gran balcón donde se solían dar anuncios o se realizaban actos de gran importancia. Nadie allí sabia la razón de la reunión y comenzaron a murmurar entre ellos sobre el posible motivo de la convocatoria.

Algunos minutos después de la hora en que se les había pedido asistir, apareció en el balcón la Dulce Princesa, acompañada por el campeón del reino, Finn el Humano. Al fondo se podía ver un brillo danzante que parecía indicar que la Princesa Flama también se encontraba allí pero sin estar a la vista. Nada parecía nuevo, excepto que, detrás de la princesa, se acercaba la reina de los vampiros.

Finn y taeyeon se encontraban a los lados de la gobernante de dulce, aunque detrás de ella.

-Hey, Finn...-, susurró taeyeon, -¿Por qué estamos aquí?-

-Bueno, yo siempre vengo a estas cosas. Podría ser un anuncio especial. Pero, la verdad, me parece muy raro que tú estés aquí-, contestó el humano.

-Sí, a mi tambien-, contestó taeyeon.

-¡Achtung! Tengo algo muy importante que comunicarles, mis ciudadanos-, exclamó la princesa, -Quiero presentarles a mi nueva pareja: ¡taeyeon, la Reina Vampiro!-

Un silencio profundo cayó sobre el reino. Lo único que se escuchaba eran las vitales respiraciones de cuanto ser vivo se encontrara en aquel territorio. Nadie decía nada.

Incluso taeyeon se quedó paralizada, al igual que Finn y la Princesa Flama que se encontraba en el fondo (aún cuando el pare de adolescentes ya sabía de su relación). La princesa tomó a la reina del brazo, llevándola consigo a la orilla del balcón y abrazándola por la cintura con su brazo izquierdo.

-Espero que la acepten y la quieran tanto como me quieren a mi-, exclamó con su brazo derecho en el aire.

Los ciudadanos seguían sin decir nada, manteniendo su vista fija en el balcón. Hasta que, de repente, entre la multitud se escuchó un aplauso vigoroso y feliz. Era Pan de Canela.

-¡Felicidades! ¡Felicidades! ¡Que bien se ven juntas!-, exclamaba.