cap 10

la princesa y la reina
 

No cabía más que felicidad en su pecho. Quizá también gratitud. Se podría corregir y decir que no cabían más que sentimientos alegres y positivos dentro de sí. Voló con su novia en sus brazos hasta el castillo. Poco le importaba ahora que ella hubiera hablado tan mal de él.

¡Oh, él! ¿Cuántos años ya? Bastantes. Más de los que su héroe de pacotilla favorito tenía. Y nunca dejo de extrañarlo. Nunca olvido aquella infame noche en que Ash soltó la noticia de manera tan indiferente, como si no fuera nada.

Curioso, ¿no? Su anterior pareja se había encargado de arrancarle sin arrepentimiento alguno su posesión más preciada; fue como si hubiera extirpado una parte de su corazón sin latir, pero que aun así sufría. Y era su nueva pareja quien se encargaba de regresar esa parte de su corazón y su pasado. Era ella quien se encargaba de cerrar uno de los círculos más importantes de su vida. Cerrarlo para bien.

taeyeon dejó a la princesa en el balcón de su cuarto. El balcón donde la encontró aquella noche sin poder dormir por pensar en Finn, el balcón donde tantas noches se habían encontrado para dejarse llevar por su sentimiento común.

Todavía con algunas lágrimas en los ojos, la vampiresa abrazó fuertemente a la princesa, mientras le agradecía repetidamente en una voz suave llena de gratitud. tiffany respondió sin dudar y la abrazó, apretándola contra sí. Era como una forma de buscar un poco de consuelo en ella, aunque taeyeon no lo supiera.

Esa playera significaba mucho para ella. El olor y la suavidad en ella era lo que le permitía conciliar el sueño en las noches más difíciles después de un largo día de trabajo. Eran también lo que la alegraba cada mañana para hacer las cosas bien. En ese olor se encontraban los recuerdos de los antiguos tiempos, más antiguos incluso que su amistad, cuando tiffany era apenas una adolescente, fan de la banda de taeyeon.

Cuando supo que la búsqueda de taeyeon tenía por objeto recuperar a Hambo, ella silenciosamente elaboró el plan que lo habría de llevar de regreso a las manos de su novia. Ella ya sabía la historia: una bruja que solo recibe cosas verdaderamente preciadas a cambio de otras. Para su buena o mala suerte, la llave estaba debajo de su chamarra rosa.

Sin hesitación, sin peros, sin remordimientos. Entregó la prenda que tanto significaba para ella. Por el bien de ella, así como trabajaba por el bien de sus ciudadanos. No había que involucrar sentimientos que pudieran obstaculizar el propósito de aquella odisea. El mayor bien, la mayor felicidad. Sacrificio.

taeyeon se separó y abrazó fuertemente a su desgastado pero querido oso de peluche. Apretándolo fuertemente contra su rostro e incluso tallándolo contra él. La sonrisa en su rostro no podía dejar de existir.

tiffany observaba también con una sonrisa aquella escena. Había valido la pena. Su acto podía resultar frio e incluso ser tomado como una locura ante los ojos de los demás. Pero ella sabía que era la única forma de hacerla feliz. Así como se esforzaba en sus tareas como gobernante de manera lógica y racional, así debía comportarse en aquel bosque encantado.

La vampiresa dejo de abrazar a Hambo y volteó hacia su novia. Camino hacia ella, la tomo por los costados de su rostro, iluminado por la luna que brillaba en lo alto junto a tintineantes astros, y le dio un suave beso en los labios, saboreándolos, expresando toda su pasión y felicidad en sus movimientos, mientras sus manos se enlazaban y se apretaban. taeyeon rompió el beso y se separó de la princesa. Sus manos empezaron a deslizarse por las de su pareja hasta que su agarre desapareció completamente y emprendió el vuelo hacia su casa.

La princesa entró en su cuarto y comenzó a prepararse para dormir. Se quitó la chamarra rosada que tenía. Algo dentro de sí esperaba ver la playera negra rockera al momento de retirar la prenda, pero la visión de su tronco cubierto solamente por su brassier le recordó que la playera ya no volvería. Dio un suspiro profundo, pero pensó en que no había sentido en sentir pesar. Después de todo, taeyeon era feliz.

Retiró el resto de sus prendas de su cuerpo y se vistió con la vieja pijama amarilla con puntos azules. No era tan cómoda como la vieja prenda de algodón y por supuesto no tenía el mismo olor que tanto la relajaba; pero ya no había más opción. Se soltó el cabello, dejando que la gravedad actuara sobre aquella gran masa rosa. Su tiara quedó en el buró a un lado de su cama.

Se metió entre las suaves sábanas de su cama, dispuesta a descansar de la última aventura vivida. Quizá el cansancio físico no era tan fuerte (estaba acostumbrada a largas jornadas laborales), pero el cansancio emocional era más de lo que podía soportar por un día. Y sin embargo, su rostro y sus acciones no mostraban la más mínima evidencia de tal cosa. Hace tiempo que aprendió a evitar que los sentimientos afloraran fuera de ella. No había mucho tiempo y las responsabilidades eran bastantes. Con el tiempo, se convirtió en una persona fría y centrada. Este romance reciente no le parecía para nada la mejor idea del mundo; pero, por el momento, no le importaba demasiado.

Le estaba costando conciliar el sueño sin el aroma que la acompañaba cada noche. Esa playera tenía más que un significado romántico: era el recuerdo de maravillosos tiempos vividos junto a una persona maravillosa hace ya varios años atrás; era el recuerdo de los hermosos tiempos de rebeldía adolescente musicalizados por la asombrosa música de una banda de criaturas místicas; el recuerdo de el sueño de una fan hecho realidad.

Su mente se perdía en esos recuerdos, intentando con ello crearle un placebo en su mente para poder dormir. Sintió una presencia fría abrazándola por la espalda. ¿Había sido tan fuerte y eficiente el placebo? No, esta presencia era real. Estaba por preguntar el porqué de aquella súbita intromisión, pero la otra persona calló sus preguntas con un "Shh" y se acurrucó aún más con ella. La princesa no pudo evitar notar que el olor de su antigua playera había llegado junto con la otra persona.

La vampiresa preguntó por su playera. La princesa, cayendo por fin en un sueño reparador, respondió, sin dejar que sus sentimientos fluyeran hacia el exterior, que estaba en la tintorería.

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Mentita, como cada mañana, llevaba el desayuno de la gobernante del Dulce Reino, servido en una charola de plata y cubierto para evitar su deterioro y enfriamiento. Mientras los demás empleados del castillo cumplían con sus tareas de limpiar paredes y pisos, el mayordomo caminaba entre ellos. Vista al frente, con paso determinado y sin prisa.

Pocos minutos después de salir de la cocina, llego hasta la puerta que daba acceso a los aposentos de la benevolente regente. Llamó a la puerta, sin recibir respuesta. Llamó otra vez, aun sin recibir el permiso para entrar. Pensó que quizá la noche anterior se quedó despierta más de la cuenta. Aunque Mentita despertó del ataque de sueño del Guardia antes de que ella llegara, él nunca supo a qué hora llegó.

El mayordomo se dio el permiso de entrar. Al hacerlo, saludo en voz alta a la princesa, esperando despertarla. Sin embargo, se sorprendió al notar que había un cuerpo más en la cama.

tiffany se levantó al escuchar la voz de su sirviente y lo vio directamente. Ella movió un poco a la chica a un lado suyo, en un intento por despertarla. taeyeon balbuceó, pidiéndole a su novia que volviera a dormir. La princesa le pidió que despertara y cuando lo hizo, se sorprendió al ver a Mentita en la habitación. Con calma, tiffany le dijo a taeyeon que se retirara y que la llamaría después. La vampiresa tomó las mismas precauciones que tomó el día anterior (casco y capa) y se fue por la ventana.

La gobernante se levantó de la cama y se dirigió al closet, tomando su atuendo real y retirándose hacia una pequeña habitación donde podría vestirse. Al salir, colocó sobre su cabeza la tiara que había dejado en el buró y se sentó en una pequeña mesa en el balcón. Mentita se dirigió allí y sirvió el desayuno: huevos y tocino acompañados con pan tostado y jugo de naranja; los ingredientes habían sido traídos directamente desde el Reino Desayuno y preparados en la cocina del palacio del Dulce Reino. La princesa, alegre y con una sonrisa, comenzó a comer.

Era observada fijamente por Mentita, quien rompió el silencio preguntando si la escena recién observada significaba lo que él creía. Ella respondió, con calma y todavía comiendo, si tenía algún sentido preguntar eso si sabía ya la respuesta. El preguntó si ella estaba consciente de lo que pasaría si el Consejo llegaba a enterarse. Ella respondió afirmativamente. El preguntó que era exactamente lo que sentía. tiffany se detuvo y pensó por un momento, observando como su reino y las praderas a lo lejos eran bañadas con los primeros rayos de sol de la mañana. Pensó si taeyeon había podido llegar a su casa sin ningún problema relacionado con el astro rey.

La Dulce Princesa respondió que no estaba segura, pero que quería seguir sintiéndolo.

Mentita asintió y se retiró. Justo antes de salir por la puerta, volteó y con la mano en su corazón juró que nada de esto se haría público por sus labios, recibiendo la sonrisa agradecida de la princesa.

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taeyeon llegó a su casa, alegre por todos los eventos vividos la noche anterior, pero molesta de que momentos tan mágicos hayan tenido un final tan brusco como ese. Se retiró las pesadas y molestas precauciones para evitar que el sol tocara un solo milímetro de su piel e hizo su camino hacia la cocina para tomar un bocadillo y luego subió hasta su habitación.

Al llegar allí, encontró a una sombra cerca de su cama. No podía notar con certeza de quien se trataba, pero lo que sí notó fue que aquella sombra se encontraba sosteniendo al recién recuperado Hambo. Ante aquella visión, taeyeon dejó caer de su mano la manzana que llevaba.

taeyeon preguntó en un grito la identidad de aquel ser y le ordenó soltar al oso de peluche o de lo contrario habría consecuencias terribles para el intruso. La otra persona, con voz familiar, preguntó si sería capaz de asesinar a su propio padre tan sólo por un juguete viejo y desgastado. Ante esta revelación, la reina de los vampiros se sorprendió aún más.

El señor de la oscuridad, Hunson Abadeer, se acercó hasta ella sosteniendo a Hambo, haciendo la observación sobre la gran cantidad de años que tenía sin verlo. taeyeon le arrancó el milenario juguete de las manos y abrazó fuerte al oso de peluche. Preguntó molesta a su padre por las razones de su inesperada visita. El gobernador de la Nocheosfera, con fingido pesar por la actitud de su hija, respondió que los rumores que corrían en el bajo mundo sobre su relación con la princesa del Dulce Reino lo habían llevado hasta allí.

El rubor y la cara de espanto ante la noticia de que su relación era pública en los lugares más oscuros del universo fueron la respuesta que Abadeer necesitaba. Sólo por seguridad, preguntó por la veracidad de esos rumores. taeyeon, primero balbuceando y después suspirando resignada, verificó que las palabras que habían llegado hasta su padre eran verdad. Y con determinación habló de que ya no le importaba que todo el Inframundo se enterara de ello. Podría soportar las burlas eternas de los demonios de más bajo rango que ella. Lo único que le importaba ahora era estar junto a la chica rosada.

Hunson abrazó a su hija, en un movimiento que tomó a la vampiresa por sorpresa, y hablo de lo orgullosa que estaba de ella por conseguir tener una relación con alguien como la princesa, confesando que incluso él no era capaz de controlar sus pensamientos más malvados en las pocas ocasiones que la había visto. taeyeon, avergonzada y molesta, le reclamó a su padre. Claro, él lo tomó como una broma e incluso habló de que quizá taeyeon podría corromper a la princesa hasta convertirla en un ser malvado. Ella, molesta por la actitud de su padre, bajó de nuevo a la cocina y regresó con un bote de leche de insecto. Dibujo un rostro en la pared y después de rociarlo con la leche, invocó el conjuro para abrir el portal hacia la Nocheosfera. Le ordenó a su padre retirarse.

Hunson, otra vez con fingido pesar, reclamó la actitud de su hija y se dirigió hacia el portal. Antes de retirarse, Hunson le dijo a su hija que sólo quería que ella supiera lo feliz que estaba de que su pequeña hija hubiera encontrado lo que quería. taeyeon, empezando a sentirse mal por su actitud anterior, se acarició el brazo y susurró un sincero "gracias" que llegó a oídos de su padre, quien después se retiró con una sonrisa.

taeyeon se tiró en su cama. Por primera vez en cientos de años, sentía la necesidad de acostarse y no de flotar sobre ella. Casi era mediodía y las últimas veinticuatro horas se habían visto marcadas tanto como por el cansancio emocional como por el físico. A pesar de haber dormido la noche anterior con tiff y acabar de despertar hace unas horas, aun sentía la necesidad de dormir un poco más.

Sólo se levantó de nuevo para ponerse algo de ropa ligera y regresó a la cama dispuesta a tomar un buen descanso. Tomó a Hambo entre sus brazos y se acurrucó con él. Era la segunda vez, en muchos, muchos años, en que podía dormir con una sonrisa en el rostro.

 

 

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Comments

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BichitoShiz
#1
Chapter 14: en realidad este no es el final, nunca termino la historia
SharnLovesTaeNy
#2
Hello! I'm interested in your story but I can't understand it.. Can I have an english version of this? Thank you!
Skyth06
#3
Chapter 14: Divino *-*
KimYulBT
#4
Chapter 4: :''''0 <3
KimYulBT
#5
Chapter 1: :'0</1+2
KimYulBT
#6
:3